EL MUNDO ABORIGEN CANARIO
El concepto de Mundo Aborigen
define el período histórico que va desde el poblamiento originario del
Archipiélago hasta la llegada de los primeros invasores europeos, en contraposición
al término generalizado de Prehistoria de Canarias, pues las sociedades
aborígenes además de ser coetáneas al período histórico poseían cierto
conocimiento de la escritura.
1.-
ORÍGENES, CAUSAS Y MEDIOS DEL POBLAMIENTO DEL ARCHIPIÉLAGO
El mundo aborigen canario no
conformó un modelo cultural homogéneo sino que más bien cada isla, incluso
dentro de cada realidad insular, presentaba unos caracteres propios y
diferenciadores, aunque también existían elementos comunes. Este estado de
fragmentación cultural vino condicionado por un poblamiento de gentes
provenientes de diversas áreas del vecino continente africano, en distintos
grados de evolución cultural y en diferentes momentos históricos.
Muchas han sido las hipótesis
planteadas que han intentado explicar el origen, las causas y el medio de
poblamiento. Los cronistas y primeros historiadores recurrieron a personajes
mitológicos, a pasajes bíblicos o pueblos de la Antigüedad en busca del origen
de los primeros habitantes del Archipiélago. Sin embargo, el estado actual de
los conocimientos, apoyado en los estudios de los materiales arqueológicos y en
cronologías relativas y absolutas, propone como hipótesis que dicho poblamiento
tuvo lugar en una fecha relativamente reciente, que bien puede situarse entre
el siglo V a. C. y la etapa histórica.
El origen de los primitivos
pobladores es uno de los principales problemas que aún queda pendiente de
resolver. No obstante, cada vez parece más claro que debemos situarlo en el
mundo beréber del norte de África.
Distintas han sido, también, las
causas o motivaciones apuntadas por los especialistas, sobre ese trasvase
poblacional del continente africano hacia el Archipiélago Canario. Se apuntan
razones de índole económica y demográfica, como la progresiva desertización del
Sahara y la paralela disminución de la humedad en el Magreb; así como razones
políticas, derivadas del clima bélico provocado por la fuerte presión ejercida
por la presencia romana en el área norteafricana que daría lugar a un
desplazamiento de pueblos.
Ahora bien, en cuanto a la forma
del desplazamiento, ésta debió realizarse en distinto momentos y por diversos
factores. Los primitivos habitantes de Canarias pudieron llegar por sus propios
medios voluntarios, por sus propios medios pero de forma circunstancial o
fueron simplemente traídos voluntariamente o a la fuerza. Es evidente que el
medio utilizado fue la navegación, sin embargo las noticias acerca del
conocimiento náutico por parte de los primitivos habitantes de canarias son muy
escasas, lo cual ha llevado a algunos autores a afirmar la inexistencia de una
comunicación marítima entre las islas.
No obstante, a pesar de todos estos
problemas planteados, lo que realmente centrará nuestra atención, en las líneas
que siguen, será el intento de profundizar en el conocimiento del propio
desarrollo cultural del mundo aborigen, es decir, intentaremos descubrir cómo
vivieron, cómo se organizaron y cuál fue su respuesta de adaptación al nuevo
medio.
2.-
EL HOMBRE
La población aborigen del
Archipiélago Canario se formó sobre la base de dos tipos humanos, el cromañoide
y el mediterranoide, caracterizados por unos rasgos físicos diferenciados. Su
distribución entre las islas fue desigual. El cromañoide tenía una presencia en
todas las islas, pero con un mayor predominio en La Gomera, Norte de Tenerife e
interior de Gran Canaria. En cambio, los medrterranoides se asentaban
fundamentalmente en Gran Canaria y en El Hierro, mientras que La Palma y
Tenerife ocupaban unas posiciones intermedias.
