Chaurero n Eguerew
Durante los meses de agosto y
septiembre hemos sido testigos del ingente despliegue ¿informativo? de la
televisión supuestamente autonómica y supuestamente canaria en torno a esos
bochornosos espectáculos presentados como romerías en honor de las vírgenes de
Candelaria y de Teror, con especial énfasis en ese alarde de soberbia
prepotencia de las fuerzas de ocupación
denominado procesión cívico-militar donde se exhibían ante el crédulo pueblo
guanche y canarii destacamentos del
ejército español en Canarias armados hasta los dientes y provistos de cajas y
pífanos de guerra.
Es doloroso y lamentable que actos religiosos
como los que nos ocupan que deberían ser netamente espirituales, sean
utilizados por el sistema colonial para hacer presente al pueblo sometido
quienes continúan siendo los verdaderos amos de este colonizado país, desde las
primeras invasiones de 1492 hasta la fecha. Causa profunda tristeza y vergüenza
ajena el ver como se manipula descaradamente los más genuinos sentimientos que
nuestro pueblo que desde tiempos inmemoriales ha venido mostrando a Nuestra
Diosa-Madre Universal, Chaxiraxi, y sus aspectos como Abora, Moneiba, Tanit o
Tara, sutilmente sincretizada por el clero católico usurpando sus sagrados
atributos y transfiriéndolos a María como Virgen de Candelaria; Virgen del
Pino; Virgen de Las Nieves; Virgen de los Reyes etc.
Es evidente que la iglesia católica
apostólica romana en su afán por compartir el poder social y económico,
continúa siendo el sostén del colonialismo en Canarias, participando
abiertamente de estas humillantes exhibiciones militares y políticas
mezclándolas con los mensajes de paz, naturalmente en este caso, de la paz
romana...
Hacemos votos porque la iglesia católica en
Canarias asuma sus responsabilidades históricas y haciendo un ejercicio de
humildad, haga acto de contrición y pida perdón al pueblo canario por las
atrocidades cometidas y toleradas por la misma contra nuestra gentes en nombre de su Dios, deje de abanderar la ocupación y
explotación de Nuestra Nación por el Estado español y, por el bien de sus
fieles y de la sociedad en general asuma con valentía el inevitable proceso de
descolonización e independencia en que estamos inmersos, quizás con ello
podrían reparar en parte el terrible daño que históricamente ha causado a
nuestro pueblo, ganándose así el reconocimiento popular y un puesto en la nueva
sociedad canaria para continuar ejerciendo de buena fe y en armonía con otras
confesiones su magisterio en una Canarias independiente.
Dicho lo anterior, vamos tratar de
determinados aspectos relacionados con la veneración que tradicionalmente ha
venido mostrando el pueblo canario hacia la divinidad, ciertamente
profundamente influenciado por el catolicismo a raíz de la invasión del
archipiélago por los mercenarios europeos.
El Pino canariensis Árbol Santo
El antiguo pueblo canario dotado de
extraordinaria sabiduría no vivía de la naturaleza, vivía con la naturaleza.
Su religión es tan abierta que necesita
especialmente escenarios naturales donde imponen su señorío el cielo, la
tierra, el viento, la planta, el ingenio animal. El guanche se funde con la
naturaleza todo puesto en armonía, todo tendiendo a esa armonía natural tan admirada
por Pitágoras y que más modernamente haría decir a Victor Hugo: “Hombres, no
temáis, la Naturaleza
conoce el Gran Secreto y sonríe”, frase filosófica que alude al destino de la
humanidad y al gran plan.
Cabe dar una definición de naturaleza para
mejor entender ese “vivir natural” del hombre guanche.
Dice E. May. “Entendemos por naturaleza el
conjunto de todas las cosas corpóreas y de los fenómenos a ellas vinculadas,
amén de los procesos y agentes que, de hecho o presuntamente, se hallan en su
base cuya existencia y modo de ser son independientes de nuestra voluntad y de
nuestra acción” (E. May, Filosofía natural).
El hombre de la tradición canaria, es un
hombre religioso por tanto como dice M. Eliade, “la naturaleza nunca es
exclusivamente “natural”, está siempre cargada de un valor religioso” pues los
dioses han dejado sus marcas en la estructura del mundo que es “un organismo
real, vivo y sagrado” (Mircea Eliade, Lo sagrado y lo profano).
