Capitulo XXVI-IV
Eduardo Pedro García
Rodríguez
Titoreygatra
(Lanzarote)
Cuevas naturales
Como queda dicho el habitat
más generalizado en el archipiélago era la cueva, tanto natural como construida
por la mano del hombre.
En Lanzarote igual que en Fuerteventura, sin
embargo, el hábitat predominante fueron los poblados en superficie, al ser la orografía
de estas islas prácticamente llanas con
escasez de cuevas naturales. Los grupos sociales estaban
constituido por una extensa familia que vivía dispersa en pequeños poblados
formados por cuevas naturales y cabañas, también aprovecharon en ocasiones los tubos volcánicos. Los lugares de
habitación, estaban agrupados en auchones o aldeas, tenían unas características
muy peculiares que les diferenciaba de las del resto del archipiélago. Por
ejemplo: la cueva de los Maxos (Majos), que forma
parte del conjunto del poblado de Zonzamas, su interior fue agrandado por obras
de los habitantes primigenios y dividido con muros de piedra.
En Lanzarote
las cuevas están a menudo situadas en amplias corrientes de lava y que había
que descender por una especie de pozo extremadamente largo. Esta disposición se
imitaba en la construcción de las viviendas artificiales. En Tahiche he visto
una bonita muestra, consistente en una casa que tenía el aspecto de un grueso
montón de piedras amontonadas en forma cúbica. Las de fuera estaban alineadas,
mientras que las otras habían sido colocadas sin orden, aparte de las que
rodeaban la vivienda propiamente dicha. Esta se componía de tres pequeñas salas
circulares, una a cielo abierto, dispuestas en triángulo y comunicadas por
galerías cubiertas. Para penetrar había que escalar el montículo y descender
por la especie de pozo que formaba la pequeña sala sin techumbre. Las casas de
Tahiche ofrecen otra particularidad: están medio enterradas en el suelo El
montón de piedras apenas representa la mitad; de la altura total de la
vivienda. El resto fue excavado en la tierra y rodeado de un muro de piedras
secas que protegía de los derrubamientos. (R. Verneau, 1981)
Pero en
ciertas localidades, las cuevas no eran suficientes para la población, que
entonces tenía que construir viviendas de superficie. Para esto se excavaba
primero en la tierra un agujero profundo y se cubría su perímetro con un muro
de piedras secas el cual sobresalía del nivel del suelo un metro o metro y
medio. Una vez el muro llegaba a la altura deseada se cubría la vivienda por
medio de grandes lozas dispuestas en bóveda.
Finalmente se
revestía toda la construcción de tierra y se tenía una verdadera cueva en un
lugar donde antes no existía. Una rampa, preservada de desprendimientos por dos
muros laterales, daba acceso a esta vivienda.
La vivienda pre-colonial reutilizada
por los grupos populares urbanos y rurales fue otro tipo de construcción
habitual en ciertas áreas y zonas donde la presencia de los habitantes
precoloniales debió de ser importante aún después de la invasión y colonización
normando-castellana.
En Lanzarote, como en otras islas del
archipiélago, se registra un uso cotidiano de las antiguas viviendas de los
maxos hasta los inicios del siglo XVIII. Éstas, como la cueva, eran demandadas
por los sectores populares ante su escaso precio, amplias dimensiones y la
calidad de su construcción, la cual llegaba a superar en elaboración y solidez
a un considerable porcentaje de las casas terreras construidas en ese momento
de arquitectura colonial. Los núcleos donde se reutilizó con mayor asiduidad
estas viviendas -en algunos casos llegaron a representar más del 15 % del total
de casas habitadas del lugar.
Por otro lado, la
propuesta de reconstrucción del hábitat en función de paradigmas territoriales
y, sobre todo, a partir de los referidos a los recursos potenciales, tendrán
una serie de variables correctoras en función del período cultural y del
contexto socioeconómico y político que opere sobre el territorio. Así,
elementos como las relaciones de producción (propiedad, mecanismos de
explotación de los recursos, etc.), tipo de cultivos, limitaciones
tecnológicas, etc. van a condicionar diferentes respuestas humanas a similares
condicionantes naturales y, a su vez, la realidad material de cada período, si
podemos realizar una aproximación suficiente, nos darán importantes pistas
sobre el tipo de aprovechamiento del territorio. (José de León Hernández)
Construcciones de superficie
Los cronistas
de la invasión de Titoreygatra
comandada por los piratas y tratantes en esclavos Jean de Bethencourt y Gadifer
de la Salle ,
los frailes franciscanos Pedro Bontier y
Juan Le Verrier, no pudieron menos que asombrarse de las especiales
características de las viviendas de los maxos, y ello a pesar de que provenían
de una civilización tecnológicamente más avanzada, pero que en algunos aspectos
distaba mucho de poseer los conocimientos espirituales y morales y astrológicos
que dominaba el primigenio pueblo canario en general.
