Capitulo
XXVI-V
Eduardo Pedro García Rodríguez
Titoreygatra
(Lanzarote)
Grabados rupestres, cazoletas y canalillos
Las primeras referencias a manifestaciones rupestres de los
primitivos majos de Lanzarote se remontan al S. XIX, cuando R. Verneau
menciona unos grabados en Haría, que considera obra del paso del arado y, por
tanto, de fechas recientes. A esta primera cita hay que sumarle la de E. Serra
(1942), con motivo del hallazgo de las estelas de Zonzamas por parte de E.
Rijo, a la que le sigue la visita de S. Jiménez Sánchez. Posteriormente a ella
se produce el hallazgo por parte de A. Acosta y de los hermanos Crespo,
publicado por M. Pellicer (1968-69).
A partir de esta fecha, el estudio de los grabados rupestres ha evolucionado desde su utilización como instrumento que contribuyera a desvelar el enigma del poblamiento de las islas, hasta líneas de investigación más recientes, que persiguen la ardua tarea de interpretar su significado en el contexto de la propia sociedad aborigen, desde el momento en que la mayoría de los motivos son paralelizables y se hallan presentes en amplias zonas del Norte de África (Marruecos, Argelia, así como en el Sahara).
En unas declaraciones recogidas
recientemente por la periodista Ana Santana y publicadas en La Opinión ,es, el astrónomo
Juan Antonio Belmonte hace publico un realizado junto con el astrónomo César
González y la responsable del servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Lanzarote, María
Antonia Perera, estudio que han presentado en el séptimo “Congreso de
Patrimonio histórico, Inscripciones Rupestres y Poblamiento del Archipiélago
Canario”.
En dicha ponencia los
investigadores afirman que las inscripciones líbico-bereberes de Canarias
revelan una gran similitud con las del antiguo reino de Numidia (actual Argelia
y Túnez). También han encontrado
semejanzas sorprendentemente, con las inscripciones halladas en yacimientos del
antedesierto de Libia y en los oasis del desierto occidental de Egipto.
Belmonte explica que han
estudiado 25 grupos de inscripciones líbicas y bereberes en el norte de África,
en países como Marruecos, Argelia, Libia, Túnez y Egipto, y en Canarias. Según
estos investigadores: “La novedad de este trabajo es que recientemente se han
añadido al análisis inicial el estudio de las inscripciones halladas en los
oasis de Bahariya y de Selima, en Egipto, en el Antiatlas y el Alto Atlas
marroquí, así como las descubiertas recientemente en la isla canaria de La Gomera ”. Además se incluyen
las inscripciones de Fuerteventura, Lanzarote, Gran Canaria y El Hierro; en
esta última isla se halla la única muestra de alfabeto líbico bereber que se ha
conseguido fechar con precisión, en el Chajasco de Guarazoca (siglo IX d.C.).
El estudio se inició con el
análisis estadístico de todos los signos posibles en cada uno de los grupos
analizados, y a ello se sumó la comparación de cada grupo con los signos
individuales de los demás, algo similar a lo que se realiza en los trabajos
genéticos.
Por el contrario, Belmonte
reitera que del estudio se infiere que las inscripciones surgirían en el
antiguo reino de Numidia, de donde se expandirían “casi son seguridad” por mar
hacia el archipiélago canario, al antedesierto y finalmente por diversas vías
al interior del Sahara.
Lanzarote es también el lugar donde se descubrieron por
vez primera en las islas unas inscripciones de difícil lectura, que Muñoz
(1994) ha leído como si de caracteres púnicos
se tratara, en una alusión clara a una divinidad femenina tpp.24-42). Pero no es ésta la única inscripción
que dentro en la zona podría ponerse en relación con el mundo feno-púnico. W.
Pichler (1992: 373, 377 y 439)
recoge en su Corpus varias inscripciones de la isla de Fuerteventura en las que
Muñoz reconoce y traduce, por primera vez en Canarias, distintas inscripciones
bilingües: en púnico y líbico, siempre con alusiones a la divinidad y preferentemente a Amón (Muñoz. 1994: 34, 35 y 37).
