M C L-II
Movimiento por Canarias libre
Una nueva época- nuevas formas-nuevos métodos
Las catastróficas consecuencias
que para Canarias está acarreando la plena integración en la Comunidad Europea,
que se han manifestado rapidísimamente, están provocando un cambio muy brusco
en las actitudes políticas de amplias capas de nuestra población, y un aumento
sorprendente e inesperado del sentimiento de rechazo con respecto a la política
gubernamental española y de la conciencia nacional del Pueblo Canario.
Asistimos, en estos momentos, a
un torrente de declaraciones y tomas de posición anticolonialistas, cuando no
claramente independentistas, de personas y grupos sociales que, hasta ahora, ni
siquiera se cuestionaban la " españolidad " de las Islas, ni su
propia condición de " europeos ".
Las dramáticas perspectivas que
se le presentan a prácticamente la totalidad de los sectores productivos ha
originado un giro espectacular en los planteamientos políticos y en la
mentalidad de muchos canarios, que hoy sufren en carne propia y de forma más
que evidente las duras consecuencias de la dominación española.
Estas nuevas circunstancias
históricas significan el inicio de una nueva etapa en la lucha independentista;
el principio de un movimiento anticolonial amplio y diverso, que supera ya,
claramente, la época de los grupúsculos independentistas que, predicando en un
desierto de indiferencia e incomprensión, languidecían en su papel de
iluminados marginales.
Ahora que la Historia nos está
dando la razón, se acercan a nuestras posiciones masas de ciudadanos canarios
que, hasta hace muy poco, nos veían con incredulidad, cuando no con prevención.
Sin embargo, hemos de reconocer
que los grupos independentistas existentes no estaban, ni mucho menos,
preparados para una situación como esta. La imprescindible respuesta organizada
no se ha producido, con lo que ha quedado demostrada, en la práctica, su
incapacidad de reacción política y su debilidad organizativa. Es necesario
admitir que las formas y los métodos de estas organizaciones han quedado
totalmente desfasados y pertenecen ya a otra época.
El fracaso de los grupos independentistas es patente y sin
paliativos, pero, si bien todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad, son
precisamente los líderes de estas organizaciones los máximos responsables, y a
los que no les queda otra salida digna que la dimisión.
Los métodos y las formas
tradicionales, nacidos en la época de la clandestinidad de los setenta, y de la
legalidad marginal y extraparlamentaria de los ochenta; impregnados del
radicalismo estéril producto de la inexperiencia y de la incompetencia
política, y del sectarismo generado por el personalismo mesiánico y la
insensatez, deben ser ya relegados a la historia, y considerados como propios
de una primera etapa, rudimentaria e infantil, del Movimiento de Liberación
Nacional de Canarias.
Se abre, por consiguiente, una
nueva época que, lógicamente, requiere de un cambio radical y decidido en las
formas y en los métodos.
Sin embargo, las casi dos décadas
que ha durado la etapa primaria de la lucha anticolonial, no han pasado en
balde. La experiencia acumulada en estos años, adquirida a un altísimo precio
de errores y fracasos, es lo que hoy nos permite tener una idea clara sobre la
necesidad de un giro radical.
No culpamos a nadie personalmente
de estos vicios consolidados durante una larga etapa de lucha en difíciles
condiciones. Pero es evidente que las formas organizativas y los métodos de
dirección tradicionales, ya no sirven.
A raíz del Iº Congreso Nacional
del FREPIC - AWANAK, celebrado hace un año, en un ambiente de euforia unitaria,
muchos pensábamos que, al fin, disponíamos de una organización independentista
amplia y representativa y, a la vez, renovadora y operativa.
Creíamos que se había dado el
paso definitivo para anteponer la cultura de consenso y del acuerdo político,
dejando a un lado los liderazgos personales.
Creíamos que el FREPIC, haciendo
honor a su nombre, se convertiría en el Frente de todos los independentistas.
Pero, lamentablemente, una minoría de compañeros, cuya capacidad y visión
políticas han quedado claramente en entredicho, y que a muchos nos han
decepcionado profundamente, objetivamente han representado un freno para la
actividad política democrática y unitaria. Una minoría que, durante este tiempo
se ha sentido muy incómoda, viendo con gran recelo cualquier intento de
reglamentación, controlar y dar transparencia a la toma de decisiones y a las
responsabilidades de los dirigentes. Una minoría que ha pretendido mantener
unos métodos de trabajo personalistas, inmovilistas y antidemocráticos, a su
imagen y semejanza; conformando una concepción patrimonialista de la
organización, fundamentada principalmente en el hecho de tener las siglas
protocolizadas a su nombre o a nombre de ciertos incondicionales.
