Luisa Isabel Álvarez de Toledo, Duquesa de
MedinaSidonia
CAPITULO XXX
LA SITUACION EN LA MAR
En 1637, el General de la Mar y
Costas de "estas fronteras" por "Su Majestad Imperial" de
Marruecos, tenía la residencia oficial en Sale, ejerciendo como alcaide -
gobernador de la ciudad, arrabal y xela de Salé [19]. La Alcazaba se identifica
con la Sale actual, ribereña del Bou Regreb, que la separa de Rabat, supuesta
ciudad de Sale, a la que se atribuye por origen la Chella, fundada en el siglo
III a.J.C. Puerto de fenicios y cartagineses, acuñó moneda en el siglo I,
siendo construido en el X el ribat, que le dio nuevo nombre. Señorío de
Abeyuçuf, hijo del último adelantado del Algarbe de Berbería, antes de ser el
primer Benimerín, no parece que esta Rabat fuese la Sale de los Beni Ifren o
Ifrani, fundada en el siglo XI y probable "escala de mercadores".
Controlada por la tribu Berghuta, sería base de almorávides, en torno al 1058.
Conquistada en 1249 por el emir Abu Yahia ben Abd el Haq, los castellanos la
saquearon en 1260, aprovechando los últimos coletazos de la guerra civil, que
acabó con el imperio de los Miramamolines. La construcción de las murallas, fue
consecuencia de esta visita.
Reinaba Felipe II, cuando el
Conde de Santa Gadea mencionó la Mamora y el Cabo de Aguer, como los mejores
puertos del Xarife, por estar "fuera del estrecho"[20]306 leguas o
17º. En el primer viaje, la escala en el Cabo de Aguer, es la central. En el
segundo, se hace referencia al reino de Marruecos y a la isla de Mogodor, en la
segunda y última escala. Si partimos de la Punta de Allende, los 17º no nos
llevan mucho más allá del Cabo de Oranje. En resumen, hemos partido, poco más o
menos, de donde estuvo la última bahía de Brasil, principio de la Guinea, para
venir a dar al Cabo de Orange o la Bahía de Oyapock, frontera del reino de Marruecos,
con el de Fez.. Le contradijo Alonso de Guzmán: "las playas de Safi y Cabo
de Aguer no son seguras para armada, sí no costa y bien peligrosa"[21].
Mencionado el puerto de Mogodor junto al cabo de Ajer o Aguer, en albalá de
1463, como límite de la "conquista" que se atribuía la corona de
Castilla, "escala de mercadores" en 1475 y escenario de la guerra de
Lugo, tuvo por capital Tagaoz, con su fortaleza de Agaoz y la Casa de Agadir.
En su término estaban el puerto de Nul, a cinco leguas, con el castillo y
puerto de Yfini. Sede de la aduana de Santa Cruz del Cabo de Guée, se dice que
Manuel I introdujo en Agadir la caña dulce y la industria azucarera, repitiendo
años más tarde en Mogador, sin caer en que hablan del mismo lugar, ni en la
toma de posesión simultanea, que hizo Juan de Guzmán, de "la Ysla e
términos e cabo de Mogodor", en el reino de Marruecos, con licencia para
construir fortaleza en Gugarti[22]. La torre se hizo, pues Fernando el Católico
denunció su construcción, como atentado a su majestad, en las conversaciones
que precedieron al Tratado de Cintra, firmado en 1509. Los apoderados de Juan
de Guzmán tomaron dos veces posesión de las Islas del Cabo de Aguer. En agosto
de 1496, tocaron en los puertos de Zebedique, Turucuco, en las inmediaciones
del Cabo de Aguer y Galebarba; la segunda, en mayo de 1506, lo hicieron en
Gugarti y Aytudel, comarca del reino de Marruecos, donde estaba la Isla de
Mogodor. En ambos casos, los apoderados navegaron exactamente 9 días, entre la
primera y la última escala. La regularidad demuestra conocimiento de la ruta,
indicando el tiempo las leguas recorridas. De haber alcanzado la velocidad
medía del navío suelto, que eran 50 leguas por singladura, hubiesen andado 450
