CAPITULO XIX
Eduardo
Pedro García Rodríguez
Retomando el
tema del santuario de Galdar recuerdo que hace más de tres décadas cuando el
autor de estas líneas defendía públicamente los más que visibles paralelismos
entre determinados aspectos de la ancestral cultura de nuestros antepasados con
la egipcia y la púnica-cartaginesa, la reacción contra mi modesta persona por
parte de los estamentos coloniales autoerigidos en supuestos detentadores de la
verdad histórica de esta colonia fueron ciertamente inmisericordes, surgidos de
la habitual prepotencia de estas mentes intelectualmente sometidas y deseosas
de imponer los postulados de los sometedores, ganado así su beneplácito.
Los epítetos
más suaves que me dedicaron fueron los de loco, saqueador, simple aficionado…, el resto puede
imaginárselos el lector.
Imagen
superior, dibujos geométricos de la
Cueva pintada de Galdar (Gran Canaria), abajo “Muñeca”
egipcia conservada en el Museo Británico de Londres, comparece unos y otros y
saque sus propias conclusiones.
Pero como sucede casi siempre, el tiempo acaba poniendo orden en
las cosas y dando la razón a quien la tiene, así tenemos que aquellos círculos
académicos de investigadores de salón tan intransigentes con todo lo que
significase cualquier aporte a nuestra realidad histórica que contradijera sus
inamovibles y retrógrados postulados culturales para este país, hoy asumen sin
el menor rubor el hecho de que efectivamente existieron esas conexiones
culturales que unas décadas atrás tan vehemente demonizaban. Tal como expuso
públicamente una reconocida figura de la arqueología en Canarias en una
conferencia impartida sobre la metodología arqueológica practicada en las islas
“habían decidido cambiarse el Chips”
Continuando
con la descripción de las construcciones precoloniales cultuales de nuestros
ancestros algunos de cuyos restos arqueológicos perduraron hasta la segunda
mitad del siglo XX, creemos oportuno reproducir parte de un excelente trabajo
del investigador Sebastián Jiménez Sánchez titulado: Exponentes megaliticos cultuales de los canarios aborigenes.
Dicho trabajo
fue presentado en el V Congreso
Panafricano de prehistoria y Estudios del Cuartenario y, publicado por el
Museo Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife en el año 1966.
Si bien no
estoy de acuerdo en que un estudio de estas características sea encuadrado
temporalmente como “cuartenario”, falacia etnohistórica sostenida por el
sistema colonial como medio para
desprestigiar nuestra milenaria cultura, me animo a reproducirlo en parte, con
la idea de que sirva para un mejor conocimiento del tema por parte de los
lectores ya que este tipo de trabajos de investigación suelen publicarse
en revistas especializadas a las cuales
tienen acceso un círculo muy limitado de especialistas y siendo prácticamente
desconocidos para el gran público. Teniendo en cuenta que esta serie de
artículos tiene como único fin el ser un elemento de divulgación de nuestra
ancestral cultura tanto material como espiritual. Como he dicho muchas veces,
nuestros ancestros tuvieron que adaptar su cultura material a los elementos que
les ofrecía el territorio, como sabemos, en las islas no existen metales
factibles de ser elaborados artesanalmente, en cuanto a los aspecto morales y
espirituales la cultura guanche era con mucho superior a la europea de la
época, un reflejo de ello nos lo ha trasmitido el piloto Niccoloso da Recco en
1341: “…Su canto es dulce; su baile es análogo al de los Franceses; son vivos
y alegres y más civilizados que muchos
de los Españoles.”
a) Almogarenes o santuarios y casas de oración, al
aire libre y en cuevas.
