martes, 3 de noviembre de 2015

AFRICA VERSUS AMERICA LA FUERZA DEL PARADIGMA



Luisa Isabel Álvarez de Toledo, Duquesa de MedinaSidonia

CAPITULO XXXV




LAS JAIMAS DE DIGNATARIOS, EMBAJADORES Y CORTESANOS SEGUÍAN A LA REAL




Las jaimas de dignatarios, embajadores y cortesanos seguían a la real, lo cual no implica que en Berbería no supiesen construir.

La descripción de la Alcazaba de Sale, demuestra que lo hacían decentemente, sin necesidad de usar la cal y la teja. Hubo edificaciones en Fez, Azamor, Safi y Marruecos. Se menciona su puerta, indicio de muralla, zoco de los "andaluces", que no parece haber sido conjunto de tiendas y alcázar. Estaba la capital sobre un río, a una jornada de Safi, no lejos de Azamor y a 25 leguas de Mazagán[1] de camino dificultoso, pues ocupaba ocho jornadas y media[2]. No lo era menos el de La Mamora. Estimada la distancia en 75 leguas o 10 jornadas, había "muchas sierras y trabajos de pasar y cantidad de ríos, que van a parar a Zamor"[3], donde se reunían "los mayores de Berbería". A primeros de diciembre de 1623, Cidam estaba en Marruecos. El 18 lo encontramos en Mosgres, presenciando alarde de 14.000 caballeros, que habían de combatir contra el morabito Sidi Alí, levantado en Dará. En la hueste formaban 500 "andaluces" de Sale, requeridos por el Xarife, porque "no quiere que críen fuerza". Terminada la revista, marchó con "su campo la vuelta de Safi"[4], único puerto que se abría al infiel, en un reino cerrado.

"Parte remota.., el mayor y más miserable cautivo, es el de Marruecos", por no haber quien se atreviese a penetrar, para intentar rescatarlo. Descubierta manda legada por infanta innominada, para recuperar a los que estuviesen en el tenebroso país, los trinitarios quisieron aprovecharla, mandando dos frailes a Mazagán, para que cruzasen la frontera. Tras pasar dos años en la plaza, "haciendo muy grandes gastos", regresaron sin cautivos, por no haberse atrevido a entrar en tierra de Cidam. Animado por el fracaso, Alonso de Herrera, mercader toledano residente en Cádiz, especialista en bonetes y con relaciones en el Islam, intentó romper el monopolio de la redención de cautivos, que se habían adjudicado las órdenes religiosas, ofreciendo recuperarlos en Marruecos y Sale, con menos costo que los frailes, pues al ser buen conocedor de la mar, los repatriaría en "derechura", alcanzando el Guadalquivir sin parón en la Mamora, Tanger y "otras escalas", que multiplicaban los gastos, con promesa de entregarlos a la arribada a mercedarios, franciscanos o trinitarios, para que rematasen la operación[5]. Ventajosa la oferta para los cautivos, la hicieron inviables la órdenes. Acostumbrados los frailes a competir entre sí, en el lucrativo negocio, no estaban dispuestos a consentir la injerencia de legos.

En 1624, Luis XIII de Francia quiso relanzar el comercio con Berbería, consiguiendo base en sus puertos. Considerando al capitán Samandris, su embajador en la corte de Cidam, personaje sin entidad para llevar a buen fin, conversaciones de alto nivel, nombró embajador extraordinario a un "Monsieur de Raxili", caballero de la orden de Malta. Enterado Olivares, concluyó que el francés se proponía conseguir ruptura de Cidam con España, licencia para que sus barcos pudiesen frecuentar los puertos de Berbería y concesión de rada "en esa costa". Versión más realista, reduce las pretensiones del Borbón a paz estable, con licencia adjunta para tener factor y casa en Safi y Sale, sus vasallos pudiesen renovar el matalotaje y reparar sus navíos, tomando la madera necesaria. Provisto Raxili de 4 velas, 2 capuchinos y 400 hombres, los 40 "caballeros principales", ancoró en el puerto de Safi, sin haberse anunciado[6]. Enterado de que no podía pisar tierra, mientras no tuviese pasaporte del Xarife, escribió por la posta a Samándris, que estaba en Marruecos con la real almehala, conminándole a sacarlo de inmediato. Otorgó Cidam seguro y carta simple, permitiendo al embajador bajar a tierra, para entrevistarse con el alcaide Mahamud. Temiendo descortesías previsibles, Samándris añadió misiva personal, pidiendo al caballero que no asomase fuera del barco, antes de su llegada. Pero Raxili estaba imbuido del complejo de superioridad, que afecta al blanco. Convencido de que los supuestos salvajes, habitantes de la tierra, quedarían deslumbrados por el fasto petulante del europeo, desembarcó seguido de sus frailes, cuatro músicos y más de 60 hombres. Instalado en el edificio de la aduana, sin haber sido invitado, disfrutó de cena bien servida y mejor regada, "con mucha música y trompetas". Dormían los comensales, cuando el alcalde hizo cerrar las puertas por fuera, mientras los alguaciles recorrían la ciudad, a la caza de franceses. Arrestados a salto de mata, marineros sorprendidos en plaza, abierta al puerto, se echaron a la mar, nadando hasta los barcos. Enterados los que estaban a bordo del suceso, izaron velas sin pensarlo dos veces, dejando en tierra al jefe, con 51 compatriotas encopetados [7].

