lunes, 30 de junio de 2014

CECILIA DOMINGUEZ LUIS



 

1948 octubre 17.

Cecilia Domínguez Luís, poeta y narradora.

    Nace en La Orotava (Tenerife) y comienza sus estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de La Laguna, más tarde marcha a Madrid para realizar la especialidad de Historia del Arte, finalmente finaliza la licenciatura en Filología Hispánica. Ejerce primero como profesora de EGB y más tarde como profesora de Enseñanzas Medias en Tenerife. Compagina la labor docente con el trabajo en revistas, fue secretaria de la revista de Arte y Literatura Fetasa, y forma parte del comité de redacción de Cuadernos del Ateneo. También ha realizado trabajos de gestión cultural, entre los que cabe destacar su periodo de Presidenta del Ateneo de La Laguna entre 1999 y 2001. Asimismo, ha escrito diversos artículos de investigación publicados en revistas y libros de conjunto sobre literatura, y ha participado en diversas jornadas y congresos.
    Comienza a escribir siendo una niña y más tarde, en los años setenta publica poemas y relatos en revistas y en las páginas literarias de la prensa de Tenerife, en La Tarde, El Día, Diario de Avisos, o La Gaceta. Y más tarde también en otras publicaciones de España e internacionales. Su primer libro de poemas es del año 1977, se trata de Porque somos de barro, en el que hallamos algunos temas que devienen en recurrentes a lo largo de su producción posterior, como es la reflexión sobre las relaciones humanas y la introducción de elementos de la cotidianidad para hablar del hombre y su esencia. Esta temática volverá de modo más patente cuatro años más tarde en Objetos, tal y como queda reflejado en el título. Presagio de sueños en las gargantas de las palomas,1982,  es su tercer libro, con el que obtuvo el Primer Premio de Poesía Pedro García Cabrera en 1981 y que ya la convierte en una autora conocida en los círculos literarios y comienza a ser una de las voces más peculiares de la poesía canaria. Un cierto sabor ácido para los días venideros, en 1987, continúa con su peculiar modo de observar la realidad, su entorno, que convierte en universal desde la cotidianidad de su isla de origen. Observamos una mayor profundidad en la temática en torno al hombre y comienza a percibirse esa visión burlesca e irónica de las relaciones humanas, y también de algunos de los conceptos o personajes de la propia historia de la literatura que será habitual en ella. Víspera de la ausencia,1989, significa ya el salto a la publicación fuera del archipiélago y en él reflexiona sobre la pérdida. En 1993 realiza una suerte de antología en su libro Poemas 1981-1992, donde incluye los poemarios ya editados Objetos, Presagios de sueños en las gargantas de las palomas, Un cierto sabor ácido para los días venideros y Vísperas de la ausencia, así como los inéditos hasta ese momento. Otoño de los dáctiles dedos y Fábulas y otros desconciertos, si bien es cierto que con Otoño de los dáctiles dedos había obtenido en 1991 el premio "Emilio Algaba Guimerá", convocado por la Casa de Venezuela en Canarias. Los libros publicados entre 1997 y 2000 desarrollan temáticas que Cecilia Domínguez ya venía apuntado en obras precedentes, pero en los que ahora indaga nuevas formas expresivas, como puede verse en Y de pronto anochece, Así en la tierra o Solo el mar, obra esta última que realiza en colaboración con el fotógrafo Carlos Schwartz. En su siguiente texto, Doce lunas de Eros, 2003, se adentra en la temática erótica, hace un recorrido por la tres estaciones y sus peculiaridades eróticas, y está ilustrado por doce pintores canarios. Mientras que Azogue, 2005, es una suerte de entrada en el mundo de la magia y el viaje hacia lo desconocido. Tema éste el del viaje que vuelve a aparecer al año siguiente en Para cruzar los puentes, donde deviene en leitmotiv, vertebra el poemario. Aunque estos viajes no son similares a los de los viajeros clásicos que vuelven enriquecidos, sino que los de la autora no tienen puerto al que volver y  no implican necesariamente un aprendizaje. El libro de la duda (2007), es su último libro, en el que incluye veinte poemas estructurados -según menciona Domingo Báez- de forma “tan  simétrica como un objeto y su imagen ante un espejo o como un número o una palabra capicúa”. En este poemario vuelve al uso de estrofas tradicionales, tales como el soneto alejandrino, los tercetos o la sextina.
    A estos libros debemos sumar la antología Octubre (2003, Baile del Sol), y también debemos mencionar que aparecen poemas suyos en diversas antologías de literatura canaria y también de poetisas. Asimismo, su obra ha sido estudiada por diversos críticos.
    También incursiona en la narrativa, primero desde el relato, que la autora considera el género más cercano a la poesía, debido a la necesidad de síntesis que conlleva. Había publicado relatos en publicaciones periódicas, pero su primer libro no aparece hasta el año 1994, se trata de Futuro imperfecto, donde trata temas similares a los que hallamos en la poesía, pero lo hace desde la narración porque consideró que quería contar historias que no podía decir a través de la poesía. En ellos propone un juego al lector sobre el concepto de lo femenino y lo masculino, al no dar pistas del sexo de algunos de sus protagonistas. Otros libros de cuentos son los dos volúmenes infantiles Entre Tejados y Fompi, y el juvenil Días de abril. También ha editado la novela El viento en contra.
Valoración de la obra de Cecilia Domínguez Luís