Así miró el árbol y vio en él un prodigio, y
un “milagro natural“ en que la vida es “simple”
también es “cambio”. Tuvo tiempo -antes que comenzara el colonialismo-
para escuchar historias que son las de siempre, mirar cielos y horizontes tan
velados para otras culturas, entrar en contacto con las fuerzas desencadenantes
de todo lo que existe, y entonces se sintió parte del universo, pero parte sin
la cual el universo no sería lo que es. Este sentimiento no fue de orgullo, fue
reverencia y amor. Por eso pudo hablar de renacimiento, de resurrección porque
cotidianamente veía el tiempo de la vida. Y entre los árboles el más sagrado es
el pino, muchos de los cuales eran templos naturales tan arraigados en sus
sentimientos que la religión invasora se vio obligada a sincretizar o
“santificar” aquellos que el pueblo -aunque dominado-, no le permitió a los
invasores que los convirtieran en victimas de sus hachas.
Así pudieron trasmitirnos la memoria de
algunos Pinos Sagrados, verdaderos templos de la Divinidad en su aspecto
como Achuguayu Dios protector de la Naturaleza , entre ellos el Pino de Teror, en
Tamaránt, El Pino de La
Victoria –primera ermita católica de esta localidad-, o el
Pino del Cristo en Arafo, donde los Kankus (Sacerdotes guanches) acudían cada
mañana a dar la bienvenida a la
Diosa Magek , ambos en Chinech.
Otro ejemplar de Pino Santo es el de la Virgen de El Pino al que
naturalmente dotaron de una ermita, situado en el término municipal de El Paso,
en la isla Benahuare, la que aún se cobija bajo la sombra del inmenso pino canariensis,
considerado el ejemplar más alto de Canarias y catalogado botánicamente como uno de los mejores del
archipiélago.
La fábula de la “aparición” de
la virgen
Antes de continuar estas líneas quiero dejar
bien patente que no está en mi animo el ofender o menospreciar la devoción de
mis conmatriotas veneradores de la para ellos Sagrada Imagen de la Virgen del Pino ni de
ninguna otra, al contrario, cuentan con mi más profundo respeto y
compresión aunque esta devoción se
manifieste de manera ignorantada gracias a los esfuerzos obnubiladores
realizados por el sistema dominante.
En todo caso, en estas prácticas devocionales
en lo más profundo de los sentimientos de todo canario, subyace el ancestral amor y adoración que profesamos
a Nuestra Diosa-Madre Universal.
Según las “piadosas” e ingenuas leyendas
generalmente rodeadas de estudiadas nebulosas con que el clero católico siempre
ha tratado de explicar al pueblo inculto las supuestas “apariciones” marianas,
hay algunas relativas a la de la
Virgen del Pino que aunque similares a otras muchas que
circulan en el ámbito mariano no sólo en el Archipiélago Canario, también en
América donde desarrollaron su labor catequista dominicos y franciscanos,
reproduzco algunas de ellas para un mejor entendimiento del posible lector.
“Según la tradición popular, la imagen de la Virgen María
apareció, de forma sobrenatural, en lo alto de un pino. Fernando Hernández
Zumbado, en su novena a Ntra. Sra. del Pino (1782), explica el relato:
“Nuestros padres nos han dicho que dirigidos por un resplandor maravilloso, la
encontraron en la eminencia de un pino, rodeada de tres hermosos dragos, de
cuyas ramas se formaba una especie de nicho; que una lápida muy tersa le servía
de peana y que del tronco de aquel árbol nacía una fuente perenne de aguas
medicinales”. La extraña lápida que sirvió de pedestal, con huellas podomorfas
grabadas en la piedra, sólo fue vista por los pocos que subieron al alto pino,
desapareció al caer el árbol.
El acontecimiento, según la tradición, tuvo
lugar el 8 de septiembre de 1481, siendo venerada la imagen, además de por unos
pastores, por el obispo fray Juan de Frías, prelado de la entonces diócesis
rubicense. El episodio, de acuerdo con el relato tradicional, ocurría en pleno
fragor de la conquista de Gran Canaria (1478-1483).
