1866 septiembre 5.
Falleció en su domicilio de Arico,
Diego Gómez Cartaya (1800-1866), labrador, tazmiero, sochantre-organista y
notario publico eclesiástico de la parroquia, y teniente de alcalde del
Ayuntamiento de Arico.
Miembro de una conocida y
respetada familia de Arico, don Diego Gómez Cartaya trabajó toda
su vida como
labrador en sus
propiedades agrícolas. Además, estuvo
muy vinculado a la parroquia de San Juan Bautista, la única existente
por entonces en su municipio natal, en la que ejerció durante muchos años como
tazmiero, sochantre-organista y notario público eclesiástico. Asimismo, dado
el prestigio de que gozaba entre sus
paisanos, fue elegido teniente de alcalde del Ayuntamiento de Arico.
La vida de don Diego Gómez
Cartaya transcurrió en Arico, fuertemente vinculado a la parroquia de San Juan
Bautista, de la que fue tazmiero, sochantre-organista y notario público
eclesiástico.
Su prestigiosa
familia
Nuestro biografiado nació en
Arico el 25 de enero de 1800, siendo
hijo de don Salvador Gómez García y doña María (Rodríguez) Cartaya y Llarena.
Cuatro días después fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista por el
cura párroco don José Hernández de Ara; se le puso por nombre “Diego Antonio
Francisco” y actuó como padrino don Diego García de Vera.
Creció en el seno de una
prestigiosa familia local, en la que destacaron varios de sus miembros: sus
abuelos, don Bartolomé Gómez y don
Pedro Rodríguez Cartaya, ambos
alcaldes de Arico; su tío, don Anastasio Rodríguez Cartaya y Llarena
(1763-1841), sacerdote, capellán de la ermita de Abona y emigrante; dos de sus
sobrinos, don José Antonio Morales Gómez (1846-1912), vocal asociado de la Junta municipal, fiscal
suplente y juez municipal suplente y titular de la Villa de Arico, y don Diego
de Morales Gómez, que fue sacristán de la parroquia de San Juan Bautista; y el
hijo de una prima hermana, don Domingo González y Morales (1829-1889), párroco
servidor de Tejina y La Laguna,
párroco propio condecorado de San Francisco en Santa Cruz de Tenerife,
emigrante en Cuba, cura servidor de San Juan de la Rambla y Tijarafe, capellán
de religiosas en Garachico, cura ecónomo de La Laguna, Arafo y Puerto de la Cruz.
Volviendo a don Diego, el 23 de
agosto de 1828, a los 28 años de edad, contrajo matrimonio en la iglesia de San
Juan Bautista de Arico con su prima hermana doña María Josefa (Rodríguez)
Cartaya Morales, hija de don Diego (Rodríguez) Cartaya y Llarena y doña María
de las Mercedes Morales; celebró la ceremonia el cura párroco don Zoylo Pablo
de Herrera y Cruz y actuaron como testigos don Diego García de Vera, don
Domingo Morales, don Juan Antonio Gómez y “otros muchos”.
Tanto el Sr. Gómez como su esposa
eran sobrinos carnales del mencionado presbítero güimarero don Anastasio
Rodríguez Cartaya, quien pasó gran parte de su vida en Arico en estado de
demencia, por lo que a partir de 1835 asumieron su cuidado. El 14 de febrero de
1839 fue nombrado curador de la persona y bienes de este sacerdote su sobrino
político don Juan José González Martínez, quien el 1 de junio entró en posesión
de dichos bienes y dos meses más tarde dio en subarriendo a don Diego Gómez
Cartaya la mitad de dichos terrenos, con la condición de suministrar por mitad
de año el alimento y demás necesidades a la persona del expresado don
Anastasio.2
Labrador, tazmiero, sochantre-organista y notario publico eclesiástico
de la parroquia, y teniente de alcalde del Ayuntamiento de Arico.
Don Diego Gómez Cartaya trabajó
toda su vida como “labrador”, al cuidado de las propiedades agrícolas que
poseía en su municipio natal, profesión con la que continuaba figurando en el
momento de su muerte.
Además, adquirió de forma
autodidacta una notable cultura para su época y entorno, lo que le permitió
ocupar diversos empleos y cargos públicos de relevancia, la mayoría vinculados
a la parroquia de San Juan Bautista de Arico, al ser una persona de total
confianza de los distintos párrocos. El primero fue el de
tazmiero (“tasmiero”) de la jurisdicción parroquial; como tal, estaba
encargado de calcular la producción de las cosechas en pie y la porción de
granos con que cada agricultor debía contribuir obligatoriamente al diezmo
eclesiástico, siendo el responsable de distribuir y recaudar dichos impuestos,
que por lo general suponían la décima parte de todo lo recolectado.
En 1830, a causa de la muerte de
don José Antonio de Acosta, don Diego solicitó al obispo de la Diócesis los empleos de
sochantre y notario de Arico que aquel desempeñaba, informando: “haver
fallecido el Sochantre de aquella Parroquia Dn. José Acosta, como se acredita
de la Partida
de su Entierro qe. demuestra. Mas como un hijo de este se hallava facultado pr.
VS.I. para suplir el indicado encargo, como así mismo el de Notario, en sus
ausencias y enfermedades atendiendo a la edad de su Padre, ha quedado este
referido encargo sin efecto á causa de que pr. la Intenda. Grâl. de
esta Prova. se le persigue por cierto contravando de cuyas resultas anda
profugo, y pr. consiguiente vacante el enunciado empleo de Sochantre y
Notario”3. Atendiendo a su solicitud, gracias a su dominio de la lengua
española y a sus conocimientos musicales, el 30 de octubre de dicho año se le
expidieron desde el Obispado los títulos de sochantre y notario público
eclesiástico de Arico, de los que tomó posesión el 2 de diciembre inmediato4;
continuaba en dichos empleos en diciembre de
1836.
