lunes, 12 de octubre de 2015

"Vencer o ser vencido




, no hay otra alternativa. El vencedor será el amo y el vencido será el esclavo: aquél gozará de la soberanía y de los derechos del señor; éste cumplirá con veneración y respeto sus deberes de súbdito".

(Max Stirner)
Desde que se produjo la invasión de los castellanos hasta el siglo XVI los antiguos pobladores de las islas Canarias se vieron sometidos y forzados a a continuas emigraciones.

Dejando de lado los continuos choques sangrientos entre los isleños y los castellanos, más las epidemias, producidas por las guerras, ningún otro factor ha contribuido tanto a la extinción de ese noble pueblo canario como la "emigración", como ya dije forzada, o quizás espontánea al Nuevo Mundo.

Las causas son notables ya que después de cada guerra con los castellanos, mientras una parte de los canarios rebeldes, se reconciliaban y abrazaban la nueva religión, la otra huía a las inaccesibles montañas, donde llevaba una vida aislada. Sin embargo muchos volvían a sus hogares, apenados por la triste suerte de los suyos, perseguidos por el celoso vencedor, siempre expuestos a toda clase de sufrimientos y humillaciones, También por las inclemencia del tiempo que les obligaba a abandonar las cumbres, estos alzados a veces eran convencidos por los misioneros, que no paraban de buscar a los alzados a los que persuadían de que debían regresar a sus chozas con sus desmembradas familias. pero habían otros que se mantenían ocultos, aislados manteniendo el orgullo salvaje e invencible que los animaba a vivir de forma precaria, a volver junto a sus familias esclavizadas, cediendo así a las pretensiones del conquistador extranjero usurpador de su pueblo.,y de su identidad.

(Maria Gomez Diaz) Octubre de 2015.

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