domingo, 16 de marzo de 2014

SUBMARINO U167



 

ATAQUE Y HUNDIMIENTO DEL SUBMARINO U167 POR LOS ALIADOS FRENTE A CASTILLO DEL ROMERAL EN LA II GUERRA MUNDIAL.


Con estos dos artículos queremos dar a conocer otros hechos de nuestra historia que ocurrieron en 1943, durante la II Guerra Mundial. Publicamos un resumen del relato de César O´Donell, acerca del bombardeo del submarino U167 y su hundimiento a un kilómetro de la playa de Las Burras.

Después de este relato, en una segunda parte, aportaremos más información recopilada de personas de Castillo del Romeral que observaron el bombardeo,  así como otros protagonistas que suman otra visión a la historia, corrigen y aportan otros datos. La mayoría de las fotos que acompañan al artículo se encuentran en la web referenciada y pertenecen al archivo de Santiago Guillén.

El U167  era un sumergible alemán oceánico, de gran radio de acción,  un submarino de los mas avanzados de la época, que entró en servicio en julio de 1942. El 27 de febrero de 1943, al mando del Kovetten Kapitan (capitán de corbeta) Kurt Sturm, partió del puerto Francés de St. Nazaire en compañía del U221 (KL Trojer) en su segundo crucero de guerra. En principio las órdenes de operaciones le destinaban a operar en el Atlántico Sur y eventualmente en el océano índico, sin embargo, recibiría la nueva orden de operar contra el intenso tráfico de buques de abastecimiento y convoyes procedentes de Gibraltar y la costa atlántica norteafricana.
El 17 de Marzo, el U-167 torpedea al buque mercante americano Molly Pitcher, de 7.200 toneladas en aguas al Oeste de Gibraltar. El Molly Pitcher, perteneciente al convoy UGS.6 con destino Gibraltar, no se hundió y permaneció a flote unas horas hasta ser rematado por el U-521 del Kapitanleutnant Bargstein.
Tras esa operación el U-167 continuó hacia el sur bordeando la costa africana y atacó al convoy RS.3 en la última semana de marzo cuando navegaba frente a la costa de Sierra Leona. El 28 de marzo atacó al buque belga Moanda, de 7.700 toneladas, que fue hundido. El submarino pudo escapar sin muchos problemas de los escoltas del convoy y a la espera de nuevas víctimas se situó entre las aguas de Canarias y la costa Africana.
El 5 de Abril, el U-167 fue avistado por un avión Hudson anti submarino Británico del 233 escuadrón de la RAF (Royal Air Force) con base en Agadir (a 600 km. de Gran Canaria, Marruecos Francés). Fue localizado a las 09,37 horas de la mañana, en la posición 27º48'N/15º58'W, cuando navegaba frente a la península de Jandía entre Fuerteventura y Gran Canaria, probablemente después de haberse avituallado en la playa de Cofete, punto de aprovisionamiento secreto de sumergibles alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. (La posición reflejada no se corresponde con la comentada sino al oeste de Gran Canaria, O´Donell primeramente habia dado la posición del primer ataque en 27º7'N/15º00'W, que tampoco está en las cercanías de Jandia , sino a 86 kms., al sur de Gran Canaria, que no sabemos si es un error, como la anterior o es la posición correcta del primer ataque).

El submarino trato de sumergirse lo más rápidamente posible, pero el Hudson lo alcanzó en plena maniobra. De las 4 cargas de profundidad que lanzó, dos cayeron lejos, pero la primera lo hizo en la popa y una segunda en la zona de proa. Desde el avión se vieron grandes manchas de aceite, pero no otros signos de hundimiento. Tras permanecer media hora mas sobrevolando la zona, el Hudson regreso a su base de Agadir.

El capitan Strum comprobó que los daños de su buque eran muy serios. Uno de los ejes estaba desviado y se había quemado el motor correspondiente, además existía una vía de agua que se pudo controlar provisionalmente con un pallete de colisión (tela impregnada de brea). El buque no estaba en condiciones de seguir combatiendo y Surm decidió dirigirse hacia la costa sur de Gran Canaria a cota de periscopio, desembarcar a la tripulación y echar a pique el submarino.
Hacia el atardecer, el submarino emergió ya a la vista de la costa de Gran Canaria (frente a Castillo del Romeral) para buscar un lugar adecuado para desembarcar a la dotación, cuando fué avistado por otro avión Hudson del 233 escuadrón de Agadir.

El Hudson estaba tripulado por el F/L W.W. Willets, el Sgt. W. Thomas, el F/O D.D. Lipman y el Sgt. F. Poole descubriendo al submarino a una distancia de 6 millas náuticas (11,12 kms.) de la costa, en la posición 27º40'N/15º20'W. (La posición comentada está a 18 km del Castillo, por lo que hay otro error. Nosotros pensamos que la situación era más cercana a la costa y es posible que dentro de las 3 millas náuticas ( 5,6 km.) de aguas jurisdiccionales españolas puesto que los habitantes del Castillo vieron perfectamente las explosiones de las cargas de profundidad).

