Aunque de vez en cuando la
nostalgia me asalte por sorpresa y a uno se le enternezca el alma al recordar
personas, situaciones o cosas de la niñez o de la primera juventud, en general
no puede decirse de mí que sea un “nostálgico del pasado o que crea que
cualquier pasado fue mejor”, o cosas por el estilo. Eso no implica que se
lamente la pérdida de costumbres, comportamientos y actitudes, de cuando no
éramos tan civilizados, cultos y modernos, sino más “provincianos, magos, no
tan sabidos, leídos y escribidos y algo más atrasados y anticuados”.
Recuerdo por ejemplo, las pequeñas transacciones comerciales entre vecinos y conocidos, la mayor parte de las veces consistentes en trueques por otros productos, semillas, manufacturas o servicios (Pastos, garañones, etc.) a cambio de cosas similares, e incluso “días de trabajo” para faenas o tareas específicas si se destacaba en algún oficio. Y ahí no intervenían notarios ni abogados, ni había que redactar “papel” alguno. La “Palabra dada”, era lo único que poseían aquellas personas humildes, que nadie les podía quitar o matar, y por lo tanto era “sagrada y valía más que cualquier papel, incluso el monetario”, incluso a través de las generaciones pues “si mi padre, abuelo, etc., lo dijo así es; No así será, sino así “Es”, o lo otro de en tal fecha manda los chiquillos a buscarlo/s (Lo que fuera) o que vayan y lo cojan ellos mismos (Había total confianza en que irían a la huerta o cueva o almacén y solo cogerían lo justo)”
Ese espíritu de compromiso auto asumido que no necesitaba de papeles o testigos a la hora de llegar a un acuerdo y de cumplirlo, por encima de cualquier otra consideración si era humana y razonablemente posible, puede parecer un anacronismo del pasado, una anécdota curiosa y entrañable en nuestro moderno mundo; Nuestro moderno mundo que necesita, además de la palabra dada que debería bastar, de Notarios que den Fe Pública de ella, abogados y procuradores que pleiteen en los tribunales de justicia, pues, en numerosas ocasiones ni
En la antigua sociedad Guanche, “los nada”, los achicaxnas y achicasnay, podían cambiar su condición “siendo valientes y adquiriendo honores” ante la comunidad mediante su comportamiento y actos de valor y sacrificio por la comunidad, siendo elevados a la categoría de “nobles”. En nuestra actual sociedad “moderna”, es imposible que un “nada” pueda cambiar de categoría social, salvo si le toca la lotería o algo similar, de otra manera es imposible. Venimos a este mundo sin nada y llorando, y de él nos vamos desnudos y después de toda una vida de trabajo y pocas comodidades y alegrías, por ser positivo y decirlo sin asperezas. Dejamos atrás hijos y alguna pequeña herencia y ni siquiera eso es seguro que se pueda presuponer, pues lo único que se puede presuponer a ciencia cierta de la vida de los “nada”, es que nacen “amarrados al yugo y mueren sujetos a él”; Y sus descendientes, salvo excepciones contadas, habiendo nacido con la misma suerte de marca maldita, ni siquiera siendo valientes y adquiriendo honores en defensa de los suyos, puede sustraerse al mismo cruel destino de los que le precedieron.
No, no estoy siendo pesimista al retratar la situación de nuestro Pueblo y nuestra Tierra, sino bastante realista, porque estas palabras anteriores se pueden aplicar a nuestro conformista y ultrajado Pueblo. Y todos/ as los/ as que somos conscientes de ello, hemos tratado, de una forma u otra, con más buena voluntad que acierto por desgracia, tratar de revertir esta dolorosa situación. Y a pesar de los reveses, en ello seguimos.
“(Ichasagua) Dime Atbitocarpe, ¿Las verdaderas intenciones son las de defender nuestra tierra, tu comarca y sus gentes o la de asegurar tus privilegios como noble? (Novela Taucho, La memoria de los antiguos)”
¿Para qué estamos (De una forma u otra) en la lucha política? ¿Para defender los intereses de nuestra Tierra y sus gentes o para querer favorecer a los “nuestros” y que se hagan las cosas como decimos cada uno o cada grupo? Todos los/ las que enarbolamos nuestra Bandera Nacional y queremos pasar de “nadas” y Liberar Nuestra Patria de “gauripas”, estamos alzados contra el actual estado de cosas. Por tanto, pregunto, ¿Qué intenciones tienes tú? Pese a lo “quemado/a que estas, lo negativo que pueda parecer tu “derrotismo” al hablar de futuro, porque estás decepcionado/ a por las derrotas y las ocasiones perdidas, si continúas en la brecha es porque a pesar de todo, te revelas y tienes esperanza de vencer en el próximo combate, porque esperas ganar un día u otro. Porque te guste o no, tienes el mismo espíritu que aquellos/ as chasneros que, a pesar de la caballería y la artillería de todas las españas juntas y lo que podían comprar en Europa, quisieron seguir con su forma, modo, vida y Cultura ancestrales, como hombres y mujeres libres (Hijos/ as de
Esa fue
Siendo así, estarás de acuerdo conmigo, en que es urgente la creación de la “Vanguardia Popular Canaria”, el brazo político que organice y dirija (Dirigir no es mandar) a nuestro Pueblo a conquistar y forjar una Sociedad de Hombres y Mujeres Libres en una Patria Libre. Por lo tanto, libremente debes asumir el compromiso de trabajar por y para ese proyecto, y libremente “elevar el gánigo con leche recién ordeñada y sellar el pacto con nosotros, tu Pueblo, de la misma forma que nosotros lo sellamos contigo, y como lo sellaron nuestros ancestros.”
Que nadie espere la aparición de Ichasagua, de Secundino o de Antonio para dar el paso adelante y sellar el “pacto por
Un buen comienzo, creo que no sería desacertado organizar una jornada común en toda Kanarat, donde en cada isla se elija un lugar emblemático y tradicional (Si se puede, no es imprescindible) y entre todos los Grupos, Colectivos y Partidos, se organice una “(Juramentación) Jornada de
Desde la vieja Fortaleza, Rukaden Ait Anaga.
Septiembre de 2014.
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