sábado, 10 de octubre de 2015

ARCHIVO PERSONAL DE EDUARDO PEDRO GARCÍA RODRÍGUEZ-LXVI







EL MUNDO ABORIGEN CANARIO

El concepto de Mundo Aborigen define el período histórico que va desde el poblamiento originario del Archipiélago hasta la llegada de los primeros invasores europeos, en contraposición al término generalizado de Prehistoria de Canarias, pues las sociedades aborígenes además de ser coetáneas al período histórico poseían cierto conocimiento de la escritura.

1.- ORÍGENES, CAUSAS Y MEDIOS DEL POBLAMIENTO DEL ARCHIPIÉLAGO

El mundo aborigen canario no conformó un modelo cultural homogéneo sino que más bien cada isla, incluso dentro de cada realidad insular, presentaba unos caracteres propios y diferenciadores, aunque también existían elementos comunes. Este estado de fragmentación cultural vino condicionado por un poblamiento de gentes provenientes de diversas áreas del vecino continente africano, en distintos grados de evolución cultural y en diferentes momentos históricos.

Muchas han sido las hipótesis planteadas que han intentado explicar el origen, las causas y el medio de poblamiento. Los cronistas y primeros historiadores recurrieron a personajes mitológicos, a pasajes bíblicos o pueblos de la Antigüedad en busca del origen de los primeros habitantes del Archipiélago. Sin embargo, el estado actual de los conocimientos, apoyado en los estudios de los materiales arqueológicos y en cronologías relativas y absolutas, propone como hipótesis que dicho poblamiento tuvo lugar en una fecha relativamente reciente, que bien puede situarse entre el siglo V a. C. y la etapa histórica. 
                                                                                                        
El origen de los primitivos pobladores es uno de los principales problemas que aún queda pendiente de resolver. No obstante, cada vez parece más claro que debemos situarlo en el mundo beréber del norte de África.

Distintas han sido, también, las causas o motivaciones apuntadas por los especialistas, sobre ese trasvase poblacional del continente africano hacia el Archipiélago Canario. Se apuntan razones de índole económica y demográfica, como la progresiva desertización del Sahara y la paralela disminución de la humedad en el Magreb; así como razones políticas, derivadas del clima bélico provocado por la fuerte presión ejercida por la presencia romana en el área norteafricana que daría lugar a un desplazamiento de pueblos.

Ahora bien, en cuanto a la forma del desplazamiento, ésta debió realizarse en distinto momentos y por diversos factores. Los primitivos habitantes de Canarias pudieron llegar por sus propios medios voluntarios, por sus propios medios pero de forma circunstancial o fueron simplemente traídos voluntariamente o a la fuerza. Es evidente que el medio utilizado fue la navegación, sin embargo las noticias acerca del conocimiento náutico por parte de los primitivos habitantes de canarias son muy escasas, lo cual ha llevado a algunos autores a afirmar la inexistencia de una comunicación marítima entre las islas.

No obstante, a pesar de todos estos problemas planteados, lo que realmente centrará nuestra atención, en las líneas que siguen, será el intento de profundizar en el conocimiento del propio desarrollo cultural del mundo aborigen, es decir, intentaremos descubrir cómo vivieron, cómo se organizaron y cuál fue su respuesta de adaptación al nuevo medio.

2.- EL HOMBRE

La población aborigen del Archipiélago Canario se formó sobre la base de dos tipos humanos, el cromañoide y el mediterranoide, caracterizados por unos rasgos físicos diferenciados. Su distribución entre las islas fue desigual. El cromañoide tenía una presencia en todas las islas, pero con un mayor predominio en La Gomera, Norte de Tenerife e interior de Gran Canaria. En cambio, los medrterranoides se asentaban fundamentalmente en Gran Canaria y en El Hierro, mientras que La Palma y Tenerife ocupaban unas posiciones intermedias.

En cuanto el número de habitantes del Archipiélago en los momentos previos y posteriores a la conquista, por el momento no es posible determinarlo, pues las cifras proporcionadas por los cronistas son contradictorias. Algunos especialistas, basándose en la capacidad de sustentación de cada territorio conjuntamente con otros métodos (fuentes etnohistóricas, niveles tecnológicos, etc.), estiman para Lanzarote y Fuerteventura unas cifras que no superarían el millar de habitantes para cada una de estas islas. Para Gran Canaria y Tenerife podían situarse en unas 30.000 personas, La Gomera estaría sobre los 2.000, El Hierro sobre el millar y La Palma por encima de los 4.000 individuos.

