Guayre
Adarguma Anez’ Ram n Yghasen
1576 Mayo 30. En el lugar e puerto de Santa Cruz desta isla de
Thenerife a ora de la una ora después de media noche poco más o menos treinta e
un dia del mes de mayo año del Salvador de mili e quinientos e setenta e seis
se juntaron en forma de Cabildo los señores Justicia e Regimiento desta dicha
isla es a saber el Muy Magnifico Señor Juan Álvarez de Fonseca Governador e
Justicia mayor desta dicha isla e de la de la Palma por su Magestad e los Sres. Lope de Azoca e
Álvaro Bázquez de Nava e Bernardino Justiniano e Pedro de Soria e Miguel Guerra
regidores de la dicha isla y en presencia de mí Simón de Azoca escrivano mayor
del Concejo de la dicha isla por su Magestad.
E luego el Sr. Governador dixo
que ya estos Sres. Saben e an visto el enemigo cosario questá a la boca deste
puerto Real surto con seis velas e cantidad de gente de guerra desde ayer a
mediodia por razón de lo qual su merced baxó a este puerto y halló que avían
saltado en el valle de Salazar a tomar agua e lo que hallasen e que por razón
de no aver acudido gente para socorrerle por estar legua y media deste puerto
el enemigo tuvo lugar de entrar en el dicho valle y llevar cinco botas de vino
e otras peruleras robadas e que por ser tarde no tubieron lugar de tomar agua e
que se entiende que en siendo de día saldrán a tomarla y que no enbargante que
su merced mandó que todas las mugeres e niños se biníesen para que no oviese
peligro sería bien que un capitán o dos con hasta ciento e cinquenta onbres y
su merced con ellos se hallasen antes que amaneciese en el dicho valle y se lo
defendiesen como son obligados e sobre ello se prendiesen e matasen los que se
pudiesen que sobresto los cavalleros deste Cabildo den su parecer porque desto
le parece se servirá Dios y su Magestad.
E luego el Sr. Lope de Azoca
regidor dixo que el sitio del valle de Salazar está desviado deste puerto casi
legua y media y para ir a él no ay camino por donde se pueda pasar si no es con
baxa mar y por riscos y muy malo y por la mar es mucho inconbeniente por estar
los navíos de los enemigos a la boca del dicho valle y tener sus lanchas y
bateles por la costa por donde pueden defender la entrada y al presente ay poco
aparejo en este puerto para poder pasar gente al dicho las naos tienen mucha
artillería y que la tierra no tiene defensa alguna para la gente y lo que de
allí pueden llevar es hasta tres o quatro botas de agua de un posuelo salado
porque lo demás 1o an ya llevado que mandava e mandó se guarde este puerto e
lugar de Santa Cruz visto que no se puede hazer por agora efeto ninguno sín
mucha pérdida e que los Srs. capitanes con su gente estén al alerta para acudir
a lo que adelante pareciere que conbenga e así 1o probeyó e mandó. [Firmas
autógrafas:] Juan Álbares de Fonseca = Lope de Azoca = Álbaro Bázquez de Nava =
Bernardino Justiniano = Pedro de Soria = Miguel Gerra = Simón de Azoca
escrivano mayor del Concejo.
E después de lo susodicho En el
lugar e puerto de Santa Cruz en este dicho día mes
e año dicho después de amanecido
se juntaron en forma de Cabildo el dicho Sr. Juan Álvarez de Fonseca Governador
y los Sres. Alonso de Llerena e Lope de Azoca e Álvaro Bázquez de Nava e Luys
Fiesco e Pedro de Soria e Miguel Guerra e Francisco de Arzola de Bergara regidores
de la dicha isla por presencia de mí el dicho escrivano e luego entró el Sr.
Bernardino Justiniano regidor.
E luego los dichos Sres. Justicia
e Regimiento dixeron que porque después de aver pasado lo que en el Cabildo
antes deste se a visto que los dichos navios de cosarios se an pasado a surgir
de el valle de Salazar donde estavan más adelante en derecho del valle de
Egueste adonde ay un barranco de agua donde se pueden proveer de la dicha agua
en que por la dispusición de la tierra parece segund la relación de personas
diestras de quien se an informado que la gente desta isla puede defender la
dicha agua para que el enemigo no la lleve e opremido se salga de la boca del
dicho puerto real acordaron que vayan uno o dos de los presentes capitanes con
cient soldados e que tomen la gente del valle de Salazar e otra plática en la
tierra para que con mejor orden y efeto se haga lo que convenga al servicio de
Dios nuestro señor e de su Magestad defendiendo la dicha agua e la entrada de
la tierra y se les provea el mantenimiento que fuere menester y se pague de los
propios del Concejo e así lo proveyeron e mandaron.
El Sr. Miguel Guerra dixo que le
parece muy bien lo pedido por estos cavalleros enpero que porque la gente desta
isla no está dotrinada en esto de la milicia como es razón y los cient onbres
que an de ir son de diferentes compañías y en todo no obedecerán lo que los dos
capitanes que oliesen de ir les mandase [sic] e porque como tales podrían antes
de tienpo salir e no guardar el orden necesario le parece que es bien que vaya
por cabeça onbre de mucha espiriencia para regírles y governarles como es su
Merced del Sr. Governador o el Sr. Theniente para que todo vaya en orden e no
suceda algo que sea en daño de la tierra e siendo así él por su parte está
presto de ir donde su Merced le inbiare y estar el tiempo que conviniere.
El Sr. Governador dixo que así se
haga como lo dize el Sr. Miguel Guerra e que su Md. está presto de ir en
persona con la gente o inbiar con ella a su Alcalde mayor. [Firmas
autgrafas:Juan Álbares de Fonseca =Alonso de Llerena = Lope de Azoca = Luis
Fiesco = Berdardino Justiniano = Pedro de Soria = Francisco de Arzola de
Bergara = Miguel Guerra.