leguas o 25º, pero de ser navegación de cabotaje, no hubiesen rebasado las 34
leguas por jornada, corriendo una
Recuperada Mogodor, Magador o Mogolo por
Mahamete, Hamete el Dorado puso baluarte artillado, que alejó a los castellanos
de la costa, pero no del río, pues las pelotas no alcanzaban la canal. Sin
interés Isla y plaza para Felipe II, no lo hubiesen despertado en su sucesor,
de no ofrecerlas el alcaide de Santa Cruz, a través del francés Roberto
Bonifacio, cónsul de las naciones flamenca y alemana en Cádiz. Siguiendo la
costumbre, se vendió la idea atribuyendo a los holandeses, la intención de
hacer "fuerza" "cerca de la playa de Safi", en puerto
natural seguro y amplio, capaz de albergar número ilimitado de navíos, que
parece haber sido el Pará, desde el que podrían saquear las flotas y contrabandear
en Indias, con toda comodidad. Dando los castellanos primacía al credo, Felipe
III ubicó Mogodor y Santa Cruz en la costa de Berbería. Los europeos, prestando
mayor importancia al color de los hombres, lo situaban en Africa, como el
corsario holandés, Godofroy Boot. En extenso memorial, destinado al rey de
Inglaterra, atribuyó el descubrimiento de la "isla" a sus
compatriotas. No pudiendo apropiársela Holanda, a causa del tratado de paz con
España, incitó al monarca inglés a conquistarla, por ser posición que le
permitiría amargar la vida al rey de las Españas, que de tener sus enemigos la
rada, para conservar sus Indias, "así orientales como occidentales..,
habría de gastar tanto y más que no lo leva y pasa cada año", de manera
que en poco tiempo, "le puedan echar fuera dellas". Sustraído el
documento de la real secretaría, por el activo Conde de Gondomar, embajador de
España en Londres, lo mandó a Felipe III, que lo hizo seguir al duque de Medina
Sidonia, en 1619, acompañado de "pintura" de Magador, por desgracia
perdida[23].
Con costa a la mar, tenía la isla
unas 50 millas de largo, por otras tantas de ancho, lo que representa unas
2.500 cuadradas. "La más grande y fértil", de las fluviales del
planeta, la regaban "muchas y muy lindas riveras.. Todo lo que se siembra
brota y crece", abundando praderas y bosques. Templado y saludable el
clima, en el río se podía "hazer el más lindo puerto del mundo"[24].
De cabida ilimitada, con una sola entrada, bastarían tres torres para hacerlo inexpugnable,
a construir en otros tantos meses a poco costo. Como en otros puntos de la
costa, había piedra sobrada para sillares y cal. Los naturales, "en ningún
modo belicosos", vivían "sin policía y como bárbaros, por no haber
sido frecuentados". De ser tratados con decoro, al menos en los primeros
tiempos, se mostrarían colaboradores[25]. La idea no encandiló al rey inglés,
pero sí al Austria. Con orden de ampliar información, el Guzmán la recabó de
navegantes de Cádiz, profesionales de la Berbería. Llamaron Santa Cruz a la
Magador de Boot, situándola "30 leguas adelante, la buelta de Cavo
Blanco", de su Mogodor particular. Brava la costa y vedada acastellanos
por los moros, sólo visitaban ensenada exterior de aguas limpias, con media
legua de largo, deteniéndose a las tres brazas, por no padecer el efecto de la
artillería, puesta en el baluarte. Algo "empinada" la tierra, en la
ladera se veían paredones, de "poca consideración" y en lo alto
"caserón grande, a modo de fuerte", donde estaban las piezas[26]. No
conocían el interior, pero sabían que la tierra era "generalmente llana y
muy llena de ganados", señalando población a unas dos leguas de la mar.
Alárabes los vecinos, "aunque hay gran cantidad dellos", el trato era
escueto[27], frecuentando la isla carabelas de boneteros toledanos[28].