En cuanto el número de habitantes
del Archipiélago en los momentos previos y posteriores a la conquista, por el
momento no es posible determinarlo, pues las cifras proporcionadas por los
cronistas son contradictorias. Algunos especialistas, basándose en la capacidad
de sustentación de cada territorio conjuntamente con otros métodos (fuentes
etnohistóricas, niveles tecnológicos, etc.), estiman para Lanzarote y
Fuerteventura unas cifras que no superarían el millar de habitantes para cada
una de estas islas. Para Gran Canaria y Tenerife podían situarse en unas 30.000
personas, La Gomera estaría sobre los 2.000, El Hierro sobre el millar y La
Palma por encima de los 4.000 individuos.
Asimismo se apunta, por los
especialistas, la existencia de un cierto control demográfico por las
sociedades aborígenes, con el objetivo de mantener un equilibrio poblacional
con relación a la capacidad de alimentación del territorio. Entre los
mecanismos de control demográfico se ha constatado el infanticidio, en la isla
de La Palma, y el infanticidio femenino en Gran Canaria.
3.-
LA OCUPACIÓN DEL TERRITORIO
La estructura geológica del
archipiélago determinó, en cierta medida, la utilización de la cueva como el
tipo de vivienda o habitat más generalizado en la sociedad aborigen del
Archipiélago a excepción de las islas más orientales, Lanzarote y
Fuerteventura. En estas islas las condiciones orográficas, la escasez de cuevas
naturales, generaron otro sistema de habitat, definido por la utilización de
tubos volcánicos, dando lugar a las llamadas casas hondas, cuyo interior podía
estar dividido en varios compartimentos.
Pero esta ocupación del terreno
no sólo respondía a un condicionante o determinismé geográfico sino que además
intervenían otros factores, relacionados directamente con la posibilidad dé
obtención de recursos, la amplitud de la cavidad de la cueva, su ubicación en
la vertiente de solana y su distanciamiento del álveo del barranco.
Junto a la cueva natural se
utilizaba, también, la cueva artificial. La máxima concentración de este tipo
de habitat se encuentra en Gran Canaria aunque también contemos con algunas
manifestaciones en Fuerteventura: Montaña La Muda, El Castillejo o La Fortaleza
y en Tenerife: la Cueva de los Reyes. Se trata de viviendas de planta
ligeramente oval, cruciforme o cuadrangular provistas de varias habitaciones
secundarias, con alacenas o repisas y silos. Poseían, adofttés, perforaciones,
a modo de ventanas o tragaluces, que permitían la aireación y luminosidad del interior.
En algunas de estas cuevas, como es el caso de la Cueva Pintada o la Furnia,
situadas en Gáldar de Gran Canaria, aparecen restos de pinturas con motivos
geométricos decorando las paredes.
También nos encontramos con un
tipo de habitat de superficie, particularmente en la isla de Gran Canaria. Este
tipo construcción de viviendas, basándose piedra seca y sin ningún tipo de
argamasa, se adaptaban a las irregularidades del terreno. Estas construcciones
llegaron a formar verdaderos poblados y presentaban generalmente una planta
circular u oval y, en ocasiones, cuadrangular. Por último, en casi todas las
islas debieron existir pequeñas construcciones a modo de cabanas, con muros de
piedra y techumbre vegetal, vinculadas al mundo del pastoreo.
4.-
LA SOCIEDAD ABORIGEN
La organización social del mundo
aborigen canario responde esencialmente a un modelo de sociedad tribal aunque
existían ciertas diferencias en sus estructuras sociales y políticas entre las
islas. Exceptuando Lanzarote y El Hierro, donde sólo existía una tribu, el
resto de las islas se encontraban subdivididas en jurisdicciones territoriales
denominadas "menceyato" para Tenerife, "guanartemato" en
Gran Canaria, y "bandos" o "reinos" en las restantes islas.
En todas ellas la forma de gobierno fue la jefatura, excepto en Gran Canaria,
que contaba con un sistema de jerarquía más centralizado y complejo.