(Rodrigo Balbín Behrmann, 1995:19)
Las
manifestaciones rupestres de Lanzarote la componen las estaciones de grabados,
así como las de cazoletas y canalillos. De las primeras destacan sobre todo los
motivos geométricos, predominando las líneas rectilíneas, unas veces figurando
paralelas, haces, o reticuladas. Los temas circuliformes son poco
representativos, sobresaliendo el motivo reproducido en la estela de piedra de
Zonzamas en la que figuran cinco semicírculos concéntricos y en un yacimiento
conocido como la Peña
de María Herrera, en Haría, en la que aparecen también estos motivos
circuliformes. De gran interés son también las representaciones de motivos
figurativos como los podomorfos, mereciendo destacar la denominada “Piedra del
Majo”, con 14 de estas representaciones, íntimamente vinculadas a la célebre
“Quesera de Zonzamas”, cuya forma singular ha merecido la consideración de
recinto religioso.
Las primeras referencias a
manifestaciones rupestres de los primitivos majos de Lanzarote se remontan al
S. XIX, cuando R. Verneau menciona unos grabados en Haría, que considera obra
del paso del arado y, por tanto, de fechas recientes. A esta primera cita hay
que sumarle la de E. Serra (1942), con motivo del hallazgo de las estelas de
Zonzamas por parte de E. Rijo, a la que le sigue la visita de S. Jiménez
Sánchez. Posteriormente a ella se produce el hallazgo por parte de A. Acosta y
de los hermanos Crespo, publicado por M. Pellicer (1968-69).
No obstante, la propia
ubicación de los grabados rupestres, su contexto arqueológico inmediato y
mediato, los paralelismos entre las estaciones canarias y las
norteafricanas, han llevado a la mayoría de los investigadores a no dudar de
su relación con el mundo de las creencias y prácticas mágico-religiosas.
Como bien apunta J. F. Navarro, “el hecho espiritual está muy lejos de
ser monolítico. Los conceptos reflejados en los grabados rupestres son
cambiantes con el paso del tiempo, pero lo son también de un individuo a otro”.
Guenia (Guatiza)
Se trata de una amplia zona
caracterizada por la existencia de peñas y paredes de barrancos con grabados.
En los afloramientos rocosos destacamos el lomo de Juana Gutiérrez con cuatro
paneles con grabados de tipo geométrico. De carácter similar, además de una
figura soliforme son los que se documentan en las peñas de la Montaña de Guenia.
En la base SE de la caldera de
Guenia se encuentra la Peña
de Luís Cabrera. Cuenta con cuatro paneles con grabados de tipología geométrica
y alfabética líbico-bereber con la característica de tener una línea de
escritura en sentido horizontal. En general, la estación posee 17 signos y 27
recurrencias. A su vez, y en función de la pátina que presenta, posee un
conjunto de 15 signos probables y 19 recurrencias. En el panel I se encuentra
un signo aislado.
En un afloramiento basáltico
situado en la margen izquierda del barranco de las Veguetas de Guenia, cerca de
su unión con el de Manguia, se localiza la estación formada por tres paneles
con grabados geométricos rectilíneos, reticulados y alfabéticos tipo
líbico-canario. Asimismo, existen algunos signos sueltos que corresponden a la
grafía líbico-bereber.
Cerca de este lugar, y en el
tramo del Barranco de Manguia conocido como Barranco Piletas, hay una estación
de grabados en las paredes basálticas, compuesta por cuatro paneles con
grabados geométricos y alfabetiformes, tanto de la escritura líbico-bereber
como líbíco-canaria. En esta parte del barranco sobresale la formación de
desniveles con fondos arenosos en su curso, apropiados para el aprovechamiento
del acuífero a través de los eres, así como la formación de pilas naturales, en
las que el agua de lluvia es retenida un mayor tiempo, dando origen al topónimo
de “Piletas”. Esta estación se caracteriza por albergar signos de los dos tipos
de escritura que a su vez presentan características invertidas como, por
ejemplo, los de la escritura ubico-canaria en posición vertical. (José Cabrera
et al.)
Litófonos
Están presentes por el momento en dos
puntos de la isla Aunque parecen tener una finalidad sonora (tal vez como medio de
comunicación o relacionados con las técnicas de musicoterapia), hay que tener en cuenta que en la Peña de Luís Cabrera, el
litófono está a pocos metros de las
inscripciones líbicas. Se localizan en:
Caldera
Trasera (Soo)-Peña de Luís Cabrera (Guenia)
Cazoletas y/o canalillos
El otro elemento, es el mundo de las
cazoletas y canalillos, que si bien pudiera tener una función muy específica relacionada con el uso o aprovechamiento
de algún elemento líquido (agua, leche), no dejan de ser “formas” talladas en la roca, como las queseras.