Se da el
nombre de almogarén o simplemente mogarén a un especial recinto natural, al
aire libre y al abrigo de la roca, situado en excepcionales colinas, atalayas o
en las cimas de altas montañas; también este recinto puede estar situado en
cueva. En uno y otro caso es lugar de oración y altar de los holocaustos, más
concretamente dentro de la cultura canaria, el ara de las libaciones místicas
en obsequio de la deidad. En estos santuarios tenían lugar las ceremonias
sacrales en las cuales intervenían el "Faycán " o Gran Sacerdote,
auxiliado por las vestales o
sacerdotisas. Aquéllas estaban dirigidas a impetrar del la Divinidad , la
benevolencia y protección en favor de la lluvia, de la fecundidad de las
cosechas y del ganado, del bienestar del pueblo, de la paz, de la salud
y de la
libertad. En estas ceremonias intervenían asimismo el pastor con su ganado
sediento, el cual era encerrado en cuevas durante tres días, sin comer ni
beber, para que con sus permanentes balidos mover más la piedad de la Todopoderosa.
Ejemplos de
estos centros de oración son: "El
almogarén de Cuatro Puertas", en Telde; "El almogarén de La Fortaleza ", en
Santa Lucía de Tirajana; "El almogarén del Bentaiga", en el centro
cumbrero de Gran Canaria; "El almogarén del Baladero", en Telde;
"El almogarén de la
Montañeta de Moya"; "El almogarén de Tasarte",
en la localidad de su nombre; "El almogarén de Riscos Blancos",
antiguamente conocido por "Humiaga", en San Bartolomé de Tirajana; la
llamada "Casa de Oración", en la localidad de "Los
Casarones", en San Nicolás de Tolentino; "El almogarén de
Tirma", en Agaete; "El almogarén de Amagro", en Gáldar, etc.
Elementos
esenciales de estos recintos sagrados son pequeños pozuelos o cazoletas,
canalones o zurcos y crecientes lunares, todos ellos destinados a recibir la
ofrenda mística de los pueblos montaraces y pastoriles. Tanto en el,
"Almogarén de Cuatro Puertas" como en el de "Roque
Bentaiga" se han localizado junto al altar de las ofrendas unos extraños
grabados en forma de crecientes lunares enlazados, labrados en la toba
roja del abrigo del recinto, que guardan
estrecha relación con el ceremonial cultural y cuyo desciframiento es aún desconocido.
Al hablar hace años al profesor Dr. Wolfel de este grabado y llevarlo ante el
mismo, le hizo recordar a una de las mesas sacrificiales de la isla de Creta
por él admiradas.
b) Cazoletas, canalones, arcos, crecientes lunares y
pozuelos discoidales
Son numerosos
los que hemos localizado en los propios almogarenes o santuarios al aire libre
y en las propias cuevas de oraci6n, unas veces aislados y frecuentemente unidos
por estrechos canalones; en algunos de ellos, especialmente en las cazoletas
mayores de forma discoidal hemos advertido curiosos y muy resaltados
rebosaderos o vertederos, tal sucede en los almogarenes citados y en la gran
cueva-almogarén conocida por “Cueva del Rey”, situada en el hermoso complejo
arqueológico de la “Sierra del Bentaiga” en Tejeda. Las cazoletas ofrecen profundidades
variables, desde diez a veinticinco centímetros. En la citada “Cueva del Rey”
llegamos a contar hasta veinticinco receptáculos con diámetros diversos que
oscilan entre diez y treinta centímetros.
c) Monolitos y menhires naturales.
El panorama físico
y las alturas de las grandes masas rocosas influyeron también poderosamente en
el espíritu del antiguo grancanario para mostrar su admiración y reverencia
hacia la Omnipotente.
De ahí que ellos vieran en los grandes monolitos y menhires
naturales una muestra del brazo fuerte de la Deidad. En esos
monolitos y menhires naturales que se yerguen imponentes y mayestáticos en las
sierras y en las montañas de las cumbres de Gran Canaria creyeron los canarios
ver el espíritu y poder de la
Diosa : de ahí que “El Nublo”, “Roque Bentaiga”, “Roque
Palmés”, “Roque Narices”, etc. fueran tenidos por tronos de la Deidad. Hacia ellos
dirigían singulares peregrinaciones en momentos aciagos de la vida insular, por
hambre, pestilencia, sequía, invasión o guerra, al igual hacían a los ya
descritos almogarenes .