La estructura social aborigen, en
líneas generales, no era igualitaria, sino que existían marcadas diferencias
sociales entre sus componentes, que se acentúan en el caso de Gran Canaria. En
esta isla existía un grupo dominante con endogamia de clase, es decir, que sólo
se casaban entre ellos con el objeto de continuar detentando el poder
socioeconómico. De este modo, este grupo se constituía en una nobleza
hereditaria socialmente de forma matrilineal, la madre transmitía la nobleza, y
económicamente patrilineal, el padre transfería la propiedad.
La distinción jerárquica se hacía
visible mediante símbolos extemos como bien pudiera ser un corte de pelo
determinado, la utilización de una vestimenta especial, atributos guerreros,
etc. Entre ellos se pueden distinguir dos clases: la primera nobleza con pureza
absoluta de sangre, que los cronistas denominaban -caballeros", y la
nobleza de segundo orden o "hidalgos"
La mayor parte de la población
estaba compuesta por la clase dependiente, encargada de las labores agrarias,
artesanales y pastoriles. Esta clase llamada también "plebeyos" o
"villanos" tenía asimismo rasgos simbólicos externos que señalaban su
condición, como la ausencia de barba, el pelo corto en los hombres, etc.
Asimismo los códigos de justicia eran distintos para ambas clases, existiendo
incluso jueces y formas diferentes de impartir justicia para cada grupo
social.
'
La sociedad aborigen de Tenerife
aparecía también dividida en niveles similares. Las fuentes etnohistóricas
señalan que entre ellos existían tres clases o grupos: Achlmencey, descendientes
directos del Mencey, que representaban la pureza de linaje; los Cichiciquftzo,
calificados da escuderos o nobleza secundaria por los europeos de la conquista;
y los Achicaxna, villanos o trasquilados, cuyo distintivo era llevar el pelo
rapado.
Para las restantes islas la
información que se posee es muy escasa y confusa. En La Gomera y en El Hierro
parece que hubo diferencias sociales imprecisas y sólo está claro, para La
Gomera, que la herencia se producía por vía matrilineal, es decir, que el varón
era el depositario de los bienes familiares pero no heredaban sus hijos sino
los de su hermana.
En cuanto a la estructura
familiar se observan diferencias insulares. Así en Lanzarote existía la
poliandria, en El Hierro el matrimonio se realizaba mediante pago de cierta
cantidad de ganado al padre o madre de la novia y en La Gomera se daba la
"hospitalidad do locho" o costumbre de ceder la mujer al huésped, lo
que también es probable que se diera en Gran Canaria.
A la llegada de los
conquistadores europeos, a lo largo del siglo XV, las Islas se encontraban
subdivididas en distintas jurisdicciones territoriales. Así, Gran Canaria
aparecía dividida en dos demarcaciones, Telde y Gáldar, bajo el dominio
respectivo de sus "guanartemes";Tenerife se hallaba dividida en nueve
menceyatos: Anaga, Güímar, Abona, Adeje, Daute, Icod, Taoro, Tacoronte y
Tegueste. Y es muy probable que existiera algún sistema de confederación entre
ios distintos bandos o menceyatos. La isla de La Palma estaba fragmentada en
once reinos o señoríos: Aridane, Tijuya, Guehebey, Ahenguareme, Tigalate,
Tedote, Tenagua, Abdeyahamen, Tagaragre, Tegalgen, Tijarafe y Aceró. Mientras
que Fuerteventura estaba dividida en dos: Maxorata y Jandia. La isla de La
Gomera estaba repartida en cuatro tribus, Ipala, Mulagua, Orone y Agana, con un
sistema de organización dualista. Y por último, las islas del Hierro y de
Lanzarote constituían cada una de ellas una sola tribu.