Asimismo se apunta, por los especialistas, la existencia de un cierto control demográfico por las sociedades aborígenes, con el objetivo de mantener un equilibrio poblacional con relación a la capacidad de alimentación del territorio. Entre los mecanismos de control demográfico se ha constatado el infanticidio, en la isla de La Palma, y el infanticidio femenino en Gran Canaria.

3.- LA OCUPACIÓN DEL TERRITORIO

La estructura geológica del archipiélago determinó, en cierta medida, la utilización de la cueva como el tipo de vivienda o habitat más generalizado en la sociedad aborigen del Archipiélago a excepción de las islas más orientales, Lanzarote y Fuerteventura. En estas islas las condiciones orográficas, la escasez de cuevas naturales, generaron otro sistema de habitat, definido por la utilización de tubos volcánicos, dando lugar a las llamadas casas hondas, cuyo interior podía estar dividido en varios compartimentos.

Pero esta ocupación del terreno no sólo respondía a un condicionante o determinismé geográfico sino que además intervenían otros factores, relacionados directamente con la posibilidad dé obtención de recursos, la amplitud de la cavidad de la cueva, su ubicación en la vertiente de solana y su distanciamiento del álveo del barranco.

Junto a la cueva natural se utilizaba, también, la cueva artificial. La máxima concentración de este tipo de habitat se encuentra en Gran Canaria aunque también contemos con algunas manifestaciones en Fuerteventura: Montaña La Muda, El Castillejo o La Fortaleza y en Tenerife: la Cueva de los Reyes. Se trata de viviendas de planta ligeramente oval, cruciforme o cuadrangular provistas de varias habitaciones secundarias, con alacenas o repisas y silos. Poseían, adofttés, perforaciones, a modo de ventanas o tragaluces, que permitían la aireación y luminosidad del interior. En algunas de estas cuevas, como es el caso de la Cueva Pintada o la Furnia, situadas en Gáldar de Gran Canaria, aparecen restos de pinturas con motivos geométricos decorando las paredes.

También nos encontramos con un tipo de habitat de superficie, particularmente en la isla de Gran Canaria. Este tipo construcción de viviendas, basándose piedra seca y sin ningún tipo de argamasa, se adaptaban a las irregularidades del terreno. Estas construcciones llegaron a formar verdaderos poblados y presentaban generalmente una planta circular u oval y, en ocasiones, cuadrangular. Por último, en casi todas las islas debieron existir pequeñas construcciones a modo de cabanas, con muros de piedra y techumbre vegetal, vinculadas al mundo del pastoreo.

4.- LA SOCIEDAD ABORIGEN

La organización social del mundo aborigen canario responde esencialmente a un modelo de sociedad tribal aunque existían ciertas diferencias en sus estructuras sociales y políticas entre las islas. Exceptuando Lanzarote y El Hierro, donde sólo existía una tribu, el resto de las islas se encontraban subdivididas en jurisdicciones territoriales denominadas "menceyato" para Tenerife, "guanartemato" en Gran Canaria, y "bandos" o "reinos" en las restantes islas. En todas ellas la forma de gobierno fue la jefatura, excepto en Gran Canaria, que contaba con un sistema de jerarquía más centralizado y complejo.

La estructura social aborigen, en líneas generales, no era igualitaria, sino que existían marcadas diferencias sociales entre sus componentes, que se acentúan en el caso de Gran Canaria. En esta isla existía un grupo dominante con endogamia de clase, es decir, que sólo se casaban entre ellos con el objeto de continuar detentando el poder socioeconómico. De este modo, este grupo se constituía en una nobleza hereditaria socialmente de forma matrilineal, la madre transmitía la nobleza, y económicamente patrilineal, el padre transfería la propiedad.

La distinción jerárquica se hacía visible mediante símbolos extemos como bien pudiera ser un corte de pelo determinado, la utilización de una vestimenta especial, atributos guerreros, etc. Entre ellos se pueden distinguir dos clases: la primera nobleza con pureza absoluta de sangre, que los cronistas denominaban -caballeros", y la nobleza de segundo orden o "hidalgos"

La mayor parte de la población estaba compuesta por la clase dependiente, encargada de las labores agrarias, artesanales y pastoriles. Esta clase llamada también "plebeyos" o "villanos" tenía asimismo rasgos simbólicos externos que señalaban su condición, como la ausencia de barba, el pelo corto en los hombres, etc. Asimismo los códigos de justicia eran distintos para ambas clases, existiendo incluso jueces y formas diferentes de impartir justicia para cada grupo social.  
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La sociedad aborigen de Tenerife aparecía también dividida en niveles similares. Las fuentes etnohistóricas señalan que entre ellos existían tres clases o grupos: Achlmencey, descendientes directos del Mencey, que representaban la pureza de linaje; los Cichiciquftzo, calificados da escuderos o nobleza secundaria por los europeos de la conquista; y los Achicaxna, villanos o trasquilados, cuyo distintivo era llevar el pelo rapado.