El primero en avistar al sumergible, fue un oficial de enlace francés que iba a bordo del Hudson. El U167 viró a babor, pero no hizo ningún intento por sumergirse rápidamente, obviamente como consecuencia de los daños recibidos por ia mañana. El piloto F/L Willets, efectuó una pasada de popa a proa, lanzándole cuatro cargas de profundidad desde una altura de 50 pies (15,24 m.) que cayeron sobre el UBoot, sumergiéndose este lentamen­te.

Cuando el sumergible aun era visible, el avión realizó otra pasada y lo atacó con otra carga de profundidad de 100 libras (45 Kgs.) que explotó a estribor. El piloto Willets continuó en las proximidades volando en círculo sobre la zona de inmersión y pudo observar una gran mancha de aceite de unas 440 yardas (402,34 m.) de largo por 50 yardas (45,72 m.) de ancho y muchas burbujas. A las 17.12 horas el Hudson cesó de volar en círculo y puso rumbo a la base.
El Coastal Command de la R.A.F. adjudicó oficialmente el hundimiento o pérdida del U167 a la tripulación de este Hudson, al concederse en 1944 la preciada Distinguished Flying Cross (DFC) al F/L William Edward Willets y al F/0 Donald Drummond Lipman.

Pero el U-167, contra todo pronostico, no se había hundido. Con la llegada de la oscuridad, emergió de nuevo hacia las 20 horas y navegó lentamente a lo largo de la costa de Punta Maspalomas hacia el nordeste, en dirección al Faro del Morro de Colchas. (Creemos que hay un error pues se dirigió al oeste, al Faro de Maspalomas. Observese que no se nombra Playa del Inglés, que es un nombre que se da con posterioridad a la zona, anteriormente era conocida como Morro de Colchas)

Según el informe del comandante Sturm, el Obermaschinist Hans Dodel y el Dieselobermaat Hans Fuchs, la mayor parte de la tripulación desembarcó por la noche (seguramente el submarino se acercó a poca distancia de la playa) y fue rescatada por pescadores canarios, que habían observado la maniobra del sumergible y se habían aproximado a este. El I.W.O. (I. Wachoffizier) Günter Zahnow, que estaba herido, también fue recogido.
Con los cinco hombres restantes de la tripulación, el comandante quiso dirigir el UBoot a mayor profundidad y a ser posible hundirlo a 100 o 200 metros. Al no poder virar a causa de la proximidad de la costa, el Korvetten Kapitán Sturm quiso llevar al buque al punto de hundimiento ciando (yendo marcha atrás) cuando ya había amanecido, pero el UBoot se hundió repentinamente antes de haber podido alcanzar la posición deseada.

El L.l. (Leitender Ingenieur) y el ZMt (Zentralemaat) pudieron abandonar el sumergible en el último minuto, con ayuda de los compañeros que se encontraban en la vela (puente), entre ellos el Ob. Mt. Hans Fuchs, alejándose a nado todos los hombres que estaban en el puente. Gracias a los chalecos salvavidas y el equipo de inmersión del personal de máquinas salió todo bien, y pescadores canarios se acercaron con sus botes y recogieron a los hombres. El lugar del hundimiento se encontraba a unas 3 millas náuticas al nordeste de Punta Maspalomas.
Ya en tierra, la tripulación fue recogida y reanimada por una unidad de infantería del Ejército de Tierra español, que estaba acantonada en la bahía de San Agustín. Se trataba del 2º Batallón del Regimiento de Infantería nº 139.
En la noche del 6 de Abril de 1943, la tripulación del U-167, 5 oficiales y 48 suboficiales y marineros, fue trasladada a Las Palmas en el Guardacostas de la Armada Xauen, al mando del Teniente de Navío Juan Rull Adell.

Los náufragos fueron divididos en dos grupos, los oficiales se instalaron en el Hotel Atlántico y el resto en el vapor Corrientes, buque alemán de 8.600 toneladas internado en Las Palmas desde el inicio de la guerra. (Según Jaime Rubio Rosales los ingleses hundieron posteriormente dentro del Puerto de La Luz al Corrientes, mientras que los alemanes hundieron el acorazado inglés, Hood, después de salir del Puerto).
Al Cónsul Alemán le faltó tiempo para comunicar los hechos a Berlín y el Agregado Naval de la Embajada Alemana en Madrid, Kapitan Zue See Kurt Meyer-Dohner, ideó un plan para rescatar a la tripulación del U-167. Mientras tanto, Strum y sus hombres eran objeto de la atención de la colonia alemana de Gran Canaria, incluso se organizó un Festival en su honor en el Colegio Alemán de las Palmas.
Los submarinos U-455, al mando del Teniente de Navio Scheibe y U-159, al mando del Capitan de Corbeta Witte, fueron puestos en alerta para intentar recoger a la tripulación del U-167. Para ello el U-455 tuvo que transbordar a la mitad de su tripulación al U-159. La Operación se conoció como Vogel, pájaro.