Dentro de cada
reino, poblado cantonal o aldea pastoril hubo un pequeño santuario o casa de
oración, el popular almogarén. Los numerosos recintos de esta clase localizados
así lo prueba.
d) Signos astrales
Como los
pueblos más antiguos el canario, según se ha referido, sintió hacia la Sol y el Luna especial
devoción; les atraía sobremanera al igual que todo el maravilloso conjunto
estelar. Para ellos era una demostración de la Diosa Todopoderosa
y Sustentadora del Cielo y de la
Tierra. En el Luna encontramos la justificación de los trazos
de esos crecientes arqueados que anteriormente citábamos, formando parte de
extraños grabados localizados en los almogarenes de “Cuatro Puertas” y “Roque
Bentaiga”, y en la Sol
y el Luna, las representaciones astrales que ornamentan algunas de las bellas
ánforas de la cerámica de Gran Canaria,
que se custodian en las salas de “El Museo Canario”, de Las Palmas, decoración
que no sólo tienen expresividad en la panza o vientre de aquéllas sino también
en el fondo externo de cuencos y cazuelas; igualmente las representaciones
astrales de expresiones rutilantes, concretamente solares, de la Sol en su cénit, o de luceros,
por mí descubiertas en uno de los abrigos rocosos del poniente del macizo
basáltico del Barranco de Balos, en el término de Agüimes.
Representaciones astrales del culto a los cuerpos celestes las admiramos
también en la ánfora elegantísima, de hermosa asa femenina y corte asirio
localizada en la propia villa de Agüimes, conservada en el mentado “Museo
Canario” de Las Palmas.
e) Cuevas oráculos
En el notable
complejo arqueológico del yacimiento de “La Montañeta ”, en el
término de Moya, inmediato a la cueva-granero, localizamos en 1946 una hermosa
cueva de dos plantas. En el centro de la segunda planta, de piso circular
descubrimos una tosca de unos 2'75 metros de diámetro, en la cual, rodeando aun
pozuelo central de unos cuarenta y cinco centímetros de diámetro por unos
treinta centímetros de profundidad, se localizaron siete cazoletas o braceros
discoidales con vestigios de cenizas. Este extraño hallazgo, especie de
oráculo, lo vinculamos a prácticas agoreras a través del humo del fuego
purificador, frecuentes en los pueblos prehistóricos en determinados días del
año y lunaciones. Este tipo de pozuelos o braceros labrados en la tosca o roca
lo hemos localizado posteriormente en otras cuevas. Los mismos son exponentes
del culto al fuego y a la madre Sol en momentos de danzas rituales.
f) Ojos de los dioses
En algunas vasijas,
especialmente en tazos troncocónicos queremos ver el ojo escrutador de la Todopoderosa , a
través de cierta ornamentación discoidal, tales son los llamados "ojos de
los dioses", enmarcados en singulares motivos decorativos romboidales, en
color negro.
g) Decoración triangular, símbolo de la llama de
fuego.
En la
cerámica grancanaria destaca corno
elemento ornamental la decoración triangular, especialmente la del triángulo
equilátero*, que según afirmó Platón es el más bello de los triángulos, al cual
sigue el isóscele que con sus dentelladas extáticas simbolizan la llama del
fuego purificador de ciertos actos sacrales, imagen que el canario captó y
llevó a la ornamentación de sus vasijas de barro e incluso al temario de sus
“pintaderas” empleadas en el tatuaje.
h) Betilos y falos
Estos motivos
representativos y tan vinculados a la fuente de la vida los encontramos
labrados en piedra y formados en barro cocido.
