martes, 27 de octubre de 2015

APUNTES EN TORNO A LAS HIGUERAS DE CANARIAS-IX




La fruta pasada en el Norte de Lanzarote


Fueron los higos pasados un alimento básico en la dieta de los canarios desde los aborígenes hasta entrados los años 70 del siglo XX. En Lanzarote, suponen junto con los porretos  un sustento principal durante los meses de Noviembre y Diciembre  periodo de escasez alimentaria.


 Muchas son las variedades de higueras que se cultivaron dependiendo fundamentalmente del tipo de suelo, de las zonas climáticas y de la época de maduración. De entre las variedades que se dan en la zona norte destacan las siguientes: Brevera canaria, Colorada, Brevera fina, Blanca fina, Gomera blanca, Negra Conchinchina, Negra y Bigariña.

La higuera Bigariña prospera muy bien en los terrenos de polvillo (suelos de degradación de los malpaíses de las erupciones de Los Helechos y La Quemada) propios de la zona de Máguez. No siendo tan productiva en otros tipos de suelos más arcillosos.
La colorada es la primera que madura. Es óptima para las zonas de suelos pobres incluso en arenados sobre malpaíses y cotas de altitud más bajas.
La gomera se desarrolla mejor en las cotas altas y necesita sobre todo de tierras más fértiles.
La negra es la última que madura. La tradición oral le atribuye las propiedades de “traicionera y dañina” haciendo referencia a que en determinadas circunstancias puede provocar indigestión e incluso la muerte. Dice la copla  en relación a  esta higuera:

   ¡Malhaya la higuera negra
    que echa los higos menudos,
    malhaya la mujer joven
    que se casa con un viudo!

Los primeros higos, que maduran fuera de tiempo, les llaman higos locos y fructifican de forma aislada durante los meses de enero y febrero. También hay higos que llaman sanjuaneros, que  empiezan a  pintar cercanos a festividad de San Juan. Muy apreciados por ser los primeros, se utilizan principalmente para el consumo fresco.
En general el periodo de recolección de los higos se extiende principalmente entre los meses de Agosto y Septiembre.


Los higos maduros se ponían tendidos al sol sobre los paseros. Estructuras que se levantan en el campo, acondicionadas sobre paredes de limpieza (desripio) de los terrenos. Estas construcciones aireadas y soleadas son óptimas para un rápido secado de la fruta. Otras veces se ponen directamente sobre el suelo preparando previamente la zona con arenas gruesas.

Una vez recogidos de los paseros se llevaban a las casas y se dejaban refrescar extendidos sobre esteras de palma donde permanecían durante unos días. El siguiente paso era  sumergirlos en agua caliente para higienizarlos. Una vez hecho esto se volvía a poner unas horas al sol para quitar el exceso de humedad y con las manos mojadas en salmuera se iban seleccionando. Desechando en este proceso los mordidos y más feos para el consumo de los animales (cochinos, perros etc.) los mejores se empaquetaban y almacenaban en espuertas de palma. Cuenta la gente mayor que algunas de las familias más ricas utilizaban estos higos de desecho para pagar el sueldo a los peones a  su cargo.
Los higos se mantenían empaquetados hasta el día uno de Noviembre en el que era costumbre abrirlos, así como la demás fruta pasada: (porretos, pasas) y el vino. Esto no se realizaba antes por dos razones: Aprovechar al máximo la fruta fresca y por otra parte que los higos en  este momento estaban ya azucarados


Esa fecha era señalada para que los niños pobres salieran a pedir la limosna de los santos a casa de la gente más pudiente. Rezaban una oración por los difuntos  de la casa, a lo que la familia correspondía llenándoles los zurrones de higos pasados.
Una anécdota cuenta que en Máguez sobre los años 40 del siglo XX estaba una madre guardando los higos de forma cuidadosa ante la mirada atenta de su hijo de corta edad, que le pidió comer algunos. La madre se negó diciéndole “que los quería para el día de todos los santos“. Haciendo referencia a que era a partir de esa fecha en la que podían comerlos.
Llegó el día señalado y la madre que había salido al campo, vio desde lejos  una gran fila de niños en su puerta, cuando llegó su hijo había vaciado medio cajón de higos repartiéndolo entre los niños pobres.
-Pero madre ¿Uste no me dijo que los quería para el día de los santos?-sollozaba, mientras la madre se echaba manos a la cabeza, ya que en una hora había perdido la  comida de los meses venideros, aunque por otra alabando  en el buen corazón de su hijo.


Fuentes orales:

 Dorina Torres (Máguez), Antonio Betancor (Tabayesco), Guillermo Dorta (Ye), Claudina (Ye), Tomasa Perdomo (Máguez), Francisca Dorta (Máguez),Matías Niz (Máguez),Joaquín Melgarejo  (Haría),Pancho Dorta ( Örzola), entre otros... 
Bibliografía:
-Jaime Gil y Otros. Las higueras canarias y su diversidad. Rincones del Atlántico
-Águeda Mª González-Rodríguez y María José Grajal-Mart Higueras de Canarias Caracterización morfológica de variedades
-VV.AA:: La cultura del agua en Lanzarote, Cabildo Insular de Lanzarote, 2006.
-Antonio C. Perdomo Molina. Sobre paseros, pasiles, secaderos, tendales, tinglados y hornos: la cultura material de los higos pasados en Canarias. Rincones  del Atlántico

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