La noche del 12 al 13 de Abril, con muy mala mar, la dotación del U-167 fue trasladada en un remolcador de la compañía Alemana Woermann-Olinie desde el Corrientes hasta 3 millas del Puerto de las Palmas, donde esperaba fuera de aguas Españolas el U-455. El día 16, el U-455 repartió a la dotación del U-167 entre los submarinos U-154, U-159 y U-518. Todos llegaron sin novedad a Alemania.
En las Palmas solo quedo un oficial, Ernest Semmel, encargado de recoger los equipos que pudieran ir emergiendo y controlar los restos que quedaran del naufragio. Semmel volvió con los pescadores a la zona, pero solo aparecieron cajas con algunos víveres. Tras 5 meses de estancia en Las Palmas, Semmel volvió a Alemania.

Como consecuencia directa de todos estos hechos se incrementaron las violaciones del espacio aéreo de Canarias durante el mes de abril de 1943 por parte de la aviación aliada. El Ministerio de Asuntos Exteriores protesto ante los Gobiernos de Gran Bretaña y los EEUU exigiendo que cesaran los vuelos. A su vez ambos gobiernos protestaron al Español por no haber decretado el internamiento automático de la tripulación del U-167 y facilitar su fuga.

Hasta aquí el relato de O´Donell que constituye la primera parte de este artículo. En la segunda parte completaremos la información con mas relatos del hundimiento y aportaremos algunos datos que quedarán para la historia.

Testimonio de los testigos.
Sebastián García Herrera y Domingo García Trujillo, vecinos de Castillo del Romeral, nos cuentan como aquella tarde del año 43, ellos y otros vecinos, casi anocheciendo, vieron a un avión que venía desde el sur, “por fuera de los calamaderos” (a unos 3 kilómetros frente al Castillo). De repente observaron como se levantaban dos grandes columnas de aguas, resultado de las explosiones de las cargas de profundidad que el avión había lanzado, saltando el agua de la superficie. Al día siguiente se enteraron de que por Las Burras había desembarcado la tripulación de un submarino que se había hundido, resultando un oficial herido gravemente en una pierna.
Según la descripción hecha por los vecinos, la acción se tuvo que desarrollar dentro del límite de las tres millas marinas (5,6 km.) que en esa época se consideraban aguas jurisdiccionales españolas, puesto que si no, no hubiera podido ser vista.
El submarino no se hundió en ese momento, sino que guiado por las luces del Faro, llegó hasta la altura de Las Burras, donde finalmente se fue al fondo y los tripulantes fueron ayudados por los pescadores.
Tenemos otra crónica, de Facundo Perdomo, en aquella época uno de los militares que estaban en las Burras y que ayudaron a los náufragos, Facundo Perdomo que es cronista oficial de San Bartolomé de Lanzarote, en la revista Lancelot, nº 1054, del 3.10. 2003 dice que los barcos de pescadores que rescataron a los 45 náufragos, eran “El Perico” y “La Carmita” y que posteriormente los pescadores fueron gratificados con 7.000 pesetas cada uno y que también se les concedió una condecoración.

Otro dato que recuperamos es que el oficial herido Günter Zahnow, fue trasladado a las Palmas GC esa misma noche por Manuel Ojeda, según nos relató su nieto. Ojeda era vecino del Castillo y dueño de coches "piratas", único medio de transporte en la zona de aquella época. Mucho más tarde le concedieron la licencia municipal de taxi nº 1 de San Bartolomé de Tirajana.
Antonio Trujillo Cruz, pescador de Las Burras jubilado, cuenta que aquel día sobre las 8 o 9 de la mañana, vio a cinco hombres vestidos de negro en la playa. Él tendría 8 o 9 años en esa época, y le causó mucha impresión el ver llegar a estos hombres, todos de un mismo tamaño, bien parecidos y vestidos de negro. Dice que llegaron nadando y que el submarino se hundió a menos de un kilómetro de la orilla porque después pescaba en la zona del hundimiento, zona de mucha pesca, y desde la superficie se veía claramente el puente del submarino a 4 o 5 brazas de la superficie (6 o 7 m.)
Según el testimonio de Francisco Sotorrío Crespo, Delegado de la Compañía de Recuperaciones Marítimas, S.A., encargada de la recuperación del submarino, los marinos alemanes a unas dos millas frente a la playa de Las Burras, pusieron el UBoot proa a tierra y tras colocar una carga de demolición, lo abandonaron. Tras la explosión, el agua inundó todos los compartimentos. La brecha producida por la carga era de unos 3 metros de longitud y había dejado toda la plancha retorcida. El U167, se encontraba sobre un fondo de arena escorado a babor. Tras varios días de trabajo taponando la enorme vía de agua, los buzos de la compañía localizaron otra carga de demolición intacta, pero podrida. ( Ruben Naranjo, Maspalomas Espacio Natural).
Después de todos estos hechos, un torpedo fue hallado con la marea baja, al arrojarlo los temporales a tierra. Fue desactivado, le quitaron la carga explosiva, y dejaron en el lugar la carcasa exterior. Se encontraba a unos 150 metros de lo que antes eran las Salinas de Manuel Méndez, y hoy es el poblado de Las Salinas del Matorral. Esta carcasa, que pudimos ver personalmente, permaneció en el fondo de la zona hasta hace unos pocos años en que suponemos fue destrozado por los temporales.