Los betilos en
piedra, como los de “Tara”, en Telde, “El Agujero”, en Gáldar, “La Montañeta de Moya”, son
exponentes del culto fálico.
Cada una de
estas piezas en forma de cigarro puro, anchas en el centro y arqueadas hacia
los extremos, tienen longitudes que oscilan entre los treinta y sesenta
centímetros.
Pertenecen a
las llamadas figuras de pedestal. Exponentes de ese mismo culto lo son ciertas
y elegantísimas asas y picos vertederos de ánforas ventrudas, por nosotros
llama-
das “asas
falópicas” o masculinas, con sus variantes de erectas y ciegas, meramente
decorativas, y pico-vertederos, verdadera manifestación del espíritu creativo
del canario, que va asociada a las asas
de ranura alargada, esencialmente femenina, que hemos citado anteriormente.
Otro tanto decimos de ciertas figuras simbólicas confeccionadas en barro
cocido, de estructura peniforme, de largo cuello y doble cabeza humana
conjugadas.
i) Tibisenas y figuras femeninas
Se conoce con
el nombre de tibisenas o tibicenas y aún con el de arabisen y atabicen en lo
antiguo, a ciertas y extrañas figuras que confeccionadas en barro cocido
representaban perros lanudos, cerdos, pavas y gallinas y otros animales,
considerados por los canarios como la
representación del demonio o del espíritu del mal. De ellas se ha dicho por los
antiguos cronistas e historiadores de Gran canaria que se aparecían de noche a
los canarios.
En la “Hoya de
San Juan”, términno de Arucas, y en el lugar de “Los Casarones”, en San Nicolás
de Tolentino se han localizado en estos últimos años figuras de este tipo, al
igual que con anterioridad se habían recogido en la aldea de Arguineguín.
Destacan entre
esas representaciones la de un cuervo con cabeza semihumana en forma de pico,
especie de gliptodonte con patas atrofiadas y entre ambas un taladro o agujero
como para hacer pasar una cuerda, especie de amuleto, fetiche o talismán,
localizada en unión de otra igual en la mentada localidad de “Los Casarones”,
las cuales se conservan en ”El Museo
Canario”.
La
representación más genuina de la tibisena la hemos registrado en la dicha
localidad de “Hoya de San Juan”; se trata de una figura de perro magníficamente
esculturizada en barro cocido, hoy expuesta en “El Museo Canario”.
Igualmente
merece especial cita la fragmentada figura de un tronco de mujer con piernas
amputadas por los muslos, por efecto de rotura; en la misma destaca el órgano
femenino; es el clásico tipo de figura femenina con los muslos separados.
Representación
idolátrica femenina excepcional, una de las primeras recogidas en el pasado
siglo, fue la localizada en “La
Fortaleza ”, Santa Lucía de Tirajana. Se trata de una figura
femenina de largo cuello y cara pequeña y redonda y torax ancho con voluminosos
senos; el resto del cuerpo es troncocónico con basamento circular.
Otra notable
figura femenina, también en barro cocido y brillante con técnica a la almagre,
en color rojo, es igualmente de cuello alargado, torax robusto y brazos y
piernas gruesos y mutilados; la posición de piernas cruzadas no permite
identificar el sexo, que desde luego es femenino.
Dentro de la
pródiga representación femenina no falta el tipo de idolos-placas, que también
se exhiben en “El Museo Canario”.
j) Estatuillas en piedra
figura
antropomorfa representadita de la Diosa
Tanit labrada en piedra, descubierta en 1944 en la localidad
de “Los Casarones”, término de San Nicolás de Tolentino, debajo de esta lineas
figura representativa de la
Diosa expuesta el
Museo de El Bardo, en Tunez.