Cabe destacar algunas cazoletas y
canales, en la zona de los Ajaches así como en El Jable. En ocasiones estas
manifestaciones
están asociadas claramente a los grabados; en Peña Humar se encuentran las cazoletas y
canalillos junto a un grabado cruciforme y en Las Cruces una pila labrada en la roca
está muy próxima a geométricos incisos. Los yacimientos más importantes con
este tipo de manifestaciones son: Los Ajaches (Rubicón)-Peña Humar (El Jable)-Fiquinineo (El Jable)-Las
Cruces (El Jable).
Betilos
Piedra Sagrada. Palabra
proveniente del término hebreo Beth-El: Morada de Dios ó recuerdo de los
Dioses. Se utiliza este nombre para señalar cualquier tipo de piedra erguida
que evoca la presencia de la divinidad y el emplazamiento de un lugar sagrado.
En la mitología fenicia
relatada por Sanchuniathon, uno de los hijos de Urano fue llamado Bethel. El
culto a él se dio en la mayoría de las colonias fenicias incluyendo Cartago aún
después de la adopción del Cristianismo, lo cual fue denunciado por el
imazighen San Augustín de Hipona.
En algunas culturas semíticas
también se utiliza para designar a los vestigios de meteoritos que golpeaban la
tierra “piedras de rayo”. Por extensión
el término se aplica a cualquier piedra que se considere sagrada por una
cultura.
Así que en las diversas culturas de
la Antigüedad ,
las piedras sagradas son la representación de la divinidad vinculada a cultos
astrales de significado agrícola. La fuerza fecunda de la tierra y de las hembras se
personificaba en la Diosa
Madre.
Pequeñas
placas o estelas de piedra de tendencia rectangular, sobre las que se reconocen
figuraciones de Tanit en Lanzarote, de las que nos ocuparemos más ampliamente
en el capitulo correspondiente. (Atoche et al. 1997).
Los Betilos, Menhires, Estelas y Mojones están presentes en la cultura canaria
bien construidos por el hombre o bien aprovechando roques naturales de
características singulares e
invistiéndolo de carácter sagrado, como el Roque Tarucho en Masca.
Para la Isla Chinech
(Tenerife) Bethencourt Alfonso documenta tres de ellos en Ayesa, Arafo, así
como otros en Itote, también en Arafo, y otros naturales en el Valle de Marcos
en Abikure (San Andrés) llamado Peníscolo. En cuanto a los Majanos los cita en:
Montaña de Corchao, cumbre de Fasnia, en la montaña de Inguafo, en la cumbre
de Güímar, Teguigo,
tambien en Güímar, al pie de Yaguafo.
(J. Bethencourt Alfonso, 1991:476)
Roque
Bentayga
El Roque Bentayga es un monolito
de piedra basáltica situado a una cota de 1.404 metros de
altura. En sus inmediaciones podemos encontrar un lugar de culto canarii:
Almogarén. Este espacio es interpretado como un lugar para la observación de
las estrellas y el Luna.
Fortaleza de Chipude
Esta Fortaleza natural situada en la Isla Gomera , debe
corresponder con la denominación Argodey, según recoge Abreu Galindo: “...venido
a noticia del rey Amaluige la entrada en su tierra y muerte de su hermano,
apellidó la isla y fue en busca de los extranjeros matadores de su hermano, a
los cuales acometió y dio batalla, y hizo retraer a una fuerza que dice
Argodey, toda cercada de peña muy fuerte, la cual no tiene más de una entrada” (Abreu
Galindo, 1977).
Garajonay
También en la Isla Gomera , enclavado
en el centro de la isla. El alto Garajonay, quizá precisamente por ser el punto
más alto de la isla gomera es territorio sagrado para los gomeros, donde
existen gran cantidad de aras rituales.
Bentayca
En el Hierro tienen la función de Betilos
representantes de dos divinidades supremas, una masculina, Eraoranzan que se
ocupaba de las cosas de
los varones y otra
femenina, Moneiba a quién
acudían las mujeres, dos peñascos en
el lugar de Bentayca
Conocidos como
Santillos de los Antiguos.
