domingo, 23 de marzo de 2014

JORGE ESQUIVEL MARRERO







Jorge Esquivel Marrero

Este artículo está dedicado a uno de los muchos maestros naturales del Sur de Tenerife, amantes de la Enseñanza, que nunca perdieron su ilusión por ella, aunque fuesen destinados a lugares apartados de la geografía insular. Nacido en Fasnia, uno de los pueblos que más docentes aportó al Magisterio insular en la primera mitad del siglo XX, ejerció por dos veces en Tejina (Guía de Isora), Puntagorda y El Hierro; también lo hizo en una ocasión en El Médano, Los Llanos de Aridane, Santa Cruz de Tenerife y Vilaflor. Pero, sobre todo, el recuerdo de su labor será imperecedero en los colegios de El Salto (Granadilla de Abona), donde permaneció durante 4 años; Lomo de Mena (Güímar), donde lo hizo otros 6 años; y Valle de Guerra (La Laguna), en el que ejerció durante 22 años (hasta su jubilación) y desempeñó el cargo de director. Fasnia, pueblo natal de don Jorge Esquivel Marrero.

Su familia

Nuestro biografiado nació en Fasnia el 8 de febrero de 1917, a las cinco de la mañana, siendo hijo de don Jorge Esquivel Díaz y doña Vicenta Marrero Expósito. El 25 de junio de ese mismo año fue bautizado en la iglesia de San Joaquín por el cura párroco don Luís.

Con posterioridad, la reseña biográfica se ha visto enriquecida con nuevos datos.

Navarro Nóbrega y actuaron como padrinos don José Parejo Pérez, natural de Villafranca y Los Palacios (Sevilla) y vecino de La Laguna, y doña Jorgina Díaz Delgado, su abuela paterna.

Don Jorge creció en el seno de una conocida y apreciada familia fasniera, que ha dado
sacerdotes, funcionarios, políticos, sanitarios y varios docentes. Su tío-tatarabuelo, don
Basilio José Acosta Valladares (1812-1881), fue párroco de Fasnia durante 37 años. Su
abuelo, don Genaro Esquivel Rodríguez (1850-1902), destacó como sochantre, notario
público eclesiástico, secretario del Juzgado, juez municipal, maestro interino, interventor electoral, guarda y sobreguarda de montes. Su padre, don Jorge Esquivel Díaz (1882-1955), fue secretario de los juzgados municipales de Fasnia y Puerto de la Cruz y con él aprendió nuestro personaje a leer y a escribir. De sus tíos, destacaron: don Martín Esquivel Díaz (1884- 1946), secretario acompañado del Juzgado Municipal, encargado de la fiesta de San Joaquín y practicante en Argentina, donde murió soltero; don Genaro Esquivel Díaz (1891-1982), alcalde de Fasnia, jefe local de las Milicias de Acción Ciudadana, comerciante, exportador agrícola y empresario cinematográfico; y don Domingo (1893-?), primer taxista de Fasnia, cabo jefe de distrito del Somatén Armado de dicho pueblo y emigrante a Argentina, donde continuó trabajando en el transporte y falleció. Dos de sus hermanos también se dedicaron a la docencia: don José Esquivel Marrero (1923-1986), alférez de complemento de la I.P.S. y maestro, que da nombre al colegio de Puerto Santiago; y doña María del Carmen Esquivel Marrero (1924-2003), también maestra. Lo mismo sucedió con su sobrina: Doña María Mercedes Peña Esquivel (1959-1986), que igualmente fue maestra.
Bachiller, combatiente y cabo de ingenieros

Volviendo a don Jorge, inició sus estudios primarios en la escuela elemental de Fasnia, siendo su primer maestro don Agustín Gómez Verdier, natural de Tarifa (Cádiz); los continuó luego en el viejo colegio de San Ildefonso, en Santa Cruz de Tenerife, entre los años 1929 y 1931. El 28 de mayo de 1931 hizo el examen de Ingreso en la Escuela de Comercio de dicha ciudad, en cuyo Instituto de Segunda Enseñanza siguió el primer curso del Bachillerato. El resto de los estudios secundarios, hasta el 6º, los realizó en el Instituto de La Laguna, donde obtuvo el título de Bachiller.