Enterado Cidam del escándalo, ordenó al Xeque Israel, llevarle a los extranjeros. Amigo de Samándris, le contó lo ocurrido antes de salir. Temiendo pagar la chulada, perpetrada por el
superior, pidió licencia a Cidam para regresar a Francia. Al no recibir respuesta se atabaló. Teniendo barco propio en el Safi, escapó de la corte sin despedirse, zarpando a pleno sol, a vista de ocho ingleses y el hijo de capitán flamenco, que se apresuraron a denunciarle ante los alcaldes, que mandaron barco de armada, tras el embajador. En el abordaje murieron cuatro marineros del francés, flamencos de nación. Incendiado el barco se fue al fondo, mientras se alejaba la tripulación, con el propietario, prisioneros en navío de Cidam. Al día siguiente el embajador entró en Marruecos, cabalgando en cabeza de sus hombres, con "más de un quintal de hierro". "Le fueron a gritos deshonrándole y tirándole en el rostro mil suciedades, haciéndole mil befas y dándole con escobas de palma en el rostro", siendo particularmente desagradable el paso por el zoco de los andaluces. El alcaide Sirosi, que odiaba al francés, amotinó a la población contra su persona, consiguiendo que se superasen en la práctica de la humillación [8].

El paseo terminó en la prisión de la alcazaba. Encerrado Samándris bajo la acusación de haber cobrado del rey de España, teniendo la representación de Luis XIII, Francisco Roque, amigo y socio del preso en la explotación del puerto de Azamor, fue llamado por Cidam. Consintió el monarca borrar a Samándris del arriendo, permitiendo a Roque conservarlo, sometiéndole a desagradable prueba. Preguntó a Roque si quería ver a su amigo, respondiendo el agente que el francés había dejado de serlo, "quando no era del rey". Pero el Xarife, queriendo asegurarse, insistió. Sin más remedio, Roque se dejó llevar a la prisión, encontrando al embajador con cadena al cuello, entre cincuenta delincuentes comunes. Entretanto Raxili, preso de lujo, se alojaba en la tienda de Samándris, custodiado por "muchos guardas", ocupado en cruzar escritos con el Xarife, que traía y llevaba el Xeque Israel. Habiendo prometido regresar a los seis meses, fue liberado con un fraile y un criado. Pasando a Safi, embarcó en navío flamenco, que regresaba a Europa, con memorial dirigido a Luis XIII por Cidam, ofreciendo iniciar conversaciones, abocadas a terminar en acuerdo, cuando le fuese devuelto lo que le robaron franceses, notando Roque la exclusión de "los 7.000 libros, que están en poder de S.M. en el Escurial", rapiñados por marselleses, que fueron capturados y robados por españoles. El mismo 26 de noviembre en que marchó el francés, Francisco Roque abandonó Marruecos, regresando a Mazagán. En 1630 entraron españoles en el puerto de Safi. Se llevaron tres de los 6 barcos de Francia, que estaban en el puerto "sobre el ferro"[9]. Ultimado el acuerdo de Cidam con Luis XIII, entre 1631 y 1635, los franceses abandonaron el mercado ibérico, para adquirir los géneros de Indias en Marruecos. Deseando participación, los ingleses remitieron técnico, que dirigiese la explotación de las salinas del río Ajer, transformando la sal en salitres. Fue cliente Felipe IV, a través del duque de Medina, que adquirió además cera de palma, siendo ambos géneros de venta exclusiva en el Safi [10].

Derrotado por el Morabito en el reino de Fez, Muley Cidam se retiró al Safi, en 1622[11]. En abril de 1627 tenía su almehala "en medio del Safi", en el "propio lugar donde fue la batalla"[12], olvidando la guerra y "guardar" a los alárabes, se dedicó a cazar con sus halcones [13].

Murada la ciudad, el Xarife guardaba en ella el dinero de los trigos y "garianos de los alárabes", con "máquina" de ropas y mercancías. Ahorrativo, pues no gastó "si no muy poco"[14], su hijo Abdelmalec heredó el tesoro. Nacido de cristiana, sería el primer rey de Marruecos que se llamó Emperador. Aprovechando su buena inclinación, Felipe IV inició la evangelización de Marruecos. Francisco Roque consiguió salvoconducto [15] para tres franciscanos de la provincia de San Diego o Andalucía, autorizándole a rescatar cautivos y fundar convento. Desembarcando en Mazapán [16], entraron en el reino con mal pie. En 1630, Abdelmalec fue asesinado de un arcabuzazo [17], en el camino de Mazapán [18]. Le sucedió su hermano Muley el Qualid, reuniendo las coronas de Fez y Marruecos. Aliado del morabito Ajax y enemigo jurado de cristianos, cerró sus puertos a los españoles. Mercader de Londres, que habiendo zarpado de Bonanza, estaba ancorado en Safi cuando se produjo el hecho, vio mucha gente de guerra de a pie y a caballo, montar dos piezas grandes de bronce y crecer los partidarios del Qualid, porque habiendo encontrado el tesoro del padre, escondido en las murallas y "partes huecas" del Safi, lo repartió entre alcaides, aristocracia y pueblo llano, "con que atrae a todos". Al ser el Xarife amigo de los ingleses, el mercader pudo permanecer en el puerto doce días, cargando el barco de pan, pese a renovar el monarca, la prohibición de vender grano a cristianos. De regreso en Sanlúcar, tras unas seis semanas de ausencia, contó lo que había visto [19]. Detenidos los franciscanos, el P. Pardo y un compañero fueron asaeteados. Condenado el tercero a trabajos forzados, fue remitido al molino de pólvora, donde se encontró con Francisco Roque [20]. Así las cosas, se alzaron las cabilas entre Salé y Fez [21], alegrándose Felipe IV, entrando en lo posible que las azuzase. En 1637, el Qualid había desaparecido, ocupando el trono un Muley Xeque pro castellano. Volviendo a los orígenes, el Austria mandó embajada encabezada por Fray Nicolás de Velasco, franciscano conventual en Sanlúcar, predicador y hábil diplomático. Regresó al año siguiente, coronado por el éxito. Rescatados los cautivos que deseaba la reina, entre los cuales figuró Francisco Roque, con los huesos de los mártires, por el módico precio de 2.000 ducados, autorizada la obra del convento, la dejó iniciada, antes de embarcar [22].