Es una
constante en el colonialismo el tratar de justificar el sometimiento de otros
pueblos escudándose en una supuesta inferioridad cultural de los sometidos, en
el caso de Canarias el sistema colonial viene insistiendo desde hace siglos en
que nuestros ancestros se encontraban tecnológicamente en estadio similar a la
era neolítica.
Es conveniente
recordar que las cronologías empleadas son siempre relativas, teniendo en
cuenta las zonas geográficas a las que se aplican; así, mientras en la
península ibérica en el siglo XV, y en los territorios que hoy conforman
Francia, muchos reinos estaban anclados
en un estadio cultural similar al de la prehistoria, y otros
pueblos que encontremos ojeando la historia de aquellos países estaban
en lo que llamaremos “protohistoria” (= Periodo de una cultura de la que, no
teniendo vestigios escritos, conocemos datos mediante otras civilizaciones que
sí gozan de escritura.). De todos modos es fácil encontrar, en la misma
península ibérica, sociedades que conviven en estadios muy diferentes de
desarrollo, en Canarias la escritura ancestral aún pervive y está presente en
el soporte perenne de las piedras a la espera de un moderno Chapollion.
Los primeros
cronistas y estudiosos nos han
trasmitido sus impresiones en torno a los Aspectos arquitectónicos de los maxo,
veamos algunas referencias: Vivían en “casas hondas” hechas de piedra
constituidas por tres pequeñas salas redondas (una de ellas al aire libre),
dispuestas en triángulo y comunicadas entre sí mediante galerías cubiertas.
La isla de Lanzarote está a cuatro leguas de la isla de Fuerteventura… Por el lado hacia Erbania tiene muy buen puerto para galeras. Allí vienen tantos lobos marinos, que parece milagro, y cada año se podrían sacar de provecho, de las pieles y de las grasas, 500 doblas de oro o más. Y en cuanto a la isla de Lanzarote, que se llama en su lengua Tytheroygatra. Tiene gran cantidad de aldeas y casas hermosas, y solía estar bien poblada, pero los españoles y otros corsarios del mar los han cautivado varias veces y llevado en esclavitud hasta que quedaron pocas gentes… (Le Canarien, 1980: 169).
[…] Cuando
Asche vio llegar la hora para hacer prender al rey, envió decir a Gadifer que
viniese y que el rey estaba en una de
sus casas en un poblado cerca de Arrecife, y tenía consigo cincuenta de sus
hombres; entonces partió Gadifer enseguida, con 20 de sus compañeros consigo,
que fue en víspera de Santa Catalina mil cuatrocientos dos; y marchó toda la noche y llegó sobre ellos
antes del amanecer, cuando todos ellos estaban en una casa y tenían consejo
contra nosotros; entonces trató de caer sobre ellos, pero defendieron la
entrada de la casa e hicieron gran resistencia e hirieron a varios de los
nuestros; y salieron cinco de los que habían estado en la muerte de nuestros
compañeros, de los cuales cuatro fueron malamente heridos, uno por una espada
por enmedio del cuerpo y los otros dos por flechas. (Le Canarien, 1980: 118)
Tuvieron los mahoreros casas y moradas, aunque gran parte de ellos
vivían en cuevas de las montañas, hechas por la
naturaleza en numero infinito. (L.
Toriani, 1959:41)
Vivían en cuevas y casas por ellos construidas,
de piedras secas. Los matrimonios eran como en Gran Canaria. Antes de casarse
la cebaban con leche y gofio para que fuese digna de sus esposos. Solían
ofrecer las primicias al rey, siendo noble el hijo que se considerase suyo.
(Cipriano de Arribas y Sánchez, 1993)
[…] sus habitaciones son casas
de piedra sola, húbolas muy grandes y redondas, las entrada muy pequeñas, donde hacían sus sacrificios, ofrecían
leche, manteca, menos carne esta fiesta ó sacrificio llamaban Efequenes, de
todos los frutos á modo de limosna
recogen cierta porción, mas no en forma de diezmo, quemaban en el sacrificio, y por el humo derecho ó ladeado
juzgaban la forma de mal o bien… (Tomás Marín de Cubas, [1694] 1993: 103-6)
Se trata de las llamadas “casa
hondas”, denominadas así porque el piso se halla excavado en la tierra, de modo
que la mitad o más de la habitación quedaría bajo el nivel del suelo. Junto a
estas, algunos tubos volcánicos eran utilizados como estancias, casi siempre de
manera ocasional.