[…] Y a este Aranfaybo, que era el demonio, tenían
ellos en lugar de santo, y era amigo de Eraorazan. Y, como salía, lo tomaba y
lo llevaba debajo del tamarco a donde estaban los demás esperando con sus
ganados, alrededor de aquellos peñascos; y andaban todos dando gritos y voces
en procesión , a la redonda de aquellos dos riscos, y llevando el cochino
debajo del tamarco. (Abreu Galindo, 1977: I,18 )
Idafe
En la
Caldera de Taburiente el Roque Idafe betilo natural era considerado
como sagrado y algún autor ve en ello el sentido de Axis Mundi, el que sostiene
el mundo y es centro de él, los awuaras
(palmeros) creían en
una Diosa suprema
llamada Abora (La Diosa Luz ), que podría
identificarse con la Sol.
Además las
crónicas recogen que en
cada bando existía un
amontonamiento de piedras donde iban
a adorar, lo cual está confirmado
por la moderna arqueología la cual tiene documentado un
gran número de
estas construcciones con estructura diferente, pero las mayoría están
formadas por un círculo de piedras clavadas verticalmente en el suelo, rellenando
el interior con
cascajos.
Roque de
los Muchachos
El
prestigioso investigador awuara Miguel Martín ha estudiado un marcador
solar localizado en Cabeceras de Izcagua parte de un grabado rupestre,
denominado por los investigadores piedra del verano, que registra la aparición
del Sol del estío.
El
prestigioso investigador awuara Miguel Martín ha estudiado un marcador
solar localizado en Cabeceras de Izcagua parte de un grabado rupestre,
denominado por los investigadores piedra del verano, que registra la aparición
de la Sol del
estío.
Barcos
El tema de
los grabados rupestres con representaciones de barcos, salvando la relativa polémica que ha acompañado
al grabado de Gran Canaria antes comentado, ha
estado completamente ausente de la bibliografía arqueológica en Canarias. Tras
una esporádica referencia a dos yacimientos de Lanzarote con grabados con barcos
(de Leonel al, 1982: 85), incluyendo la estación del Barranco del Quíquere, de la cual M.
Hernández Pérez (1975: 326) sólo había publicado una foto con cruciformes,
el primer y único trabajo que ha transitado este campo con cierto detalle es
debido a Jiménez y Tejera (1985), presentado en el Congreso de Historia
Canario-Americana de 1982, quienes publicarán las primeras
representaciones de este tipo, presentes en varias estaciones
de El Hierro y Tenerife.
Ese mismo
año, J. de León et al. (1985: 23 y 1987: 184) comentaban su
presencia en diversas estaciones de Lanzarote y Fuerteventura, presentándose la
distribución para esta última isla, y un ejemplo de los mismos, por I.
Hernández Paz y Ma.A. Perera (1988: 18-19).
En algunas
estaciones, como Valle del Pozo y La
Maleza de los Medianos de Lanzarote,
si inicialmente se indica la presencia de grabados de barcos a partir de
indicios (de León y Perera, 1995: 491-492
El paralelismo entre los
grabados rupestres de las islas y los del continente es un hecho aceptado por
los científicos desde el siglo XIX, y que modernamente ha sido corroborado por
un equipo mutidiciplinar de científicos del AIC dirigidos por Juan Antonio
Belmonte, que formó parte de la expedición junto al astrónomo César Esteban y
las arqueólogas María Antonia Perera y Rita Marrero.
Según afirman en una
entrevista publicada en un diario local: los investigadores se vieron
sorprendidos por el hallazgo de decenas de inscripciones similares a las de
Fuerteventura y Lanzarote. También se han encontrado grabados de podomorfos y
estaciones de cazoletas, cavidades horadadas en la roca que podrían
estar relacionadas con rituales de fertilidad.