Es sin duda
alguna la figura antropomorfa labrada en piedra, por mí descubierta en 1944 en
la localidad de “Los Casarones”, término de San Nicolás de Tolentino, la que
ofrece mayor importancia entre todas las que hoy conocemos relacionadas con el
culto. Fue encontrada entre las ruinas de una vivienda de planta cruciforme del
que fuera poblado canario de dicha localidad, actualmente casi desaparecido por
el trazado de una carretera. Ella trae el recuerdo de los idolillos neolíticos
en piedra y barro cocido del Mediterráneo Oriental, especialmente de los de
Tesalia, Creta y otras culturas del egeo y aún de Malta y de Almería, aunque la
técnica sea inferior.
Es figura
labrada en piedra traquítica. Presenta una estructura poroso-alveolar debido a
su mucha antigüedad y desgaste. Es pieza que constituye un caso único en la
investigación historia antigua de canaria. Tiene un alto de 54 centímetros , un
ancho en su base de 39
centímetros y una longitud de axila a axila, de 25 centímetros . Es
figura de las llamadas de pedestal y de brazos toscos y mutilados. La cabeza es
rudimentaria y
extraña. La
cara es oblonga y aparece muy desgastada; en ella se advierte aún ojos, nariz y
boca. En la parte posterior de la cabeza queremos ver en su suave declive una
cierta esculturización del cabello. No cabe duda que se trata de una
excepcional figura muy representativa, ya de carácter idolátrico o de una
representación humana de uno de los más destacados héroes o jefes del poblado.
k) Bancos votivos
Varias son las
modestas construcciones de este tipo que a lo largo de nuestra ya larga tarea
investigadora hemos localizado en montañas, próximos a tagoros y almogarenes
(lugares de asambleas y santuarios, respectivamente), como colindando con
túmulos turriformes de doble y triple planta circular. Son sencillos poyetes de
piedras seleccionadas y casi planas, con espaldar de piedras resistentes
colocadas verticalmen-te. En estos bancos descansaba la población canaria que
peregrinaba al santuario o a la necrópolis de sus antepasados, de ahí que
también se les conozca con la denominación de “bancos de los lloros y de las
lamentaciones”.
Estos tipos de
bancos los hemos localizado en “El Tagóror del Agujero” y en el gran “Túmulo de
la Guancha ”,
en Gáldar; en Temisas, Agüimes; en “Tabaibales de Veneguera”, término de Mogán,
Tauro Alto, etc. El más representativo de todos ellos es el del “Túmulo de La Guancha ”, emplazado junto
a la segunda anilla pétrea y al lado de uno de los enterramientos radiales.
Junto a los mismos hemos localizado considerable cantidad de lapas y, sobre
todo, en uno de los asientos del “Tagóror del Agujero” al ser desbrozada dicha
edificación, que aparecía oterrada. El material recogido se constreñía a
cyprea, caparazón de estructura femenina, que trae el recuerdo de las comidas
votivas y ultuales.
Estos mismos
tipos de bancos los hemos localizados en las localidades arqueológicas de
“Roque de la Pila ",
“Llanos del Sombrero” Casas Altas, etc., en la Isla de Fuerteventura.
I) Casa de adoración
Con este
nombre ha llegado hasta nosotros la denominación que los canarios dieron a uno de sus representativos
templos, santuarios o "almogarenes", nombre que por tradición se
perpetuó hasta época reciente en el término de San Nicolás de Tolentino, cuando
al mismo llegamos por primera vez para dirigir la campaña arqueológica de 1944,
cosa que comprobamos al mantener conversación con los ancianos don Teófilo
Segura Ramírez y don Francisco Díaz, especialmente con este último, vecino de
“Los Casarones”, en Bocabarranco de la Aldea. En las propiedades de este señor fue
localizada la figura idolátrica tallada en piedra, descrita en el apartado j);
el citado señor Díaz nos refirió que en “Los Casarones” estuvo emplazada la
llamada “Iglesia o casa de adoración” de los canarios, la cual conoció; de ella
nos dijo ser hermosa y limitada por paredes de piedras bien seleccionadas y
grandes, y que se parecía mucho a la estructura de las plantas de casas
cruciforme que la rodeaban y que exploramos en la precitada campaña
arqueológica, no existiendo en dicha época. De esta casa de oración hizo cita
breve el profesor Dr. René Verneau en su obra "Cinq années de séjour aux
Iles Canaries". El sabio etnólogo Doctor Dominik Josef Wolfel habla de
santuarios rectangulares en Mesopotamia, que relaciona con los de los antiguos
canarios.