Existían en Lanzarote numerosas viviendas
de este género, a las que se da el nombre de casas hondas. Generalmente están
agrupadas en cierta cantidad sobre un mismo punto.
Aparte de
estas cabañas, unas veces medio subterráneas, otras ocultas bajo tierra,
existían en Lanzarote, casas construidas por completo sobre el suelo, de las
que se ven todavía vestigios. Se componen de muros de piedras secas formados a
menudo de bloques enormes, con nichos en su espesor.
Presentan
formas cuadradas, rectangulares y, lo más frecuente, circulares o elípticas. El
techo se hacía con troncos de árboles colocados de través que sostenían
ramajes, hojas y paja y que se cubría, a veces, con tierra o piedras llanas.
Estaban agrupadas en aldeas y alineadas, con frecuencia, de manera que dejaban
entre ellas una especie de callejones estrechos.
Las casas
mayores podían alojar una veintena de personas. Bontier y Le Verrier también
nos hablan de edificios sólidamente construidos; de una especie de fortalezas
que designan con el nombre de palacios y que servían de alojamiento a los
personajes del norte de la isla.
Los
principales asentamientos maxos estaban localizados con el área central de la
isla, conocida como “El Jable”. Destaca el yacimiento de Zonzamas, uno de los
mayores poblados guanches del archipiélago, residencia del último rey de Lanzarote,
y que continuó siendo habitado bastante después de finalizar la conquista.
Otras zonas arqueológicas destacadas son la llamada La Gran Aldea (hoy
Teguise), Ajey (actualmente San Bartolomé) o el Lomo de San Andrés.
Se
hallan en Lanzarote tres cosas grandes. La primera es un corral que le cerca muchas piedras á medio
círculo, cada una de grandísima magnitud, y una esta apartada algo lejos que hace forma
de silla, la segunda son seis pilas i muy altas y redondas, la mayor llevará hasta
cincuenta arrobas de tercera es una célebre cueva que tiene tres mil pasos de hueco y muy
ancha dos puertas, la una es
agujero redondo metido en un hoyo para dentro,
primero van los píes juntos arrastrando y sólo una persona, y a y grandes sótanos, aposentos, hoyos ó mazmorras,
es menester llevar tea ú otras de
grande luz en el techo, tiene esculpido como de mucha antigüedad un
Cristo Crucificado, algunos quieren que sean rajas y grutas al natural dícenlo comúnmente que es de hechura de
Crucifijo: la otra puerta es una cueva
común, larga y oscura y en su remate es muy alta donde tiene la entrada algo angosta, y es menester escalera de mano ó
cuerda para subir á ella, de dos
picas. (Tomás Marín de Cubas, [1694]
1993: 103-6)
En el municipio de Teguise se encuentra el valle de Zonzamas, rico en muestras del
pasado precolonial, las condiciones naturales de la llanura central
lanzaroteña, hicieron de ella un lugar propicio para la agricultura y, en
especial, para el cultivo de la cebada, base de la dieta de los maxos, siendo
uno de de los núcleos poblacionales más importantes de los que hallaron los
piratas normandos a su llegada a la Isla.
En 1418 el colono Maciot de Bethencourt
se asentó en la actual Teguise
desbordando los límites edificados del poblado maxo de la “Gran Aldea”,
transformándola en el primer núcleo urbano colonial de Canarias. Situada a en
la base de una atalaya privilegiada que le permite divisar una buena porción de
la isla. Estando resguardada de los
vientos reinantes (alisios) por los complejos de Famara, Guatifay y
Guanapay, su altitud favorece el
suministro de aguas para personas, ganado, y el riego de unas tierras muy aptas
para el cultivo.
Uno de los yacimientos arqueológicos
de mayor interés en Lanzarote, es el de Zonzamas, que fue hábitat del anteúltimo rey maxo antes de la invasión y
conquista. Parcialmente excavado en la actualidead, este yacimiento presenta
una serie de construcciones singulares, dentro del panorama arqueológico
canario.
Allí se han encontrado piezas
de alto grado de depuración estética, como la figura llamada “Estatuilla
Sedente de Zonzamas”, de la que se cree es una representación fenicia de la
diosa egipcia Tueris, de la que trataremos más adelante.
