viernes, 24 de agosto de 2012

Capitulo XXIV-1


Capitulo XXIV-1

Eduardo Pedro García Rodríguez


Esero (El Hierro)

La isla Esero es uno de los  nombres de la isla denominada después de la invasión y conquista por los piratas Jean de Bethencourt y Gadifer de La Salle como, Ferro o  Hierro, a pesar de lo que uno puede pensar proviene del lenguaje guanche (Hero, Esero o Ecero.

Según Buenaventura Bonnet: “De tres derivaciones distintas se ha pretendido deducir el nombre actual de la isla del Hierro.

El P. Maestro Sarmiento indica que una de las Afortuna­das, según el testimonio de Plinio, se llamaba Junonia Me­nor, tal vez por haber sido consagradas a la Diosa Juno.

Llegó a copiar esta noticia Ptolomeo, y como hacía en griego su traducción no las llamó sino “Heras Nesos”, esto es, las “Islas de Juno”, porque esta Diosa se decía en griego “Hera”, y en el dialecto jónico “Here”.

   Todos sabemos que la geografía de Ptolomeo era casi la única que manejaban los árabes occidentales, y consiguientemente, los españoles al principio de este milenario, así nada era más regular que el que llama­sen a una de las Canarias la isla de “Hera” o de “Here”.” (B. Bonnet, 1926)

   El catedrático D. Juan Álvarez Delgado (1945), defendía la teoría de que la Capraria de Plinio-Juba y de Ptolomeo y la Casperia del padre Espinosa coinciden con la isla de El Hierro, en los artículos “Etimología de Hierro” ¿”Heres” o “Eres”?” (1941) y “Ecero, Notas ligüísticas sobre El Hierro” (1946) relacionando el vocablo aborigen Esero con su traducción fortaleza o lugar fuerte.

   Antonio Cabrera Perera (1988) decía: Yo creo que la Plouiala, Ombrios o Pluvalia se pueden identificar con el Hierro, pues Juba señala que navegando desde las Purpurarias hacia el Sur y rumbo al poniente se encuentra la primera (Ombrios).

   El licenciado D. Juan Núñez de la Peña, siguiendo al poeta Viana (1604) dice que Hero quería dezir fuente, cuyo nombre le dieron por aquella grande Fuente, que en ella avia y más adelante añade Hero llamaron sus naturales a esta isla, hasta que fue conquistada de Católicos; que estos por la llamar Hero; por equivocación, o por corrupción del nombre la llamaron Hierro que hasta oy es conocida y nombrada.

   El profesor francés Georges Marcy (L’origine des noms de l’île de fer, 1945, que significa muralla rocosa vertical y a su vez la relaciona con la isla de El Hierro ya que se presenta desde el mar como un acantilado...reproducido en Revista de Historia XV, 1949) aprovechando la tesis del Dr. Álvarez delgado relaciona la forma Hero con la voz tuareg azeru.