En toda su producción, tanto poética como narrativa parte de la experiencia, del mundo que la rodea. Los objetos de la cotidianidad entran con naturalidad en sus poemas, del mismo modo que los elementos de la naturaleza (Tierra, agua, fuego, árbol), si fuese pintora diríamos de ella que es muy matérica, con una materia cargada de vida que dota a su obra de gran cercanía y verdad. A ello hay que sumar su gran preocupación por las problemáticas que asolan la sociedad, el aislamiento, la soledad, la pérdida de identidad, la transformación de los valores, la xenofobia, el racismo, la deshumanización, etc. Sobre los que reflexiona con gran calado y una visión abarcadora, pues sitien es cierto que parte de la vivencia personal o ajena del entorno sabe trascender y dar una visión universal.
    Asimismo, lo lúdico está siempre presente, pero como un juego en el sentido más serio y lúcido, desde una concepción cuasi antropológica. Juega con las ideas preestablecidas, con las supuestas verdades sociales, con las relaciones humanas en general, con los matices del amor, etc. Lo que la conduce a que encontremos a menudo una gran desacralización de lo admitido como políticamente correcto. Elemento éste que también está enriquecido con la ironía que también está siempre presente en su producción.
    En cuanto a su palabra poética siempre hay una búsqueda y un juego con la significación, ella sabe del gran poder de la palabra para moldear un mundo a través de ella y desde esa certeza experimenta y pule hasta logar el término adecuado.
    Por ello su obra conforma una unidad y es una de las producciones más lúcidas del archipiélago, pues tiene un imaginario muy definido sobre el que se interroga continuamente y hace que los lectores hagan lo propio, pues considera que el lector debe contribuir desde su lectura para completar los juegos de lectura e imágenes que crea y los caminos que abre para la reflexión sobre nosotros mismos y sobre el hombre en general.  (Tomado de: www. Isla de Tenerife Vivela)

Selección de textos de Cecilia Domínguez Luis
Y duelen las noches de palomas dormidas,
los oscuros cabellos del silencio,
ese viento marino
que excava túneles en los ojos.
Aquel paraguas roto, a medio abrir,
como un olvido más
entre las algas.
El polvo de las venas de azufre
que nos devuelve, amargos, a las olas.
Despertamos, insomnes,
perdidos en corales azules
y en piedras como espumas.
También
esa mañana que apenas aparece
rodeada de acero.
—Esa perenne niebla derramada
para sabernos solos,
distantes de los labios,
entregando otros besos
al aire del espejo—.
[Presagios de sueños en las gargantas de las palomas, 1982]