Este yacimiento presenta una serie de
construcciones de las más significativas dentro del panorama arqueológico
canario, las mismas ofrecen una uniformidad arquitectónica, una muralla de grandes
piedras rodea parte del poblado, en las ruinas del castillo de
Zonzanas, se encuentran fragmentos de bloques pétreos de 1,70 por 1,20 metros . Cabe
preguntarse cómo los maxos pudieron llegar a mover y amontonar tales bloques,
también hay edificaciones semienterradas o casas hondas como queda dicho. Tiene
especial significación un recinto rectangular semi subterráneo, que se divide
en nueve compartimentos, colocados a lados de un
pasillo central y que, descartándose su utilización como vivienda, pudo tener
alguna función destacada sencillamente sorprendente para la época y que
aún hoy no los arqueólogos no se han puesto de acuerdo sobre para que se
utilizaba. Otros recintos presentan, asimismo,
estructuras de finalidad desconocida hasta el momento.
El
poblado, una vez consumada la invasión y conquistada la isla, seguiría siendo
habitado, según se desprende de los resultados de las excavaciones realizadas,
donde se han determinado materiales maxos en el nivel inferior mientras que en
los superiores aparecen asociados a otros de origen europeo.
Sobre este yacimiento Berthelot recoge: “En cuanto a las construcciones megalíticas, colocamos primero,
entre las antigüedades canarias de esa edad, a las ruinas ciclópeas que existen
todavía en las islas de Lanzarote y Fuerteventura; las primeras son las del
castillo de Zonzamas, enorme muralla que debió abarcar un espacio bastante
considerable en el centro de la isla, en el que grandes bloques de piedra bruta
indican un recinto circular en parte destruido y cuya disposición, aunque
imponente, no tiene nada de artístico. Sin embargo, estas aglomeraciones de
rocas han debido costar muchos esfuerzos para acarrearlas desde las montañas
vecinas en una planicie devastada por los volcanes para levantarlas a
continuación con un cierto orden, las unas encima de las otras, hasta una
altura de cuatro a cinco metros” [1](Sabin
Berthelot….)
Fiquinineo
En el antiguo poblado maxo de Fiquinineo,
en Teguise, Lanzarote, Las excavaciones
han dado como resultado importantes hallazgos arqueológicos, demostrando la
confluencia de la cultura de los maxos de un enorme valor cultural, este
enclave, es uno de los más importantes de la isla por sus altos valores
históricos y patrimoniales.
Es uno de los yacimientos con
restos precoloniales más relevantes de los que hay en Lanzarote, casi
equiparable en cuanto a su valor arqueológico y patrimonial con el de Zonzamas;
Asimismo, gracias a las excavaciones efectuadas, se conoce que se trata de un
asentamiento maxo que, a raíz de la invasión y conquista normanda, es ocupado
por la población morisca traída como esclava a Lanzarote. Leonardo Torriani en
el siglo XVI señala su presencia en la cartografía que efectúa de Lanzarote.
Igualmente, Pascual Madoz, en
1982, afirma que el pueblo fue enterrado hacia mitad del siglo XIX por una
tormenta de jable y que sus habitantes descienden de la población esclava
morisca. Por su parte Verneau se refiere a este enclave como un pueblo habitado
por las sacerdotisas de Venus.
Yacimiento de Buenavista
[…] Habitáculo n° I,
además de un elemento lítico con superficies pulimentadas de características
similares a los registrados en el otro habitáculo; en este caso destaca la presencia de un fragmento de objeto
metálico, elaborado en cobre.
Por lo que a la estructura arquitectónica se refiere, hay que señalar que junto a los
habitáculos, tanto por el extremo Oeste como por el Sur, se desarrollan a su vez sendas
estancias cuadrangulares que, dadas las limitaciones económicas con que
afrontamos la campaña, su total excavación debió posponerse para e siguiente año… Al finalizar
los trabajos de campo se pudo comprobar que
ni la actividad erosiva ni la intervención antrópica habían modificado sustancialmente e aspecto original que
debió presentar el asentamiento; de
hecho, el abandono del lugar en el siglo IV a.n.e. nos legó unas estructuras bastante bien conservadas
pertenecientes al, por ahora, asentamiento más antiguo de Lanzarote en el que
se dejaron ¡n situ elementos materiales significativos de cara a
conocer determinados aspectos culturales correspondientes a las primeras
formaciones humanas asentadas en la
isla.
La campaña de 2006 también nos
permitió constatar a lo largo de una amplia superficie de 20 m2 que el
yacimiento posee una secuencia estratigráfica estable, con ciertas diferencias
según se trate del exterior o el interior de la estructura, aspecto de gran
importancia de cara a la interpretación arqueológica del lugar, máxime si
tenemos en cuenta la parquedad con que ese tipo de elementos se ha mostrado en
muchas de las intervenciones arqueológicas desarrolladas hasta ahora en Lanzarote.