  
El filólogo canario Dr. Ignacio Reyes recoge:ezero. (De ezárüh, m.) Hi. ant. desús. Fortaleza (natural u orografica). U. c. top. Expr. t. Eccero, Écerro, Esero.)” Pero,  se transformó por similitud con la palabra castellana. Es la más pequeña del Archipiélago Canario, con una superficie de 268’71 km2, también es la más meridional y occidental. Durante varios siglos fue referencia del meridiano "0" ya que era el extremo más occidental del mundo conocido en Europa.
   El meridiano se fijó en la Punta de la Orchilla, durante varios siglos hasta que se trasladó la referencia al meridiano de Greenwich. Por esta causa se ha venido manteniendo el tópico  como la isla del meridiano.
   Los Bimbaches
 Sus habitantes son conocidos por el gentilicio  bimbache (más modernamente como herreños) como el resto de los canarios son nobles, honestos, laboriosos y hospitalarios, virtudes estas que han sido reconocidas por la mayoría de los viajeros y estudiosos europeos que han pasado por la isla. Veamos la impresión que causaron al antropólogo francés Rene Verneau: “Los hombres, de gran estatura, presentan con frecuencia los carac­teres guanches más señalados. Entre ellos se encuentran frecuentemente rubios. Sólidos, duros al mal y a la fatiga, sobrios y laboriosos, son al mismo tiempo caritativos y hospitalarios, a pesar de su  miseria. Apenas habíamos llegado cuando se nos trajo de todas partes frutas, huevos e incluso aves de corral, es decir, todo lo que esa pobre gente podía ofrecer. No era por espíritu de lucro por lo que nos traían esas provi­siones. Lejos de explotar a los forasteros, se negaban a aceptar una gratificación. Y sin embargo, lo repito, no son ricos. La mayoría son pastores, y los más afortunados poseen al mismo tiempo algunos peda­zos de tierra y rebaños. Ellos mismos fabrican sus vestidos y su cal­zado. Igualmente, la mayor parte de su ropa se fabrica en el país.” . ( Verneau, 1981:273-274) Y mas adelante en la página  276 continúa: Compré una oveja viva, por la que pagué 3,75 francos.  Después de haberla matado, descuartizado y asado, le regalé la piel al pastor que me la había ven­dido. Quiso devolverme su valor. Esta gente es decididamente muy diferente a la de las otras islas. No solamente buscan no explotar a los extranjeros, como me lo probó una vez más el precio que me había pedido por la oveja, sino que también tienen escrúpulos que los honran.”
Como en el resto del archipiélago la actividad económica más importante era la ganadería de cabras, ovejas y cochinos (cerdos.) Complementaban sus recursos con el aprovechamiento de los frutos silvestres del bosque, la pesca y el marisqueo. De este último quedan como testimonio los “concheros” restos de sus comidas rituales. Su dieta consistía en frutos, miel, leche, del bicácaro obtenían una especie de vino conocido en Chinech como Chacerquen. Contrariamente a lo que se venía sosteniendo por la historiografía oficial y oficialista, los bimbaches practicaban la agricultura y cultivaban cebada y la vid, con lo cual quedan totalmente descartadas las teorías que relacionan a los bimbaches exclusivamente con la actividad pastoril. Tal como afirma el Arqueo botánico Jacob Morales, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ya se puede escribir con total seguridad en la literatura arqueológica de las Islas el cultivo de estas especies tras darse a conocer la existencia de semillas de vid y de cebada entre los restos de la necrópolis de La Lajura.
Es la primera vez que se constata el uso de la vid entre los bimbaches- para la isla Chinech la doctora María del C. del Arco Aguilar corrobora la existencia de la vid y de la higuera fechándola según el Carbono 14 en casi cuatrocientos años antes de la era occidental actual-. En la de Esero se creía que la vid había sido introducida por el inglés John Hill. Estos descubrimientos arqueológicos demuestran que el cultivo de estas especies se realizaban por los antiguos canarios muchos siglos antes de la invasión y conquista europea.
Acerca de la voz Bimbache
… Procuremos demostrar tal aserto. Mr. d'Avezac dice que el nombre de “Bimbachos” provenía de la voz árabe o berebere “Beny-Bachirs” o ”Ben-Bachirs”, con cuya etimología se conforma Bertbelot aún cuando no ex­plica su origen.

    Nosotros discrepamos de tal denominación, mas para ello hemos de hacer presente a quien nos lea que en árabe y en berebere sólo existen tres mociones o signos para expresar los cinco sonidos de nuestras voca­les; unos traducen por “a” y otros por “e”, la primera de dichas mocio­nes, denominada “fataja”: la segunda “quesra” por la “e” o la “i”: y la tercera, “damma” unas veces por “o” y otras por “u”.

   Siendo esto así, vemos que según Abren Galindo, pág. 197, los habi­tantes de la isla de Tenerife habían tomado el nombre de “Bincheni” corrupción, según el señor Berthelot, de “Beny'Cheni”, transformado en “Ben-Cheni” o “Bin-Cheni”, según opinamos de conformidad con las reglas enunciadas. También pudo derivarse esa última palabra de “Be-ny-Chinerfe” o “Ben-Chenerí, y ésta de “Tchineríe”. Como “Beny” o “Ben” significa hijo, descendiente o tribu, y “Chenerfe” o “Tchinerfe”, Tenerife, la traducción sería “Hijos de Tenerife”.