II) Torretas troncocónicas
En distintas
estaciones arqueológicas de la isla de Gran Canaria hemos localizado buen
número de pequeñas torretas troncocónicas, de 1,20 a 1,60 ms. de alto, sin
que correspondan a túmulos, aunque su estructura los identifique. Las hemos
encontrado en los yacimientos arqueológicos de “Los Castilletes” de Tabaibales
de Veneguera, “Llanosde Gamona”, “Ladera del Lomo de los Gatos”, “Montaña
Redonda” y en “Lomo de los Ritos, en Tauro Alto”, dentro del término de Mogán,
y en “Lomo de San José”, en la localidad de Arguineguín, en el municipio de San
Bartolomé de Tirajana.
Son
construcciones originales, elegantes y verdaderamente arquitecturales por lo
cuidadas. El material de que están edificadas es selecto, por lo general
piedras estrechas y alargadas, popularmente llamadas lajas, dispuestas en
perfecto ensamblamiento. La planta de estas torretas es circular con ligeras
imperfecciones. La mayoría de ellas aparecen un tanto desvencijadas por la
antigüedad y la acción solar, que ha hecho que parte del material se presente
maltratado, por lo que al tratar de mover algunas de las piedras más directamente
expuestas se deshagan entre los dedos o se fraccionen fácilmente si se las tira
al suelo. El color de las mismas es ocre rojizo. La masa rocosa de las montañas
de que suelen estar erigidas tiene también este mismo color. Todas ellas
aparecen muy ligadas a los poblados de cuevas y de casas de piedra suelta, como
acontece con las de los yacimientos arqueológicos de “Montaña Redonda”,
“Castilletes de Tabaibales de Veneguera” y “Lomo de los Ritos”, anteriormente
citados. Estas torretas troncocónicas, similares a cubos invertidos, aparecen
en grupos de dos y tres, aunque no faltan algunas aisladas. Otras suelen
encontrarse cercadas por una hilada de medianas piedras en forma de círculo.
En un
principio creímos que estas torretas eran el coronamiento de un túmulo, opinión
que bien pronto desechamos después de hacer varias catas. La propia
constitución en arco como de un metro de cuerda, formado por lajas más o menos
anchas e hincadas, como si fueran espaldar de un asiento votivo. Este tipo de
construcción lo hemos registrado en “Los Castilletes de Tabaibales de
Veneguera”, muy próximo al notable tagoro y palacio de justicia de su nombre
por nosotros descubierto y dado a conocer.
Otro arco
similar unido a estas torretas lo descubrimos en 1963 en “Lomo de los Ritos”,
en Tauro Alto.
Construcciones
de este tipo, que nos hace pensar en crecientes lunares y, por lo tanto en un
culto astral, las hemos localizado también en la isla de Fuerteventura. En
tanto en Gran Canaria aparecen orientados al suroeste, en la isla de
Fuerteventura lo están al sol naciente.