Olvidados los viejos topónimos musulmanes, se conserva el de Santa Cruz, en la
isla de Marajo. En el siglo XVI, por su puerto y el cercano de Azamor,
transitaban aloes y avestruces[29].
La Mogodor de los gaditanos fue
la Isla de Maracá, a legua y media de la costa continental. Con cuatro de
"contorno" y rada de un cuarto de legua, "de tierra
limpia", el interior, ligeramente accidentado, estaba cubierto de bosque,
abundando la caza. Abrigo de corsarios, boneteros y pescadores, profesionales
de las tres ramas confraternizaban, mientras daban "monte" y carena a
sus barcos, siendo raros los moros alárabes, que acudían a
"rescatar"[30]. En 1610, año de paz en Europa, Inglaterra, Francia,
Holanda y los Países Hanseáticos, formaron liga contra los piratas, antiguos
corsarios, que no supieron reciclarse en la paz. Iniciando su guerra por la
negociación, embajada llevando al frente al inglés Roger Milton pasó a La
Mamora, consiguiendo que la mitad
de los contactados aceptasen
dejar la profesión, a cambio de amnistía. De regreso pasó por Sanlúcar,
creyendo al duque de Medina intermediario adecuado, para conseguir que Felipe
III participase. Al no serlo, remitió a sus visitantes a Pedro de Toledo,
entonces capitán general. Molesto quizá por haber correspondido a Holanda la
guarda de los puertos, con autorización para entrar libremente donde hubiese
sospecha de presencia de piratas, el Austria respondió ordenando la captura de
barcos inglés, que regresaba del Safi[31] Ignorando el detalle, el "caballero"
francés Francisco Lorme, pirata residente en la Mogodor de los gaditanos, se
presentó en la corte de Felipe III en 1616, en nombre propio y con
representación de "Finquet, Guestienque y Joan Enbusgues", colegas
ingleses, con intención de negociar perdón colectivo. Acumulados 12 años de
ejercicio en la profesión, como pirata profesional, acumularon ahorro de un
millón de ducados, fruto de presas "de consideración", tomadas a las
flotas de las dos Indias y Brasil, que llevaban a vender en el otro Magador,
Safi, Sale y demás puertos de Berbería. Terminada la temporada del corso,
acudían a la pesquería de bacalao de Terranova, redondeando ingresos.
Propietarios de 15 navíos "gruesos", de 300 a 400 toneladas, que
repartían en tres escuadras, dotada una de patache con 40, darían su flota al
rey, con promesa de retiro, a cambió de indulto, que les permitiese disfrutar
de su fortuna, en el mundo civilizado. Aceptada la oferta, Lorme regresó
provisto de cartas y patentes, tomando la vía Ceuta, por haber dejado su
caballo en la plaza a la ida y tener transporte a la Mamora, escala donde no
habría de faltarle, para regresar al hogar[32].
Intuyendo los profesionales de la
adulación, que el rey deseaba la Magador de Boot, proclamaron que la
incorporación de Santa Cruz, a las posesiones de la corona, traería "mucho
beneficio" al tráfico de Indias y las Canarias[33], estando todo y en
especial La Mamora en grave el riesgo, de caer la "isla" en manos
enemigas. Enterados de la novedad Fadrique de Toledo y el duque de Medina
Sidonia, calificaron la oferta del alcaide de regalo envenenado. Estando
"más cerca y no tan a trasmano, como Santa Cruz y Mogodor", las
plazas de Alarache y la Mamora, la falta de guarnición, material de guerra y
despensa era endémica, provocando continuas deserciones a tierra de moros.
Sencilla la navegación, era fácil colegir el futuro de una plaza, a la que no
se podía acceder sin asegurarse "colla de buen tiempo, cosa que sucede
pocas veces y que las más es menester multiplicar altura". Fuente los enclaves
de problemas y gastos, aconsejaron abandonar caprichos, destinando el dinero
público a crecer el "número de bajeles de las armadas del Mar
Océano", a más de conseguirlos "buenos de la vela", no pesados y
tan lentos como los disponibles, que permitían escurrirse al corsario más
inepto. Por el momento, las rutas de Indias podrían limpiarse, asegurando la
seguridad de galeones y flotas, dando los barcos de la Armada "de
ordinario, vuelta a la costa de Berbería"[34].