Muy probablemente sobre el Pará, donde hoy se encuentra Belén, entre la ciudad de Marruecos y el puerto de Azamor, Safi parece haber sido, con Sale, ventana abierta al exterior de un reino, que se extendía hasta el extremo oriental de Brasil. Con puerto de playa pero amplio y resguardado, lo frecuentaban corsarios y mercaderes. Mercado de cereales, incluso europeos, por descargarlos no pocos navíos, ofrecía especies, tinturas y metales preciosos, como el resto del continente [23]. Se supone que la Mysokaras, mencionada por Ptolomeo, prosperó en el solar de Safi. Puerto importante en siglo XII, aparece en el Bekri como Asfi. Dotado de ribat y cerrado a los cristianos, aunque se diga que lo fundaron los portugueses, lo conquistaron en el XV y se llamó "de los Nazarenos". Siendo de moros tuvieron factor el rey de Portugal y el duque de Medina Sidonia. En 1475 fue incluido por la Católica, entre las "escalas de mercadores". Conquistado por Alfonso V, murado en 1508, Mahamete lo recuperó fácilmente. Al otro lado del rio Aer con respeto a Mazapán [24], pudo compartir puerto con la isla de Magador, siendo "comarcano" de La Mamora, como los "otros de aquella costa"[25]. Al este y a unas 60 leguas, estaba el Río de los Esclavos, junto al Marañón [26].

Mencionado en 1478 como primera escala de la armada de la Mina de Oro, en la costa de Guinea, a 7.000 millas de Andalucía. Siguiendo al este se daba en un segundo puerto, igualmente frecuentado, donde están las Islas das Canarias y la Punta de Allende. Conocida por Bahía de Parnaiba, marcaba en el siglo XVII, el principio de Brasil. Pasado el Cabo del Palmar bajaba la costa, en cuyo extremo oriental estaba el Cabo Corzo, Corso para los normandos. Que un camino de Indias rápido y cómodo, fuese abandonado por castellanos y portugueses, solo pude tener una explicación: al ganar el rey de Marruecos prestigio entre sus súbditos y en consecuencia poder, se manifestó intratable con los peninsulares. León el Africano describe el curso de un Río de los Esclavos, sin relación con el americano. Situando su nacimiento en el Atlas, le hace discurrir entre las provincias de Tadla [27] y Hascora, para morir en el Ummirabih, sin alcanzar el mar. Esta pasaba por Duquela y Temesena. Entre octubre y mayo, época de lluvias, se atravesaba en balsas de odres. Vadeable a pie el resto del año, criaba "lacias", que se exportaban saladas, desembocando junto a
los muros de Azamor.

El rumor de que los holandeses fortificaban bahía cerrada[28], entre Mazagán y Safi, en la misma boca del río "Aer", se hizo persistente[29], acompañando información sobre renegado flamenco, que dotado de "ingenios", importados de Flandes, rompía la peña de la bocana, para abrir el puerto a navíos superiores a las 100 toneladas[30]. Reclamaba el Conde - Duque información, cuando entró en Sanlúcar el capitán Antonio de Fletes Tiznado, cabo de carabela, con carta del gobernador, reclamando socorros de urgencia. Interrogado a 31 de agosto de 1634, declaró conocer el fuerte: "aviendo 12 leguas desde Mazagán a la boca del dicho río" Aer, pasó muchas veces frente a la "fortificación" superior", que tenía el rey de Marruecos, con guarnición de 500 hombres, artillería y "aduares a la redonda", sin que nada indique que la viese construir. Cierto día en que fue
a reconocer el sitio, por orden del gobernador, se acercó más de la cuenta. Le dispararon tres piezas, pasando una pelota por encima del barco, se refugió tras de la peña, que estaba quitando el flamenco [31].

Al no poder entrar barcos grandes, "andaban" en la ensenada dos carabelas pequeñas, que robaban con las de Sale, siendo de prever que abierta la bocana, aumentaría concurrencia. En la bahía cabían 80 velas, ofreciendo el atractivo suplementario de criar sal, que se "fraguaba... sin labrarla". Proyectó el Xarife ampliar la salina, "a que ya han dado principio", fabricando los ingleses salitre, materia prima de la pólvora, presencia y actividad que indicaban disposición, "para hacer grandes daños al comercio de estos reinos y a los socorros, que se embían a la fuerza de Mazagán"[32]. En 1637, irlandés católico que fue vecino "de asiento", en la bahía del río Aer, desembarcó en Sanlúcar. Deseando cambiar de residencia, sirvió informando. Mientras vivió Abdelmalique, promotor del proyecto, sus visitas aceleraban los trabajos, relantizados tras su fallecimiento. Sin inaugurar la "ladronera", al no haber terminado el flamenco su trabajo, aconsejó cegar la canal, echando al fondo dos bajeles, cantería y argamasa, pues al ser la bahía interior y débil la corriente, se obtendría mejor resultado que la Mamora [33]. La idea se ejecutó, dejando encerradas las dos carabelas. Salieron sin problemas poco después.

