viernes, 17 de agosto de 2012

CAPITULO XVIII


CAPITULO XVIII


Eduardo Pedro García Rodríguez

Estructuras y construcciones religiosas guanches de Tamaránt



Una vez ocupada la isla por los invasores estos entendieron que con la misma facilidad con que se había apoderado de la tierra y de los medios de producción del pueblo sometido, podían apoderarse de su espiritualidad por el simple hecho de imponerles unos nombres europeos mediante el  rito católico ciertamente extraño para la mayoría de los sometidos esclavizados o no, por tanto, despreciaron las milenarias instituciones religiosas del pueblo canario destruyendo sus templos y demonizando a su clero, y cuando esto no fue posible por la firme oposición mostrada por los sometidos a pesar de las amenazas de esclavización, se limitaron  a sincretizar divinidades y templos o a construir los de la nueva religión impuesta, sobre los cimientos de los santuarios de  antiguos canarios e interpretaron la religión guanche en función de la suya, sustituyendo a la Diosa-Madre Chaxiraxi en sus múltiples advocaciones por un dios masculino judeo-cristiano.

En Tamaránt (Gran Canaria) como en el resto del archipiélago los lugares naturales, sobretodo en los altos de las montañas, son los escogidos para el culto. Los sitios de carácter cultual tal como nos indica la tamusni destacan por ir acompañados de grabados rupestres de carácter simbólicos que hacen referencia a la Divinidad y por tallas o construcciones asociadas a ofrendas y sacrificios incruentos. Destacan entre éstos en Gran Canaria el Roque Bentaiga, con su cazoleta tallada en la roca para hacer ofrendas de leche y manteca, Cuatro Puertas, en Montaña Bermeja Telde, conjunto cultual-habitacional, ceremonial y  de carácter ritual, entre otros que tendremos oportunidad de ver durante el desarrollo de este trabajo.
En el antiguo pueblo canario más que la religión reglada, la espiritualidad impregna todos los aspectos de la vida. La  concepción del universo es esencialmente espiritual.
Basada en la Diosa Suprema que lo rige, Señora de la Tierra y del Cielo, creadora de todas las cosas, de la lluvia, de la luz, y de todo lo que crece y nace. Algunos de sus aspectos son Magek, Achuguayu y Chayuga, además de otras divinidades menores las cuales son conocidas por diferentes nombres en cada isla.

La religión del pueblo guanche es esencialmente monoteísta aunque participa también como hemos dicho del politeísmo mediante las divinidades secundarias  (paredros) y  domésticas, e incluso de vitalismo, que insiste justamente en la omnipresencia de la noción de fuerza vital. Esta diversidad refleja la de los géneros de vida y la de las organizaciones sociales y políticas de nuestros ancestros, y  presentan en general un carácter naturalista dado que el hombre aparece profundamente inmerso en el medio ecológico, constituyendo algo así como un microcosmos en el que se vuelca todo el medio circundante. De aquí también que los hombres no vivamos sólo de la naturaleza, sino con ella y no la domine pese a aliarse frente a ella.

La religión guanche jamás se nos presente independiente de un medio, de una tierra determinada, de un cielo dado y, desde luego, de una sociedad a la que está estrechamente vinculada. El mundo, la humanidad de que hablan los mitos de creación, es solamente este medio. Para la religión del pueblo guanche el proselitismo y la conversión están desprovistos de sentido,  de aquí que la intolerancia quede excluida.

La religión del pueblo guanche vincula al hombre a su sociedad, y es preciso entender por ésta no solamente a los vivos, sino también a los muertos, a los antepasados, así como a los dioses y a toda la fuerza que abriga su territorio, constituyendo con ella un todo indisoluble.

Asegura la cohesión, justifica las instituciones, penetra en todas las actividades, sea cual fuere el fin a que lleven, comportando ritos que la mayor parte de las veces desembocan en un complicado ceremonial. De aquí que la religión guanche  sea profundamente ritualista y el cumplimiento correcto de los ritos, así como los gestos técnicos, presenten una resonancia que asegura la eficacia de la fecundidad de la tierra y los medios de subsistencia, la caída de la lluvia, la perpetuación del grupo, la preservación del orden de la sociedad y del mundo. 