CARPA
Bajo los arcos se ofrecía la miel
y tú apareciste sonriendo.
Vestida de abalorios, acogías
a todos los corazones errantes
y a los serafines ojerosos que lamentaban
la cosecha final de las estaciones,
sin saber que, entre la oscuridad de la noche,
yo recogía los centavos
que caían de las ventanas impacientes.
Y te soñé en el establo
y acaricié tus cabellos y tus ojos
sobre las minas abandonadas
y los nombres mutilados de los guerreros temerarios.
Para ti la inmensidad luminosa de las calles,
los fuegos de artificio,
las manos blancas de la madrugada
que resbalan sobre tu cuerpo codiciado.
Hoy, mi palacio se llena de delfines llorosos
y cada hora los pálidos tambores redoblan
por el cielo que cae
sobre mi piel de equilibrista.
[Víspera de la ausencia, 1989]

¿Por Qué
despiertas
cuando apenas te rozo?
3-4
Dijo:
Tus pechos son la miel.
Y al marcharse
borraste, cuidadosamente,
la huella de sus labios
con esencia de mirto.
5-6
Adéntrate en mi bosque.
Deja que la luna te descubra
invadiendo
el territorio de mi sombra.
7
Supe
de tus caricias
pero no quise
verme reflejada
en tu espejo.
8.9
Has Descendido
al delta de mi cuerpo.
Te hundes
y nada pueden
tus ojos que se cierran.
10-1 1
La Brisa, al mediodía,
acarició su cuerpo
y recordó sus manos,
tan distantes.
[Doce lunas de Eros, 2000]

De nuevo
en el lugar de los nidos sin alas
las manos
suben
las ásperas rocas de la miel.
Los niños, en la calle,
desafían con su llanto de olvido
y aprenden a hablar con el barro
—cuando no las estrellas—
Entonces
recordamos horizontes de pan,
vacíos amaneceres sin ventanas
y la luz de la tarde
que nos cubre
con sueños
   la tristeza.
[Presagios de sueños en las gargantas de las palomas, 1982]


POMPEYA
Te he encontrado en el bosque harapiento de amapolas.
El señor juez
se ha despojado de sus sandalias
y el veredicto ha sido
un silencio de vírgenes heridas.
Estamos a miles de kilómetros de la primera hoja
y las nubes no alcanzan
a cubrir todo el misterio
que duerme en cada lengua cenicienta.
Hemos buscado tras las encinas
y bajo los abedules somnolientos,
pero nuestras manos han renunciado
y sólo los labios ansían el momento copular de los ocasos.
Seguimos húmedos y tibios,
olvidados de los ascensores y de los pasos a nivel,
de los puentes metálicos
y de las mil estaciones subterráneas, devoradoras de profetas.
Pero el corazón se incendia irremediablemente
y ni siquiera bastará la lluvia
que pronto recorrerá nuestros cuerpos calcinados.
Las cenizas, al fin,
informarán al viento
de nuestra desnudez interminable.
[Víspera de la ausencia, 1989]

SEDUCCIÓN
Su soplo tenue te hizo abrir las alas.
Te sentías portador de un incendio
mientras dabas tu sombra
a un asfalto distinto.
Ningún presagio:
nadie vertía ahora su tristeza en el vino
y aquella música
balanceaba su promesa de rebelión. A veces
se escapaba una gota de duda
que se agotaba, dócil, al borde de tu frente.
Pero abriste la puerta
y fue preciso embriagarse de nuevo
y seguir persiguiendo las volutas de humo
que salían, sin prisa, de sus labios.
[Un cierto sabor ácido para los días venideros,1987]

EL AMANTE
Abrió la puerta
y un penetrante olor a «chanel»
le recordó que hoy
— una tarde de otoño como otras —
no era jueves,
que no serían suficientes las flores,
que podría perderse
por su obstinado vicio de confundir los días
y silenciosamente
volvió a poner su sombra en las aceras.
[Un cierto sabor ácido para los días venideros,1987]

