martes, 18 de junio de 2013

LEYENDAS E HISTORIAS DE BENAHUARE (LA PALMA)-II






LA PARED DE ROBERTO
Roque de Los Muchachos. Arriba, a 2.426 metros de altitud, la leyenda dice que el diablo, celoso de la felicidad del alma y el cuerpo, construyó en una sola noche una pared que incomunicaba el antiguo camino que unía Santa Cruz de La Palma y la Villa de Garafía. Aquel murallón acabó con la aventura amorosa de un joven de Tagaragre y una joven de Aceró, aunque el hombre, un día, intentó atravesarlo, lo que logró transformado en una bola de fuego que rodó hasta el abismo. La mujer que provocó la intrépida acción del joven amaneció muerta, y los pastores la enterraron en el Roque, donde sobre su tumba brotaron pensamientos de la cumbre o Viola Palmensis, planta que, según la leyenda, copió el color azul de los ojos de la joven. La pared de esta historia, que se denomina Roberto porque era el nombre que se le daba al diablo, puede verse hoy partida en dos mitades.

 Todo ocurrió: cuando mi novia y yo nos trasladamos a la isla de La Palma a pasar unos días durante el verano de 1994. Alquilamos una casa durante 14 días, la casa se encontraba en Santa Cruz, ambos sin expresarlo notábamos algo raro en esa casa que no nos terminaba de gustar, fuimos adquiriendo una especie de hábitos y manías sin hablar el uno con el otro, le cogimos cierta aversión a una habitación. La casa tenía dos habitaciones, era una casa no muy grande, nosotros solo utilizábamos la habitación que más daba al salón, la que estaba enfrente del baño y al lado del patio, le teníamos cierta manía, siempre la dejábamos cerrada y con la llave pasada. A mi me daba muy mala espina esa habitación, pero nunca le dije nada a mi novia para no preocuparla aun nos quedaban casi diez días. Dicho cuarto tenía otra puerta que daba a una especie de trastero muy estrecho y sin ventana, pues bien un día me decidí a entrar, sentí un contrapelo en la nuca y cuello, la atmósfera era bastante electrizante, notaba una presencia que me agobiaba levemente, durante el día no pasaba nada yo entraba bravucón en la habitación casi provocativamente. Pero de noche ni hablar desde las 16,00 horas, cerraba la puerta de dicha habitación y ya no me atrevía a entrar de nuevo hasta el día siguiente. No me iba a la cama sin antes asegurarme de que la habitación estaba cerrada, seguidamente invocaba a los Angeles de la llama rosa para que protegiesen todas y cada una de las dependencias de la casa, sobretodo la cocina y nuestro dormitorio. Al principio no paso nada raro, pero a los tres o cuatro días ya me escamaba la quietud de la casa presentía que había algo más y no podía contárselo a mi novia. Para estar más seguro invocaba tres veces al día los Angeles de la llama rosa y violeta. Dormíamos en cama separada ya que la habitación era de cama separada por una mesita de noche, mi novia que siempre a tenido más sensibilidad, a veces en la noche sentía que la tocaban el hombro, ella pensaba que era yo, ella también sentía cierta aversión por aquella habitación y la sensación de que había algo o alguien allí una extraña presencia, pero callaba. Tanto ella como yo fuimos adquiriendo unas costumbres o bien llamémoslo manías, sin saber porque ambos nunca dejábamos nada nuestro fuera del cuarto donde dormíamos sobretodo bolígrafos y cosas personales. Todos los días por la mañana la dejaba en casa viendo la TV, mientras yo iba al supermercado, teóricamente se quedaba aseándose, pero no era así, ella no se movía hasta que yo regresaba del sofá le daba pánico pasear por la casa, notaba como si alguien o algo la estuviera observando. Como ya he contado a veces entraba en la habitación provocativamente y me acostaba a echar la siesta siempre que oscurecía me despertaba y cerraba la puertita con llave, se había convertido en una manía, así varios días hasta que al décimo día, sucedió algo insólito.Dos años más tarde fue mi novia con su hermana ella nunca contó lo sucedido a nadie, cuando llegaron normal pero a ninguna le gustaba esa habitación, solo la abrió para enseñársela a su hermana y nunca más se abrió, iban juntas a todas partes, porque su hermana estaba aterrorizada, mi novia no le contó lo sucedido hasta que se vinieron, ya que a la hermana le hubiera dado algo. Seis meses más tarde fue otra de sus hermanas de Luna de Miel y nunca Mi novia estaba en el cuarto de baño, mientras yo veía la tele tan tranquilo, ella tenía el ventanuco elevado del baño abierto, de repente oí, más que oír intuí telepáticamente, pues era imperceptible que mi novia me requería.  Al no oír nada seguí viendo la tele pero alerta, se repitió la sensación de llamada, pero inaudible me dirigí al baño y entré allí estaba mi novia blanca como un papel, resulto ser que ella había visto algo: Vio la cara de un hombre, con ojos verdes que la miraba fijamente sin pestañear, un hombre extraño, con gesto fijo, era bastante frío. Lo más asombroso es que a dicho hombre solo se le veía la cara, lo que es bastante difícil, se tenía que ver los dedos si estuviera agarrado, por lo cual intuyo que fuera algo anormal y dicho sujeto estuviera levitando. Lo primero que hice al llegar al baño y ver a mi novia fijamente mirando fue mirar hacia allí y el hombre desapareció sin más, corriendo mire en el patio y no había nadie y era imposible que alguien hubiera saltado o pasado de azotea. Sin más nos vestimos y salimos asustados de allí, ella no tenía ganas de volver y yo la tranquilizaba, aún en la calle notaba su presencia, era como si la estuviera mirando, observando, sentía un frío en todo el cuerpo, bastante pánico. Me acuerdo que estabamos en la carpa y ella tenía ganas de ir al servicio, y yo le decía de volver y ella no quería, cuando regresamos sobre las 2:00 de la mañana, pase revista por toda la casa y tuve que acompañarla al servicio. Desde ese día el ventanuco del baño lo dejábamos cerrado y siempre antes de entrar ella al baño, pasaba yo y miraba en la ducha y me quedaba en el patio esperando y observando que no había nadie. Entonces nos pusimos a hablar de lo que ambos sentíamos en la casa, nos contamos todo y fue tremendo ambos teníamos las mismas manías guardar los bolígrafos, cámara, asegurar menaje en sus cajones,(nunca dejaba cuchillo u objeto punzante a la vista), todo bien guardado. Cuando regresamos a Las Palmas me puse en contacto con un soldado que yo conocía, que hacía la mili y que tenía ciertos dotes de clarividencia. Este chico sabía lo que estaba pasando en La Palma cuando yo estaba allí y estaba bastante preocupado, me contó que el señor que vio, fue por lo visto un difunto de un accidente de tráfico bastante trágico. Me dijo que tenía cierta confianza en que íbamos a salir airosos, pero que era un "ente" bastante chungo, que notaba cierta confianza en mi mismo. Abrió esa habitación, dice que le daba bastante miedo y que cuando pasaba por allí sentía frío, sabe que es una habitación porque mi novia se lo dijo, ella nunca se atrevió a abrirla y pasar.
Por: Luden (Investigador)

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