En la religión guanche no existe lugar para el pecado, sino simplemente ofensas a los antepasados o a las divinidades no siempre voluntarias, pero que obligan a determinados correctivos. Hace, pues, difícil pensar en que exista en la otra realidad diferencia entre justos y pecadores. De aquí también la particularidad de las concepciones de la vida ultraterrena y el hecho incuestionable de que  los muertos siguen viviendo entre los vivos. Esta espiritualidad se manifiesta mediante grandes cultos colectivos en los que participan de manera espontánea- no existe imposición o dogmas- los concurrentes, ello implica la habilitación de amplios espacios para el desarrollo de los mismos.

Dicho lo que antecede, vamos a tratar de ofrecer a los lectores una exposición de los lugares y centros dedicados al culto en Tamaránt por nuestros ancestros precoloniales construidos tanto en las rocas como en superficie  los cuales han pervivido en la tamusni y cuyos restos arqueológicos han llegado hasta nosotros a pesar de la inicial cruzada destructora del cristianismo y de la secular desidia del sistema colonial.

Bentayga: El santuario-fortaleza de Bentayga es una atalaya perfecta desde la que puede disfrutar de una vista  espectacular de la Cuenca de Tejeda, los hallazgos arqueológicos que se han producido en este Roque y en su entorno inducen a suponer que fue uno de  los asentamientos humanos más interesantes de la Historia Antigua de la isla.  En el lugar se encuentran ubicadas una gran concentración de cuevas naturales y artificiales de habitación; silos de almacenamiento y necrópolis, de las que se han documentado más de cien cuevas, naturales y artificiales, usadas como habitación con fines funerarios o de almacenamiento; manifestaciones rupestres, especialmente inscripciones alfabetiformes del tipo líbico beréber; una gran muralla defensiva que rodea la base del extremo sudeste, último reducto de la resistencia guanche a la invasión europea, en él se refugiaron un grupo importante de canarios, momentos antes de finalizar la conquista.

En el Roque de Bentayga está situado el Almogarén del mismo nombre, el lugar donde los antiguos canarios realizaban sus rogativas a la Divinidad Suprema, sus rituales de fecundidad, sus rogativas de lluvia, sus ofrendas y sacrificios incruentos. Se aprovecha la orografía del terreno, y en un lugar muy concreto se excava una cazoleta en la cual da la Sol en los equinoccios, tema que veremos con amplitud en el apartado correspondiente.

Santuario de Tirma. Situado en las faldas de la montaña de Tirma los restos arqueológicos y los estudios etnográficos verifican su condición de lugar sagrado.

Al abrigo del Morro de los canarios se localiza el Lomo de las Casillas Canarias. En él puede observarse un conjunto integrado por casas que, aunque no muy grandes, permite reconocer una disposición típica de este tipo de espacios habitacionales de los canarios, mostrando plantas interiores cruciformes. Una de estas construcciones conserva una alacena en una de sus paredes interiores.

Otro aspecto muy singular de este yacimiento es que las alturas principales que circundan a la montaña están señalizadas con grandes piedras hincadas, a modo de hitos o mojones que delimitan el santuario. No olvidemos que Tirma era uno de los lugares sagrados de los canarios, al que podían acogerse los perseguidos por cualquier motivo, de modo tal que, mientras estuvieran en su interior, estaban a salvo del castigo. También indican las crónicas que la montaña de Tirma era uno de los lugares santos a donde las Maguadas acudían en procesión a rogar por la lluvia.”(Juan Pisando Fuerte)

Montaña del Helechal: Según podemos leer en Biblioteca Virtual: “Su posición privilegiada le otorgó la consideración de montaña sagrada desde la época precolonial.

La Montaña del Helechal tenía un significado religioso especialmente importante para los antiguos canarios, ya que allí se localizaba un almogarén. Geográficamente, era un sitio perfecto  para establecer este lugar sagrado, pues se trata de un enclave elevado, bien acondicionado y confortable, desde el cual se contempla todo el valle.


En las crónicas de la conquista de Tamaránt (Gran Canaria) se encuentran valiosos documentos en los que aparece esta notable formación geológica, a la cual se atribuye un sentido religioso. Al llegar los conquistadores castellanos al barranco, hoy denominado "de San Miguel", sostuvieron una cruenta batalla con el caudillo aborigen Tecén, que defendía las inmediaciones del Almogarén de El Helechal.