Para las restantes islas la información que se posee es muy escasa y confusa. En La Gomera y en El Hierro parece que hubo diferencias sociales imprecisas y sólo está claro, para La Gomera, que la herencia se producía por vía matrilineal, es decir, que el varón era el depositario de los bienes familiares pero no heredaban sus hijos sino los de su hermana.

En cuanto a la estructura familiar se observan diferencias insulares. Así en Lanzarote existía la poliandria, en El Hierro el matrimonio se realizaba mediante pago de cierta cantidad de ganado al padre o madre de la novia y en La Gomera se daba la "hospitalidad do locho" o costumbre de ceder la mujer al huésped, lo que también es probable que se diera en Gran Canaria.

A la llegada de los conquistadores europeos, a lo largo del siglo XV, las Islas se encontraban subdivididas en distintas jurisdicciones territoriales. Así, Gran Canaria aparecía dividida en dos demarcaciones, Telde y Gáldar, bajo el dominio respectivo de sus "guanartemes";Tenerife se hallaba dividida en nueve menceyatos: Anaga, Güímar, Abona, Adeje, Daute, Icod, Taoro, Tacoronte y Tegueste. Y es muy probable que existiera algún sistema de confederación entre ios distintos bandos o menceyatos. La isla de La Palma estaba fragmentada en once reinos o señoríos: Aridane, Tijuya, Guehebey, Ahenguareme, Tigalate, Tedote, Tenagua, Abdeyahamen, Tagaragre, Tegalgen, Tijarafe y Aceró. Mientras que Fuerteventura estaba dividida en dos: Maxorata y Jandia. La isla de La Gomera estaba repartida en cuatro tribus, Ipala, Mulagua, Orone y Agana, con un sistema de organización dualista. Y por último, las islas del Hierro y de Lanzarote constituían cada una de ellas una sola tribu.

5.- LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS

En Gran Canaria, el poder civil estaba representado por el Manartoma que era elegido por un consejo de nobles entre los varones descendientes más directos de la dinastía. Mientras que el poder religioso estaba en manos del Faycán, cargo que recaía en un miembro de la familia del Guanarteme. A pesar de que su función era básicamente religiosa, a modo de gran sacerdote, tenía un gran protagonismo en la vida social, política y económica, pues dirigía la recaudación del diezmo de las cosechas y seguramente su almacenamiento en los graneros colectivos y era el encargado de legitimar la nobleza.

Junto al Guanarteme y el Faycán existían otros dos órganos de poder colegiados, uno de carácter civil y otro militar. El primero estaba formado por una especie de consejo, integrado por el Guanarteme, el Faycán y los nobles que asesoraban o deliberaban con el rey sobre cuestiones relacionadas con el gobierno y la justicia. El otro órgano colectivo de tipo militar se le denominaba Sabor; era una institución guerrera integrada por los Gvayros -capitanes de guerra o jefes de partidas- y es posible que fuese convocado sólo en casos de crisis o en actos festivos, puesto que sus funciones eran defender el territorio, los pastos y los ganados, así como actuar de arbitro en los juegos de fuerza y habilidad de los guerreros.

Entre los Guanches, habitantes de Tenerife, la jefatura era ejercida por el Mencey, cargo hereditario por vía patrilineal cuya designación debía hacerla el Tagoror o Consejo. Sus atribuciones eran de carácter civil, religioso y guerrero. Repartía las tierras, era el juez supremo, dirigía la guerra y los actos religiosos.

El Tagoror era un órgano colegiado, especie de consejo de ancianos, compuesto por los parientes del Mencey o primera nobleza. Se reunían en un lugar cercano a la vivienda del Mencey, donde estaban dispuestos unos asientos de piedra. Sus funciones eran las de designar al Mencey y actuaba como consejo asesor y como tribunal de justicia.

6.- LA ECONOMÍA ABORIGEN   
                                        
En todo el Archipiélago, a excepción de Gran Canaria, existía una economía de signo pastoril que se complementaba con la práctica de la agricultura, y la recolección de frutos y productos marinos.

