jueves, 6 de junio de 2013

BRUJERIA Y APARICIONES: HISTORIAS DE SEÑA ROSA-III





Mónica Díaz Tabares



ESCUELA DE BRUJAS LA NIÑA DE LA BODEGA
Abuela dime lo de las escuelas donde las maestras eran brujas y le ense­ñaban brujería a las niñas.
En Las Palmas había una maestra, y la maestra esa salía por las noches con las niñas que tenía en la escuela, y vinieron a La Caleta a una bodega que había y al tiempo de salir, salieron todas y quedó una; y por la mañana, sentía la gente llorando allí dentro y dicen: —¡ay!, pues aquí dentro hay ni­ñas encerradas...—. Fueron y llamaron al amo de la bodega. Vino, y estaba una niña desnuda (ya grandita), y le dicen: —¡oye niña, ¿quién te trajo aquí?—, Dice: —mi maestra—. Y le dicen —¿y qué maestra?, ¿de dónde eres tú?—, dice la niña: —salimos con la maestra anoche a pasear y ellas se marcharon y me dejaron porque no les dio tiempo a recogerme—; (porque antes de que el gallo cante se tienen que dir todas pa la casa). Y preguntán­dole a la niña supieron que era de Las Palmas y donde vivía. Cojieron la niña y se la llevaron a los padres, y la maestra «aquella» la expulsaron de maestra, y no volvió a dar más escuela.
LAS BRUJAS Y EL INDIANO
Tú me has dicho de otra que había en....
En La Guancha, pero no se pueden nombrar a las personas...
Nooo, no vamos a decir los nombres verdaderos (los cambiamos)
«Carmen Fernández», mi padre trabajaba en la casa de'lla, (que por eso se enamoró el penco1 de mi marido de mí); y habían muchas niñas (la escue­la llena, porque no habían más maestras), y granditas ya, de la edad mía (yo tendría doce años), todas estaban en la escuela menos yo; no podía dir por­que tenía que atender a mi casa. Mi madre tenía muchos niños y yo tenía que ayudarla... Hacía la comida, y iba a comprar (mi madre no me daba nunca dinero, mi padre llegaba lo ponía «allí», yo lo cogía y compraba la comida). Conque... vino uno de Cuba que se llamaban Tomás, y había una muchacha que la engañó2 uno de La Guancha Arriba (era más feo..., que pa­recía el diablo), y ella era costurera (y la madre también). Era una muchacha alta y guapa, y el muchacho «ese» se enamoró de'lla y le dijo que acabara la costura que tenía, pa embarcarse pa Cuba, que él las llevaba (a ella y a la madre); y una noche le salieron las brujas en el chorro del agua (en La Guancha Abajo, porque él vivía en La Guancha Abajo, pero un poquito más allá, que llamaban Las Cañadas).
Tenía que pasar por aquel lugar cuando dia a hablar con la novia, y las brujas estaban enamoradas del).
Y parece que él sabía un rezado que se dice a las brujas; les dijo el reza­do, hizo una cruz en el suelo, espetó3 el cuchillo, y se quedaron todas desnu­das al pie del; y dicen —Tomás, quita el cuchillo pa dimos, que aclara el día y no nos podemos dir—. Y dice él: —¡no!, si ustedes me dan palabra que mientras yo esté aquí, no me vuelven a salir, les quito el cuchillo, pero si us­tedes me vuelven a salir (que yo no me voy a casar con ustedes, que tengo mi novia pa llevar pa Cuba, y pa nada me persiguen ustedes); no quitó el cuchi­llo, y las tuvo allí un buen rato, y él al pie de'llas, y ellas todas, desnudas allí. Conque... dispués le dijeron: —Tomás, por favor, déjanos dir pa nues­tras casas, que no te volvemos a seguir más nunca—. Entonces fue él, quitó el cuchillo, y se fueron todas pa las casas, (porque ya era a cantar el gallo, y tenían que dirse). Dispués él se marchó con esa muchacha pa Cuba, y no se casó con ninguna de'lias; no lo llevaban sino pa un barranco que lo lla­maban El Barranco de Joya de Giles, pa arriscarlo, y a mi padre (en paz descanse), lo llevaron una noche también, pero dispués mi padre se dio cuenta cuando ya día caminando pa'llá lejos, (que había una vereda), y dice: —¡ay!, pa dónde voy yo?—. Sacó un formón que llevaba en el bolsillo (por­que las brujas le huyen al acero), y les dijo: —a ver pa donde me llevan..., si pa tras, o pa lante—. Entonces dice que le dijeron: —camina Manuel el car­pintero pa tras, no vayas pa lantre—. Mi padre cogió el camino, entró en mi casa, ...pero cuando entró (ellas fueron acompañándolo), los jijides de'llas...., dicen: —¡esta noche te sal vastes, porque si "no llevas el formón te fasti­dias!—, dice mi padre —...yo me voy a salvar, que les clavo este formón por el c... y me van a dejar quieto por el camino.

LA NIÑA QUE FUE A CUBA
Era un hombre millonario que tenía más que una hija sola, y estaban            
comiendo todos en la mesa; que había venido un tío de la niña de Cuba; y           
estaban hablando de Cuba, y dice la niña: —tío, yo te vi en Cuba, estabas           
pasiando1 en una plaza con una mujer—. Y le dice el tío —¿con una mujer?,                         
¿y me vistes?—. Y dice: —sí tío, yo te vi pasiando con una mujer «de                
codo»2—. Y dice el tío —¿Y a dónde estabas tú?, ¿quién te llevó?—. Dice:                             
—yo fui con mi maestra, que nosotros salimos de noche con ella—. Y se fue                            
al cofre de'lla y sacó una ramita de un árbol de la plaza, que la cojió y la lie-                           
vó de recuerdo; entonces le dijo el tío, dice —es verdad, este árbol está en la                           
plaza de Cuba—, dice —entonces., a ti te llevan y te traen?—. Dice —sí, yo                            
voy con mi maestra, y vamos todas las niñas—. Y dijo el padre: —Entonces                            
tú eres bruja?—. Y dice: —yo no sé padre, a mí me lleva la maestra y voy—.                            
Y dice el padre: —pues mira brujas no quiero en mi casa—: agarró, y ence­
rró la niña en el sótano, y no la vio más, nadie.


1   Adj. Ruin, malo.
2   Verb. P. P. Dejó embarazada.
3   Verb. P. P. Clavó, hundió.
1 Verb. Ger. Paseando.
2 Cogidos por el codo.

Aula de Cultura del Exmo. Cabildo Insular de Tenerife
ISBN.: 84-505-7612-1. 1988.

No hay comentarios:

Publicar un comentario