Obras: Poesía:
Porque somos de barro, Santa Cruz de La Palma, Ed. Taiga, 1977; Objetos, Santa Cruz de La Palma, Ed. Taiga, 1981; Presagio de sueños en las gargantas de las palomas, Santa Cruz de Tenerife, CajaCanarias, 1982; Un cierto sabor ácido para los días venideros, Santa Cruz de Tenerife, Editor D.L. [Añil / Poesía], 1987; Víspera de la ausencia, Madrid, Ed. Libertarias, 1989; Poemas 1981-1992, Islas Canarias, Gobierno de Canarias, 1993; Y de pronto, anochece, Santa Cruz de Tenerife, Ed. La Calle de la Costa, 1997; Así en la tierra, La Laguna (Tenerife), Editorial Globo, 1999; Solo el mar, Santa Cruz de Tenerife, Cabildo Insular de Tenerife-COAC, 2000; Doce lunas de Eros (2000) [ilustrado por 12 artistas canarios]; Doce lunas de Eros, Madrid-Santa Cruz de Tenerife, CajaCanarias-Ed. La Palma 2003; Azogue, Tegueste (Tenerife), Baile del sol, 2005; Para cruzar los puentes, Madrid, Ediciones KA, 2006;  El libro de la duda, Santa Cruz de Tenerife, Ediciones Idea, 2007; Narrativa: Futuro imperfecto, Ed. La Palma, 1994) [cuentos]; Entre tejados, Islas Canarias, Septem, 2003, [literatura infantil]; Fompi, Islas Canarias, Interseven, 2007  [literatura infantil]; Días de abril, Islas Canarias, Interseven, 2007  [literatura juvenil]; El viento en contra, Santa Cruz de Tenerife, Ed. Resma, 2002 [novela]. En Antologías: Los transeúntes de los ecos: Antología de poesía contemporánea en Canarias, Cuba-Tenerife, 2001; Plenilunio, Tegueste (Tenerife), Baile del Sol, 2003 [antología de poetisas canarias del siglo xx, dirigida por Sabas Martín]; «Antología. Literatura canaria» [Poesía],  Revista La Página, Tenerife, nº 25-26 (1996), pp. 140-277. Biografías y textos críticos: Juan José Delgado, Sabas Martin, Cecilia Domínguez Luis, Poesiacanaria (1980-2002): Propuestas criticas, Tegueste (Tenerife), Baile del sol, 2003;  Guillermo Perdomo Hernández (coord.), Dolores Campos Herrero y Cecilia Domínguez Luis, Bartolomé Caraisco de Figueroa: a Viana, en desagravio, Islas Canarias, Viceconsejería de Cultura y Deportes, 2007.

Bibliografía:
Rafael Fernández Hernández, «Cecilia Domínguez y su universo de Objetos», en «Borrador», Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife), 27 de diciembre, 1981; José Hierro «Prólogo», Un cierto sabor ácido para los días venideros, Santa Cruz de Tenerife, Editor D.L. [Añil / Poesía], 1987; Humberto Hernández Hernández y Benigno León Felipe, "Selección y estudio" del libro Poemas, de Domínguez Luis, Santa Cruz de Tenerife, Interseptem Canarias, 2003; Ezequiel Pérez Plasencia, «El poemario erótico de Cecilia Domínguez Luis», El Día (Santa Cruz de Tenerife), 25 de marzo, 2001; Juan  José Delgado, Prólogo a la antología de Cecilia Domínguez Octubre, Santa Cruz de Tenerife, Ediciones Baile del sol, 2003., pp. 7-32; Blanca Hernández Quintana, Desde su ventana: Antología de poetas canarias del siglo XX, Madrid, Ediciones La Palma, 2004. Entrevistas:  Entrevista de J. M. Castellano a Cecilia Domínguez, 19 de octubre de 2007; Entrevista «Un cierto sabor ácido», por Maiki Martín Francisco  [La Laguna, 4 de abril de 1998], publicada en la revista Mandala, cuaderno de artes y letras, La Laguna,  nº 2, (mayo de 1998).

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