La cabaña ganadera estaba compuesta esencialmente por la cabra, denominada toqvovfto en La Palma, axa en Tenerife y aridanum en Gran Canaria. Junto a ella también la oveja y el cerdo constituían la base principal de la actividad económica.
Este tipo de economía pastoril ofrecía no sólo la base productiva de recursos alimenticios como la leche, la mantequilla, el queso, y cárnicos, sino que además proporcionaba recursos tecnológicos, materias primas como pieles, tendones y huesos para la fabricación de diversos utensilios y manufacturas.

El sistema de pastoreo practicado consistía en la suelta controlada del ganado con relación con los movimientos estacionales trashumantes, en búsqueda de pastos. En las islas de Lanzarote y Fuerteventura este sistema tenía un carácter horizontal con espacios de pastos acotados y reservados para el ganado, como sucedería en la península de Jandía. Mientras que en el resto de las islas el sistema practicado era el vertical, es decir, movimientos trashumantes de costacumbre en conexión a los cambios estacionales.

La actividad pastoril era desempeñada por los varones y exigía el control de la cabaña ganadera desde el proceso de identificación del ganado, su selección, su composición, a la par que el de los pastos, siendo éstos y el robo de ganado motivo de frecuentes disputas entre los distintos grupos.

El desarrollo agrario aparece como una actividad secundaría con relación a la explotación ganadera. Las especies cultivadas fueron la cebada, el trigo y las habas. Se trata, esencialmente, de una agricultura de secano. En cambio, en Gran Canaria, y en menor medida en el norte de Tenerife, la agricultura alcanzó un gran desarrollo técnico, donde se ha constatado la presencia de regadío, y su economía puede calificarse de agropastoril.

La participación en fas tareas agrarias era colectiva, existiendo una clara diferenciación por sexo y por edades. Así, los hombres desempeñaban los trabajos más duros, como la preparación y roturación del terreno mientras que las mujeres llevaban a cabo la siembra, recolección, trilla y traslado posterior de los productos a los silos comunales, cuevas donde se almacenaban los cereales. Los niños también participaban en estas tareas.

Junto al pastoreo y la agricultura practicaban la recolección de frutos de árboles silvestres -palmeras, madroños, bicácaro, mocanes, raíz de helécho y la recogida de moluscos en la orilla del mar. También practicaban la pesca en las proximidades de la costa, utilizando leche de cardón, redes de junco y anzuelos de hueso y cuernos.
La cerámica era esencial para el desairólo de la vida aborigen en tes tetes Canarias.

7.- LA CULTURA MATERIAL

La fabricación y utilización de una serie de objetos, nos permite acercamos al conocimiento de las características culturales de la sociedad aborigen y apreciar sus similitudes y diferencias entre cada isla o área geográfica.

La cerámica presenta una enorme variedad en el Archipiélago. Esto se explica por los diversos recursos tecnológicos, la tradición particular de cada grupo, el grado de experimentación y evolución interna, así como por las posibles influencias externas. Cada isla presenta, pues, su forma peculiar de hacer cerámica, hasta el punto de que quizás el único rasgo común es que está realizada a mano, pues desconocían el torno, aunque, en ocasiones, existan algunas convergencias en aspectos formales.

Se desconoce el procedimiento de elaboración de la cerámica, sin embargo, la documentación etnográfica y el análisis tecnológico de estas piezas nos permite aproximamos a su fabricación. Así, tras las tareas de selección de la arcilla y su preparación mediante su mezcla con otros materiales, como arena, tobas, cenizas, conchas trituradas y vegetales, a modo de desgrasantes, se procedería al modelado mediante la técnica del urdido. La decoración de la cerámica se realizaba mediante el sistema de impresiones o incisiones en la pasta tierna o a través del bruñido cuando estaba seca.

La inexistencia de materias primas de origen metálico en el ámbito archipielágico obligó a las sociedades aborígenes canarias al desarrollo de recursos alternativos, como fue el caso de la piedra.
A  través de las fuentes etnohistóricas tenemos conocimiento del uso de la piedra para la elaboración de ''útiles de corte o cuchillos, llamados "tahonas", así como proyectiles para la defensa personal o piezas de molturación de grano o cereales como los molinos de mano.
En todo el Archipiélago se puede distinguir una industria lítica pulimentada y otra de talla, mediante la utilización de rocas basálticas de diferente tipo.

La ganadería, como ya hemos dicho, no sólo proporcionaba recursos alimenticios sino que también se aprovechaba de ella los desechos óseos como materia prima para la elaboración de diversos útiles con una finalidad doméstica y funeraria. Tal es el caso de agujas para las labores textiles, cuernos para la fabricación de arados y anzuelos o el hueso como instrumento de labra para la realización de cuevas artificiales, objetos de adornos como las cuentas de collar o colgantes.