El 3 de agosto de 1936 se alistó como voluntario en el Ejército, quedando incorporado como soldado al Cuerpo de Ingenieros en el Grupo Autónomo Mixto de Zapadores y Telégrafos. Con éste pasó al Frente de Extremadura, luego al Frente del Norte con las
Brigadas de Navarra, posteriormente al Frente de Aragón y, finalmente, al Frente de Toledo, donde lo sorprendió el final de la Guerra. Reintegrado a Tenerife, el 30 de junio de 1939 se incorporó a la Plana Mayor del cuartel de Ingenieros de Santa Cruz, donde ascendió a cabo.

Allí obtuvo su licenciamiento como ex-combatiente el 5 de diciembre de 1939, pasando a fijar su residencia en Fasnia.
Don Jorge Esquivel Marrero.

Maestro militarizado e interino en Tejina de Guía, Punta Gorda, El Medano, y Los Llanos de Aridane.

Cumplido su servicio militar, don Jorge realizó un curso intensivo de Pedagogía en la Escuela Normal de Magisterio de La Laguna, para obtener el título de Maestro de Primera Enseñanza en concepto de Bachiller; una vez superado, dicho título le fue expedido en Madrid el 27 de marzo de 1941. Previamente, el 9 de enero, había solicitado como ex-combatiente una de las escuelas vacantes en la provincia.

Su primer destino como interino fue el de maestro de la escuela de niños de Tejina, en Guía de Isora, donde permaneció poco más de un año, del 1 de mayo de 1941 hasta el 31 de julio de 1942. Desempeñando ese destino fue movilizado como “maestro militarizado”, por lo que en los periodos vacacionales debía incorporarse a la Plana Mayor del 2º Batallón, destacado en la Villa de Adeje. Durante el curso trabajaba normalmente y vivía en Tejina, con un sueldo de 4.000 pesetas anuales.

El 1 de septiembre de 1942 se incorporó, también como interino y con un sueldo de
5.000 pesetas, a la escuela unitaria nº 2 de Puntagorda (La Palma), a cuyo frente permaneciósólo cuatro meses, hasta el 31 de diciembre de ese mismo año, al ser desplazado por el oficial maestro don Fernando Ávila Rodríguez.

El 1 de mayo de 1943 pasó a la escuela de El Médano (Granadilla de Abona), para sustituir por tres meses al maestro titular don Arturo Gómez. Allí permaneció hasta el 28 de julio de ese mismo año, en que tomó posesión de la escuela de Triana en los Llanos de Aridane (La Palma); allí continuó hasta finales de diciembre de ese mismo año.

La última escuela que regentó con carácter interino fue nuevamente la de Tejina (Guía de Isora), a cuyo frente estuvo otros ocho meses, del 1 de marzo al 31 de octubre de 1944.

Propietario provisional en Santa Cruz de Tenerife, Punta Gorda, El Golfo y Vilaflor.

En el año 1945 ganó las oposiciones convocadas para cubrir las escuelas vacantes,
celebradas en Santa Cruz de Tenerife, aunque hubo de permanecer durante dos años alejado
de la Enseñanza en dicha capital, en expectativa de destino.

El 8 de febrero de 1947 se incorporó, como propietario provisional, a una sección del recién construido grupo escolar “Generalísimo Franco”, del barrio del Cabo en Santa Cruz de Tenerife. El 1 de octubre de ese mismo año pasó por traslado, y por segunda vez, a la escuela unitaria nº 2 “Pino La Virgen” de Puntagorda (La Palma), donde permaneció sólo tres meses, al ser desplazado por su compañero y amigo don Israel Mesa Mesa.

El 1 de enero de 1948 don José pasó, todavía como propietario provisional, a la escuela unitaria de niños de El Golfo en Frontera (El Hierro), valle al que por entonces sólo llegaba una mala pista de tierra por donde transitaban viejos camiones, como único medio de transporte; allí continuó hasta el 31 de agosto de ese mismo año. Al día siguiente pasó a la escuela unitaria nº 1 de Vilaflor, última que regentó como provisional y en la que permaneció durante un año.