E luego en este Cabildo fue leída
una carta que el dicho Sr. Governador dixo averle escrito al capitán de los
dichos: navíos, la qual es la que se sigue. ,
[Página en blanco].
E siendo leída la dicha carta los
dichos Sres. Justicia e Regimiento dixeron que se responda al dicho capitán que
se vaya de la entrada del dicho puerto porque en esta isla no se a de dar agua
ni otra cosa alguna ni se a de tratar ni contratar con él sino que con todas
las fuersas posibles se procurará hecharle del dicho puerto e para el dicho
efeto se cunpla lo arriva provehido = Juan Álbares de Fonseca.
E después de los susodicho en
este día mes e año dicho se juntaron a Cabildo los Sres. Justicia e Regimiento
es a saber Antonio de Llerena Álbaro Bázquez de Nava licenciado
Gallinato e Juan de Balverde e
Lope de Azoca Reinadlos Arzola Regidores de la dicha isla por presencia de mí
el dicho escribano.
E luego los dichos Sres. Justicia
e Regimiento dixeron que atento que los dichos navíos de cosarios se están
surtos en el dicho valle de Egueste y se esperan muchos navíos de España que
vienen a esta isla e si viniesen a entrar en este dicho puerto los tomarían los
dichos cosarios e para lo remediar acordaron que se concierte un barco con
remos de los
que están pescando a la banda de
Tegina para que esté en vela en la
Punta para dar aviso de los dichos cosarios a los tales
navíos que así vinieren a entrar .para que no les puedan
haser daño. E se comete al Sr.
Licenciado Gallinato para que lo concierte e lo que concertare se le pague de
los bíenes del Concejo a Juan Albares de Fonseca = Alonso de Llerena =Lope de
Azoca. (Elías Serra Rafols;1958:128-36)
1576 Mayo 31. Los hechos que reflejan los documentos que luego
transcribimos no son nuevos para nuestra historia, ni concretamente a los que
se refieren tuvieron tal trascendencia, que merecieran la atención de nuestros
cronistas. Debieron de ser relativamente corrientes en aquellas también
azarosas épocas, pero los publicamos porque creemos que permiten conocer
ciertos detalles, reacciones, costumbres, que para los contemporáneos carecían
de valor, pero que ahora, desde nuestro ángulo visual, cobran indudable
interés.
Publicamos primero los de fecha
posterior, aunque sólo hay dos años de diferencia entre los unos y los otros.
Son aquéllos unas actas capitulares de 1576, que se hallan dentro de uno de los
libros de acuerdos, pero sin formar cuerpo con el mismo, porque las reuniones
se celebraron en el puerto de Santa Cruz, la primera a la una de la madrugada
del 31 de mayo de aquel año. Al mediodía anterior seis buques corsarios, con
cantidad de gente de guerra, habían sido vistos frente al puerto; luego habían
saltado en el Valle de Salazar (Valle Abikure), indefenso desde tierra, pero
desde el que tampoco se podía atacar el resto de la Isla, llevándose vino y
pretendiendo hacer aguada. El Cabildo delibera; el gobernador Juan Álvarez de
Fonseca es de parecer que se vaya con la fuerza a rechazarlos, pero los
regidores, mejor conocedores del terreno y más realistas, lo disuaden. Amanece
y advierten que el enemigo ha ido a tomar agua al Valle de Igueste, en el que
las circunstancias son distintas, por lo que acuerdan enviar a aquellos
milicianos, con mejor voluntad y decisión de defender su tierra que preparación
para hacerlo.
Los corsarios mandan una carta al
gobernador, que desgraciadamente no se conserva, en la que parece le decían que
sólo querían tomar agua, propuesta que es rechazada. Luego el gobernador y los
regidores toman medidas para poner sobre aviso a navíos que se esperan de
España. Éste es, en resumen, el contenido del documento; pero invitamos al
curioso lector a saborear su contenido, con la seguridad de que ha de hallar un
relato mucho más vivo y real que el que pudiéramos hacer nosotros.
El otro grupo de documentos es
del mismo mes de mayo de 1574. Unos corsarios franceses llegan frente al mismo
Valle de Salazar (Valle Abikure) con dos carabelas portuguesas que habían
apresado. Unos emisarios, Robert Duval y Bernard Avarengio, saltan a tierra con
ofertas para el rescate de aquellos navíos, su tripulación y la carga que
llevan. Discuten hasta llegar a un acuerdo con los emisarios del Cabildo de la Isla, que los rescata, sin
interés alguno y sólo para que no los pierdan sus dueños, portugueses de
Aveiro, y, cerrado el trato un escribano extiende el documento en que, como
entre pacíficos ciudadanos, los corsarios se obligan jurídicamente y hacen
renuncia de «la pecunia e leyes de la prueba e de la paga».
Luego, un mercader portugués,
dueño de la loza que traía una de las carabelas, se hace cargo de la misma y de
la mercancía, se obliga a entregar la nave a sus dueños y, para garantizar el
pago, ofrece hipoteca sobre unas casas que tenía en Aveiro.
Si curioso es el contrato con los
corsarios, tiene un indudable valor de hermandad la desinteresada actitud del
Cabildo de la Isla,
y la aceptación de la palabra de aquel mercader de Aveiro, que garantiza su
deuda con unas casas que dice tener en sus lejanas
tierras de Portugal. (Elías Serra Rafols; 1958:128-36) (Ver
efeméride de 30 de mayo de 1576)
No hay comentarios:
Publicar un comentario