jueves, 15 de octubre de 2015

"Todos iban vestidos con pieles, pero la llevaban con tanta majestuosidad, que les hacía parecer eterna como la ropa de la realeza".




Conocidas desde el Mundo Antiguo, las Islas Canarias eran conocidas desde el Mundo Antiguo hasta su nuevo redescubrimiento a finales de la Edad Media ligadas a la industria de los colores y el teñido. Ya Bocaccio describe y hace referencias a este tipo de productos:

 "Primero trajeron cuatro hombres, habitantes de esas islas, así como pieles de carnero y de cabras, en gran cantidad, sebo aceite de pescado, despojos de focas e igualmente, maderas coloradas, que tiñen casi como el palo de Brasil, aunque los expertos dicen que no lo son. También trajeron cortezas de árboles, propias para teñir de rojo, tierras rojas y cosas similares."

La descripción que hace Boccaccio y de Azurara (1448) sobre las islas canarias, relata que los vestidos de piel destacaban por el color, rojo y el amarillo sobre todo en Fuerteventura y Lanzarote: Relata que luego pasaron a otra isla mayor, en la que vieron acercarse , en la playa, muchos hombres y mujeres, casi todos desnudos. Algunos, que parecían ser mas notables, vestían pieles de cabra teñidas de amarillo y de rojo, las cuales, según parecía de lejos, eran muy delicadas y primorosas y cosidas…
“El verano tenían cuidado de coger las flores, para sus tintas a sus costuras”.
(Abreu Galindo)

El verano es un periodo que coincide, con la época de floración de Reseda luteola y sobre todo del grupo de las Rubiáceas. Seguramente también resultaría el momento idóneo para el teñido si tenemos en cuenta que el clima es un factor importante a la hora de realizar el trabajo. Una labor llevada siempre por las manos femeninas, igual que sus iguales norteafricanas, tanto en el pasado como hoy en día.

Nuestros ancestros tenían entre ellos personal para hacer casas debajo y encima de la tierra, carpinteros, sogueros que trabajaban con yerbas y con hojas de palma y preparaban las pieles para vestidos. La mayoría de estos trabajos los hacían las mujeres.
El amarillo era un color que sin duda debió gozar de una consideración especial, en la isla de Gran Canaria, los nobles se solía teñirse de ese color rubio coloración utilizada como distinción social.
Publicado por María Gómez Díaz. Octubre de 2015.

No hay comentarios:

Publicar un comentario