A este lugar, donde se consumó la batalla, se le llamó Sepultura del Colmenar, nombre que aún recibe un pequeño caserío situado en las inmediaciones del Barranco de San Miguel. Una vez conquistado el lugar, los castellanos instalaron en la Montaña del Helechal la cruz de los conquistadores.“.


 Almogarén de Tauro: Según recoge Faustino García Márquez:Se trata de una construcción de gruesas paredes de piedra seca formando tres cuerpos: “El cuerpo central es una elipse irregular de 8,5 x 10,5 metros, con una entrada de 2 metros de anchura. A este cuerpo se encuentran adosados los dos restantes. El de la izquierda, al norte del cuerpo central, es un cuadrilátero abierto totalmente por una de sus caras a una plataforma artificial que tiene en su centro un pináculo cónico de 1,50 metros de altura; las dimensiones del espacio abrazado por las tres paredes es de 3,10 x 4,80 metros. El tercer cuerpo es casi cuadrado, midiendo 4,40 x 4,60 metros, y presenta dos entradas y un nicho o cabecera”.
 “La altura, el paisaje que domina, la estructura particular del cuerpo abierto, la cualidad de la montaña como altura aislada y predominante, todo ello nos obliga a pensar en un sentido religioso del monumento.

Humiaga: Es con mucho el santuario guanche más singular de la isla, los más importantes investigadores se han ocupado de este enclave sagrado de los antiguos canarios. Esta montaña de Humiaga se llama también Montaña Bermeja a causa del color rojizo de la toba volcánica que la forma en su mayor parte, recordemos que el color rojo es el color sagrado de la Diosa Tanit, y que la mayoría de los templos católicos dedicados a la virgen en sus múltiples advocaciones están erigidos encima o en las proximidades de afloramientos de toba roja o vetas de almagre, lugares donde tenían preferentemente el asentamiento los santuarios guanches.

El sabio francés afincado en Canarias Sabin Berthelot refiriéndose al santuario de Cuatro Puertas nos dice: “Esta importante excavación ha sido abierta por la mano del hombre, una formación de toba ferruginosa color sangre. El interior forma un rectángulo de dieciséis metros setenta centímetros de largo por seis me­ta centímetros de ancho, y alrededor de dos metros y medio de altura.


 Hacia el oeste destaca un pasaje estrecho, que probablemente habrá tenido un fin relativo al culto. Cuatro puertas o aberturas dan acceso a la gruta, las antro miden tres metros, la de oriente dos metros, y la de occidente os ochenta centímetros. Sus paredes interiores están talladas perpendicularmente y todavía se ven las marcas del instrumento que se usó para este trabajo, Sobre la cima de la montaña, hacia el sur, se encuentra una explanada donde se ven signos, de los que hablaremos después, sobre la roca. Este lugar forma como un pequeño circo al abrigo de las brisas por una cortadura vertical de la montaña, de unos dos metros por debajo del suelo, en declive hacia el sudeste. La explanada está cortada en el bre un espacio circular formando una estrecha zanja a poca distancia de una fosa excavada en redondo. "Sobre el occidente y en una altura de un metro aproximadamente se ven los grabados que imitan tres grandes U enlazadas", de dimensiones con trazos como de acentos por debajo y por encima, ya casi por oí tiempo. El signo principal que acabo de indicar es bastante grabado profundamente en la roca.

Humiaga fue un lugar sagrado; la gran cueva de las Cuatro Puertas habrá servido de santuario público; las excavaciones de las cuevas de los Pilares fueron, como ya he dicho, la vi­vienda de las harimaguadas. El antro o cueva de los Papeles pudo haber servido de residencia al falcan o ministro del culto, y la gran cueva de la Audiencia me ha parecido el sitio donde se reunirían los jefes para adminis­trar justicia. En cuanto a los signos grabados sobre la roca, representarían quizás el nombre de la divinidad que, siguiendo la tradición, solamente la casta sacerdotal sabía leer. Era delante de estos signos venerados donde debía romperse la vasija de arcilla que contenía la leche de las libaciones, presentado como ofrenda.” (Sabin Berthelot, 1980: 140-41)

