No me faltaba una
guasca "; Esa ocasión eché el resto ":
375 Bozal, manlador ", cabresto, . Lazo,
bolas " y manea "... ¡El que hoy tan
pobre me vea Tal vez no crerá todo esto!
Ansí en mi moro
escarciando
380
Enderesé a la frontera. ¡Aparcero! *,
si usté viera Lo que se llama cantón
"... Ni envidia tengo al ratón En aquella ratonera.
385 De los pobres que allí
había A ninguno lo largaron, Los más
viejos resongaron, Pero a uno que se quejó, En seguida lo estaquearon "
390 Y la
cosa se acabó.
En la lista de la
tarde El gef e nos cantó el punto *, Diciendo?
«Quinientos juntos* Llevará el que se
resierte ";
395 Lo haremos pitar del juerte *; Más bien
dése por dijunto.»
A naides le dieron armas, Pues toditas " las que había El coronel las
tenía,
400 Sigún dijo esa ocasión, Pa repartirlas el día En que hubiera
una invasión.
Al principio nos dejaron De haraganes, criando sebo "•,
405
Pero después... no me atrevo A decir
lo que pasaba... ¡Barajo! si nos
trataban Como se trata a malevos •*.
Porgue todo era
jugarle Por los lomos con la espada, Y aunque usté no hiciera nada, Lo mesmito que en Palermol
02 Le daban cada cepiadam Que lo dejaban enfermo.
Y ¡qué indios ni
qué servicio, Si allí no había ni cuartel!
Nos mandaba el coronel A trabajar en sus
chacras"", Y dejábamos las
vacas Que las llevara el infiel'".
Yo primero sembré
trigo Y después hice un corral, Corté adobe
pa un tapial, Hice un quincho "*, corté
paja... ¡La pucha que se trabaja Sin
que le larguen ni un rial""!
Y es lo pior de
aquel enriedo Que si uno anda hinchando el
lomo Ya se le apean como plomo ""... ¡Quién aguanta aquel infierno!
¡Y eso es servir al Gobierno! A mí no me gusta
el come"".
Más de un año nos
tuvieron En esos trabajos duros, Y los indios, le asiguro, Dentraban cuando querían: Como no los perseguían Siempre andaban sin apuro.
A veces decía al
volver Del campo la descubierta
"°, Que estuviéramos alerta, Que andaba adentro la indiada, Porque había una rastrillada m O estaba una yegua muerta m.
445 Recién entonces salía
La orden de nacer
la riunión, Y cáibamos al cantón En pelos y hasta enancaos m, Sin armas, cuatro pelaos "*,
450 Que ívamos a hacer jabón "*.
AM empezaba el
afán, Se entiende, de puro vicio'", De enseñarte el ejercicio A tanto gaucho recluta
455 Con un estrutor "'... ¡qué... bruta!, Que nunca sabía su oficio.
Daban entonces las
armas Pa defender los cantones, Que eran lanzas y latones m
460 Con ataduras de tiento...
Las de juego
"* no las cuento Porque no había
municiones.
Y chamuscao
•", un sargento Me contó que las
tenían, 465 Pero que ellos las vendían Para cazar avestruces; Y ansí andaban noche y día Déle bala a
los ñanduces m.
Y cuando se ivan
los indios
470 Con lo que habían manotiao m,
Salíamos muy apuraos A perseguirlos de atrás; Si no se llevaban más Es porque no habían hallao.
475 Allí sí se ven
desgracias, Y lágrimas, y afiiciones; Naides le pida perdones Al indio, pues donde dentra roba y mata cuanto encuentra
480 Y quema
las poblaciones.
No salvan de su
juror Ni los pobres angelitos m; Viejos,
mozos y chiquitos Los mata del mesmo modo,
485 Que el indio lo arregla todo Con la lanza y
con los gritos.
Tiemblan las
carnes al verlo Volando al viento la cerda
"*, La rienda en la mano izquierda
490 Y la lanza en la derecha;
Ande enderiesa abre brecha, Pues no hay lanzaso que pierda.
Hace trotiadas
tremendas Dende el fondo del desierto;
495 Ansí llega medio muerto
De hambre, de sé y de fatiga; Pero el indio es una hormiga Que día y noche está dispierto.