5.-
LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS
En Gran Canaria, el poder civil
estaba representado por el Manartoma que era elegido por un consejo de nobles
entre los varones descendientes más directos de la dinastía. Mientras que el
poder religioso estaba en manos del Faycán, cargo que recaía en un miembro de
la familia del Guanarteme. A pesar de que su función era básicamente religiosa,
a modo de gran sacerdote, tenía un gran protagonismo en la vida social,
política y económica, pues dirigía la recaudación del diezmo de las cosechas y
seguramente su almacenamiento en los graneros colectivos y era el encargado de
legitimar la nobleza.
Junto al Guanarteme y el Faycán
existían otros dos órganos de poder colegiados, uno de carácter civil y otro
militar. El primero estaba formado por una especie de consejo, integrado por el
Guanarteme, el Faycán y los nobles que asesoraban o deliberaban con el rey
sobre cuestiones relacionadas con el gobierno y la justicia. El otro órgano
colectivo de tipo militar se le denominaba Sabor; era una institución guerrera
integrada por los Gvayros -capitanes de guerra o jefes de partidas- y es
posible que fuese convocado sólo en casos de crisis o en actos festivos, puesto
que sus funciones eran defender el territorio, los pastos y los ganados, así
como actuar de arbitro en los juegos de fuerza y habilidad de los guerreros.
Entre los Guanches, habitantes de
Tenerife, la jefatura era ejercida por el Mencey, cargo hereditario por vía
patrilineal cuya designación debía hacerla el Tagoror o Consejo. Sus
atribuciones eran de carácter civil, religioso y guerrero. Repartía las
tierras, era el juez supremo, dirigía la guerra y los actos religiosos.
El Tagoror era un órgano
colegiado, especie de consejo de ancianos, compuesto por los parientes del
Mencey o primera nobleza. Se reunían en un lugar cercano a la vivienda del
Mencey, donde estaban dispuestos unos asientos de piedra. Sus funciones eran
las de designar al Mencey y actuaba como consejo asesor y como tribunal de
justicia.
6.-
LA ECONOMÍA ABORIGEN
En todo el Archipiélago, a
excepción de Gran Canaria, existía una economía de signo pastoril que se
complementaba con la práctica de la agricultura, y la recolección de frutos y
productos marinos.
La cabaña ganadera estaba
compuesta esencialmente por la cabra, denominada toqvovfto en La Palma, axa en
Tenerife y aridanum en Gran Canaria. Junto a ella también la oveja y el cerdo
constituían la base principal de la actividad económica.
Este tipo de economía pastoril
ofrecía no sólo la base productiva de recursos alimenticios como la leche, la
mantequilla, el queso, y cárnicos, sino que además proporcionaba recursos
tecnológicos, materias primas como pieles, tendones y huesos para la
fabricación de diversos utensilios y manufacturas.
El sistema de pastoreo practicado
consistía en la suelta controlada del ganado con relación con los movimientos
estacionales trashumantes, en búsqueda de pastos. En las islas de Lanzarote y
Fuerteventura este sistema tenía un carácter horizontal con espacios de pastos
acotados y reservados para el ganado, como sucedería en la península de Jandía.
Mientras que en el resto de las islas el sistema practicado era el vertical, es
decir, movimientos trashumantes de costacumbre en conexión a los cambios
estacionales.
La actividad pastoril era
desempeñada por los varones y exigía el control de la cabaña ganadera desde el
proceso de identificación del ganado, su selección, su composición, a la par
que el de los pastos, siendo éstos y el robo de ganado motivo de frecuentes
disputas entre los distintos grupos.
El desarrollo agrario aparece
como una actividad secundaría con relación a la explotación ganadera. Las
especies cultivadas fueron la cebada, el trigo y las habas. Se trata,
esencialmente, de una agricultura de secano. En cambio, en Gran Canaria, y en
menor medida en el norte de Tenerife, la agricultura alcanzó un gran desarrollo
técnico, donde se ha constatado la presencia de regadío, y su economía puede
calificarse de agropastoril.
