LA PARED DE ROBERTO
Roque de Los Muchachos.
Arriba, a 2.426 metros de altitud, la leyenda dice que el diablo, celoso de la
felicidad del alma y el cuerpo, construyó en una sola noche una pared que
incomunicaba el antiguo camino que unía Santa Cruz de La Palma y la Villa de Garafía. Aquel
murallón acabó con la aventura amorosa de un joven de Tagaragre y una joven de
Aceró, aunque el hombre, un día, intentó atravesarlo, lo que logró transformado
en una bola de fuego que rodó hasta el abismo. La mujer que provocó la
intrépida acción del joven amaneció muerta, y los pastores la enterraron en el
Roque, donde sobre su tumba brotaron pensamientos de la cumbre o Viola
Palmensis, planta que, según la leyenda, copió el color azul de los ojos de la
joven. La pared de esta historia, que se denomina Roberto porque era el nombre
que se le daba al diablo, puede verse hoy partida en dos mitades.
Todo ocurrió: cuando mi novia y yo nos trasladamos a la isla
de La Palma a
pasar unos días durante el verano de 1994. Alquilamos una casa durante 14 días,
la casa se encontraba en Santa Cruz, ambos sin expresarlo notábamos algo raro
en esa casa que no nos terminaba de gustar, fuimos adquiriendo una especie de
hábitos y manías sin hablar el uno con el otro, le cogimos cierta aversión a
una habitación. La casa tenía dos habitaciones, era una casa no muy
grande, nosotros solo utilizábamos la habitación que más daba al salón, la que
estaba enfrente del baño y al lado del patio, le teníamos cierta manía, siempre
la dejábamos cerrada y con la llave pasada. A mi me daba muy mala espina esa
habitación, pero nunca le dije nada a mi novia para no preocuparla aun nos
quedaban casi diez días. Dicho cuarto tenía otra puerta que daba a una especie
de trastero muy estrecho y sin ventana, pues bien un día me decidí a entrar,
sentí un contrapelo en la nuca y cuello, la atmósfera era bastante
electrizante, notaba una presencia que me agobiaba levemente, durante el día no
pasaba nada yo entraba bravucón en la habitación casi provocativamente. Pero de
noche ni hablar desde las 16,00 horas, cerraba la puerta de dicha habitación y
ya no me atrevía a entrar de nuevo hasta el día siguiente. No me iba a la cama
sin antes asegurarme de que la habitación estaba cerrada, seguidamente invocaba
a los Angeles de la llama rosa para que protegiesen todas y cada una de las
dependencias de la casa, sobretodo la cocina y nuestro dormitorio. Al
principio no paso nada raro, pero a los tres o cuatro días ya me escamaba la
quietud de la casa presentía que había algo más y no podía contárselo a mi
novia. Para estar más seguro invocaba tres veces al día los Angeles de la llama
rosa y violeta. Dormíamos en cama separada ya que la habitación era de cama
separada por una mesita de noche, mi novia que siempre a tenido más
sensibilidad, a veces en la noche sentía que la tocaban el hombro, ella pensaba
que era yo, ella también sentía cierta aversión por aquella habitación y la
sensación de que había algo o alguien allí una extraña presencia, pero callaba.
Tanto ella como yo fuimos adquiriendo unas costumbres o bien llamémoslo manías,
sin saber porque ambos nunca dejábamos nada nuestro fuera del cuarto donde
dormíamos sobretodo bolígrafos y cosas personales. Todos los días por la mañana
la dejaba en casa viendo la TV,
mientras yo iba al supermercado, teóricamente se quedaba aseándose, pero no era
así, ella no se movía hasta que yo regresaba del sofá le daba pánico pasear por
la casa, notaba como si alguien o algo la estuviera observando. Como ya he
contado a veces entraba en la habitación provocativamente y me acostaba a echar
la siesta siempre que oscurecía me despertaba y cerraba la puertita con llave,
se había convertido en una manía, así varios días hasta que al décimo día,
sucedió algo insólito.Dos años más tarde fue mi novia con su hermana ella nunca
contó lo sucedido a nadie, cuando llegaron normal pero a ninguna le gustaba esa
habitación, solo la abrió para enseñársela a su hermana y nunca más se abrió,
iban juntas a todas partes, porque su hermana estaba aterrorizada, mi novia no
le contó lo sucedido hasta que se vinieron, ya que a la hermana le hubiera dado
algo. Seis meses más tarde fue otra de sus hermanas de Luna de Miel y nunca Mi
novia estaba en el cuarto de baño, mientras yo veía la tele tan tranquilo, ella
tenía el ventanuco elevado del baño abierto, de repente oí, más que oír intuí
telepáticamente, pues era imperceptible que mi novia me requería. Al
no oír nada seguí viendo la tele pero alerta, se repitió la sensación de
llamada, pero inaudible me dirigí al baño y entré allí estaba mi novia blanca
como un papel, resulto ser que ella había visto algo: Vio la cara de un hombre,
con ojos verdes que la miraba fijamente sin pestañear, un hombre extraño, con
gesto fijo, era bastante frío. Lo más asombroso es que a dicho hombre solo se
le veía la cara, lo que es bastante difícil, se tenía que ver los dedos si
estuviera agarrado, por lo cual intuyo que fuera algo anormal y dicho sujeto
estuviera levitando. Lo primero que hice al llegar al baño y ver a mi novia
fijamente mirando fue mirar hacia allí y el hombre desapareció sin más,
corriendo mire en el patio y no había nadie y era imposible que alguien hubiera
saltado o pasado de azotea. Sin más nos vestimos y salimos asustados de allí,
ella no tenía ganas de volver y yo la tranquilizaba, aún en la calle notaba su
presencia, era como si la estuviera mirando, observando, sentía un frío en todo
el cuerpo, bastante pánico. Me acuerdo que estabamos en la carpa y ella
tenía ganas de ir al servicio, y yo le decía de volver y ella no quería, cuando
regresamos sobre las 2:00 de la mañana, pase revista por toda la casa y tuve
que acompañarla al servicio. Desde ese día el ventanuco del baño lo dejábamos
cerrado y siempre antes de entrar ella al baño, pasaba yo y miraba en la ducha
y me quedaba en el patio esperando y observando que no había nadie. Entonces
nos pusimos a hablar de lo que ambos sentíamos en la casa, nos contamos todo y
fue tremendo ambos teníamos las mismas manías guardar los bolígrafos, cámara,
asegurar menaje en sus cajones,(nunca dejaba cuchillo u objeto punzante a la
vista), todo bien guardado. Cuando regresamos a Las Palmas me puse en
contacto con un soldado que yo conocía, que hacía la mili y que tenía ciertos
dotes de clarividencia. Este chico sabía lo que estaba pasando en La Palma cuando yo estaba allí
y estaba bastante preocupado, me contó que el señor que vio, fue por lo visto
un difunto de un accidente de tráfico bastante trágico. Me dijo que tenía
cierta confianza en que íbamos a salir airosos, pero que era un
"ente" bastante chungo, que notaba cierta confianza en mi mismo.
Abrió esa habitación, dice que le daba bastante miedo y que cuando pasaba por
allí sentía frío, sabe que es una habitación porque mi novia se lo dijo, ella
nunca se atrevió a abrirla y pasar.
Por: Luden (Investigador)
Por: Luden (Investigador)
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