Pero renunciar no es cosa de
reyes. Felipe III insistió en que se mandasen dos pataches o barcos luengos de
cubierta, con cargo a la Casa de la Contratación, a reconocer Santa Cruz y
Magador, con pilotos e ingenieros capaces de sondar las barras, levantar planos
y redactar descripciones puntuales de los puertos. Explicó el Guzmán que
bastaría con uno, pues ambos topónimos designaban la misma isla. Tenía olvidada
la cuestión, cuando aviso del gobernador de Mazagán, le devolvió actualidad:
los holandeses construyeron baluarte en Magador, con dos estadios de altura,
poniendo Muley Abdelmalec seis piezas y guarnición. No cedió el control del fuerte
a Holanda, como pretendían sus aliados, pero les concedió libertad para usar el
puerto[35]. De regreso cuatro unidades de la Armada del Mar Océano, que habían
dado "vuelta" por la costa de Berbería, el rey mandó a Fadrique de
Toledo seleccionar al mejor de los cuatro pilotos, para embarcarle de inmediato
rumbo a la isla. Traspasado el encargo a Manuel de Guzmán, por razón
inexplicada, intentó ahorrar gastos al común, explicando al Austria que al no
haber "agua" en la barra, para bajeles de alto bordo, ni posibilidad
de ahondar la canal, por tener fondo de arena, por imponente que fuese la
fortaleza, levantada en la boca del río Aer, no representaba riesgo para las
plazas, las costas de Indias, ni las flotas. Haciendo oídos sordos, Felipe III
mandó armar tres 3 galeras, que fuesen a destruir la obra. Temiendo los efectos
de un enfado del Xarife, el Guzmán calmó el real ánimo, mandando barco luengo
"bien esquifado", con al capitán Pedro Suárez de Deça, entretenido
del presidio de Cádiz. Zarpó el 26 de julio 1623[36], entrando en el río al
segundo intento, pese a llevar dos pilotos, expertos en la
plaza de Mazagán. Llegando "mucho más cerca que otros, de la boca de
aquella entrada", pero sin meterse en la bahía del río Aer, por impedirlo
los moros, con "sus escopetas", estuvieron seis horas en la barra,
sondando en pleamar y baja mar, para encontrar "tan poco agua como lo
deponen los pilotos", sin haber visto en ida, estada y vuelta rastro de
holandeses, ni huella de fortificación en destino[37], siendo abandonada la
aventura del Mogador.
La historia ubica la
reconstrucción de la fortaleza de la isla por el Xarife, que no construcción,
en 1628, estando fechada la fundación del Mogador oriental, por testigos
presenciales del hecho. Avanzado el siglo XVIII, Sidi Muhamed Abd Allah,
emperador de Marruecos, quiso dotar de puerto a Marakesch. Escogió para
plantarlo saliente rocoso de la costa, que la mar, en aguas vivas, convierte en
península, no en isla. Iniciadas las obras en 1760, garantizó la prosperidad de
su población, concentrando el tráfico de cochinilla, azúcar, plumas de avestruz
y otros productos exóticos, procedentes de una Berbería lejana, que aún controlaba.
Obligadas las compañías europeas, especializadas en la comercialización de
tales productos, a instalar agencia en Mogador,
le prestaron años de prosperidad,
antes de que se llamase Essauira. Su horizonte de dunas volátiles, que no
parece haber registrado cambios climáticos dignos de mención, en los últimos
cinco milenios, se supone que estuvo cubierto de caña dulce y bosques, contando
con agua y madera suficiente, para alimentar el cultivo y los ingenios, en
época tan próxima como el siglo XVII. Hoy el Oued Ksob discurre a 14 kilómetros
del caserío, por la parte del Cabo Sim, cuyas dunas sirvieron de desierto
ideal, a no pocos cineastas. Inscripción grabada en la puerta de la khasba,
indica cómo se escribe la historia: recordaba que en el siglo VIII, la ciudad
comerció con una Holanda inexistente.