La participación en fas tareas
agrarias era colectiva, existiendo una clara diferenciación por sexo y por
edades. Así, los hombres desempeñaban los trabajos más duros, como la
preparación y roturación del terreno mientras que las mujeres llevaban a cabo
la siembra, recolección, trilla y traslado posterior de los productos a los
silos comunales, cuevas donde se almacenaban los cereales. Los niños también
participaban en estas tareas.
Junto al pastoreo y la
agricultura practicaban la recolección de frutos de árboles silvestres
-palmeras, madroños, bicácaro, mocanes, raíz de helécho y la recogida de
moluscos en la orilla del mar. También practicaban la pesca en las proximidades
de la costa, utilizando leche de cardón, redes de junco y anzuelos de hueso y
cuernos.
La cerámica era esencial para el
desairólo de la vida aborigen en tes tetes Canarias.
7.-
LA CULTURA MATERIAL
La fabricación y utilización de
una serie de objetos, nos permite acercamos al conocimiento de las
características culturales de la sociedad aborigen y apreciar sus similitudes y
diferencias entre cada isla o área geográfica.
La cerámica presenta una enorme
variedad en el Archipiélago. Esto se explica por los diversos recursos
tecnológicos, la tradición particular de cada grupo, el grado de
experimentación y evolución interna, así como por las posibles influencias
externas. Cada isla presenta, pues, su forma peculiar de hacer cerámica, hasta
el punto de que quizás el único rasgo común es que está realizada a mano, pues
desconocían el torno, aunque, en ocasiones, existan algunas convergencias en
aspectos formales.
Se desconoce el procedimiento de
elaboración de la cerámica, sin embargo, la documentación etnográfica y el
análisis tecnológico de estas piezas nos permite aproximamos a su fabricación.
Así, tras las tareas de selección de la arcilla y su preparación mediante su
mezcla con otros materiales, como arena, tobas, cenizas, conchas trituradas y
vegetales, a modo de desgrasantes, se procedería al modelado mediante la
técnica del urdido. La decoración de la cerámica se realizaba mediante el
sistema de impresiones o incisiones en la pasta tierna o a través del bruñido
cuando estaba seca.
La inexistencia de materias
primas de origen metálico en el ámbito archipielágico obligó a las sociedades
aborígenes canarias al desarrollo de recursos alternativos, como fue el caso de
la piedra.
A
través de las fuentes etnohistóricas tenemos conocimiento del uso de la
piedra para la elaboración de ''útiles de corte o cuchillos, llamados
"tahonas", así como proyectiles para la defensa personal o piezas de
molturación de grano o cereales como los molinos de mano.
En todo el Archipiélago se puede
distinguir una industria lítica pulimentada y otra de talla, mediante la
utilización de rocas basálticas de diferente tipo.
La ganadería, como ya hemos
dicho, no sólo proporcionaba recursos alimenticios sino que también se
aprovechaba de ella los desechos óseos como materia prima para la elaboración
de diversos útiles con una finalidad doméstica y funeraria. Tal es el caso de
agujas para las labores textiles, cuernos para la fabricación de arados y
anzuelos o el hueso como instrumento de labra para la realización de cuevas
artificiales, objetos de adornos como las cuentas de collar o colgantes.
Las fuentes etnohistóricas nos
hablan también de la existencia de artesanos especializados en el trabajo de la
industria de la madera, entre la que destacan las armas, escudos, varas o
palos.
Por último, mencionar la
utilización de fibras vegetales, como palma y el junco, que eran empleadas en
labores de cesterías, tejidos y cordelería y la elaboración de vestidos a
través de la piel de oveja, cabra o cerdo.
8.-
RELIGIÓN
El mundo religioso de la sociedad
aborigen se configuraba desde una triple concepción.
En el nivel superior se
encontraba el Dios Supremo, en el intermedio, los espíritus ancestrales y en el
último los seres demoníacos, enemigos del hombre.