No deja de ser sintomático que un
acontecimiento, considerado en la época tan extraordinario, escapara a los
cronistas contemporáneos, que no tratan la aparición de la Virgen del Pino. Caso
contrario, la Virgen
de Candelaria, en Tenerife, fue protagonista de obras monográficas. Habrá que
esperar al siglo XVII para que se ofrezcan las primeras versiones literarias
sobre el hecho, que queda perfilado en relatos más o menos similares al de
Francisco López de Ulloa (1646). Entre otros autores del Seiscientos que también
tratan el tema, aunque más escuetamente, destaca el obispo Cámara y Murga,
Núñez de la Peña ,
fray José de Sosa, Marín y Cubas, etc. Todos coinciden en señalar el carácter
milagroso de la imagen y su peculiar aparición en un pino.” (Juan Sebastián
López García, 1989)
“En el siglo XVIII, el franciscano fray Diego
Henríquez escribe un manuscrito terorense en el que detalla brevemente el
milagro de Nuestra Señora de la
Virgen del Pino. En este documento, el religioso cuenta cómo
el Capitán General Pedro de Vera, tras la conquista de las Islas, anda por los
campos de Gran Canaria repartiendo tierras, aguas y cobijos a los
conquistadores y soldados. En su recorrido, guiado por algunos habitantes de la
zona, llega al término de Teror y allí le cuentan de la existencia de un gran
árbol que contenía una rara maravilla. En las ramas de aquel curioso árbol se
vislumbraba una estrella muy resplandeciente que nadie había podido alcanzar.
Cuando el Capitán General se acercó a aquella
maravilla de la Naturaleza ,
que resultaba ser un pino de gran porte, vio en medio de sus gruesas ramas una
imagen perfecta y bien tallada de una Virgen, con su hijo en brazos. Los
conquistadores no daban crédito a lo que veían sus ojos y veneraron a la imagen
que allí se erguía, en pie, sobre una piedra llana a modo de laja.
A su regreso, los conquistadores
transmitieron su descubrimiento al Obispo Juan de Frías, que partió hacia el
lugar en donde se localizaba este hallazgo milagroso. Al llegar y levantar los
ojos hacia el pino, el Obispo vio resplandecer a la Virgen
tallada en el tronco del árbol.
Dicen los manuscritos que el Obispo se arrodilló ante ella y la adoró con
devoción dando gracias al Señor.”
Se hace cuando menos difícil el creer que
1481 en plena campaña bélica donde los canarii mantenían una continua guerra de
guerrilla contra los invasores estos se atreviesen a internarse en las
inmediaciones de la selva de Doramas y,
mucho menos el escarmentado por las armas guanches obispo Juan de Frías,
verdadero capitán de la invasión y conquista, quien vestía por casulla una
armadura, por mitra un morrión, por cruz una espada y como báculo una adarga,
el cual cortó más cabezas de canarii que los mercenarios laicos.
No es
gratuito el hecho de que muchas imágenes sagradas para el cristianismo
aparecieran de forma milagrosa en las tierras invadidas y conquistadas por los
cristianos, ya que ello formaba parte de todo un sistema de pensamiento en el
que la conquista de una nación era seguida de forma inmediata por la
instauración de la religión cristiana.
La otra versión del Pino Santo de Teror
Veamos otro aspecto del Pino y Santuario Guanche Sagrado de Teror visto por una mente
científica como es la del Dr. Luis Barrios:
[…] A
continuación sometimos este corpus a un análisis comparativo con las tradiciones
descritas en (Servier, 1985). Como resultado de este proceso llegamos, entre
otras, a las siguientes conclusiones, que pasamos a exponer muy sucintamente:
-El santuario estaba compuesto por los siguientes elementos:
Un pino
canario con tres dragos gemelos plantados en su copa a unos 30 metros de
altura. Los dragos encerraban entre sus raíces una piedra con un grabado
formado por la silueta de dos pies. Completaba el santuario una fuente que
manaba al pie del Pino, considerada medicinal por los antiguos canarios y
seca poco después de la conquista.
-Las tradiciones del Pino de Teror tienen su origen en la cultura de los
antiguos canarios.
-En el
Pino de Teror tenían éstos simbolizada la tumba de un antepasado protector,
cuyo nombre —no conocemos otro— sería
precisamente Aterure.