Estas pequeñas
torretas no funerarias las consideramos de carácter eminentemente cultural; son
tronos y soportes de las almas de los héroes, de los antepasados y de los
jerarcas de los poblados cantorales pastoriles. En ellas tuvieron efecto
ceremonias sacra les de carácter astral. Las mismas recuerdan a los montones de
piedras de simbolismo sagrado localizadas en la isla de La Palma y a los de los
antiguos bereberes, con los cuales se identifican. Hemos de insistir que no se
trata de un simple montón de piedras en perfecto desorden como se aprecia en
las torretas funerarias erigidas en los campos lávicos o de maipés de Agaete,
Jinámar, Arteara, Isleta, etc. sino de un conjunto de pie-
dras, por lo
general lajas, maravillosamente dispuestas en ensamblamiento. Dichas
construcciones denotan idealización y alto espíritu estético.
m) Estelas y cipos
Las estelas
tienen por lo general un acusado carácter religioso y llevan consigo el
recuerdo de un ser fallecido. En esto la estela viene a ser como el soporte del
alma del caído en lucha desigual o del fallecido de muerte natural, de ahí que
se le considere como un hito u obelisco conmemorativo. La estela implica
homenaje y recuerdo emotivo no sólo al héroe sino también al jefe político y
religioso del poblado, a la sacerdotisa, al
curandero y al buen padre del lugar.
La estela, el
obelisco y el cipo a manera de columna o pilar prueba la existencia de un
culto. Estos tipos de sencillos monumentos cultuales los hemos localizado en
Gran Canaria en las localidades de “Tauro Alto”, “Tufia”, “Majada Alta”, etc.,
que traen el recuerdo de los de “Lajas Azules”, “Coto del Coronel”, “Llano del
Sombrero” y “Llano del Bizcocho”, en la isla de Fuerteventura, y el singular
menhir u obelisco de “Zonzamas”, con destacado petroglifo de cinco círculos
concéntricos, en la isla de Lanzarote.
Al igual que
las torretas troncóconicas cultuales, las estelas y los obeliscos y cipos
suelen aparecer dentro de un cerco de grandes y medianas piedras. La altura de
estos obeliscos, estelas y cipos es variable; por lo común oscilan entre los
noventa centímetros y 1,40 ms. Los más altos los hemos localizados en las islas
de Fuerteventura y Lanzarote. Los hay de forma irregular, predominando los de estructura
piramidal, prismática y rectangular, como el de Zonzamas. (Sebastián Jiménez
Sánchez, 1966: 153-163).
El Morro del Verdugo: En esta zona se encuentra también el "Tagóror del Gallego", el más importante de la zona, puesto que los demás Tagórs hallados, están construidos de piedra y éste, el del Gallego, se construyó en la roca basáltica, contemplándose a simple vista los asientos formados en la roca.
Tagoro del Gallego: con seis asientos labrados en la piedra en la zona de Falairaga
Tagoro en el Poblado de Tufia: En Silva,
Tagoro en el poblado de Botija: En Gáldar.
Tagoro en Casas de Albarianez: En Mogán.
Tagoro en la montaña de Tauro: en Tauro, en Mogán.
Tagoro del Santuario de
Tirma: Asociado a las viviendas se encuentra un recinto de
piedra seca interpretado como tagoro.
Continuará.
* Recordemos
que el triangulo es también el símbolo más antiguo representativo de la Diosa Tanit , para los
antiguos egipcios representaba la forma perfecta, es decir la forma divina y
para alguna religión moderna representa a la “trinidad”.
Imágenes:
Pag. 1
Izquierda, grabados geométricos del santuario de Gáldar. Derecha, Paleta
procedente del antiguo Egipto catalogada como “muñeca”, está expuesta en el
Museo Británico de Londres. Comparece la forma y disposición de los dibujos
geométricos, triangulo púbico, así como los colores, con los del santuario
Cueva Pintada de Gáldar. Fotografías: Archivo del autor.
Pag.6 A la izquierda, representación de la Diosa Tanit que
Jiménez Sánchez atribuye a “una representación humana
de uno de los más destacados héroes o jefes del poblado.”
Y por su parte M. Carmen del Arco cataloga
como “Antropomorfo esquemático” procedente de la Aldea de San Nicolás de
Tolentino, isla de Gran Canaria, y cuyas sus medidas son 54 cm de alto x 39 de ancho
en la base, con un espesor medio de 12,5 cm .
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