De ese modo, la excavación de Buenavista
permite delimitar una nueva estratigrafía en la isla que se suma a las
registradas previamente en El Bebedero (Atoche et al., 1989) y en la Caldereta deTinache
(Atoche et al., 2007), cuya aparición resulta de indudable importancia de
cara no sólo a la adecuada interpretación diacrónica de los hechos arqueológicos
acaecidos en el sitio sino también porque nos permite cotejar y ampliar las
secuencias proporcionadas por otros yacimientos insulares. (Pablo Atoche et
al., 2009)
Tinache
[…] Desde la perspectiva arqueológica,
el sitio de la Caldereta
de Tinache fue inventariado en la Carta Arqueológica de Lanzarote (1994) con el
número de
identificación 69/6/0244, caracterizándose como un asentamiento al aire libre con patrón de
localización en el interior de una pequeña caldera (Atoche, 1996), espacio donde el
yacimiento se distribuía en torno al depósito de agua (mareta) que
estacionalmente aún inunda el interior de la caldera, fenómeno que ha contribuido a
colmatarla con finos sedimentos de carácter aluvial… (Pablo Atoche Peña et al., 2007:18)
Aguar domésticos
La cultura material es rica en
cerámica elaborada sin torno, cuchillos de obsidiana, morteros y tahonas de
piedra y objetos fabricados con huesos, así como adornos personales a base de
piedras, material óseo y macalogico.
Los antiguos
maxos adornaban sus hogares con muebles, aunque de carácter bastante
rudimentario. ¿Cómo era este
mobiliario?
El
mobiliario de las viviendas de las islas occidentales era elemental y formado
de piedra. No se conoce ningún
mueble de madera. De madera conocemos los cayados, bastones y armas
arrojadizas, así como algunas vasijas al estilo de las de cerámica.
Como en las demás islas la loza es de greda seca
al sol, su alimento cebada tostada molida á tahoníllo de mano cernida por criba menuda de agujeros…, y llaman la tierra para sembrar á la primera lluvia aran con cuernos de cabrón, sus granos de cebada
que las mujeres cogen, la espiga majan, aventan con las manos y palos, tuestan y muelen, y ellos así son grandísimos
haraganes. (Tomás Marín de Cubas, [1694]
1993: 103-6)
En torno al hogar,
en la parte más iluminada y exterior de la cueva o casa, solían colocar varios asientos de lajas. También se suelen
encontrar en un lugar más recogido de la cueva o casa en forma de círculo. Como
mesa se utilizaba una gran laja,
colocada sobre un amontonamiento de piedras. Para colocar las vasijas y otros
utensilios, a modo de estantería, se aprovechaban las repisas naturales de la cueva, y los nichos fabricados ex profeso
en las viviendas de superficie.
Las camas
estaban formadas por un murete de
piedra seca en la parte de la cabeza, de los pies y de un costado, siendo el
otro, la pared. El espacio para
tumbarse iba relleno de una primera capa de “cascajo” o
piedra menuda, que se recubría de una segunda capa de hierbas secas, las
sábanas eran pieles de cabras u ovejas adobadas y las mantas del mismo material
pero con pelo. Los asientos tanto
en el interior como en el exterior de las viviendas se cubrían de
pieles o esteras de palma.
En el yacimiento arqueológico
de El Bebedero también se han encontrado vasos decorados con relieves e
incisiones, fragmentos de metales como el bronce, el hierro y cobre o collares
de pasta vítrea piezas de cristal en total). Nuevamente El Bebedero
remite a las usanzas del pueblo imazighen por la semejanza de sus objetos
cerámicos con los hallados en el norte del continente.
Estatuaria
En Lanzarote
adoraban a un
“ídolo” en forma
de figura humana
y tenían un
recinto o casa que hacia las veces de templo, donde hacían sacrificios
de leche y manteca. Hasta el momento se
conoce un ídolo de piedra con representación
humana (procedente de Los Valles) y otro antropomorfo de Tejia.
Encontramos placas trapezoidales
con motivos triangulares y otros, de esta placas nos ocuparemos más
extensamente en el capitulo dedicado a la Diosa Tanit.
Llama la atención el hallazgo de
figurillas líticas de tipo antropomorfo y zoomorfo asociados a rituales de la
ancestral religión de los maxos, interpretados curiosamente por los idolatras
cristianos en términos peyorativos como ídolos.
