CAPITULO XI
Eduardo Pedro García Rodríguez
Isla Benahuare (La Palma ):
Como sucede con el resto de
los habitantes primigenios de la nación canaria algunos autores continúan
empecinados poniendo en entredicho algo que la ciencia oficial no tenido más
remedio que admitir ante las abrumadoras pruebas arqueológicas, lingüísticas y
sobre todo los modernos estudios antropológicos y genéticos ponen de
manifiesto, la procedencia africana de los canarios, tal como expone el doctor
Juan Carlos Rando refiriéndose al ADNmt: “Las mutaciones detectadas en el ADNmt
pueden ser utilizadas como un indicador temporal, ya que esta variación ha
necesitado de un tiempo determinado para producirse. Este se puede calcular
mediante un sencillo método matemático. La variación detectada en las
secuencias “U6” de Canarias, ha requerido aproximadamente de unos 7000 años
para su acumulación. Esta fecha coincide con el comienzo de un periodo húmedo
en el noroeste africano, en la franja de terreno situada frente al archipiélago
canario, lo que concuerda con el comienzo del Neolítico en esta región. Esto
sugiere que a esta zona llegaron, al menos en parte, los antepasados de los
primeros pobladores de Canarias. Desde aquí, de acuerdo con datos
arqueológicos, hace unos 2500 años estas gentes pasarían a las islas más
próximas al continente africano, dispersándose posteriormente al resto del
Archipiélago.”
En la actualidad muy al Norte
de Marruecos se encuentra la localidad de Haouara y en Souss-Massa (Agadir),
también es posible encontrar otro lugar con ese mismo nombre.
De los Awara se puede
encontrar mucha información ofrecida, entre otros, por el historiador romano
Plinio situando a los baniurae en el Atlas, por el geografo árabe El Edrisi (siglo
XII) que da noticias sobre los haovarythas, por el historiador también árabe
Ibn Khaldum que nos ofrece información sobre los Hawwara que se habían
establecido en Fezzan y el Hoggar argelino, por el fraile franciscano Abreu
Galindo que muestra su convencimiento de que los primeros habitantes de
Canarias vinieron de África, por el ilustre Viera y Clavijo en el siglo XVIII
que menciona a los Benhahoave, por el comerciante británico George Glas que los
localiza de nuevo en el Atlas y le da el nombre de los Beni-Hoare, por Sabin
Berthelot que le da el nombre de Confederación de los Haouarah, y por el
aventurero francés Charles Foucould que sitúa a la tribu de Huara, que
antaño había habitado el Fezzan libio, repartida entre el centro y oeste del
Atlas.
También los Awaras fueron
conocidos en la
Península Ibérica cuando se produjo la ocupación mazigia
(berebere) dirigida por los árabes en el siglo VIII, desde el centro, sur y
este peninsular, existen referencias sobre su tránsito por esas tierras gracias
a la toponimia de algunos lugares, como el de Alhaurin de La Torre (Málaga), Benalauria
(Serranía de Ronda - Málaga), Fabara (Zaragoza), etc.
Admitiendo que: "gentilicio,
como adjetivo, indica que el sustantivo calificado proviene de ese país, región
o ciudad, y expresa un sentimiento de pertenencia," y como hemos
apuntado más arriba es un hecho incuestionable la procedencia norteafricana del
primitivo pueblo canario. Ahora bien, no todos procedemos de un mismo grupo
humano. De hecho, los grupos dominantes en cada isla son conocidos como
Canarii, Maxos, Gomeros, Guancheris (Zanatas) y Benahoritas, todos ellos
debidamente documentados en cuanto a su procedencia originaria. Así que vamos a
ocuparnos de la procedencia de los Awara.
Es bien sabido los intensos contactos
mantenidos entre los primitivos libios y egipcios, especialmente durante el
periodo de la Dinastía
XXII hasta la
Dinastía XXV , Egipto tuvo por mucho tiempo lazos con Libia.
El lugar de Hawara, se halla a
unos 8 Kilómetros
al sureste de Medinet el-Fayum, la actual capital de la región del Fayum.