Según Rubén Naranjo Rodríguez, en el libro “Maspalomas, Espacio Natural”, el submarino permaneció hundido a 16 metros de profundidad frente a la playa de Las Burras, hasta que en diciembre de 1951 la Marina, procedió al rescate, contratando a la empresa Recuperaciones Marítimas S.A. El 28 de enero de 1952, el submarino fue reflotado y llevado por el remolcador “Fortunate”, de la compañía Cory y Hermanos S.A. hasta el puerto de La Luz.

En La Provincia del 29.01.52, se publica un artículo de David J. Nieves, que adjuntamos, informando del rescate del submarino y de la realización de una película para el No-Do de dicho rescate por parte de “Islas Unidas Film”. Se informa en el artículo que al frente de los trabajos estaba el buzo mayor Pablo Rondón.

La intención de la Armada era volver a reutilizar el submarino, pero una vez examinado detenidamente por los ingenieros, estos llegaron a la conclusión de que era absolutamente inutilizable.

Años más tarde fue desguazado en la zona del Refugio, en un muelle al norte del primer edificio del Real Club Náutico, encontrándose en su interior tres torpedos, colocados para su inmediato lanzamiento. En la época en que estuvo en el Puerto el submarino fue utilizado para rodar una película, y tras el desguace los motores diesel fueron instalados en el buque mercante "Rio Umia" construido en 1961. Los motores dieron muchos problemas y serían substituidos.

Aclaración de errores.

Después de analizar los datos de donde se producieron los hechos, aportados por O´Donell, consideramos que existen errores en las posiciones de los ataques. El primer ataque, según la posición que cita, se produjo a 86 km. al sur de Gran Canaria, pero en toda la documentación que hemos consultado se recoge que el ataque se produjo cerca de Jandía, además supuestamente relacionado con la base de submarinos en Cofete, después de haber ido a abastecerse a dicha base.

Por otro lado la posición del segundo ataque con toda seguridad es incorrecta, puesto que al ser visto por los vecinos del Castillo, el mismo se tuvo que producir necesariamente a unos 2 o 3 kilómetros de la costa, dentro de las aguas territoriales. El capitán del submarino , debido a la situación del buque y previendo otro ataque, probablemente intentaría navegar lo mas cercanamente posible a la costa en su rumbo a Maspalomas, una playa de arena, de fácil desembarco, alejada de posibles “curiosos” y con posible ayuda de pescadores y del ejercito español, como así ocurrió.


De hecho el mando alemán conocía perfectamente cuales eran las mejores playas para este tipo de operaciones en las islas. Según Manuel Ros Agudo, en su libro “La Guerra secreta de Franco” “Durante un mes, entre el 14 de julio y el 14 de agosto de 1938, los componentes del grupo a bordo del pesquero Richard Ohlrogge se dedicaron a tomar fotografías y elaborar detallados mapas de calas recónditas en las islas, bajo la tapadera de una expedición de pesca comercial. Su misión era buscar lugares apropiados para las operaciones secretas de suministro a submarinos”.

La Base alemana secreta de submarinos, ¿en Cofete o en Gran Canaria?

Jose Ferrera Jiménez, en un artículo publicado en Diario de Las Palmas el 16.8.1991 titulado “Investigaciones de submarinos alemanes en Canarias”, afirma que el almirante alemán Canaris, jefe de la inteligencia alemana, se trasladó a Canarias en 1939 para visitar el sur de la isla de Fuerteventura, la zona de Jandía “donde los submarinos alemanes disponían de una base de aprovisionamiento en la playa del Cofete”.

El objetivo de su visita era estudiar la construcción de un bunker refugio para submarinos. En aquella zona se había establecido desde hacía algunos años un súbdito alemán, Gustavo Winter. Según Ferrera Jiménez, él conocía por terceras personas que el Almirante Canaris, había sido reconocido por la calle de Triana, una noche cuando transitaba por nuestra ciudad. Según este autor, se desistió finalmente de este proyecto ante el fracaso de la entrevista de Franco con Hitler en 1940.

En esta famosa entrevista de Hendaya, Hitler le pidió a Franco la isla de Gran Canaria, pues en sus planes estaba la ocupación de Gibraltar por medio de la operación "Félix", y a raíz de esto el refuerzo de la defensa de Gran Canaria, previendo una invasión aliada. A pesar de la negativa de Franco a la cesión de la isla, el capitán de fragata Kauss desembarcó en Gran Canaria en 1940, con el objetivo de evaluar su defensa.

La leyenda de la Casa Winter ha aumentado hasta tal punto que incluso se afirma que los submarinos accederían a la villa, a través de cuevas que daban al mar. En gran medida, la fama de este mansión es debida al libro “Fuerteventura” de Alberto Vázquez Figueroa.