La prueba definitiva de esta hipótesis construida sobre paralelos antropológicos actuales con el vecino continente, la constituye un testimonio oscuro de Marín que refrenda ¡en 1687! lo expuesto:
“Lo qe
piadosamente se tiene es qe en aquellas piedras, i tierra onde estaban plantados los
dragos, devía estar el cuerpo de algún Varón Sancto que en la Ysla muriesse (...)” ( Marín, 1687: 93r)
-El núcleo
de este simbolismo lo constituirían los tres dragos encerrando entre sus
raíces la piedra con el grabado podomorfo. Precisamente, un árbol encerrando
entre sus raíces una piedra simboliza en el pensamiento norteafricano
tradicional la unión de las dos almas que constituyen la personalidad, humana:
nefs y rruh, constituyendo a menudo lo esencial de un santuario.
Esto nos
lleva a considerar que los canarios creían en esta dualidad del alma. Algo
de lo que no hemos podido encontrar rastros en las fuentes escritas, pero que podemos probar de
esta manera.
-Estas tradiciones
canario-mazigias fueron sometidas a un intenso proceso transculturador con la
llegada castellana, dando lugar al actual culto a la virgen del Pino de
Teror...” (José Barrios García, 1993:111-113)
Es interesante recordar que los
guanches creemos que el ser humano esta dotado de dos espíritus, el Espíritu
Libre, el cual viaja al Seno de la Diosa Magek una vez
que el cuerpo fallece y el Espíritu Vital, el cual queda en esta realidad durante un tiempo
indeterminado cuidando de los suyos y del entorno donde desarrolló su vida
terrenal.
En cuanto a los grabados
podomorfos además de estar representados en la isla Erbania (Fuerteventura)
principalmente en la
Montaña Sagrada de Tindaya y en Chinhech en los alrededores
de la Montaña
Abimarge -en cuya cima existió un santuario guanche- también
existieron unos grabados podomorfos conocidos por lo lugareños como “pie de la
virgen” y que hoy yacen bajo una capa de asfalto, además de otro localizado en la Fuente la Bica, en La Matanza de Acentejo, al
que denominan “pié del guanche”.
Estos grabados tienen sus
paralelos en nuestro continente especialmente en la antigua Alta Nubia egipcia, en el lugar de Kolorodna que
se halla situados a unos seis kilómetros al sur del wadi Korosco.
El
yacimiento esta localizado en la orilla derecha del Nilo pasadas las
agrestes alturas que limitan aquel wadi al Sur, frente a la
cima coronada por la fortaleza turca. Unos tres o cuatro kilómetros más del
caserío de Korosco, cuando ya el Nilo ha iniciado la curva famosa que lleva el
nombre de este lugar, comienza a abrirse una meseta que se va extendiendo más
y más frente a Amada, hasta el mismo Derr y aún algo más al Sur. Estos grabados del yacimiento Nubios están
datados en el 3800 antes de la era occidental actual.
Para
concluir el tema de las “apariciones” considero de interés incluir una nota que
en relación a la Virgen
del Pino nos dejó el Coronel de su Majestad británica A. Burton Ellis, en un
libro publicado en Londres en 1885 quien no dice:
“Entre
otras imágenes extraordinarias de esta isla, una de las más extrañas es
la que existe en la iglesia de Teror, una pequeña pero pintoresca
aldea situada a unas once millas de Las Palmas. Es de madera, está cubierta de
joyas y provista de cuatro brazos. Y lo que para alguien que conozca las
deidades de La India
supondría que intenta representar al dios hindú Visnú, aquí, sin
embargo, es la Virgen ,
y la tradición asegura que hace algunos siglos se la encontró
milagrosamente clavada en un pino de un bosque cercano. No obstante, el
motivo por el que tiene cuatro brazos es un misterio que dudo que incluso un
sacerdote pueda resolver satisfactoriamente.” (A.B. Ellis, 1993: 55)
Los españolistas putativos
Quiero dejar constancia para que
no se me califique de vulgar que putativo según mi diccionario enciclopédico
Larousse significa “reputado, o tenido por pariente, no siéndolo. Que se supone
que tiene una existencia legal, aun sin ser cierta, palabreja que tiene su
origen en el latín “putativum”. Lo
que viene al caso para ese grupo de criollos canarios “más papistas que el papa” estómagos
agradecidos, lacayos con aspiraciones de amos, que pululan medrando al servicio
del poder colonial.