Cueva Pintada de Galdar: Nuestros antepasados conociendo los métodos “adoctrinadores” de los invasores trataron de preservar de la profanación el recinto sagrado de la denominada Cueva Pintada de Galdar, para ello ocultaron a los invasores la existencia del santuario y disimularon el acceso al mismo. La estratagema tuvo el éxito deseado ya que los primeros cronistas e historiadores de la conquista no nos trasmitieron el conocimiento de la misma, ni siquiera un historiador tan versado en la tamusni (historia oral) como Marín de Cubas hace referencia de al santuario.

Así el santuario guanche de Galdar quedó vedado a los colonos hasta que en 1862 por motivos de una serie de trabajos agrícolas llevados a cabo por José Ramos Orihuela les condujo al descubrimiento accidental del santuario, pero no es hasta 1873 cuando se asume el  descubrimiento “oficial.”

A partir de esa fecha los sectores criollos más ilustrados especialmente Chil y Naranjo quien en 1876 hace referencia del santuario en sus “Estudios”. A partir de ese conocimiento otros extranjeros comienzan a mostrar un especial interés por el recinto especialmente a partir del momento en que sufrió el primer expolio, auspiciado por Diego Ripoche quien en 1884 aportó detalles de gran interés acerca de los hallazgos al señalar en sus escritos: Encontrándose en su interior algunos cadáveres, vasijas y otros objetos que adquirieron algunos aficionados.

Pero quizás quien despertó mas interés por el santuario de Galdar fue el antropólogo francés René Verneau quien con sus meticulosas observaciones nos trasmitió un fiel reflejo de la situación en que se encontraba el santuario1887. De dichas observaciones hemos extraídos las siguientes: “La Cueva de Gáldar, descubierta hace algunos años por mi excelente amigo don Diego Ripoche, ha sido restaurada con cargo a la municipalidad de esta villa, que incluso ha construido una escalera que permite la entrada y salida fácilmente, y un muro para evitar los derrumbamientos. Se puede, pues, estudiarla a gusto.

Se compone de una sala casi cuadrada, que mide de largo cinco metros a la Izquierda y 5,50 a la derecha. El ancho es, al fondo, de 4,80 metros. Una segunda cueva, mucho más pequeña, está excavada en la pared derecha. Todos los muros están decorados con pinturas. El techo está pintado con una capa uniforme de ocre rojo, mientras que las paredes verticales ofrecen figuras geométricas variadas, de color rojo, negro, gris o blanco. En lo alto corre una especie de cornisa enlucida en rojo. Sobre este fondo se destacan en blanco grupos compuestos por dos circunferencias concéntricas cuyo centro está indicado por un punto igualmente blanco. En la pared posterior, la cornisa está interrumpida por triángulos y por formas angulares en rojo. A la izquierda de esta pared se ve un fragmento de una segunda comisa.


Más abajo, sobre una altura que varía entre 1,25 a 1,50 metros, se ven figuras unas veces contiguas, otras separadas por los intervalos del color de la roca. Estas son unos cuadrados de un tono rojo o negro uniforme, o rojos rodeados de una línea blanca, o bien estriados de líneas blancas paralelas; también, triángulos rojos o negros, a veces rodeados de blanco. Doce de estos triángulos, pintados en negro y dispuestos en tres hileras horizontales, están ribeteados de rojo. Sobre el fondo se observa, a cada lado, un largo rectángulo de un gris rojizo que parte de la comisa para descender al nivel de las figuras inferiores. Está estriado por unas formas de ángulos rojos superpuestos Por último, en la pared derecha, hay dos largos motivos decorativos en forma de ángulos, uno rojo y otro blanco. El rojo está limitado por una serie de pequeños triángulos blancos que forman una línea dentada. Algunas pequeñas circunferencias blancas son todavía visibles en este sitio.

La parte baja de la cueva tenía que estar pintada de un tinte uniforme de ocre rojo, que la capa de desperdicios que la llenaba ha hecho desaparecer en parte.

Las figuras que acabo de mencionar no están dispuestas al azar. Al contrario, están agrupadas con una cierta simetría.