En la actualidad no hay pruebas que corroboren la existencia de la base alemana de Cofete, ni siquiera declaraciones de tripulantes de submarinos, lo cual sería lo mas fácil de atestiguar. Sin embargo existen evidencias contrarias a esta hipótesis y favorables a que si no la base, los aprovisionamientos se producían  en Gran Canaria, como son bajo nuestro punto de vista las siguientes:

- Si existiera esta supuesta base en Cofete, el U167 se dirigiría a ella tras el ataque en vez de dirigirse a Maspalomas.

- La costa oeste de Fuerteventura, y Cofete en este caso, es inapropiada para efectuar desembarcos, cargas y descargas, debido a las fuertes corrientes y al oleaje. Sería mas apropiado la costa este de Jandía o el sur de Gran Canaria, al contar con playas más protegidas y seguras para este tipo de maniobras. Debido a ello el U167 se dirigió a Maspalomas.

- En febrero de 1940 un agente secreto ingles del MI6 en Las Palmas GC informa a sus superiores, de que los puertos de Las Nieves, Mogán y San Nicolás eran usados como bases de aprovisionamiento para los submarinos alemanes.  “La Guerra  Secreta de Franco” Manuel Ros, pág. 107).

- Los alemanes ya contaban con un barco en el Puerto de La Luz, para abastecer a los submarinos alemanes, hecho que ocurrió durante varios años, el Corrientes o su nombre real el Charlotte Schliemanm, con el conocimiento y el consentimiento de las autoridades españolas, incumpliendo las obligaciones que imponía la neutralidad que se le presuponía. Según Jaime Rubio, al detectarlo los aliados debido a la evacuación de los tripulantes del U167, fue torpedeado o destruido por sabotaje. Para Manuel Ros, en los planes aliados estaba previsto el hundimiento pero por diversas razones no se llevó a cabo. Hemos averiguado que después el buque se trasladó al océano Índico donde siguió con sus labores de abastecimiento de submarinos germanos, hasta que fue hundido en Isla Mauricio en febrero de 1944.

- Jaime rubio afirma que en Las Palmas GC, la marina alemana varios años antes del inicio de la guerra ya había montado una base secreta de apoyo a sus buques, base ubicada en el viejo edificio Wöermann. Allí un grupo de agentes secretos, coordinados desde Alemania por el almirante Canaris, organizaban el suministro de submarinos alemanes en aguas canarias.

- Fuerteventura, al ser una isla menos protegida por habitantes y por extensión, tenía el riesgo de una mayor facilidad para realizar sabotajes por parte del enemigo, por lo que si se fuera a determinar donde construir una base de ese tipo, con la connivencia de España, se elegiría Gran Canaria.

- El sur de Gran Canaria, estaba completamente militarizado (y toda la isla, preveniendo la inminente invasión por parte de los aliados). Había búnkers o "nidos", como son conocidos por los vecinos, situados entre  cada 500 o 1.000 metros de playa, que todavía podemos ver, (aunque la Demarcación de Costas ha destruido los que estaban por la zona del Castillo y con ello una parte de nuestra historia). Habían varios destacamentos militares en diferentes puntos, con muchos controles y guardias en los sitios estratégicos. En el actual Vecindario, en la Era de Verdugo, había destacado un batallón y en San Fernando, cerca de la Casa Condal, otro batallón. Se construyeron múltiples fortificaciones y trincheras.

- Según nos cuentan los mayores, los vecinos del Castillo, suponemos que todos los del sur, debían de tener un salvoconducto para poder desplazarse. Solo las personas que tenían el respectivo salvoconducto podía pasar los numerosos controles que había en los accesos.

- Hitler estaba interesado en anexionarse Gran Canaria (operación Félix), de hecho ayudó con armamento para la fortificación de esta isla, previendo la invasión aliada.

- Otro dato muy importante, es que se estableció una compañía militar cercana a Juan Grande, en El Rodeo, y al lado de esta dotación se construyó un aeródromo militar en El Rayón, (al norte de la Macro Cárcel) que contaba con dos baterías antiaéreas camufladas con nidos enterrados en el terreno. Según los vecinos en este aeródromo aterrizaron aviones Junkers, hecho que no comprendemos si existía el aeropuerto de Gando.

- Se construyeron trincheras en diversos puntos cercanos al aeródromo: al lado de la carretera de Juan Grande a Castillo (que todavía podemos ver hoy, después de la salida a Juncalillo), en donde hoy se encuentra el Tanatorio, detrás de la Casa de Pepito Caraballo, al lado del Estadio de fútbol, en Juncalillo por Intercasa, y en Matorral. Había muchos prisioneros republicanos, los rojos, construyendo estas fortificaciones por medio de trabajos forzados.