En las inmensidades americanas, las 25 leguas que separaban la plaza de Marruecos, que estuvo probablemente por Maianata, eran una fruslería, aunque tuviesen ocho jornadas y media de camino, siendo la media, en tierra, de 16 por jornada. Consciente Felipe II, quiso reservar la plaza para trueque de enjundia[34]: al Xarife "le está mucho mejor Mazagán, que está aquí junto a Marruecos, cabeça de su reyno, que no Tetuán, tan apartado"[35]. Río arriba y sin acceso al oro, el dinero empleado en su conservación, se consideraba "echado a mal"[36], ofreciendo la dificultad añadida, de doblar las expediciones de socorro, pues era frecuente que entrando los socorros en la Mamora sin dificultad, los de Mazagán tuviesen que volverse, al no poder acercarse[37]. Los navíos que zarpaban del Guadalquivir, con destino a la plaza, llevaban despensa para seis meses[38] por pura precaución, pues los socorros solían rematar la travesía en 25 días y los barcos de avisos en 19[39], récord que de no haber errado los protagonistas en las fechas, hizo batir suceso, ocurrido en
1640. Requerido el gobernador Conde de Castilnovo, para limar diferencias entre aduares, salió de la plaza con 170 caballos cayendo en celada preparada por el Morabito, con 8.000 hombres de a pie y a caballo, de la que no escapó cristiano. Recibida la noticia en la plaza el miércoles 11 de abril, se recibió en Sanlúcar el 28, a 17 días del suceso [40].

Engorro el enclave, aunque estuviese a 24 horas o 30 leguas del Safi[41], que se andaban en dos jornadas, cuando en 1581, tomando sus deseos por realidad, Felipe II creyó que el Xarife lo trocaría por la persona de Alarache, ordenó preparar la evacuación. A cargo de Alonso de Guzmán, contrató 700 toneladas de buque, para repatriar a los vecinos, residentes en el enclave, con sus pertenencias. Censados 125 caballos domados, material de guerra a no dejar atrás, aconsejó comprarlos para "matarlos o echarlos a la mar, porque costara a V.M. cada uno a traerle más que vale, así por los fletes como por lo que ha de comida en el camino", estando la cebada a 16 reales fanega [42]. En 1639 otro duque de Medina, harto de adelantar dinero para mandar trigo a las plazas, propuso a Felipe IV abastecerse en Berbería, ahorrando fletes y costos, pues la fanega que costaba en Andalucía de 16 a 17 reales, en Berbería oscilaba entre uno y ochos reales [43]. Paso obligado de personas y correos, con destino a Marruecos, en Mazagán embarcaban los peninsulares, de regreso a la patria, pero también musulmanes, que viajaban contra la voluntad del Xarife [44]. Enlazaba con Tánger y Ceuta, pero al no haber barco regular, las personas o mercancías que no lo tuviesen propio, habían de aguardar transporte, quedando sometidos al avatar de la suerte [45]. En 1600 Felipe III puso aduana, prohibiendo los puertos del Xarife a sus vasallos[46]. Sin efecto el mandato, pues nadie puede controlar lo incontrolable, en 1627 Francisco Roque solicitó barco, que comunicase regularmente la plaza, con Portugal, por ser impensable rentabilizarla mientras no lo hubiese [47
]
Como en los demás enclaves de cristianos, incrustados en tierra del Xarife, los residentes en Mazagán acudían diariamente a mercado, abastecido por los moros, para proveerse de vituallas. Temiendo Felipe II quinta columna, impuso a los aborígenes la obligación de sacar licencia para entrar en los enclaves, aunque fuesen cristianos. No podrían hacerlo antes de salida del sol, saliendo a su puesta, "como se haze con los que pasan a Indias"[48], en pueblos de castellanos, precaución baladí, pues cualquier Xarife, de proponérselo, hubiese recuperado las plazas. Es probable que no lo hiciesen porque estando sobrados de tierra, pero no de mercados, guarnición y población castellana ofrecían salida a productos, que hubiesen quedado invendidos, de no contar con la demanda extranjera, pasividad que no estorbó explosiones de hostilidad y sitios, a veces prolongados. De hostigar a los de Mazagán se ocupó la caballería de Azamor. Se emboscaba en unos "matos", próximos a la muralla [49].

Entre los viajeros que transitaron por la plaza, destaca delegación de vasallos "ponientales" de Hamete, que en 1583 aparecieron el Lisboa. Representantes de la oposición, iban en busca de Muley Xeque y su tío, Muley Naçar, para ofrecerles el trono, informados de que los príncipes fueron recibidos por el Cardenal - Rey D. Enrique, con promesa de que podrían abandonar el reino, cuando les viniese en gana. Sin intención de respetar la palabra de su predecesor, pues las altezas eran el antídoto, que impedía resurrección intempestiva de D. Sebastián, permitió a los rehenes recibir a los comisionados, pero en presencia de chivato de confianza, que dominaba el árabe. El tal salió atónito de la entrevista. Muleys y "ponientales" se entendieron en jerga, de la que no pudo captar palabra [50].

Según la traducción de las cartas que traían, eran naturales de Cabden, "en la costa de la mar", representando a una oposición, que surgió de la derrota. Terminada la conquista de Persia, el señor de Estambul emprendió la guerra contra el rey de Poniente, mandando armada por "la hazera de Melilla y la postrera por la del Poniente"[51]. El rey de los "ponientales" ordenó a los "çudenes" resistir y lo hicieron, metiéndose en Catira. Sitiados por Hazen Baxa, con 70 galeras de Túnez, al no llegar socorros murieron de hambre, quedando Tremecén y sus puertos, en poder del señor de Estambul. Indignadas las "cafilas" por la desidia de Hamete [52], se unieron las universidades y las gentes "de poniente y oriente", acordando destronarle. "Alborotado por los turcos", los morabitos ofrecieron 13.000 peones de los africanos, contando los Muleys, apenas desembarcasen en Berbería, con ejército suficiente para vencer al que mandó el rey de "Poniente", contra Çuden [53]. En otras circunstancias, Felipe II no hubiese desaprovechado la ocasión de sembrar el caos, en casa del vecino, pero quiso conserva un Xarife fuerte y sensato, que no abusaba del fantasma de D. Sebastián. Pasada la entrevista, trasladó a los Muleys a Castilla, para mayor seguridad. Ignorando que vivían en prisión abierta, la noticia de alzamiento general en las sierras del Sus, en 1590, les devolvió la esperanza. Tío y sobrino quisieron abandonar Castilla, esgrimiendo su derecho a salir del reino. Y el Austria les respondió que la noticia era falsa, pues no la confirmaban por vía deTetuán y Alarache [54].