La Thamusida de fenicios y
cartagineses, se ubica en las inmediaciones de Essauira. Sabido que Juba II de
Mauritania, contemporáneo de Augusto, se dedicó a la salazón de pescado y la
industria de la púrpura, huesos fosilizados de ballena, se consideran huella de
la primera industria y restos de edificaciones romanas, descubiertos en
islotes, huella de termas o talleres romanos, destinados a la segunda. Mogador
aparece en El Bekri, redactado en el siglo XI, bajo el nombre de Mogdul,
habiendo terminando cautivos en la isla, tripulantes de nao de Barcelona, que
naufragó frente a las costas de Berbería, en 1371[38]
. Conquistada Magador por Alfonso
V, cuentan que tras sitio de 10 años, la recuperó Muhammad el Sayi en 1541.
Puerto de Europa, en 1751 lo controlaba Dinamarca por convenio. Estando la casa
de Agadir en el Cabo de Aguer, la aduana portuguesa de Santa Cruz de Cabo de
Guee, se sitúa en la ciudad, siendo justificada por restos de torreón, de
periodo y estilo indefinibles. Moderna la ciudad, es para algunos la Rsaddiv de
otro tiempo.
[1] ADMS. 2407. Año 1607.
[2] ADMS. 953. Año 1608. [3]
ADMS. 2397. Año 1581. [4] ADMS. 2415. Año 1631.
[5] ADMS. 2411. Año 1619. 2416.
Año 1634. [6] Ibídem.
[7] ADMS. 2411. Año 1619. [8]
ADMS. 2421.
[9] ADMS. 2411. Año 1619. [10]
ADMS. 2411. Año 1621. [11] ADMS. 2421.
[12] ADMS. 2412. Año 1625. [13]
Ibídem.
[14] ADMS. 2406. Año 1605. [15]
ADMS. 2412. Año 1625. [16] Ibídem.
[17] ADMS. 2412. En Marruecos
seguía corriendo el "metical" de oro. Baltasar Polo, mercader catalán
de origen judío, mandaba al duque de Medina, desde este reino y Fez, dátiles,
tejidos ricos, en especial damasco, joyas y oro, destacando frontal bordado,
con figura de San Juan. Proveedor de camellos, avestruces y camellos, remitió
"cuerdas" de cuero especiales y veterinarios. El camello sirvió en
Sanlúcar como animal de carga y tiro. Felipe II se los hacía traer, para su zoo
de Aranjuez (ADMS. 2421.2397).
[18] ADMS. 2417. Año 1637. [19]
Ibídem.
[20] ADMS. 2421.
[21] ADMS. 2404. Año 1600.
[22] Simancas. Depósito Medina
Sidonia. [23] ADMS. 2411. Año 1619.
[24] Probablemente el puerto de
Çensias das Almaçones, que aparece al fondo del Pará, en carta de Juan Oliva.
(Mesina 1596). [25] ADMS. 2411. Año 1619.
[26] Ibídem. [27] Ibídem.
[28] ADMS. 2406. Año 1605. [29]
ADMS. 2413. Año 1627. [30] ADMS. 2410. Año 1616.
[31] ADMS. 2408. Año 1610.
[32] ADMS. 2410. Año 1616. [33]
ADMS. 2411.
[34] ADMS. 2411. Año 1619. [35]
ADMS. 2421.2411.
[36] ADMS. 2421.
[37] ADMS.2421. La barra tenía
menos de tres brazas de profundidad. El Río Lagartos, con 3 brazas en la canal,
admitía embarcaciones de 100 toneladas.
[38] "Esclavos y sirvientes
en las sociedades mediterráneas durante la Edad Media". Jacques Heers. Ed.
Alfons el Magnanim. Valencia 1989, pág. 39.
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