Al sochantre le correspondía la
dirección del coro en los oficios divinos y, por lo general, llevaba aparejado
el empleo de organista, que también asumió nuestro biografiado. Por su parte,
como notario público eclesiástico debía redactar, entre otros documentos,
expedientes matrimoniales, testamentos e inventarios, tanto de la iglesia
parroquial como de las ermitas de
la jurisdicción; así
ocurrió con el
que tuvo que
hacer en 1835,
de los ornamentos y restos que
quedaron tras el incendio que destruyó la ermita de Ntra. Sra. de las Mercedes
de Abona5.
El 10 de julio de dicho año 1836
el presbítero local don Felipe José Díaz Gómez pretendió el título de notario,
mediante escrito en el que argumentaba que “en Arico sólo hay un notario que es
un paisano labrador”. Pero a esta solicitud se opuso el párroco de la
localidad, don Zoylo Pablo Herrera y Cruz, quien en un informe, fechado en
Arico a 23 del siguiente mes de agosto, afirmaba que éste era “un clérigo
ambicioso que quería despojar a Cartaya del empleo de Tasmiero y pretende ahora
la notaría”, a lo que además añadía que “se
ausenta por lo regular de
la parroquia”6. Gracias a ese informe,
don Diego pudo continuar como “notario eclesiástico del
pueblo de Arico”, empleo que aún ejercía en diciembre de 1865 y en el que
permaneció hasta su muerte.
En sus distintas
responsabilidades, que ostentó por lo menos durante 36 años, colaboraría con
los siete sacerdotes que ostentaron por entonces la titularidad de la parroquia
de Arico: don Zoylo Pablo de Herrera y Cruz (1808-1837), don Felipe José Díaz y
Gómez (1837, 1853 y 1854), don Hipólito Casiano Bello (1837-1842), don José
Pérez (1842-1843), don Simón Díaz Curbelo (1843-1853), don José Fresneda y
Tejera (1853-1854) y don Antonio Martín Bautista (1854-1893).7
Pero las responsabilidades de don
Diego Gómez no fueron sólo eclesiásticas, ya que también tuvo una destacada
actividad en la política local. En este sentido, por lo menos fue elegido
teniente alcalde de Arico, cargo que ya ostentaba en julio de 1854.
Fallecimiento y
destacada suseción
En 1856, don Diego estaba empadronado en la casa nº 162 de
El Lomo de Arico;
figuraba con 56 años y doña María Cartaya con 51; y les acompañaban
cuatro hijos. En 1865 vivían en la casa nº 166 del mismo pueblo.8
Don Diego Gómez de Cartaya
falleció en su domicilio de Arico el 5 de septiembre de 1866, a los 66 años de
edad; al día siguiente se ofició el funeral de “corpore insepulto” en la iglesia
de San Juan Bautista por el párroco propio don Antonio Martín Bautista, quien a
continuación mandó dar sepultura a su cadáver en el cementerio de dicha
localidad. Había testado ante el notario público de Güímar don Domingo Oliva
Bérriz.
Le sobrevivió su esposa, doña
María Josefa Rodríguez Cartaya, quien murió en Arico sólo cuatro años más
tarde, el 6 de julio de 1870, a los 65 años de edad. Al día siguiente se
oficiaron las honras fúnebres en la iglesia de San Juan Bautista y a
continuación recibió sepultura en el cementerio de dicho pueblo. También había
testado ante don Domingo Oliva.
En el momento de su muerte
continuaba viuda de don Diego Gómez Cartaya, con quien había
procreado cuatro hijos,
siendo uno de
ellos don Agustín
Gómez Rodríguez (1844-1927),
alcalde constitucional, guarda mayor de montes “de a caballo”, secretario del
Juzgado municipal, colector de la parroquia, juez municipal de Arico y vocal de
la Junta de
Reformas sociales, quien casó en 1875 con la maestra doña Francisca Hernández y
Morales, hija de don Simón Hernández Gómez y doña María de la Concepción Morales
Gómez, con descendencia9.
(Octavio Rodríguez Delgado, 2014) [blog.octaviordelgado.es]
1
Sobre este personaje puede verse también otro artículo de este mismo autor:
“Personajes del Sur (Arico): Los Gómez Cartaya, personalidades en la historia
de Arico”, El Día (La Prensa
del domingo), 5 de junio de 1994. Con posterioridad, la reseña biográfica se ha
visto enriquecida con nuevos datos.
2 Archivo
Histórico Diocesano de Tenerife (La
Laguna). Expediente del presbítero demente don Anastasio Cartaya.
3 Ibidem. Documentación por
pueblos, caja 57.
4 Ibidem. Libros de
nombramientos, 1830.
5 Humberto Crisotomo Delgado.
“Fiestas de la Virgen
de Abona en Arico. Retazos de Historia”. El
Día, sábado 10 de septiembre de
200; suplemento “La Prensa”,
págs. 6-7.
6 Archivo Histórico Diocesano de
Tenerife (La Laguna).
Información por pueblos. Arico, 1836.
7 Octavio Rodríguez Delgado (2007). El Arciprestazgo de Güímar. Origen
y evolución de las distintas parroquias
y memoria de sus párrocos.
8 Archivo
Parroquial de San
Juan Bautista de
Arico. Padrones parroquiales,
1856 y 1865.
Hoy depositado en el Archivo Histórico Diocesano de Tenerife (La Laguna).
9 Fue uno de sus hijos don Julio Gómez Hernández
(1876-1957), sargento de Infantería en la Reserva y maestro nacional de Arico.
4
No hay comentarios:
Publicar un comentario