Juan Antonio Belmonte precisa
que en el oasis estudiado por el equipo de investigadores canarios hay miles de
túmulos funerarios, algunos simples y otros más elaborados, con estelas
curiosas con la forma de la palma de una mano con los dedos extendidos y otras
en forma de creciente lunar, símbolos sagrados típicos del Mediterráneo. A
juicio del investigador, sería interesante ampliar los estudios de las
inscripciones halladas en la zona y, sobre todo, en los lugares más cercanos a
la costa de Libia, en los que habitaban tribus conocidas como los Maxies o
Makies, pues Belmonte recuerda que los antiguos habitantes de Fuerteventura y
Lanzarote recibían la denominación de Maxos. Los yacimientos arqueológicos
estudiados corresponden al antiguo pueblo de los garamantes, en el desierto de
Libia,
Los garamantes fueron un
pueblo de origen imazighen (bereber) que habitó en un oasis, rodeado por 400 kilómetros de
desierto, conocido por los musulmanes como el río de los muertos en la
región de Fezzan, actualmente en Libia, con una extensión de más de un centenar
de kilómetros de este a oeste, comprimido entre el mar de dunas de Ubari y la
meseta del Messak. (canariasahora.com)
Arqueo astronomía
…La
quenta de el año no era otra cosa que por las lunas
Y al referirse a los naturales de Lanzarote y Fuerteventura,
escribe:
Los días maiores de el año, quando hacian grandes fiestas (...) i
veianlos a la madrugada el día de el maior apartamento de el Sol en el signo de
Cáncer, que a nosotros corresponde el día de San Juan Bautista. (P.
Gómez Escudero, 1474)
Hacian
entre año (el cual contaban ellos por las lunaciones) muchas juntas generales;
y el rey que a la sazón era y reinaba, les hacia el plato y el gasto de las
reses, gofio, leche y manteca, que era todo lo que darse podían; ...
Cuando hacían su agosto y recogían los panes, hacían juntas y fiestas en cada reino, como en agradecimiento del bien recibido, y eran estas fiestas tan privilegiadas, que aunque hubiese guerra se podía pasar de un reino a otro seguramente a ellas. (Fray Alonso de Espinosa, [1594] 1980)
…Pero guardauan por costumbre antigua
Por dias festiuales de cada año
Delmes de Abril, los nueue postrimeros,
Porque les diesse Dios cosecha prospera,
De frutos, y ganados, y aunque vuiesse
Guerras entre ellos, auia entoces treguas,
Con paz tranquila, en tanto que durauan
las fiestas, regozijos, y placeres. (Viana, canto 3º, [1604] Ed. Facsimil 1996)
… Adoraban a un Dios, levantando las manos al cielo. Hacíanle
sacrificios en las montañas, derramando leche de cabras con vasos que llamaban
gánigos, hechos de barro ... Tenían gran cuenta con los días, por las Lunas, a
quien tenían en gran veneración, y con el Sol ...[1]
(Abreu Galindo, [1632] 1977)
… Contaban su año llamado Acano por las lunaciones de veinte y
nueve soles desde el día que aparecía nueva, empezaban por el estío cuando el
Sol entra en Cáncer, veinte y uno de Junio en adelante la primera
conjunción, y por nueve días continuos hacían grandes bailes y convites, y
casamientos, habiendo cogido sus sementeras… Parece que adoraban al fuego, al
Sol y a la Luna
y algunas estrellas.... (Tomas Marín de Cubas [1694 ] 1993)
Con la denominada revolución
agrícola el hombre tiene que inventarse el concepto tiempo. Tiene que pensar en
el futuro, labrar y sembrar hoy para recoger mañana. Estos cambios implicaron
una revolución en el pensamiento. El hombre toma conciencia de los ritmos
superiores que rigen el cosmos.
El hombre primitivo observó que la
estrella Spica, la principal de la constelación que hoy llamamos de Virgo,
desaparece en el horizonte del cielo nocturno el quince de agosto, lo que
coincide con el agostamiento de la vegetación. Era el tiempo de recoger el
trigo ya seco y maduro. Spica vuelve a aparecer en el cielo nocturno el ocho de
septiembre, coincidiendo con el momento de la sementera. La mente primitiva
asoció el ciclo agrícola, del que dependía la fecundidad de las cosechas, con
el de la misteriosa estrella Spica, que, de algún modo mágico, regía la
alternancia estacional que hace crecer el cereal. Por eso precisamente la
llamaron Spica, espiga.(personal.telefonica.terra.es/.../diosamadre/diosamadre.html)
Otra definición sería la de “estudio
interdisciplinario a nivel global de la astronomía prehistórica, antigua y
tradicional, en el marco de su contexto cultural” (Edwin C.Krupp).
Este estudio
varía mucho según si las culturas
antiguas son históricas, con
vestigios escritos, o prehistóricas,
sin testimonio escrito. En el primer caso, su conocimiento astronómico se
obtiene principalmente leyendo sus textos e interpretando la información. En el
segundo, se estudian los restos materiales.