Las fuentes etnohistóricas nos hablan también de la existencia de artesanos especializados en el trabajo de la industria de la madera, entre la que destacan las armas, escudos, varas o palos.
Por último, mencionar la utilización de fibras vegetales, como palma y el junco, que eran empleadas en labores de cesterías, tejidos y cordelería y la elaboración de vestidos a través de la piel de oveja, cabra o cerdo.

8.- RELIGIÓN

El mundo religioso de la sociedad aborigen se configuraba desde una triple concepción.

En el nivel superior se encontraba el Dios Supremo, en el intermedio, los espíritus ancestrales y en el último los seres demoníacos, enemigos del hombre.
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Los aborígenes canarios creían en la existencia de un Dios supremo al que se le atribuyen poderes similares y se le denominaba de forma diferente -Acoran, Achamán, Abora, Orahan- en cada isla. En cambio, en El Hierro existían dos divinidades supremas, una masculina y otra femenina, que recibían el nombre de Eraorazan y Moneiba respectivamente. Este Dios supremo es el píos de la colectividad, es un Dios alejado de los problemas cotidianos del hombre, y se \é invocaba exclusivamente en los casos de calamidades públicas como es el caso de las sequías prolongadas. El ritual es variado. Un método utilizado para pedir la lluvia consistía en reunir a los rebaños y separar los cabritos de sus madres y hacían ayunar a todos hasta tres días seguidos, incluidas las personas que participaban del rito, de modo que el balido de los animales y del hombre llamase la atención de la divinidad. Otro ritual practicado era la procesión de la rama, en la cual el faycán, acompañado por el pueblo. Subían a la cumbre donde arrancaban una rama y bailaban con ella cantando en tomo a un peñasco, tras lo cual bajaban al mar y batían las aguas con la rama al tiempo que emitían todos un gran grito.

Además estaban los sacrificios y ofrendas de animales, leche, manteca y alimentos.

El lugar de culto por excelencia era una montaña o risco, que representaba un lugar de encuentro entre el mundo divino y el terrestre; aunque también contaban con recintos de cultos.

El nivel intermedio está ocupado por los espíritus tutelares de los clanes y cada uno de ellos estaría representado por un ídolo específico, figurillas antropomorfas y zoomorfas.
Asimismo creían en la existencia de un ser demoníaco, denominado Gabiot en Gran Canaria y Guayota en Tenerife.

El mundo funerario

La cueva es el tipo de enterramiento más generalizado en el archipiélago. El número de cadáveres dependía de la amplitud de la misma, siendo lo común el enterramiento colectivo. La cueva ragma  se solía acondicionar y se cerraba la entrada con un muro de piedra. El cadáver se separaba del suelo 'con una tabla de madera o sobre un enlosado de piedra o capas de tierra o diversos elementos vegetales. El rito generalizado era la inhumación. En la isla de La Palma parece que los primeros habitantes de la isla quemaban en ocasiones a sus muertos. Un aspecto significativo del mundo funerario lo constituye la momificación, consistente en realizar con el cadáver una serie de prácticas para evitar su descomposición.

El enterramiento en túmulos es exclusivo de Gran Canaria, donde aparece asociado a los poblados de casas de piedra. Unos son simples y otros más complejos. Estos últimos pueden componerse de un torreón central y una serie de gradas o ser circulares con gradas y departamentos interiores. Los cadáveres eran colocados en el interior de cistas o fosas.

Los enterramientos en fosas y cistas son más escasos. En Gran Canaria las cistas suelen ubicarse en las proximidades de las zonas lávicas o malpaíses.

Las manifestaciones artísticas

Las principales manifestaciones artísticas aborígenes se reducen a la pintura rupestre y los grabados, que desempeñaban no sólo una función decorativa sino también tenían un carácter mágico y religioso. En cuanto a la pintura rupestre sólo se ha detectado su presencia en la isla de Gran Canaria, donde aparece decorando las paredes de las cuevas-vivienda como las conocidas Cueva Pintada y la Furnia en Gáldar.

Petroglfo benahoríta encontrado en la Caldera de Tabúriente, en La Palma.

En cambio, la existencia de grabados está presente en todas las Islas, al aire libre y en el interior de cuevas, ejecutados con técnicas de rayado, incisión, picado y bajorrelieve. Los motivos representados fueron alfabetiformes, figurativos y geométricos.
Tomado de: www.geocities.com/f-gurban/historia/aborigenhtm)

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