   De la voz “Bin-Cheni” nace la. de “Bin-Ben-Cheni" o “Bin-Ban-Che-ni” (transformada la “e” en “a”, o sea “Binbanche” o “Binbache” por pérdida de la segunda “n”, al pasar esa voz al castellano), cuyo primitivo origen fue “Ben-Ben-Cheni”, que quiere decir en berebere “Hijos de los hijos de Tenerife”: así el nombre de ”Bombachos” expresa claramente que un ramal guanche de Tenerife aportó al Hierro.

   También debemos tener en cuenta que la palabra “here” o “ere” te­nía el mismo significado en Tenerife que en el Hierro y que la voz “Aceró” y “Eseró” asimismo tenía igual valor en la isla de la Palma que en la que estudiamos, según las leyes morfológicas; dato que confirma Abren Galindo en su pág. 174; “El doceno señorío era Aceró que al presente llaman la Caldera que en lenguaje palmero quiere decir “lugar fuerte”, que parece quiere significar “lo mismo que en lenguaje herreño. “Eseró”.

   A nuestro juicio, entre los guanches tinerfeños, palmeros y herreños, existen conexiones marcadísimas desde el punto de vista etnográfico y filológico. (B. Bonnet, 1926)

Las cuevas habitación
Los Bimbaches, como en el resto del archipiélago vivían preferentemente allí donde existían en  cuevas naturales llamadas Juaclos antes de la época de la colonización española.
El auchón bimbache de Amoco dio lugar al nacimiento de la actual villa colonial de Valverde, dato que fue recogido por el criollo orotavense y Teniente Coronel de las Milicias Canarias Urtasautegui: “Dentro de la Villa [Valverde] y sus inmediaciones he visto las famosas cuevas que antiguamente llamaban Juacos y eran las casas y habitaciones de sus naturales (…): algunas son muy grandes y cómodas; pero principalmente una de ellas (…) no hay duda sería vivienda del Capitán o Señor de esta Isla, que era regular se la apropiase el principal conquistador.” (Urtusáustegui, J.A. 1779)
Estas cuevas fueron como muchas otras en el archipiélago, durante el último tercio del siglo XIX fueron “estudiadas” y expoliadas por investigadores europeos destacando entre ellos Sabin Berthelot y René Verneau, quienes amparados en el interés científico remitieron a Francia una ingente cantidad de restos mortales de nuestros ancestros extraídos mediante las profanaciones de nuestros panteones sepulcrales, así como innumerables objetos arqueológicos, con el apoyo y beneplácito de las autoridades coloniales de la época, las cuales, como sus antecesores y predecesores han mostrado siempre un total desprecio hacia la milenaria cultura de la Nación Canaria.
Como queda anotado en Esero las cuevas naturales no son muy abundantes, siendo escasos los auchones conformados solo por cuevas, de uno de ellos el del Julan se ocupó especialmente Rene Verneau en relación con los estudios que llevó a cabo en torno a los paneles de grabados líbicos-imazighen existentes en el mismo:
“En El Hierro, como lo veremos luego, en un espacio muy pequeño se encuen­tran: 1° Los Letreros; 2° unas construcciones que M. Berthelot califica de megalíticas y que debían ser lugares de reunión; 3° cuevas utilizadas como viviendas; 4° cuevas sepulcrales. ¿No de­beríamos pensar que esas construcciones y esas cuevas tan próxi­mas fueron utilizadas por una misma raza? La población que tra­zó las inscripciones vivía en las cuevas situadas al lado. En cier­tas circunstancias, se reunía a algunos pasos de ellas para cele­brar ceremonias religiosas, como lo demuestran las aras y los re­cintos circulares de piedras; hacía comidas comunes, como lo atestiguan los montones de conchas que se ven en las dos ver­tientes de la colina donde se encuentran esas supuestas construc­ciones megalíticas; finalmente, a unos centenares de metros, ha­cia al sur, tenía sus cementerios, sus cuevas sepulcrales.” (R. Verneau, 1996)