Estando destinado en Vilaflor, el 5 de diciembre de 1948, a los 31 años de edad, contrajo matrimonio en la parroquia de Ntra. Sra. de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife con doña María del Pilar Díaz Hernández, hija de don Félix Díaz Mota y de doña María del Pilar Hernández Guanche, naturales de Los Realejos.

Maestro propietario de Isora, El Salto y Lomo Mena.

El 1 de septiembre de 1949 volvió a El Hierro, al ser destinado como propietario definitivo a la escuela unitaria nº 1 de Isora en Valverde, donde permaneció durante dos
cursos.

El 1 de septiembre de 1951 pasó, por concurso general de traslados, a la escuela unitaria de El Draguito (Granadilla de Abona), por entonces ubicada en el barrio de El Salto, a cuyo frente estuvo un período cuatro años; dejó tan buen recuerdo entre sus alumnos, que aún lo visitaban en su retiro de La Laguna, después de jubilado.

El 1 de septiembre de 1955 pasó, en virtud de nuevo concurso de traslado, a la escuela unitaria de Lomo de Mena (Güímar), donde permaneció durante seis cursos. Aquí su labor todavía se recuerda con cariño, tanto por su entrega como por ser uno de los maestros que más cursos ejerció en dicha localidad. En ese tiempo compatibilizó su labor docente con la agrícola, por la que siempre se sintió atraído, cultivando sus fincas de Fasnia.

Profesor y Director en Valle de Guerra.

Finalmente, por un último concurso general de traslado, el 1 de septiembre de 1961 pasó a la escuela de Valle de Guerra (La Laguna), luego transformada en el colegio público “Atlántida”. Allí permaneció durante nada menos que 22 años; los dos primeros vivió con su familia en el valle, pero luego fijó su residencia en La Laguna, donde continuó hasta su meurte. Como curiosidad, al llegar a este valle ejercían en todo él solo ocho maestros, mientras que al jubilarse lo hacían más de 50. Por el perfecto cumplimiento de su labor docente, en los ciclos 1º y 2º, le fue concedido en este destino un voto de gracias colectivo.

Entre 1980 y 1982 desempeñó el cargo de director del C.N. “Atlántida”, con carácter accidental; en ese tiempo estuvo liberado de la actividad docente, dado el trabajo que suponía la labor burocrática de un colegio de tantas unidades. Siendo director del centro, el 27 de junio de 1981 se le organizó un homenaje en el mismo, con motivo de cumplirse 20 años de continuo ejercicio en la localidad. En el transcurso del mismo se le concedieron diversas placas: de la Asociación de Padres de Alumnos, de sus compañeros de trabajo (“En recuerdo de sus compañeros durante el curso 80-81, por su labor docente a lo largo de 20 años en Valle de Guerra”) y de los alumnos de 8º de E.G.B.


Al entrar a la escuela, don Jorge olvidaba sus problemas personales o familiares y se centraba en los niños, de los que siempre fue un minucioso observador. Para mejorar su
formación asistía a los frecuentes cursillos de orientación metodológica, conocidos como “Semanas pedagógicas”, así como a más recientes cursos específicos de Matemáticas y Lenguaje. Del 15 al 27 de abril de 1963 siguió en Tacoronte un cursillo organizado dentro del Programa de Educación en Alimentación y Nutrición en España, según convenio del Gobierno Español con los organismos de las Naciones Unidas FAO y UNICEF; en virtud de él se le acreditaba como “Iniciado de Educación en Alimentación y Nutrición para desarrollar las actividades del Programa a nivel Local”.

Jubilación y homenajes.

El 18 de octubre de 1983 se le concedió la baja por enfermedad, pues debía sufrir una intervención quirúrgica; se reintegró a sus clases el 19 de noviembre inmediato. Pocos meses después, el 1 de enero de 1984, obtuvo su jubilación forzosa y concluyó su actividad docente, cuando estaba a punto de cumplir los 67 años de edad, tras más de cuatro décadas de entrega vocacional.