Hasta el año 1962 los militares censuraban la información referente al Castillo, hecho constatado cuando fuimos a buscar al Cabildo la fotografía aérea realizada de la comarca ese año, en la que vimos que toda la zona del Castillo estaba ocultada en negro. Tal vez por ello el nombre de Castillo del Romeral no aparece en los mapas de esa época ni posteriores, aunque era la población con más habitantes de SBT. Es por ello que mucha gente conoce a toda la zona como Juan Grande y de hecho, a la Central Térmica, le pusieron el nombre de Juan Grande.

Por tanto, aportamos toda esta información y que los expertos saquen las conclusiones oportunas en referencia a la base alemana de Cofete, y el abastecimiento de los submarinos germanos y del U167 antes del ataque.

La Maquina “Enigma” de comunicacxiones.

Volviendo al hundimiento del U167, tenemos que destacar un hecho muy importante, que no se ha tenido en cuenta hasta ahora, en lo escrito sobre el tema. El primer objetivo del capitán del submarino, cuando conoce que la nave no tiene salvación, es que el enemigo no pueda conseguir “la maquina enigma”, por lo que esta tiene que ser destruida, a toda costa.

Esta máquina era un dispositivo, similar a una máquina de escribir, que codificaba automáticamente los mensajes con una clave segura, para ser transmitido, al cuartel general o a otros submarinos. Había una máquina enigma a bordo de cada submarino, y desde el mando se daba como primera prioridad que ninguna fuera capturada por el enemigo. Los alemanes tenían la conviccción de que sus comunicaciones eran imposibles de descifrar.

Pero el mando alemán desconocía que los aliados ya habían realizado la captura de Enigma en 1941, (existe una famosa película sobre el tema), junto al submarino U110, en una situación muy parecida a la del U167. El capitán del U110, pensaba que su nave se hundiría, tras sufrir un ataque, y no activó las cargas de demolición, pero los aliados llegaron antes y consiguieron la famosa máquina de descifrado. Este fue un hecho trascendente en la guerra y un factor determinante de que los alemanes perdieran la Batalla del Atlántico.

Por lo tanto, en 1943 los aliados conocían los mensajes cifrados que enviaban los U boots, por lo que creemos que los dos ataques al U167, no son casuales, sino que se habían interceptado sus comunicaciones y las intenciones que tenía.

Según los hechos relatados, al haberse hundido tan rápidamente el submarino, podría haber ocurrido, como le pasó al U110, que la maquina enigma no hubiera sido destruida, de ahí el hecho de que el oficial, Ernest Semmel, permaneciera 5 meses más en Gran Canaria, con el objetivo de destruir la máquina para que el enemigo no la consiguiera. Esta destrucción se podría haber producido posteriormente.

De hecho O´Donell no habla de cargas de demolición, que si constató Francisco Sotorrío cuando recuperó al submarino 8 años mas tarde, descubriendo una brecha producida por la carga explosiva de unos 3 metros de longitud que había dejado toda la plancha retorcida, además de otra carga explosiva, que no había explotado.

Una prueba que pudiera dar veracidad a la anterior hipótesis es otro relato del hundimiento, que nos aporta Mallmann Showell en el libro “U-Boats at War,Landinggs on hostile shore” que hemos localizado en internet. El relato traducido es el siguiente:

“ …Fue posible coger marcaciones en las numerosas luces de forma que el U167 pudo avanzar a salvo cerca de la playa donde los hombres nadaron a tierra sin ser golpeados hasta la muerte por olas impactando una hilera de afiladas rocas.

No quedaban balsas salva vidas sin daños, de forma que solo el herido fue acomodado en una. La bahía en Las Burras en Gran Canaria fue elegida para el desembarco por que estaba bien alejada de los centros principales, pero tenia una buena flota de pesca que podían ayudar a llevar los hombres a tierra.

Todo fue relativamente como una seda. Günter Seidel (primer ingeniero), Helmut Maerz (Obersteuermann), Hans Joachim Fuchs (Dieselmaat) y Ernest Semmel (Primer oficial) permanecieron a bordo con el comandante hasta que todos hubieron partido.

La potencia restante tenia que ser usada para sacar el submarino de nuevo al mar en aguas profundas para hundirlo. Sin embargo esto no sucedió de acuerdo con el plan. El U167 no había ido muy lejos cuando Sturm gritó a los hombres que habían ido abajo para que subieran al instante. Habían llegado a duras penas a la parte superior de la vela (puente) cuando las olas los arrojaron fuera y el submarino desapareció bajo ellos. Evidentemente algo había ido mal, pero al menos no se perdió ninguna vida.”

Testimonio de Miguel Rodríguez uno de los rescatadores.

Entrevistamos a Miguel Rodríguez García, patrón de la “Carmita” con el folio 1617, que fue uno de los pescadores que rescataron a los náufragos. Miguel tenía 19 años en esa época y nos dice que es el único que aún vive de aquellos pescadores. Nos cuenta que aquel día él y su compañero salían a levar nasas, amaneciendo, sobre las 6 de la mañana, desde la Playa del Aserradero (frente al Hotel Don Gregory). Su compañero era Blas Guedes Santana, ya fallecido, procedente de Telde y con familiares en el Castillo, como delata su apellido.