Faiyum (en egipcio Sh-Rsyt o Lago Meridional, luego dividido en otro distrito
llamado Mr-Wr o Gran Estanque) es una extensa depresión fértil de 65 km de ancho y con el
mencionado lago al norte, que está a 44 mts., por debajo del nivel del mar.
Según recoge
el investigador Miguel A. Martín: “Sus asentamientos eran muy humildes,
aprovechando las cuevas más espaciosas, construyeron cabañas modestas y
uniformes que indicaban una sociedad igualitaria, donde la riqueza estaba
distribuida de forma bastante igualitaria. No era un pueblo guerrero; a parte
de las escaramuzas entre familias y facciones, no tenían ni enemigos no
ambición por conquistar nuevos territorios en islas adyacentes. Celebraron
fiestas para resaltar la solidaridad. Establecieron acuerdos firmes y
vinculantes sobre los derechos de pastos, la cría de ganado, el matrimonio y el
intercambio de bienes. Era una sociedad oral, no hacían efigies de sus dioses y
usaban el ritual para mantener el orden del mundo. Estas acciones ceremoniales
podían controlar las fuerzas de la naturaleza y hacer que la lluvia llegue en
su tiempo y que los cuerpos celestiales permaneciesen en sus cursos fijados. El
cielo se podía comunicar con la tierra y los humanos podían compartir la comida
con los antepasados y los dioses. Tenían sus santuarios al aire libre,
experimentaron el paisaje como algo rico en sentido espiritual, veneraron los
elementos más destacados de su territorio (roques, montañas…), establecieron
los cuatro puntos solsticiales y, por encima de todo, se encontraba una Diosa
del cielo (Abora) (Miguel
A. Martín
Los primitivos habitantes de
Benahuare (La Palma )
estaban gobernados por un solo Tamanca o Mencey, igual que en la isla Chinech,
(Tenerife) y como en esta, al fallecer el monarca su hijos se dividieron el
gobierno del territorio entre sí, situación que encontraron los invasores y que
indudablemente les facilitó la ocupación de la isla aprovechando a su favor las
disensiones internas práctica esta sostenida hasta nuestros días. Entonces la
isla estaba dividida en 12 cantones o señoríos, gobernados por un jefe cantonal e incluso algunos
distritos por dos o tres.
El 29 de septiembre de 1492 desembarcan en Tazacorte, isla
Benahuare (La Palma )
en la desembocadura de La
Caldera , Barranco de
las Angustias, unos 900 mercenarios al mando de Alonso de Lugo, soldado de
fortuna al servicio de los nefastos reyes Isabel I de Castilla y Fernando II de
Aragón. Estos invasores por medio de pactos auspiciados por la sacerdotisa o
princesa conversa Gazmira, (Francisca Palmense) fueron poco a poco sometiendo a
nueve de los doce cantones en que estaba políticamente dividida la isla.
Luego tuvieron que librar la gran batalla de Timibúcar para vencer la
resistencia de los cantones aliados de Tedote y Tigalate, venciendo a
Bentacayse, uno de los jefes de Tedote, y a los hermanos Jariguo y Garehagua,
que compartían el gobierno del cantón de Tigalate.
Algún autor apunta que una vez
concluida la invasión y sometimiento de la isla, Alonso de Lugo como capitán de
las hordas que irrumpieron la isla
comenzó de inmediato al reparto de las tierras cuevas y casas como botín de
guerra entre sus mercenarios y los mercaderes de esclavos que le habían
financiado la armada. La realidad es que si bien en las capitulaciones
concertadas entre la corona de Castilla y el mercenario se le prometía a éste
la gobernación de la isla una vez sometida, no se recogía que Alonso de Lugo
pudiese repartir por sí sólo el botín de guerra. Esta facultad se le concedió
oficialmente el 15 de noviembre de 1496,
según carta de la corte castellana concediendo,
poder y facultad al invasor Alonso de Lugo parar el repartimiento de tierras, casas y heredades en la isla Benahuare
(La Palma ) tal
como recoge el siguiente documento:
“[Al margen:]
El Rey e la Reyna.
Poder Alfonso
de Lugo para que pueda repartir las tierras de la ysla de Sant Miguel de La Palma.