Con motivo de su jubilación, en junio de ese año 1984 se le tributó un homenaje en
Valle de Guerra, concediéndosele una placa por el A.P.A. del colegio público “Atlántida”, “por su reconocida labor didáctica y humana, que ha repercutido favorablemente en la formación de nuestros hijos”. El 6 de diciembre de 1985 se celebró otro homenaje colectivo en el Teatro Leal, organizado por el Ayuntamiento de La Laguna, entonces presidido por don Pedro González, y dirigido a todos los maestros jubilados en los últimos cursos, a los que se les entregó un diploma; entre ellos figuraba don Jorge Esquivel, homenajeado “en reconocimiento a su labor de enseñanza a los alumnos del pueblo de Valle Guerra”.

Muchos años más tarde se le tributó un nuevo e inesperado homenaje; esta vez fue en el pueblo agachero de Lomo de Mena (Güímar), donde había ejercido durante seis años. El
domingo 10 de mayo de 1992 sus antiguos alumnos quisieron evocar su labor y, 31 años
después, volvieron a saludar personalmente a su maestro, a quien reiteraron su afecto y el agradecimiento sincero por sus enseñanzas. En el acto, celebrado en el transcurso de un festival musical enmarcado en las Fiestas Patronales, también se rindió homenaje a una maestra que ejerció en la localidad durante 21 años, doña Pilar Gómez.

Fallecimiento y descendencia.

En su merecido retiro lagunero, don Jorge dedicó los últimos años de su vida a su principal afición, la Lectura, en especial de temas históricos. Conservaba una gran memoria y recordaba con cariño a las numerosas promociones de alumnos, así como todos los destinos que tuvo como maestro, “es por lo que volví en una segunda ocasión a muchos de ellos”; por eso no dudaba en afirmar: “Si tuviera que nacer de nuevo, volvería a ser maestro”.

Don Jorge Esquivel Marrero falleció en La Laguna el 30 de octubre de 2008, a los 91 años de edad, después de recibir los Auxilios Espirituales. Al día siguiente se oficiaron las honras fúnebres y a continuación recibió sepultura en el cementerio de San Luis de dicha ciudad. El viernes 7 de noviembre se ofició una misa por su alma en la iglesia de San Juan de La Laguna.

Le sobrevive su esposa, doña Pilar Díaz Hernández, con quien había procreado cuatro hijos: don Jorge Ángel (Fasnia 1949), maestro; don José Damián (Granadilla 1952), maestro; don Marco Antonio (Granadilla 1954), bachiller y gimnasta; y doña Carmen Pilar Esquivel Díaz (Fasnia 1958), Lcda. en Geografía e Historia y profesora de Formación Profesional. De sus respectivos enlaces, éstos les habían dado siete nietos: Judith, Jorge, Damián, Isabel, Alicia, Raquel y María.

Después de su muerte, su compañero de docencia, el maestro don Genaro Pérez González, natural de Güímar, le dedicó un emotivo poema, titulado “En memoria de Jorge Esquivel” 2: Genaro. “Versos. En memoria de Jorge Esquivel”. El Día, jueves 6 de septiembre de 2012, pág. 48.

Quiero rendir homenaje
a su persona en la tierra,
a un hombre que ya no está
pero sigue en mi memoria.
Maestro toda su vida
entregado a la niñez,
un buen padre cariñoso
y un hombre de mucho bien,
como compañero fue único;
como vecino, ejemplar;
siempre unido a su mujer,
esa pareja que deja huellas
por su forma de pensar.
Don Jorge Esquivel Marrero,
que en casa del Padre está,
esperando por nosotros
y vivir la eternidad.
Su mujer, doña Pilar,
buena madre, amante esposa,
la veo y me recuerda
a la mía en muchas cosas.
Así eran hace años
los maestros en su escuela;
a don Jorge en Valle Guerra
todavía lo recuerdan.
Por eso hoy quiero yo
decir esto en su memoria.

Fuente:
Octavio Rodríguez Delgado
Blog.octaviordelgado.es

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