Los dos pescadores se dirigían a remo a realizar sus labores y cuando el “Carmita” se había alejado entre unos 100 o 200 metros de la playa, se encontraron a dos de los náufragos que venían nadando, que inmediatamente se agarraron a la banda del barco. Llevaban puestos los chalecos salvavidas.

Los pescadores dirigieron el barco a tierra y mientras tanto los alemanes siguieron agarrados a la banda, sin embarcarse. Miguel nos dice que iban tirando cosas al agua disimuladamente, para que ellos no lo vieran. Suponemos que podrían ser las armas y los distintivos de que pertenecían a la armada alemana. Miguel afirma que incluso se desprendieron de algunas ropas. Posteriormente dice que los chinchorreros, (pescadores de red), encontraron algunas cosas calando, que suponemos fueron incautadas por los militares.

Una vez en tierra dieron aviso a los militares que estaban en San Agustín y mientras tanto llegó otro naufrago que había llegado nadando y que había salido por la playa de las cañas (donde recientemente se construyó una playa artificial). El oficial superior, suponemos que el capitán, mandó a los otros ponerse firmes cuando llegaron los militares españoles. Después de esto Miguel y Blas se dirigieron a levar las nasas y cuando volvieron al mediodía, en la playa había una fiesta entre los pescadores, los náufragos y los militares españoles, debido al buen fin del naufragio.

Miguel nos cuenta que posteriormente le dieron 12.000 pesetas, a cada uno y cree que también una medalla, aunque no lo recuerda bien. También nos dice que no llegó a ver el submarino en la superficie y que no sabe que fue lo que pasó por la noche, ni como se marcharon a Las Palmas los náufragos, ni nada acerca del oficial herido.


Le preguntamos a Miguel si por aquellas fechas se observaron cosas extrañas en la zona y nos responde que allí todo el mundo tenía mucho miedo por la guerra y que por las noches se oían explosiones. No salían a pescar de noche, como lo hacían habitualmente, por miedo a que les dispararan los propios militares españoles. Esto puede corroborar la hipótesis de la posterior destrucción de lo que quedaba pendiente en el U167.

Nuestra versión de los hechos.

Después de todos los datos que hemos aportado creemos que los hechos se sucedieron de la siguiente manera:

Con toda seguridad al capitán del U167 le habían informado desde el mando de la mejor playa para desembarcar sin riesgos de acantilados, con posible ayuda de pescadores y sin que fueran molestados con posibles espías: la del Morro de Colchas o Playa del Ingles. Esta zona de la isla era inaccesible por tierra a posibles espías y solo se podía pasar si se tenía salvoconducto.

El ataque frente a Castillo del Romeral se produjo sobre las 17 o 18 horas, casi anocheciendo, como cuentan los vecinos, después el capitán sumergió el submarino y esperó a la noche, para efectuar el desembarcó lo mas discretamente posible. Una vez anochecido, Sturm acercó el submarino lo máximo posible a tierra, incluso enbarrancándolo, en la Playa del Inglés, cuyo fondo es de arena, por lo que la tripulación pudo llegar a la playa a nado sin ningún esfuerzo. Al herido lo llevaron en una balsa.

La tripulación seguramente debía de tener la consigna de hacerse pasar por tripulantes civiles de un mercante hundido, para poderse evadir posteriormente por lo que se deshicieron de insignias, armas y ropas que les delataran. Una vez desembarcada la tripulación, se dirigieron  a los militares que estaban en las inmediaciones para pedir ayuda, (había un bunquer al principio de la Playa del Inglés y otro en La Punta de Maspalomas). Los militares llamaron a Manuel Ojeda, suponemos que por medio de la comunicación a través de la red de "nidos" de la costa, para que trasladara al herido a Las Palmas GC. Es posible que los militares ya conocieran que la tripulación iba a desembarcar por esa zona y sin duda ya conocían el ataque del Hudson al submarino, por la red de bunquers.

Mientras tanto, el capitán y los 4 oficiales que quedaron a bordo, sacaron al submarino de la playa, siando (dando marcha atrás, de hecho el submarino ya hundido tenía la proa hacía tierra). Seguramente se encontraron con dificultades, para realizar esta maniobra por el tiempo que tardaron, ya que fueron rescatados por la mañana y solo contaban con la energía de las baterías para realizar la acción. Es posible que estuvieran recargando dichas baterías.

Durante todo este tiempo, realizaron tareas de achique de las vías de agua, y suponemos que prepararon las cargas de demolición del submarino. Pero debido al rápido hundimiento, de madrugada, no les dio tiempo a explosionar las cargas y se dirigieron a nado a la costa, alguno llegó nadando y otros fueron auxiliados por los pescadores, que los vieron cuando fueron a realizar sus tareas de pesca matinales.

