jueves, 19 de junio de 2014

LAS BATALLAS







las islas fueron reducidas a base de tratados de paz y de igualdad que jamás fueron respetados por parte de los europeos. Este fenómeno no sólo se dio en Tenerife, sino en todas las islas (Pacto de Calatayud en Gran Canaria, Paz de Los Realejos en Tenerife, etc.)
Aprovechando el culto a la palabra de los canarios precoloniales (documentado en las fuentes escritas) los europeos hicieron del engaño y la traición una estrategia militar para llevar a cabo la conquista de las islas. La mentira les permitió chantajear a muchos nobles imazighen insulares, reunir a cientos de canarios precoloniales en sus buques para venderlos como esclavos, apresar y ejecutar a algunos caudillos alzados para escarmentar a sus seguidores, etc. De todo ello, fueron tardíamente conscientes nuestros antepasados debido a su tradicional hospitalidad y su rechazo cultural a la crueldad. Pero una vez que palparon el engaño y la traición, dejaron atrás la cultura de la amistad para pasar a la cultura de la guerra, la cual, entre los pueblos imazighen en general, ha estado siempre tan arraigada. Pruebas de este cambio de actitud son los siguientes párrafos:
Sedeño. Finales del siglo XV.

“En el tiempo que sucedían estas cosas entre spañoles i Canarios, no dexaban de hauer casos de contar o ia de mofa i risa u ia de pesar i tristeza. Los Canarios de que no tractaban verdad ni palabra los christianos y que eran falsos viles i que hauían muerto a su Dios que era tan bueno i les hauía enseñado el camino de la verdad, la qual ellos no profesaban”.

Sedeño. Finales del siglo XV.

“Tratándose de la guerra y conquista de Canaria los canarios indignados contra los cristianos les deshonraban y decían palabras afrentosas, menospreciándolos de gente sin verdad, falsos y traidores, putos quemados que habían muerto a su Dios y otras afrentas [...]”.
Marín y Cubas. Mediados del siglo XVII.

“Venían (los imazighen insulares) de ordinario a decirnos oprobios al campamento”.
Las batallas que más víctimas se saldaron fueron precisamente las victorias de los canarios precoloniales, debido a su carácter sorpresivo. Tal es el caso de la célebre Batalla de Acentejo, que imprimió la mayor derrota sufrida por el ejército español en toda su etapa imperialista de expansión afroamericana.

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