Existen diferentes tipos de estudios arqueoastronómicos. Los
diagramas de orientación de templos, por ejemplo, representan su ubicación
respecto al horizonte y permiten ver si hay un punto hacia el que los templos
se orientan preferentemente o si su distribución es aleatoria. Es difícil
relacionar los datos de orientación con la astronomía. Si los mismos patrones
de orientación están repartidos por un área geográfica muy extensa, como el
cielo puede ser lo único común, probablemente se pueda inferir una explicación
astronómica.
Los parámetros astronómicos más utilizados
por civilizaciones antiguas para la ubicación de yacimientos son los solsticios
de verano e invierno y el equinoccio. El solsticio de verano y el de invierno son los dos puntos que
señalan los lugares extremos de salida o puesta del Sol a lo largo del año. El
Sol ya no sale más al sur ni más al norte.
El equinoccio puede ser definido de
diversas maneras. Nuestro concepto de equinoccio proviene de la astronomía
esférica, probablemente de los griegos, (s. III ó IV a.C) y de su intento de
matematizar la posición de los astros en el cielo. La eclíptica es el círculo
de la trayectoria del Sol a lo largo del año. El equinoccio tiene lugar cuando
el Sol está sobre el Ecuador celeste, que es la proyección del Ecuador de la Tierra sobre el cielo.
(César Esteban, 2000)
El mundo mágico y religioso guanche
estaba íntimamente relacionado con los fenómenos naturales y con el ciclo
vegetativo. Los cultos astrales constituyeron una constante en todas las islas, pues según las crónicas más
antiguas, la Sol
y el Luna fueron venerados por los antiguos canarios, quienes seguían los
movimientos de los astros del firmamento puesto que su economía agraria y
pastoril dependía de los ciclos del cielo a demás de su relación cultual hacia
aquello que les permitía vivir, se puede afirmar que la sociedad canaria
precolonial estaba aventajada, en cuanto a la observación astronómica, con
respecto a otras europeas de similar desarrollo.
Los estudios
arqueo astronómicos sobre la cultura guanche precolonial de las Islas Canarias
comenzaron en la década de los noventa del pasado siglo, a
raíz del movimiento social en defensa de la ancestral cultura canaria
dinamizado por una serie de asociaciones culturales de las que cabe destacar La Confederación Atlántida ,
Asociación Chimenchia-Tinguaro, Asociación Sociocultural Kebehi Benchomo, y
Tamusni Centro de Estudios Imazighen entre otras.
Por aquellos
años la sociedad canaria se vio envuelta en una encedida polémica en torno a
las denominadas Pirámides canarias, localizadas en Güímar, y Los Realejo en
Tenerife, Las Isletas en Gran Canaria y El Paso en la Palma , la polémica en
cuestión obligó al sector al sector científico hasta la fecha inmovilista de la Universidad de La Laguna a dejar sus cómodas
posiciones de investigadores de despachos y realizar algunos trabajo de campo
para justificar su situación de “investigadores”, pero no sin una resistencia
desmesurada por parte de aquellos que se creían únicos depositarios e
interpretes de la ancestral cultura guanche, llegando incluso a hacer público
un agresivo comunicado a toda pagina en un periódico local en el cual
arremetían de manera inmisericorde contra las entidades privadas y personas que
habían abanderado la defensa de la ancestral cultura guanche.
Posteriormente,
se desato otra controversia entre la sociedad canaria y determinados individuos
del sector conservador e inmovilista
científico de la
Universidad de La
Laguna en torno a la Piedra Zanata , llegando a rebasar el ámbito
científico para derivar en el político auspiciado por los partidos sucursalitas
en canarias, este enfrentamiento entre la sociedad y ciertos sectores
académicos tomo tal virulencia que acabó cobrándose un victima inocente, el
Ilustre Catedráticos de Estudios Árabes e Islámicos y Doctor en Filología
Semítica D. Rafael Muñoz Jiménez, quien se vio envuelto en la polémica a raíz
de la publicación de su libro La Piedra Zanata y el
Mundo Mágico de los Guanches, en el que expone un profundo y documentado
análisis de los signos contenidos en la piedra, sin que hasta el momento hayan
podido desmentir científicamente los argumentos esgrimidos por este
investigador. Los despiadados ataques dirigidos contra su persona por sus
propios compañeros de universidad fueron de tal agresividad que agravaron
irremediablemente el estado de salud de D. Rafael causándole la muerte.