Suponemos que no saltaron al agua al mismo tiempo y los primeros que lo hicieron, al ser de noche se dirigieron hacia las luces del faro, (que señalaba la orilla) por lo que llegaron a tierra al principio de la Playa del Inglés, mas hacia el sur. No tenemos testimonios de lo que pasó a los dos oficiales que no rescató Miguel Rodríguez, es posible que los rescatara "El Perico", según cuenta Facundo Perdomo, pues era un barco chinchorrero (de red de orilla) y pescaba mas hacia la Punta de Maspalomas.

Según Showell en la obra comentada “...Mientras tanto, los pescadores locales habían sido alertados y haciendo honor a la tradición, lanzaron sus barcas para ayudar a los que estaban necesitados.

Unos alemanes fueron rescatados y otros alcanzaron la playa solos y fueron así mismo socorridos en tierra tras tan peligroso surf. Las comunicaciones eran buenas para ser un lugar quieto y apartado de carreteras y al día siguiente una embarcación llegaba para llevar a toda la tripulación a Las Palmas. La transferencia tuvo lugar en horas de oscuridad para evitar la interferencia de curiosos o autoridades complicadas. Todos fueron rápidamente ocultados a bordo del Charlotte Schlieman.

De acuerdo con las leyes internacionales, el personal militar que desembarca en países neutrales debe ser internado por la duración de la guerra. Los civiles, incluidos los hombres de la marina mercante estaban autorizados a moverse libremente por lo que la tripulación de U-boat tuvo que disfrazarse.

Uno se maravilla con la eficiencia de los hombres encargados de barcos como el Charlotte Schlieman. Siendo constantemente escudriñados de todas las formas posibles por observadores hostiles debían trabajar a cubierto y, a pesar de todos los problemas, en este caso fueron capaces de producir 53 conjuntos de ropa y complementos civiles en muy poco tiempo.”

Actos en el 51 aniversario.

Al cumplirse el 50 aniversario del hundimiento del U-167, el 6 de Abril de 1993, el periódico Canarias 7 publica un reportaje de Gabriel Suárez que hemos adjuntado en la primera parte. Un ciudadano alemán residente en Gran Canaria lo lee y entra en contacto con la asociación de ex-tripulantes del U-167.

Surge la idea de organizar un encuentro entre supervivientes del U-167 y los pescadores que los rescataron en 1943, hecho que ocurre en diciembre de 1994, cuatro tripulantes del submarino se reunen con los descendientes de los pescadores. Antonio Quintana publica un artículo sobre el encuentro en El Diario de Las Palmas del 5.12.94, que adjuntamos.

Los cuatro tripulantes son Johann Henkel, de 73 años, Gerhard Borghard, de 71, Heinrich Backus„ de 81 años, y Hans-Joachim Fuchs, de 74 años,  este último el que aporta la mayoría de las fotos de este artículo. Ellos son cuatro de los siete tripulantes que todavía quedan vivos de los 45 náufragos en ese momento. Junto a ellos uno de los rescatadores, Miguel Rodríguez, patrón de “La Carmita”,  que es padre de José Rodríguez, concejal del Ayuntamiento de SBT y al que hemos entrevistado para sumar su testimonio a este artículo.

Con este artículo hemos recuperado unos hechos importantes de nuestra historia, muchos de ellos desconocidos, que sacamos a la luz para que no se pierdan. Aún quedan algunas lagunas de como se sucedieron los hechos, por lo que animamos a aquellas personas que puedan aportar mas información que lo hagan por este medio, en el apartado de comentarios (aportaciones). (Pablo Guedes González, 2010.En: historiacastilloromeral.blogspot.com/.../ataque-y-hundimiento-del-subma...‎)

Documentación consultada.

- O’DONNELL, César: Hundimiento del sumergible alemán U167 en aguas de la Isla de Gran Canaria durante la Segunda Guerra Mundial. En http://www.u-historia.com/ , cedido por la Revista Española de Historia Militar nº3, Mayo - Junio 2000.
- U167. en http://www.u-historia.com/
- RUBIO ROSALES, Jaime: Canarias en la Segunda Guerra Mundial. en noticiasgrancanaria.com. 2009
- QUINTANA, Antonio. 4 Alemanes evocan en el sur el hundimiento de su submarino de Guerra. Diario de  Las Palmas. 5 diciembre 94.
- NARANJO, Ruben. Maspalomas Espacio Natural. Ayto. SBT. 1999.
- PERDOMO, Facundo. Revista Lancelot, nº 1054. 3 octubre 2003.
- FERRERA JIMÉNEZ, Jose. Investigaciones sobre las actividades de submarinos alemanes en
   Canarias. Diario de Las Palmas. 16 septiembre 1991.
- MALLMANN SHOWELL, Jak P. U-Boats at War, Landings on hostile shores. En www.amazon.com/ . 2000.
- SUAREZ, Gabriel. El día que Franco traicionó a Hitler. Canarias7. 6 abril 1993, pág 23.
- ALDAI LÓPEZ, Angel L. Maspalomas Antier. Ayto. SBT. 1998.
- NIEVES, David J. Puesta a Flote de un submarino al Sur de la Isla. La Provincia 29 enero 1952.


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