El Banot, el Arma Característica del Noble.
Hace tiempo, mi incomprensión de algunas cosas me llevó a
experimentar, a ver que había de cierto en lo que decían los Cronistas
de la Conquista, los Viajeros Ilustres que conocieron a nuestros
antepasados, y otros, sobre la efectividad de las lanzas de nuestros
antepasados, para dilucidar si exageraban con el objeto de engrandecer
su conquista o había algo de cierto en lo que relataban y era
admiración sincera lo que se relataba, al menos en lo tocante a
efectividad de sus lanzas.
Lo primero que hice, conociendo el procedimiento de endurecer, torcer
y enderezar la madera, tal como se ha conservado en las Montañas de
Anaga, fue documentar lo que se conocía sobre las lanzas de nuestros
ancestros, sobre todo en las Crónicas, donde la parquedad es
desoladora, pues se atiende más a los efectos que causaban que a su
descripción y fabricación. Pero hay un documento bastante bueno
llamado “El Banot como Arma de Guerra entre los Aborígenes Canarios
(Un testimonio anatómico) por D. Luis Diego Cuscoy”, basado en el
hallazgo de varios ejemplares relativamente bien conservados, que
están en el Museo de la Ciencia y el Hombre [Supongo] en S/C de
Tenerife [Fotos 1, 2 y 3] y una vértebra humana con los restos de una
punta de madera incrustada en ella. En el antes mencionado trabajo de
Cuscoy se hace una recreación ficticia de cómo debió producirse la
agresión y el tipo de herida y sus consecuencias físicas, que
recomiendo a todas/ os y que es fácil de encontrar en la red [“El
Banot como Arma de Guerra entre los Aborígenes Canarios (Un testimonio
anatómico) por D. Luis Diego Cuscoy]
Es la primera prueba arqueológica de la contundente efectividad de un
Banot, el arma de los Nobles de Achinet, el arma que los distinguía
como Pertenecientes a la élite social. Un Noble podía usar cualquier
otra arma como cualquier guerrero, pero ningún otro guerrero podía
blandir un Banot, solo un Noble, como sucedía con el Magado en
Canaria, y al igual que este, era complementado con cuernos afilados y
endurecidos al fuego y puntas y lascas de obsidiana.
Luego me fabriqué uno, siguiendo los procedimientos antes dichos
usando solo madera [Fotos 4, 5, 6 y 7] Descubrí que la última parte,
el afilado de las puntas, debe hacerse con la madera totalmente seca,
y que al afilarlas, no se trata de hacerlo como con un lápiz, pues el
centro mismo de la pieza de madera, su eje central coincidiría con el
corazón esponjoso y más blando aunque sea endurecido a fuego, que la
parte leñosa que está a su alrededor. Por lo tanto, tiene sus pequeños
secretos que serán dados a conocer en otro trabajo. Solo decir que el
que fabriqué logró atravesar fácilmente dos guantes de cuero, de
soldador, que son sus buenos dos centímetros de grosor, de cuero de
vaca; No tenía a mano una cota de malla, pero en las conclusiones a
las que llegué tras esta pequeña investigación sobre las lanzas de los
Guanches, las plasmé en un documento bastante “razonablemente
razonado” que titulé “El enigma de las lanzas Guanches”, explico cómo
y por qué una lanza con punta de madera, hueso o asta [Cuerno], era
capaz de traspasar una cota de malla, una red de anillos de hierro o
pequeñas placas cosidos sobre cuero de vaca, y que pueden encontrar
al final del siguiente enlace,:
https://www.academia.edu/6767234/El_enigma_de_las_lanzas_G%C3%BCanches
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