Posteriormente, durante la segunda mitad del siglo XX el maestro nacional y arqueólogo de vocación Luis Diego Cuzcoy, en una de sus visitas a la isla Esero (Hierro) se interesa por algunas de estas cuevas habitación, la descripción de algunas de ellas formó parte de una ponencia que presentó ante V Congreso Panafricano de prehistoria y de Estudio del Cuartenario, de dicha ponencia extraemos algunos párrafos: “De Norte a Sur, y siguiendo un curso muy sinuoso, corre el Barranco de los Canales, que separa el Cabezo del Jable al O. y el Cerro de los Números al E. Es un barranco de poca profundidad en aquel tramo, con escasas cuevas, generalmente de reducidas dimensiones. En su margen derecha y a unos 100 m. del Cerro de los Números hay una cueva de habitación fácilmente identificable por los fragmentos de cerámica, lascas de basalto, conchas de moluscos, sobre todo lapas, y abundantes huesos animales entre los restos de cocina.

Sin embargo, la más interesante cueva situada en la margen izquierda del Barranco de los Canales es la denominada Cueva de los Números, encima de la cual se inicia el desarrollo del importante conjunto de grabados rupestres. La cueva se comunica por una estrecha senda con la zona de los grabados, senda que viene a dar a la derecha
de la cueva, según se puede ver en la lámina.

Tiene todas las características de una cueva de habitación. El estrato de arena y polvo que actualmente recubre su piso es moderno, ya que en el transcurso del tiempo la cueva ha debido de ser vaciada  y barrida continuamente. Este estrato, de muy poca potencia, es arqueológicamente estéril. Sin embargo, en el rellano situado delante de la cueva, y dispuesto en arco, se han encontrado algunos fragmentos de cerámica lisa de factura primitiva.

Tres razones fundamentales apoyan la condición de cueva de habitación que tiene ésta del Cerro de los Números: primera suficientemente, por su proximidad a la zona de los grabados; segunda, por ofrecer un refugio amplio y bien protegido, tanto durante el día como, durante la noche, y tercera, por, su proximidad aun barranco que sin, duda alguna conservaría el agua en el fondo de los eres. (Ere: hoyo o marmita formada en el cauce basáltico; el agua se acumula en ese hoyo, junto con la arena arrastrada por las avenidas invernales. Cuando hay necesidad de agua se hace un hueco en la arena, y en el fondo se encuentra el preciado liquido. En El Julan el agua así obtenida serviría lo mismo para el pastor que para dar de beber al ganado)”. (Cuzcoy, 1966)

   Tagoro del Julan
   ... se encuentran varios asientos con espaldares en formas de sillas, en tal colocación, como si hubiera sido tribunal destinado para hacer justicia. (J. Antonio de Urtusáustegui )
   El suelo está enlosado, mientras el del primero es la misma roca de la colina. Una piedra plana colocada a la entrada forma un escalón de un pie de alto que se eleva al mismo nivel que las piedras del interior. Cuando mi primera visita, existía aún en el interior del pequeño recinto, cinco grandes lajas colocadas de pie a lo largo del muro que parecían haber servido de apoyo. Se me aseguró que primitivamente lo rodeaban en su totalidad y yo lo creo de buen grado pues las he visto donde los pastores las habían colocado (R. Verneau).

   He aquí un inmenso círculo formado por un muro de piedra seca, que abarca una extensión superficial de cerca de cuatro áreas, dividida en compartimentos circulares que se comunican entre sí. Es un tagoro, lugar de reunión de los antiguos guanches... (L. Proust y J. Pithart).

   … En el extremo norte del Tagoror se levantaba una especie de asiento de 1,50 m de elevación, formado por la superposición de lajas o piedras planas. Su base se encuentra sobre las mismas piedras que construyen el límite circular del Tagoror, pero se añaden otros fuera de él para conseguir una base más amplia y estable del asiento (J. Álvarez Delgado)
  
  
  [1] El autor se refiere al caso de no haber mujer del mismo rango de nobleza tal como recoge en otro lugar de la obra.









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