Sabe manejar las bolas m 500 Como naides las maneja;
Cuanto12Í
el contrario se aleja Manda una bola
perdida m, Y si lo alcanza,
sin vida Es siguro que lo deja.
505 Y el indio es como
tortuga De duro para espichar "•; Si lo llega a destripar Ni siquiera
se le encoje. Luego sus tripas recoje
510 Y se agacha a disparar.
Hacían el robo a su
gusto Y después se ivan de arriba m; Se llevaban las cautivas Y nos contaban que a veces 515
Les descarnaban los pieses °° A las pobrecitas, vivas.
¡Ah, si partía el
corazón Ver tantos males, canejo! Los perseguíamos de lejos
520 Sin poder ni galopiar;
¡Y qué habíamos de
alcanzar en unos bichocos U1
viejos!
Nos volvíamos al
cantón A las dos o tres jornadas,
525 Sembrando m las caballadas; Y pa que alguno la venda, Rejuntábamos la
hacienda Que habían dejao resagada.
Una vez, entre
otras muchas,
530 Tanto salir al botón m, Nos pegaron un malón m Los indios, y una lanciada •", Que
la gente acobardada Quedó dende esa ocasión.
535 Habían estao escondidos
Aguaitando m
atrás de un cerro. ¡Lo viera a su
amigo Fierro Aflojar como un blandito "I Salieron como maiz fritols>
540 En cuanto sonó un cencerro.
Al punto nos
dispusimos, Aunque ellos eran bastantes "; La formamos al istante Nuestra gente, que era poca, 545 Y
golpiándose en la boca "° Hicieron nía adelante.
Se vinieron en
tropel Haciendo temblar la tierra. No soy manco pa la guerra,
550
Pero tuve mi jabón.
Pues iva en un
redomón M1 Que había boliao en
la sierra.
¡Qué vocerío! ¡Qué
barullo! ¡Qué apurar esa carrera!
555 La indiada todita entera Dando
alaridos cargó, ¡Jué pucha'"! y ya nos sacó Como yeguada matrera "*.
¡Qué
fletes"" traiban los bárbaros!
560 Como una luz de lijeros, Hicieron
el entrevero, Y en aquella mescolanza, Este
quiero, éste no quiero, Nos escojían con la
lanza.
565 Al que le dan un chuzaso I45t
Dificultoso es que
sane.
En fin, para no
echar panes '*,
Salimos por esas lomas
Lo mesmo que las palomas
570 Al juir de los gavilanes.
¡Es de almirar la destreza con que la
lanza manejan! De perseguir nunca dejan, Y nos traiban apretaos. 575
¡Si queríamos, de apuraos. Salimos
por las orejas "'!
Y pa mejor de la fiesta En esta afiición
tan suma, Vino un indio echando espuma'"
580 Y con la lanza en la mano
Gritando: «Acabau, cristiano, Metau el lanza hasta el pluma "'.»
Tendido en el costillar, Cimbrando por sobre el brazo
585 Una lanza como un lazo, Me atropeyó dando gritos. Si me
descuido... el maldito Me levanta de un
lanzaso.
Si me atribulo, o me encojo,
590 Siguro que no me escapo.
Siempre he sido
medio guapo •", Pero en aquella
ocasión Me hacía buya Bl el
corazón Como la garganta al sapo.
595 Dios le perdone al
salvaje Las ganas que me tenía... Desaté las tres marías •* Y lo engatucé a cabriolas... ¡Pucha...! Si no traigo bolas,
600 Me achura "* el indio ese día.
Era el hijo de un
casique, Sigún yo lo avirigüé; La verdá del caso jué Que me tuvo apuradazo at,
605 Hasta que al fin de un
bolazo Del caballo lo bajé.
Ahi no más me tiré
al suelo Y lo pisé en las paletas; Empezó a
hacer morisquetas
610 Y a mesquínár la garganta... Pero yo hice la obra santa De hacerlo estirar la jeta ".
Allí quedó de
mojón Y en su caballo salté,
615 De la indiada disparé,
Pues si me alcanza,
me mata, Y al fin me les escapé Con el hilo
en una pata **.
Seguiré esta
relación,
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