En los mapas actuales, Mazagán o Mazagao, el Viejo y el Nuevo, separado por una 9 leguas, aparecen en la margen izquierda del Amazonas, a unas 12 de la desembocadura del Río Villa Nova, a unas cinco leguas de Porto Santana, el la ribera opuesta, en Angra de Santa Ana de la Guinea, donde pescaba Ginés Quintero, por 1591. En Macapá hay torre "portuguesa", similar a cualquier edificio defensivo de la época. Pudo estar en Azamor, que quizá fuese el lugar sin nombre, donde tuvo fortaleza de Abdelmalec, sobre el vaciadero del gran río al Canal do Norte, salida del piélago de islas de la "Huma" a la Punta del Placel, hoy Cabo Norte. El Canal do Sul corre la costa norte de la isla de Marajo o Mogador hasta el Cabo de Aguer, Blanco para los conquistadores y en nuestros días Maguari. La fundación de Mazagán se atribuye a náufragos portugueses Arribados en 1502 al solar de la antigua Rusibis, construyeron torre, principio de villa, murada en 1542 por un Pireis que el rey de Marruecos recuperó en 1769. Ignorando ostensiblemente que Mazagâo o Mazagán, seguía en la rivera del Amazonas, se identifica con El Jaddida. En ribera pero de la mar, cuenta con playa turística conocida.

El topónimo Azamor se ha perdido en América. Se decía que "es Mazagán", indicando proximidad evidente, pues el puerto estaba separado de la plaza por 12 horas a caballo [55]. Puerto de Marruecos, que enlazaba con Sale y Santa Cruz, comunicando regularmente con Tetúan y Tánger [56]. El arraez morisco Hamet, residente en la Alcazaba de Sale, interrogado en la plaza portuguesa, da información sobre los ríos. Zarpó en 1632 con su fragata al mismo tiempo que carabela del rey de Marruecos. Ambos iban "derechoviaje" a Azamor, el barco real a por trigo y Hamet "para hacer la pesquería de los sábalos de aquel río". Cuando pasaban por la barra disparó la artillería del Morabito Aexe. La carabela se volvió, perdido el "árbol mayor", continuando el pescador. Capturado en el río de destino, por las carabelas de Mazagán, probaron la intención de los moriscos redes, aparejos y algo de sal, que llevaban en el barco. Preguntado al patrón por qué no pescaba en río de Sale, "donde había también sábalos", respondió que estaba vedado a los de la Alcazaba por el Morabito, al que seguían los de la ciudad de Sale y todos los distritos, pues tenía la capital, siendo excepción la Alcazaba, que se preparaba a conquistar, por haberse negado los andaluces, a colaborar en la conquista de La Mamora, probando lejanía la avidez de noticias de los oficiales, pues de haber estado a 30 leguas, las hubiesen tenido sobradas, sin necesidad de interrogar a un pescador extraviado[57]. Según León el Africano, el Azamor donde desembocaba el Ummirabih, tenía unos 5.000 vecinos, siendo notable la representación de mercaderes portugueses, exportadores de sábalos. Se pescaban en la mar, que no en el río, aportando a la villa de 6.000 a 7.000 ducados al año. El autor les atribuye haber inspirado al rey de Portugal, la idea de conquistarla. Rechazada la primera armada, mandó una segunda con 200 velas, que ocupó el lugar, huyendo la población musulmana a Sale y Fez. Azamor se identifica con la Azama, capital de la Dukala, visitada por los cartagineses. En la Azemmour de la costa de Marruecos, a 99 kilómetros de El Jaddida, hay medina, mehala y kasbah, destacando Casa de la Pólvora en la ciudadela, cuya construcción se atribuye a portugueses, contando con puerto de pescadores. El río, escueto, es el Oum es Rbi. En el de Azamor, se juntaban los mayores de Berbería.

El Levante americano se iniciaba a barlovento Paria, comprendiendo Guinea y Brasil, prolongándose la Tierra de Negros al otro lado del mar. Cuando Cid Abdelquerín [58], último alcaide de la Arcila portuguesa, pidió mudarse a "Levante", Felipe II no lo consintió, porque había visto a D. Sebastián en Tetúan. Tampoco Felipe III, pero se le escurrió. Seriamente alterado cuando supo que estaba en Berbería, reaccionó empeñándose en conquistar Alarache. Reinando el padre, embajadores de Isabel de Inglaterra, que fueron a "Levante", en busca de "pedrería y aljófares", alarmaron al Austria, pero mucho más saber que los de Hamete, devolvían la visita [59]. En cierta ocasión, los andaluces alojados en la Alcazaba de Sale, molestos con el Xarife, amenazaron dejar la ciudad, marchando con sus navíos a Levante[60]. Prolongada la tierra de negros al otro lado del mar, no es de excluir que la presencia del vudú en Indias, sea efecto de contactos, sin relación con la trata. En cuanto al Islam, es evidente que arribó por su pie. En guía de viajeros, editada mediado el siglo XX, se dice que en Bahía, entonces Roma de los negros, la "higa" o mano de Fátima era amuleto popular, conservando la calle del Amparo, de Olinde balcón morisco, descrito como "encaje" de piedra. Felipe III no se confundió, en 1616, al llamar "Casa de las Indias", a la "Casa da Mina" lisboeta [61].