Don Fernando e
doña Ysabel, etc. Por quanto vos Alonso de Lugo, nuestro govenador de la ysla
de Sant Miguel de La Palma ,
fuystes por nuestro mandado a la conquistar , e la conquistastes la dicha ysla
de La Palma e
la ganastes, e nos querríamos que la dicha ysla se poblase, e que las dichas
tierras e casas e heredades que en ella ay se repartiesen e diesen a las
personas que a ella fuesen a poblar Por esta nuestra carta damos poder e
facultad para que vos podáys hazer e hagáys el dicho repartimiento, segund que
a vos bien visto fuese que se deve hazer para que la dicha ysla se pueble; que
por esta nuestra carta vos damos poder para ello como dicho es, e fazemos
merçed a las personas que vos dierdes e repartierdes e señalardes qualesquier
tierras e heredamientos de la dicha ysla de La Palma e dello les dierdes vuestra carta finnada
de vuestro nonbre e synada de escrivano público para que sea suya e pueda hazer
della e en ella segund e como e de la forma e manera que ge lo dierdes e con
las mismas condiçiones. De lo qual vos mandamos dar la presente, firmada de
nuestros nonbres e sellada con nuestro sello. Dada en la çibdad de Burgos, a
quinze días del mes de novienbre, año del nasçimiento de nuestro salvador Jhesu
Christo de mill e quatrocientos e noventa e seys años. = Yo el Rey. = Yo la Reyna. =E yo Miguel Pérez
d' Almaçán, secretario del rey e de la reyna, lo fiz escrevir por su mandado.=Y
en las espaldas, M. doctor.=Liçençiatus de Talavera. = Liçençiatus Çapata. =
Uarez (sic), in decretis baccalareus (rubricado) (A.S.: Registro del Sello.
Fols. 125/126).” (En: A. Rumeu de Armas, 1975:451).
Los asentamientos humanos
pre-coloniales en la isla Benahuare (La Palma ) eran muy similares a los de Chinech
(Tenerife), predominando el uso de los poblados sobre las cuevas naturales
aunque estas eran preferidas por los jefes cantorales. Como en las demás islas
del archipiélago, en los primeros tiempos posteriores a la invasión y conquista
castellana, los mercenarios y colonos se apropiaron tanto de los poblados como
de las cuevas para desarrollar la vida cotidiana, desplazando de los mismos a
los awaras (palmeros).
Toda
Benahuare (La Palma )
se caracteriza por una orografía muy similar a la de Chinech, la sucesión de
barrancos desde las cumbres a la costa que han permitido generar pasillos para
asentamientos humanos y abundancia de pastos y agua.
Según la leyenda los
invasores establecieron su primer
asentamiento en el cantón de Tedote actual ciudad de Santa Cruz de La Palma, el
3 de mayo de 1493 dándole al lugar el nombre de Villa de Apurón, nombre dado al
lugar debido a que los invasores castellanos estuvieron a punto de sucumbir
ante el empuje de los tabores hawaritas. Una vez dominado el cantón de Tedote
los invasores celebraron las primeras sesiones del Cabildo colonial en las
cuevas de Carías.
La primera ocupación humana,
asentada sobre el antiguo cantón de Tedote, se remonta según algunos autores
hasta la primera mitad del I milenio antes de la era actual. Con la llegada de
los primeros contingentes de pobladores procedentes como hemos dicho del Norte
de África, pero estudios recientes apuntas al arribo a la isla en épocas más
tempranas.
Su presencia está constatada en algunos sitios
emblemáticos como el poblado de cuevas del Morro de Las Nieves, incluso con
presencia de grabados rupestres, canales y cazoletas y La Erita , en las cumbres del
actual municipio (complejo conjunto de grabados rupestres, con más de 300
motivos).
Uno
de los asentamientos humanos de los awaras precoloniales más importante es la
denominada "Cueva del Tendal" la cual debió estar habitada durante
muchas generaciones a juzgar por el abundante material arqueológico conservado
en su entorno, lo que ha motivado
numerosas excavaciones por el Departamento de Historia de la Universidad de La Laguna.
No quisiera terminar este
capitulo sin expresar mi gratitud a mi buen amigo Álvaro Morera Felipe por la
valiosa información que me proporcionado para la elaboración de este trajo.
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