Como
consecuencia de dicho movimiento social, el estamento científico comenzó a
interesarse por el tema, así varios investigadores honestos concienciados con
la realidad cultural guanche se dedicaron al análisis de las fuentes históricas
escritas posteriores a la invasión y conquista castellana de la Nación Canaria como
Jiménez González (1994), Belmonte et al. (1994) y Barrios García (1997),
(González Antón R. et al., 1995 y 2007), (Emiliano Bethencourt et al. 1996).
Estas
referencias coinciden en la existencia de una Divinidad suprema celeste, con
fuerte carácter solar, y un calendario lunisolar, aunque hay contradicciones
notorias en las fuentes históricas sobre el momento preciso del comienzo del
año, la mayoría de los cronistas apuntan al 21 de junio como comienzo del año
guanche.
Los trabajos
arqueoastronómicos de campo realizados por el grupo del Instituto de
Astrofísica de Canarias (IAC), en más de un centenar de yacimientos y en
colaboración con arqueólogos canarios, confirman de forma estadística, y en
algunos casos espectacular, la importancia que los elementos astrales y
principalmente solares tiene en la religión guanche, aspectos que fueron
expuestos en una conferencia dada en el Ateneo de La Laguna por miembros del
IAC.
Los trabajos
de investigación han dado como resultados más interesantes el descubrimiento de
marcadores del equinoccio en varios yacimientos arqueológicos (santuarios y
necrópolis) en diferentes islas de la nación. Estos marcadores se basan en que
los ortos u ocasos solares en el equinoccio se producen sobre accidentes
Ttopográficos destacados del horizonte local o que la sombra o la luz solar en
dicho momento produce fenómenos singulares sobre elementos colocados en el propio yacimiento.
Para la isla
Titeroygatra (Lanzarote) en Zonzamas y para Erbania
(Fuerteventura) en Tablero de los Majos, se han encontrado marcadores
equinocciales de primer orden, lo que nos indica que el equinoccio fue un
elemento muy importante en los rituales
guanches.
[1] Una cita,
extraída de las anotaciones de Andrés Bernáldez, nos informa sobre este culto a
“ídolos”: “En Gran Canaria, dice este historiador, había un edificio destinado
a la religión; allí se veneraba aun ídolo de madera, de una longitud de media
lanza, representando una mujer desnuda y puesta de manera que mostraba todas sus
formas. Delante de esta Mujer se encontraba otra escultura en forma de cabra
dispuesta al apareamiento, que tenía detrás un macho dispuesto a cubrirla para
fecundarla. Era, delante de este grupo, donde se hacían las libaciones de leche
y las ofrendas de manteca a modo de presentes y prímicias”. Parece ser que
otros autores españoles tuvieron conocimiento de este homenaje rendido al poder
reproductor por los antiguos habitantes de Canarias, ya que el bachiller
Francisco Tamara, en su Costumbres de todas las gentes menciona templos
(adoratorios) regados cada día con leche de cabra, y Lucius Marinus confirma el
mismo hecho. El padre Abreu Galindo, hablando de las cabras sagradas que se
destinaban al servicio de pequeñas capillas que llama almogaren, dice que se
dejaba a estos animales durante todo el año con los machos a fin de que no
faltara leche.
Estas representaciones de machos dispuestos a cubrir a
las cabras consagradas a un servicio, recuerdan la idolatría de los antiguos
cananeos que cita el Antiguo Testamento en tiempos de Jeroboam (Paralipómenes
lib. II, cap. XVIII, v. 7). Estas cabras estaban cuidadas en los templos
destinados al mismo oficio prohibido por el Levítico. Esta clase de escenas o
sacrificios, en presencia de una estatua de mujer que parecía provocar tales
actos, podían bien ser alusivos entre los antiguos canarios al culto del poder
generador, y no es el único rastro de parecido que se encuentra en la historia
de estas islas con lo que cuentan las tradiciones bíblicas. La larga residencia
de los hebreros en el Norte de Africa, después de la emigración cananea, puede
hacer suponer, como indicamos antes, una fusión de raza con tribus bereberes de
origen libio, de las que muchas fueron a establecerse en las Afortunadas y
transportaron las supersticiones de los cananeos fugitivos. Sabin Berthelot,
1980:138)