En documentos tocantes a una Berbería, muy voluntariamente olvidada, encontramos topónimos conocidos, arrumbados y desplazados. En 1581, Hamete el Dorado salió de Marruecos, haciendo etapa en Morbea, a 19 leguas estimadas [62]; Cidam fue derrotado por su hermano, Muley Xeque, en Mexra el Medbuch, no lejos de Sale[63], quedando las almehalas de la Garrama en las inmediaciones de Alcázar, que también quiere decir castillo. En 1610, Abdalá, hijo de Mahamete, puso su campo en Sathebeni Veritir, plantando sus reales Cidam, en Elitnayni el Haliga. Ordenó a sus tropas no alejarse del entorno de Sela, pues de salir mal parados, se retirarían a Teca[64], muy probablemente la rada de "Tenerife", donde cazaron esclavos Mateo Viña y Alonso de Lugo, en 1494[65]. Yendo contra el Morabito Axax en 1614, Cidam puso su campo en Duquela, a dos pasos de Mazapán [66]. Hamete, sucesor de Moluco, se apellidó "El Dorado" porque recuperó la Guinea del oro. No por casualidad [67]. Tras la conquista de Tremecén, los turcos contaron con puertos, a dos pasos de las Indias de España. A punto de caer bajo su dependencia el pequeño reino de Vélez, su rey pidió socorro a Felipe III. Tocó el servicio a Manuel Alonso de Guzmán, entonces general de las Galeras de España. En ruta hizo presas de moros, padeciendo serias dificultades, a causa de las tormentas. Llegó tarde, pero el viaje le procuró experiencia. En 1631 pidió 6 galeras a Felipe IV, para la guarda de Andalucía, porque recordaba el miedo que causaban a los corsarios, en los mares de Indias [68]. Hubo un reino de Vélez junto a Túnez. Y otro Vélez al oeste del Lago Maracaibo, frontero con la tierra de panches.

No hay indicio ni posibilidad de que el Santo Oficio pudiese ejercer autoridad en un norte de Africa, islámico e independiente. Pero la tuvo en Berbería. Notada la presencia de mercaderes castellanos, los más conversos de moro y judío, residentes entre musulmanes desde hacia 30 y 40 años, se observó que tenían olvidada la fidelidad al Evangelio y la lealtad al rey, pues servían con mayor celo al Xarife. Urgente recordarles ambas cosas, Alonso de Guzmán aconsejó hacerles regresar a la patria: "esto se podría encaminar con poco ruido, por la vía de la Inquisición"[69]. Rumiada la idea, Felipe II encomendó al Inquisidor General, en 1591, la repatriación de tales vasallos, mediando acusación de tibieza o herejía [70]. En 1585, enterado de que en la Guinea había mucho oro, el Guzmán pidió que "algunos galeones de V.M.", de los que fuesen a Indias, rodeasen por Berbería, que estaba en la misma costa, porque al verlos corsarios y mercaderes, habituales del Cabo de Aguer y Safi, "se recatarán y temerán de no ir, con la seguridad que ahora lo hacen"[71].

No siendo atendido y chinchorrero, en 1605 reclamó tres pataches o filibotes, tan rápidos como los de ingleses, que descargaban trigo, cebada y centeno, en los puertos de Muley Cidam, el cual se hizo acreedor a represalias, por trabar amistad con los enemigos del Austria. Al no haberlos, se ordenó a los del socorro de la Mamora que descargadas las vituallas, siguiesen a Safi, quemando los barcos de holandeses, que hubiese en el puerto [72].

En 1607, queriendo escarmentar a las 80 urcas de rebeldes, que iban a la salina de Araya [73], se decretó formar armada, previo embargo general. Desaconsejable encomendar a tripulación descontenta, viaje "tan largo y peligroso", el de Medina quiso paliar la desgana, pagando 9 reales por tonelada de buque, en lugar de los 7 acostumbrados [74]. La respuesta fue desabrida. No habría subida pero sí pilotos gallegos. Elegida la ruta del norte, embarcaría al pasar frente a Finesterre. La decisión fue consecuencia de llevar pilotos de Galicia, los tres barcos corsarios, de los que se "recogían" en la Berbería, que capturó de Oquendo[75]. La preocupación que despertaban estos profesionales, fue consecuencia de experiencia reciente. En 1604, escribía el rey: "cómo se vio en este presente viaje sobre la costa" del Xarife, al tener que "dar fondo... y otras cosas", hubo fallos de bulto, porque "los pilotos de la carrera de las Indias, por prácticos que sean las ignoran, por no haberlas tratado ni navegado en aquellas partes"[76].