Esos españolistas algunos imbuidos de buena fe, otros escudados
en un adormecedor autoengaño, pero la mayoría son unos simples oportunistas que
se contentan con medrar personalmente a costa del pueblo que dicen representar,
contentándose con que sus amos de la metrópolis les permita vestirse –en un
continuo carnaval-, de ropajes regios sin tener en cuenta que “el hábito no
hace al monje”, fruto la mayoría de ellos de esa gigantesca máquina de lavar
cerebros que son la universidades de España en Canarias, en las cuales se
encargan de fabricar excelentes zombis dispuestos a servir de manera ciega, diligente
y fielmente al colonialismo mental, político, económico, espiritual y social
que el Estado imperialistaborbónicopesoistapepeistacocalista mantiene en este desangelado y ocupado país
del noroeste de África.
El imperio español en su
desespero por el rotundo fracaso de su insostenible modelo neoliberal esta en
su etapa mas peligrosa para la nación canaria.
En nombre de la “defensa de de
la libertad y de los derechos humanos” se comenten centenares de violaciones
todo lo estipulado en los fundamentos de las Naciones Unidas.
De sus mentiras invasoras se
hacen eco los grandes medios de comunicación tanto de la metrópolis como “canarios” al servicio de
las grandes multinacionales y dueñas de los mismos y se esfuerzan
mancomunadamente por convertir en verdad la más burda de las mentiras.
No es gratuito ni movido por un interés
cultural el empeño que vienen mostrando los estamentos coloniales en Canarias,
Gobierno supuestamente autónomo, Cabildos y Ayuntamientos en promocionar
especialmente entre la juventud e incluso entre el sector de la población
denominado de la tercera edad, el consumo de productos informáticos con el
pretexto de un mayor acceso a la información.
Pero lo que realmente se persigue con estas
campañas, es globalizar la información que reciben los ciudadanos,
universalizar el pensamiento y inducir en la mente de los sometidos las
opiniones subliminares vertidas por el imperialismo y, así, alejar cada vez más
de la mente de la población canaria el sentimiento de pertenencia a un pueblo diferente
y diferenciado que, en pleno siglo XXI continua colonizado por un Estado
imperialista europeo llamado España.
Los invasores de pueblos son llamados liberadores y los que luchan por
su soberanía son llamados terroristas.
Son muchos los hijos putativos
del colonialismo español en Canarias, pero hay algunos de ellos, integrados en
partidos españoles y españolistas, que son sin duda alguna unos hijos putativos
especiales.
Son los que apoyan y sustentan
la expansión europea de la época moderna
adoptando principalmente dos formas: siguiendo fielmente las consignas
de la metrópolis y facilitando la continuidad de la colonización, la explotación de los recursos humanos y
materiales del la nación canaria, a cambio de unos dragos (euros) y de inconfesables
prebendas. Pero aún están a tiempo de rectificar, de devolver al pueblo algo de
lo mucho que le han distraído moral y económicamente, aún están a tiempo de
renunciar a la herencia ideológica de los invasores, aún están a tiempo si
quieren…
Septiembre de 2009
Fuentes consultadas:
José Barrios García
Dos dibujos del Pino de Aterure
En: Strenae Emmanuela Marrero
Oblatae
Universitas Canariarum
Lacvnae. A.D. MCMXCIII
Antonio Enríquez Jiménez
En: BIENMESABE. Rev. Nº 230
Beatriz Hilda Ruiz
África.
Su pensamiento tradicional
Ed.
Clepsia. Buenos Aires 1991.
José Batllori y Lorenzo
La
aparición de la Virgen
del Pino
En: Las efemérides, 7-9-1900 (Según
A. Enríquez Jiménez, 2008)
Juan Sebastián López García
El
programa iconográfico del retablo mayor de Teror (Gran Canaria)
Revista
Virtual de la Fundación
universitaria española
Tomo
II-3. 1989.
Martín Almagro Basch y Martín Almagro Gorbea
Estudios
de arte rupestre nubio
Ministerio
de Asuntos Exteriores. Ministerio de Educación Nacional
Madrid
1968.
A.B. Ellis
Islas
de África Occidental
(Gran
Canaria y Tenerife)
Introducción:
Manuel Hernández González
Traducción:
José A. Delgado Luis
Edición
de J.A.D.L. La Orotava
1993.
No hay comentarios:
Publicar un comentario