Destaca entre éstos la estatuilla el
llamado Ídolo de Zomzamas, que guarda similitudes estilísticas con ciertas
esculturas fenicias y púnicas, descubierto y dado a conocer por el Dr. Pablo
Atoche. Los efequenes, por su parte, eran templos en forma circular en los que
se hacían rituales y ofrendas. También se han vinculado con ciertos ritos a las
llamadas “queseras”, conjuntos de acanaladuras artificiales sobre la toba
volcánica que podrían haber servido para el derramamiento de leche y otros
productos.
Una gran
escultura de bulto redondo que representa un carnero o un cerdo (Balbín et al.
1987: 31) que, aunque esquemática y deteriorada, se podría relacionar con las
bichas béticas, y una gran piedra rectangular con una gran espiral grabada, o
mejor una estela solar, de 1,50
m de altura, ambos en Zonzamas, relacionados con el
culto al paredro divino Baal Hammón / Tanit (Balbín et al. 1995). Escaraboides
egiptizantes elaborados en calcedonia hallados en Lanzarote y Fuerteventura
(Atoche et al. 1999).
Recientemente ha podido precisarse que un objeto conocido desde los
años ochenta, tras las excavaciones de
Inés Dug en el yacimiento de Zonzamas, no es otra cosa que una representación de la diosa egipcia Tueris Así
lo creen M.C.: Pérez Diez (González Antón, R. et ali, 1995:
31), y Leo Dubal, quien ve en ello,
cuanto menos, una obra “egiptizante” (Dubal, L., comunicación personal). De
igual modo, desde el punto de vista estilístico, esta pieza se emparenta con
otras representaciones de diosas entronizadas (mujeres encintas o diosas en
cintas) de influencia egipcia, ampliamente repartidas por el Occidente púnico, datables, al menos en Cartago, en el siglo VII
a.C. Los prototipos siciliotas de
estas últimas suelen presentar varias vueltas de collar en su pecho (Fernandez, J.H., 1992: 100; Lancel, S., 1994: 71).
(Pablo Atoche Peña)
El nombre
egipcio de Tueris es Tauro (Ta-urt) helenizado como Tueris y significa “La
grande”.
Diosa de la fertilidad. Estaba
vinculada al nacimiento, era protectora de las embarazadas y favorecía la
abundancia de leche materna. A menudo recibe el nombre de Ojo de Ra, como hija
suya y madre de Osiris e Isis. Según Plutarco era concubina de Seth (que
también puede aparecer en forma de hipopótamo macho), sin embargo Tueris se
unió a las fuerzas de Horus en la batalla contra Seth. También era una diosa
celeste que llevaba el título de "Misteriosa
del horizonte", representada por una estrella situada en el
hemisferio norte del cielo.
Se representaba con grandes
pechos, cabeza de hipopótamo o de mujer, cola de cocodrilo y patas de león; su piel era de color negro y
llevaba un tocado con cuernos y el disco solar.[2]
Su figura aparece en las camas y en los vasos para poner leche. Entre sus
atributos se encuentra una antorcha, cuya llama exorciza a los demonios
peligrosos. Se le adoraba entre las comunidades obreras del área tebana. Centro
de culto en Egipto fueron Karnak, Heliopolis, Gebel Silsileh, Abu Simbel y
Redesiyeh.
Construcciones cultuales
Los santuarios de los maxos guardaban
cierto paralelismo con los fenicios de Lixus, tal como recoge el investigador
Rodrigo Balbín en un extenso y documentado trabajo del cual copiamos algunos
párrafos para mejor inteligencia del posible lector:
“Estos santuarios, se caracterizaban
en gran parte por su ubicación al aire libre, por la presencia de árboles, por
un fuego, en el caso de los de Melqart, al que se mimaba con especial interés,
y por la presencia de ofrendas, ofrecidas para obtener beneficios y tranquilizar a la
divinidad, irritable y no siempre protectora. Estos lugares, descritos como
exteriores y no necesitados expresamente de imágenes de la divinidad superior,
poseían muchas veces círculos de piedra, poco monumentales, como probablemente el de Lixus y
con seguridad
el descrito en el Cabo San Vicente portugués, área característica de los Zinete europeos.