La penetración de ingleses en Brasil, iniciada en tiempo de D. Sebastián, apuntaba a cambio cualitativo, que se desarrolló en el siglo XVII. Expulsados de unas aguas que frecuentaban como honrados comerciantes, tras la incorporación de la corona portuguesa por Felipe II, ingleses, franceses y flamencos se transmutaron en corsarios, multiplicando sus asentamientos en el norte, el istmo, las Antillas y Levante, del Orinoco a Cabo Frío, con la bendición de xarifes, morabitos y demás naturales, hostiles al rey de las Españas. Refugio su costa de cuantos robaban en Indias, la Armada del Mar Océano tomo por costumbre correr la Berbería, de no impedirlo urgencia. En 1608 Luis Fajardo, con los cinco barcos que le quedaban, tras correr las Indias siguió a Berbería, con intención de sacar a los corsarios de sus "guaridas"[77]. Modesto el resultado, en 1610, año de la compra de Alarache, Felipe II puso tres barcos de 300 toneladas en Ceuta, para guardar el Estrecho. Siempre que lo permitiese el tiempo, pasarían a Berbería, para limpiarla de "enemigos"[78]. Esporádicas las incursiones, no impidieron el desarrollo del corso y la piratería. Agiles los barcos de los profesionales, amenazaban a los galeones, pero respetaban a las carabelas, tartanas y chalupas,m de pescadores y boneteros. Al filo de la ley, pues para poder mantener el barco y cruzar a la Guinea, debían escurrirse del fisco, mantenían relaciones fluidas, con cuantos se pusieron al margen[79].

Capitán General de la Armada del Mar Océano, en España y Portugal, Fadrique de Toledo sacó provecho de una fuerza en decadencia, dividiendo los restos de su armada en dos escuadras, que patrullaban simultánea y permanentemente, las costas de Indias y Berbería. Conseguida seguridad para costas, flotas y convoyes de socorro, el mílite se consideró con autoridad, para escribir al rey lo que pensaba. Sin más utilidad las plazas, que la de quitar "puerto zerrado" a los corsarios, convendría ahorrar lo que costaban para construir y mantener navíos [80], ágiles y rápidos, que pudiesen enfrentarse en plano de igualdad, con los extranjeros. Hacía más de una década que se peleaba en Indias, cuando la ocupación de Bahía por los holandeses, en 1625, hizo públicas las "guerras del Marañón". Despachada la Armada del Mar Océano a la "restauración del Brasil", recuperó el enclave pero regresó tan mal parada, que las tripulaciones quedaron descansando en Cádiz, "de los travajos de navegación tan larga". No les dieron tiempo a reponerse. Al aparecer armada de Inglaterra en Poniente, fueron embarcados en los galeones de la plata[81]. Estaba "muy llena toda esta costa de piratas", cuando Felipe IV, convencido de ser propietario de cuanto producía el continente, capturó dos barcos de turcos en 1632, entrando en el Mediterráneo con carga de azúcar y cueros, que fue declarada contrabando, pese a proceder de su propia Berbería[82]. En 1637 los de Holanda tomaron Pernambuco. No queriendo el rey que se supiese, prohibió sacar vela de Cádiz, Sanlúcar y Lisboa, siendo causa la real vanidad, de la "ruina de los pobres"[83]. Tan sin defensa estaban las costas, a un año de la independencia de Portugal, que los moros se apostaban en las bocanas de los puertos, sin dejar salir ni a los pescadores [84].

Al declarar su independencia, Portugal arrastró con su conquista, incluida la plaza de Mazagán. Quedó Ceuta a España y el topónimo Guinea definitivamente corrompido, por el acento anglosajón, se convirtió Guayana, siendo borrados los topónimos castellanos, del Orinoco al Amazonas. Breve y confusa la memoria histórica, en especial si al poder le conviene borrarla, no habían pasado dos siglos desde que Sidi Muhamed Abd Allah fundó su Mogador particular, cuando se olvidó el origen de la unidad de negros, introducida por el primer Benimerín, en el ejército de Marruecos. Con más razón se arrumbó, pues apenas fue divulgada a su tiempo, la demanda formulado al monarca musulmán por un Fernando VII, en curso de perder sus Indias, de puerto en Berbería. Le fue negado, so pretexto de que estando mal controlada la tierra, sería imposible garantizar la seguridad del arrendatario. Expulsada Inglaterra de América del Norte, conservando Castilla, a título de reliquias de su imperio, las islas de Cuba y San Juan; obligado Portugal a reconocer la independencia de Brasil, es natural que un Xarife, residente en Rabat, perdiese su Berbería de Poniente, acosado por potencias europeas, que emprendiendo nueva empresa colonizadora, estaban en trance de despojarle de metrópoli.

Reducido el continente africano como Oriente a suma de colonias y protectorados del blanco, se perdió el recuerdo de un imperio Islámico, que cruzaba el Golfo Grande, extendiéndose de costa a costa. Sabido que para someter a un pueblo, es preciso borrar la memoria de su verdadera historia, porque conocerla implica acumular experiencia o suma de puntos de referencia, que permiten comparar y en consecuencia elegir, la de todos los pueblos fue adulterada, a conveniencia del poder. Y destruida la de aquéllos que fueron sometidos al imperio de depredadores, en lo material y por extensión en lo intelectual, fuesen extraños o propios. Dispersa o perdida la documentación, destructor el trópico, precarias las edificaciones de adobe y madera, teniendo los naturales por costumbre vivir en jaimas, para mayor desgracia del investigador, la reconstrucción
del pasado de aquella Berbería, es cuando menos problemática. Sin embargo, en alguna parte deben quedar restos de las murallas, que formaron la Alcazaba de Sale, las que rodearon Safi o Marruecos y el castillo de Arguim, siendo la cal prueba incontrovertible, de presencia europea.