,
Los aborígenes canarios creían en
la existencia de un Dios supremo al que se le atribuyen poderes similares y se
le denominaba de forma diferente -Acoran, Achamán, Abora, Orahan- en cada isla.
En cambio, en El Hierro existían dos divinidades supremas, una masculina y otra
femenina, que recibían el nombre de Eraorazan y Moneiba respectivamente. Este
Dios supremo es el píos de la colectividad, es un Dios alejado de los problemas
cotidianos del hombre, y se \é invocaba exclusivamente en los casos de
calamidades públicas como es el caso de las sequías prolongadas. El ritual es
variado. Un método utilizado para pedir la lluvia consistía en reunir a los rebaños
y separar los cabritos de sus madres y hacían ayunar a todos hasta tres días
seguidos, incluidas las personas que participaban del rito, de modo que el
balido de los animales y del hombre llamase la atención de la divinidad. Otro
ritual practicado era la procesión de la rama, en la cual el faycán, acompañado
por el pueblo. Subían a la cumbre donde arrancaban una rama y bailaban con ella
cantando en tomo a un peñasco, tras lo cual bajaban al mar y batían las aguas
con la rama al tiempo que emitían todos un gran grito.
Además estaban los sacrificios y
ofrendas de animales, leche, manteca y alimentos.
El lugar de culto por excelencia
era una montaña o risco, que representaba un lugar de encuentro entre el mundo
divino y el terrestre; aunque también contaban con recintos de cultos.
El nivel intermedio está ocupado
por los espíritus tutelares de los clanes y cada uno de ellos estaría
representado por un ídolo específico, figurillas antropomorfas y zoomorfas.
Asimismo creían en la existencia
de un ser demoníaco, denominado Gabiot en Gran Canaria y Guayota en Tenerife.
El mundo funerario
La cueva es el tipo de
enterramiento más generalizado en el archipiélago. El número de cadáveres
dependía de la amplitud de la misma, siendo lo común el enterramiento colectivo.
La cueva ragma se solía acondicionar y
se cerraba la entrada con un muro de piedra. El cadáver se separaba del suelo
'con una tabla de madera o sobre un enlosado de piedra o capas de tierra o
diversos elementos vegetales. El rito generalizado era la inhumación. En la
isla de La Palma parece que los primeros habitantes de la isla quemaban en
ocasiones a sus muertos. Un aspecto significativo del mundo funerario lo
constituye la momificación, consistente en realizar con el cadáver una serie de
prácticas para evitar su descomposición.
El enterramiento en túmulos es
exclusivo de Gran Canaria, donde aparece asociado a los poblados de casas de
piedra. Unos son simples y otros más complejos. Estos últimos pueden componerse
de un torreón central y una serie de gradas o ser circulares con gradas y
departamentos interiores. Los cadáveres eran colocados en el interior de cistas
o fosas.
Los enterramientos en fosas y
cistas son más escasos. En Gran Canaria las cistas suelen ubicarse en las
proximidades de las zonas lávicas o malpaíses.
Las manifestaciones artísticas
Las principales manifestaciones
artísticas aborígenes se reducen a la pintura rupestre y los grabados, que
desempeñaban no sólo una función decorativa sino también tenían un carácter
mágico y religioso. En cuanto a la pintura rupestre sólo se ha detectado su
presencia en la isla de Gran Canaria, donde aparece decorando las paredes de
las cuevas-vivienda como las conocidas Cueva Pintada y la Furnia en Gáldar.
Petroglfo benahoríta encontrado
en la Caldera de Tabúriente, en La Palma.
En cambio, la existencia de
grabados está presente en todas las Islas, al aire libre y en el interior de
cuevas, ejecutados con técnicas de rayado, incisión, picado y bajorrelieve. Los
motivos representados fueron alfabetiformes, figurativos y geométricos.
Tomado de:
www.geocities.com/f-gurban/historia/aborigenhtm)
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