Este sistema pertenece claramente al
ámbito feno-púnico, y de él debió ser tomada en el mundo beréber, permaneciendo en
uso al menos hasta época cristiana. Nuestro atún fue colocado al aire libre en un círculo
de piedra dentro
de una colada volcánica próxima al Teide Viejo, en un ambiente forestal y cerca
de otras ofrendas, entre las que se encuentran ánforas de asignación claramente púnica, y
objetos de madera y piel.”(Rodrigo Balbín Behrmann,
1995:13)
[…] húbolas muy grandes y redondas, las entrada muy pequeñas, donde hacían sus sacrificios, ofrecían leche, manteca, menos
carne esta fiesta ó sacrificio llamaban Efequenes, de todos los frutos á modo
de limosna recogen cierta porción,
mas no en forma de diezmo, quemaban en el
sacrificio, y por el humo derecho ó ladeado juzgaban la forma de mal o bien… (Tomás Marín de Cubas, [1694] 1993: 103-6)
También se
citan edificios de piedra destinados a cultos idólatras: “Tienen templos donde
hacen sus sacrificios” (Crónica de la Conquista , op. cit. p. 138.). Viera confirma
estos datos basado en el padre Espinosa y Abreu Galindo. Estos templos, que
llamaban efequenes, eran circulares; dos muros con céntricos formaban un doble
recinto; estaban situados, la mayoría de tas veces, en lugares elevados. Las
ofrendas consistían en manteca y libaciones de leche de cabra (Viera, Noticias,
tomo I, p. 167).
Adoraban, un ídolo de forma humana, pero no se sabe quien era, lo
tenían en una casa como templo, donde hacían congregación,
la cual estaba rodeada por dos paredes, que entre si formaban un pasillo, con dos pequeñas
puer6t5as, una fuera y la otra en medio; y allí como en un
laberinto, entraban a sacrificar leche y manteca. Algunos otros
pretenden que
entre estos bárbaros hubo otras clases idolatría, de las cuales
la verdad es que no se tiene ninguna seguridad. (L.
Torriani, 1959:41)
Tenían casas particulares, donde se
congregaban hacían sus devociones, que llamaban efequenes, las cuáles
eran redondas y de dos paredes de
piedra; y entre pared y pared hueco. Tenía entrada de se servía aquella concavidad. Eran muy fuertes, y las
entradas pequeñas. Allí
ofrecían leche y manteca. No pagaban diezmo, ni sabían que cosa era. (Abreu Galindo, 1977:57)
Los Santuarios (construcciones megalíticas) denominados
Efeken. Así mismo, están los templos de “El
Oratorio de los Cabocos” en Tiagua,
Teguise. Y la “Iglesia de los
Maxos” en el “Mal país grande” de Tiscamanita;
y el “Oratorio de los maxos”, en
“Mal País chiquito”, en la parte de Ayoze.
Junto a estos, aparecen gran cantidad de lugares sacralizados,
así como síntomas de un culto a elementos de la naturaleza, como montañas y
acuíferos.
Son rudísimos, pertinaces en su
secta, tienen templos donde hacen sacrificios con humo de cosas
que queman, como no con carne, sino cebada, dátiles, asisten hombres y mujeres. La
parte llana de esta isla es lo mas cercano á África, a doce leguas francesas. Es falta de agua y recogen de lluvia como en las otras… (Tomás Marín de Cubas,
[1694] 1993: 103-6) En cuanto al mundo de las creencias de los maxos, se trata de un pueblo monoteísta, tal
y como se expresan de algunas crónicas y corroboran estudios arqueológicos
recientes efectuados por los más destacados especialistas de las Universidades
de España en Canarias, los cuales destacan la presencia de signos y símbolos de
la Diosa Tanit
en la Isla Titoreygatra
(Lanzarote), los cuales además abundan en el resto de las islas, en el capitulo
correspondiente trataremos ampliamente de la simbología de la Diosa Tanit.
Queseras
Uno de los
elementos que presenta mayor singularidad dentro de las técnicas constructivas
de Titeroygatra (Lanzarote), lo suponen las denominadas “queseras”, que en la
actualidad sigue constituyendo un enigma su utilidad y significado.
Esas
construcciones están realizadas en una superficie plana, labrando en la roca
basáltica, una serie de canales alargados, más o menos paralelos, de varios
metros de largo y que, a su vez, presentan algunas pequeñas divisiones
internas.
Son varias las
construcciones de este tipo localizadas hasta la actualidad, la primera en ser
estudiada es la del poblado de Zonzamas, la cual esta asociada a un yacimiento
de grabados rupestres de siluetas de pie o podomorfos similares a los de
Montaña Tindaya en la vecina Isla Erbani o Fuerteventura. Así mismo, al
suroeste de la quesera, existen tres afloramientos basálticos con grabados
geométricos y escaleriformes. [3]
Otro
yacimiento de similares características está ubicado en el mal país de La Corona , en las proximidades
de los Jameos del Agua, cerca de un poblado de casas hondas.