Sin embargo, una cueva tan bella no era una residencia real, pero, al menos, debía de haber servido a algún noble, o al faycán o sumo sacerdote.”

Es probable que este santuario de Galdar estuviese complementado con templos construidos en superficie tal como lo confirman las crónicas del siglo XV.
“En fin, viendo los marineros que nada útil podían sacar de allí, se dieron á la vela, y costeando la isla la encontraron mucho mejor cultivada en el Norte que en el Sur; vieron numerosas habitaciones, higueras y otros árboles, palmas estériles, coles y legumbres.

Desembarcaron en seguida veinte y cinco marineros armados, los cuales yendo á examinar qué especie de gentes habitaba aquellas casas, encontraron unos treinta hombres desnudos enteramente, que huyeron á su vista espantados al aspecto de las armas. Entrando otros en las casas, notaron que estaban fabricadas de piedras cuadradas, labradas con gran artificio y cubiertas de grandes y hermosas maderas.

Encontrando las puertas cerradas y queriendo ver el interior, las rompieron con piedras, lo que irritó á los fugitivos cuyos gritos retumbaban por todo el aire. Después de haber así roto las puertas, entraron en casi todas las casas, donde encontraron higos pasados en cestos de palma, tan buenos como los de Cesena, y trigo más hermoso que el nuestro, siendo este grano más largo, más abultado y más blanco, como lo era igualmente la cebada y otros cereales de que probablemente se alimentan los habitantes. Estas casas, muy bellas y cubiertas de hermosas maderas, eran muy blancas en el interior como si hubiesen sido albeadas con yeso.


Encontré igualmente un oratorio ó templo en el cual no había absolutamente ninguna pintura ni adorno, tan sólo una estatua de piedra, representando la imagen de un hombre con una bola en la mano y desnudo, con un delantal de hojas de palma, que cubría las partes naturales, según la costumbre de los habitantes; la que quitaron de allí y habiéndola embarcado, la transportaron á Lisboa.” Esta es la primera noticia que tenemos de los sacrilegios, profanaciones y depredaciones llevadas a cabo por los cristianos contra la ancestral Iglesia del Pueblo Guanche, de las muchas que tendrían lugar durante el periodo de la guerra de invasión de las islas por parte de los europeos.

Por su parte, el cura Andrés Bernaldes (El cura de los Palacios) en su “Historia de los Reyes Católicos” nos confirma la adoración de nuestros ancestros a Nuestra Diosa-Madre en un templo de superficie cuando refiere:  “En la Gran Canaria tenían una casa de oración llamada Toriña, e tenían allí una imagen de palo, tan luenga como media lanza, entallada, con todos sus niervos, de mujer desnuda con sus miembros de fuera y delante de ella una cabra de un madero entallada, con su figura de hembra que quería concebir, y tras de ella un cabrón entallado de otro madero, puesto como que quería subir a engendrar sobre la cabra.”  

Actualmente el sistema ha convertido este santuario en un Parque Etnográfico donde se muestra a los turistas unos aspectos de nuestra ancestral cultura totalmente descontextualizada de sus aspectos espirituales e históricos.

Son también lugares cultuales dignos de mencionar los de Montaña de Santidad. Lugar de ánimas y santos.  Morro de La Palmita. Yacimientos arqueoastronómicos. Degollada de La Yegua. Tres Morretes de piedra, asentamiento de significación Cultual.

El almogarén de La Fortaleza, en Santa Lucía de Tirajana; El almogarén del Baladero, en Telde; El almogarén de la Montañeta de Moya; El almogarén de Tasarte, en la localidad de su nombre; la llamada Casa de Oración, en la localidad de Los Casarones, en San Nicolás de Tolentino; El almogarén de Amagro, en Gáldar, etc. De algunos de los cuales nos extenderemos un poco más el próximo capitulo.

 









1 comentario:

  1. Es un error continuar diciendo que el lugar del Bentayga donde se sitúa la primera foto, se siga llamando almogaren ya que es el resultado de una muy mala interpretación desde los años 30, el lugar se llama La cruz de Cho Matias y no es ningun santuario de los antiguos canarios, para mas información buscar "Interpretación del mal llamado almogaren de Bentayga" o entrar en PINTADERA : www.pintaderacanaria.blogspot.com

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