Las contradicciones entre estas
dos concepciones nos ha llevado a la crisis actual. Por una parte, el empeño de
unos pocos dirigentes " históricos " de disponer de una organización
a su medida, que no se les escape de las manos, que sirva para, sin conflictos
ni sobresaltos, ni enojosas presiones de las bases, llenar sus ratos libres; y
les permita aparecer de vez en cuando en la prensa o en algún acto público, y
cultivar el prurito de ser un conocido y prestigioso dirigente. Y, por otra, el
intento de la amplia mayoría de los militantes de acabar, de una vez, con los
tópicos del independentismo vulgar, y de provocar la chispa que encienda el
proceso de toma de conciencia nacional de este país, dando respuesta a los
problemas derivados de la nueva situación histórica de las Islas. La concepción
de una organización fundamentalmente democrática, dinámica, renovable,
imaginativa y moderna.
Nos proponemos una profunda
renovación. Estamos decididos a enterrar definitivamente la visión estrecha y
simplista de la lucha anticolonial.
Con la puesta en marcha del
Movimiento por Canarias Libre, pretendemos acabar con las formas mezquinas,
autoritarias y burocráticas; y con los métodos de dirección cerrados,
encapsulados en sí mismos, que tratan de perpetuarse por medio de la permanente
desconfianza y el boicot al trabajo de los que no pertenecen a su reducido
grupo de incondicionales; lo que provoca el abandono constante de la
organización por parte de valiosos cuadros e impide la promoción de jóvenes
dirigentes.
El Movimiento por Canarias Libre
- MCL - surge con la finalidad fundamental de hacer efectivo lo que ha sido
imposible desarrollar en el seno del FREPIC, es decir, poner en funcionamiento
todo el esquema organizativo ( estatutos, reglamentos, etc. ) de forma que se
consiga una organización dinámica, viva, democrática, asamblearía y con
vocación unitaria; capaz de ofertar una alternativa política, económica, social
y cultural válida para el momento histórico actual; dotándose de un programa
político por la creación de un modelo canario de desarrollo propio, sin imitar
a nadie, no dependiente, auto centrado, planificado democráticamente al
servicio del Pueblo Canario, que respete el medio natural, nuestra
idiosincracia y nuestro deseo de no colaborar con el "nuevo orden"
mundial.
Y, para ello, vamos a terminar,
en primer lugar, con las direcciones personalizadas e inamovibles que, tal como
se ha demostrado hasta la saciedad, degeneran inevitablemente en el culto a la
personalidad, en la peor tradición esta-linista.
La rotación en los cargos de
dirección y de representación pública es uno de los elementos básicos de la
profunda renovación en que estamos empeñados. Con ello perseguimos el objetivo
de que no sean las personas, sino las ideas y las alternativas políticas,
decididas por medios democráticos y asamblearios, los que nos definan y nos
identifiquen ante la sociedad.
No estamos dispuestos, además, a
seguir permitiendo que, en aras de un supuesto " purismo "
independentista que, en el fondo, no es más que un pretexto para la inactividad
y una excusa de negligentes e incompetentes, los nacionalistas revolucionarios
permanezcamos al margen de los acontecimientos sociales y políticos que tienen
significación histórica para nuestro país.
Vamos a terminar con el
triunfalismo y el conformismo; con el complejo de inferioridad, el fatalismo y
el derrotismo de los que, afectados gravemente por el mal de la alienación
colonial, consideran que para nosotros cualquier cosa vale, y que, por
consiguiente, no es necesario esforzarse demasiado pues, por lo visto, no nos
merecemos más que realizaciones mediocres y estamos condenados a la impotencia
y la marginalidad.
El Movimiento por Canarias Libre
nace con la vocación de realizar un trabajo serio, eficaz y riguroso; con un
alto nivel de exigencia en lo político y en lo organizativo, en la agitación y
en la propaganda; y en la vinculación con la sociedad canaria.
Vamos a intentar que el
independentismo se sitúe por fin en el lugar que le corresponde en el panorama
político de las Islas, abandonando definitivamente el carácter primario que ha
tenido hasta ahora, e inaugurando una nueva época de madurez y eficacia.
Sta. Cruz de Tenerife, 4 de abril
de 1992.
Fdo.: La Mesa Nacional del Movimiento por Canarias
Libre (MCL).
(Archivo personal de Eduardo
Pedro García Rodríguez)
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