Existen
referencias de otra “quesera” en San Bartolomé, que afloró al ser excavados los
cimientos de una casa, y que como otros tantos yacimientos arqueológicos fue
destruida.
Maretas
Lanzarote es una de la islas más secas
de Canarias, pues es una de las dos más orientales y próximas al continente
africano, por lo que Torriani (1592/1978: 10) comenta que en “Lanzarote (...)
no hay agua, más de la que llueve”. Igualmente, Abreu (1590-1632/1977: 58)
menciona que “Lanzarote es falta de agua, que no hay otra sino la que llueve,
la cual recogen en maretas o charcos grandes hechos a mano, de piedras”. Para
estos estanques o maretas, según V. Fernandes (1506-07/1998: 80) “los
habitantes han hecho unos conductos entre las sierras para llevar el agua a un
lugar parecido a un estanque, en el que se recoge toda el agua de esas
sierras”. Igualmente, según López de Ulloa (1646/1978: 262), “Esta Isla es
pequeña y muy falta de agua. En tal manera, que de las lluvias y cisternas en
maretas y charcos se proben para beber en el discurso del año la gente y todo
género de ganados”.
En la época previa a la invasión y
conquista tenemos referencias de la existencia de varias maretas en las
inmediaciones de algunos de los principales poblados aborígenes de la isla
(Cabrera, 1989: 27) como La
Gran Aldea (Teguise), dos en Zonzamas (Teguise), Fiquinineo
(Teguise), Muñique (Teguise) y Teseguite (Teguise), todas próximas a la capital
del reino maxo en Zonzamas. Además, se localizan en torno al primer
asentamiento europeo en Lanzarote entre ca. 1302-1332, el castillo del
genovés Lanzarotto Malocello (de la
Salle , 1404-19/1980: 34), situado en la montaña de Guanapay
de 408 m .
s. n. m., que domina el actual casco urbano de Teguise. En su interior se
hallaba la antigua gran mareta de Teguise, en terrenos que actualmente están
parcialmente ocupados por una escuela de E. G. B. (Hernández Delgado, 1989: 9).
La Gran Mareta
de Teguise fue mejorada por Sancho de Herrera y finalmente reconstruida por
Agustín de Herrera y Rojas. Tenía entonces 40 m . de largo y 9,2 m . de profundidad
(Hernández Delgado, 1989: 2), con una capacidad entre 39,7 y 50,2 millones de
litros de agua. (Alfredo Mederos Martín y Gabriel Escribano Cobo, 2002)
Tinache se caracteriza como un
asentamiento al aire libre con patrón de localización en el interior de una pequeña caldera espacio donde el
yacimiento se distribuía en torno al depósito de agua (mareta) que
estacionalmente aún inunda el interior de la caldera.
[1] Como curiosidad reproducimos una nota de
Sabin Berthelot: “Hay que destacar que cuando los cananeos, en su emigración,
llegaron a Palestina, el país estaba ocupado por tribus trogloditas de la raza
de Refaim que opusieron fuerte resistencia y entre los cuales se cita a los
Zomzamin o Zomzin, denominaciones que encontramos análogas a la de Zonzamas de
Canarias, nombre del rey de Lanzarote y del castillo de Zonzamas, ruinas
ciclópeas que acabamos de indicar. Esta coincidencia es tanto más curiosa
cuanto que los trogloditas de la raza de Refaim están señalados en la tradición
bíblica como hombres de talla gigantesca y fuerza sobrehumana. No es menos
singular, por otra parte, encontrar nombres de pueblos del occidente asiático y
antiguas costumbres hebreas en el mismo archipiélago.” (Sabin Berthelot)
[2] Los teónimos de la
Diosa Sol , entre los amazigh se explican por lo acontecido en
el periodo de los carros, que entre los egipcios se llama Amon-Ra, entre los
guanches de Tenerife Magek y entre los fenicios Ba'al Hammon. Y la Sol es un elemento fundamental
en la religión y creencias preislámicas de los Amazigh, (hogueras solsticiales
bereberes), aunque también lo fue de otros pueblos del Oriente Medio, debido a
lo cual distintas oraciones del Islam coinciden con la salida y la puesta de la Sol , precisamente para
eclipsar los cultos solares preislámicos. No por casualidad, Alejandro Magno
fue al actual oasis de Siwa (Egipto) para ser investido divinamente en ese
oráculo líbico donde estaba la fuente de la Sol.
[3] Los grabado escaleriformes son unos de los numerosos signos
representativos de la Diosa Tanit.
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