Carta dirigida por Gaspar de Guzmán a Jerónimo de Villanueva, el 22 de enero de 1639, certifica de la presencia del Islam como poder político, en el continente americano. Aliado el Morabito de los ingleses y a punto de tomar la Alcazaba de Sale, aconsejó a Felipe IV conquistarla, aun al precio de cargar con plaza suplementaria, a más de arriesgar la paz con Inglaterra: "aunque allí no aya puerto capaz para armadas", pues quedaba en surgidero apto a "bageles pequeños y para el trafico y comercio", si lo controlaban los corsarios, no "abría cosa segura en las costas ni en la mar", desgracia menos grave que sus consecuencias jurídicas. De ganar el Morabito la Alcazaba, el rey de Inglaterra se haría con el arrabal y la ciudad, adquiriendo fuerza moral y legal, por vía del hecho consumado, "para turbar y descomponer el principio de conquista que V.M. tiene introducido, en aquella costa y provincia"[85]. No hay noticia de que la corona de Castilla tuviese o pretendiese "conquista", en el norte de Africa ni en el resto del continente. Su presencia se redujo a la posesión temporal de plazas dispersas, de las que se conservan Ceuta y Melilla, el regalo portugués de Annobon, provincia que quizá no fuese africana, como hoy lo entendemos, Fernando Poo y la participaciones de Ifny y Río de Oro, donde no hubo ninguna de las dos cosas.

Llamar "novedad" a la reconstrucción de unos hechos, cuya génesis se inicia hace medio milenio, no parece razonable. Menos el empeño de hacer pasar enredo político - literario, por suceso real. Obligar a cuantos frecuentan la escuela, a dejar de lado el sentido común, para asimilar lo absurdo, es tanto como meter en un ordenador programa defectuoso. Quien ha sido preparado para aceptar lo aberrante como natural, vivirá en la aberración, quedando inhabilitado para captar la realidad, a través de los sentidos, aplicando la lógica a su análisis. Si concebimos que un segmento de la humanidad pudo evolucionar aislado, sin intercambiar ideas ni mercancías por espacio de milenios, alcanzando el alto nivel de civilización, que reflejan las crónicas de los primeros tiempos de la conquista, al que parece referirse Orígenes, al decir que los pueblos del otro lado del mar se regían por leyes, dictadas por Dios, incurriremos en el error de suponer que el progreso del hombre, en lo individual y colectivo, es consecuencia de su aislamiento en comunidades cerradas, idea que podría dar al traste con el principio de globalización. Fructífero si globalizamos lo positivo, hemos de admitir que puede dar al traste con la humanidad, si generalizamos lo negativo, entendiendo por tal lo que en lugar de desarrollar las facultades, inherentes a la racionalidad, las destruye.

Buen ejemplo es la autosatisfacción paralizante, que dimana del principio del "descubrimiento". Periodo de grandes pensadores la antigüedad, ha sido estigmatizada, porque se supone que quienes la vivieron fueron capaces de navegar, pero no de entender su hábitat, probándolo al negarse a cruzar el Golfo Grande, por espacio de milenios, víctimas de un miedo irracional a lo desconocido. Dice muy poco en favor de la humanidad, que hubiese de aguardar a individuo providencial de la modernidad, de raza blanca y católico por más señas, para romper con la ortodoxia supersticiosa, que cerraba las mentes a toda elucubración intelectual innovadora. Suponiendo que su toque mágico, permitió a los hombres comprender el planeta y encontrar América, abriendo un futuro de progreso, que cada día se revela peor entendido, hicimos padres de nuestra era a unos seres fanáticos en lo religioso, intransigentes hasta el punto de rechazar verdades evidentes, ambiciosos, vanidosos, falsos y crueles, que tuvieron por valor la gloria eterna, en el más allá. Y en el más acá, dinero, poder y prepotencia. Son los creadores, quizá inconscientes, de esa filosofía social que admira la mentira bien elaborada. Y la razón de la fuerza. Pero día llegará en que se incluya, en el estudio de las mentalidades, la causa de la persistencia y extensión del mito, que sometió el pensamiento al absurdo y la patraña. Es probable que el eclipse de la fe colombina, se incluya entre los hitos que abrirán el mundo a la influencia de ese hombre nuevo, capaz de entender el universo como entidad global, cuyas partes han de ser preservadas, para que se conserve el todo. Y se comprenda, a sí mismo como partícula de la entidad colectiva. No como centro.

[1] ADMS. 2404. Año 1603. [2] ADMS. 2421.
[3] ADMS. 2408. [4] ADMS. 2421.
[5] ADMS. 2412. Año 1625.

[6] ADMS. 2421. 2411. Año 1623. Año 1624. [7] ADMS. 2421. 2411. Año 1623. Año 1624.
[8] ADMS. 2414. Año 1630. [9] ADMS. 2414. Año 1630. [10] ADMS. 2418. Año 1639. [11] ADMS. 2411. Año 1622.
[12] ADMS. 2408. Año 1610. 2413. Año 1627. [13] ADMS. 2413. Año 1627.
[14] Ibídem.

[15] ADMS. 2416.

[16] ADMS. 2416. Año 1634. [17] Ibídem.
[18] ADMS. 2415. Año 1631. [19] ADMS. 2414. Año 1630.
[20] ADMS. 2414. Año 1630. 2415. Año 1631. [21] ADMS. 2416. Año 1634.
[22] ADMS. 2417. Año 1637. 2421. [23] ADMS. 2407.
[24] ADMS. 2417.

[25] ADMS. 2410. Año 1616. [26] ADMS. 2413. Año 1627.
[27] Tadla fue provincia para León el Africano, a poniente del Río de los Esclavos. [28] ADMS. 2417.
[29] Ibídem.
[30] ADMS. 2417. Año 1637.

[31] ADMS. 2416. Año 1634. [32] Ibídem.
[33] ADMS. 2417. Año 1637. [34] ADMS. 2421.
[35] ADMS. 2397.
[36] ADMS. 2408. Año 1613.

[37] Ibídem.

[38] ADMS. 2397. Año.1582. [39] ADMS. 2414.
[40] ADMS. 2419. Año 1640.

[41] ADMS. 2408. Un grado media 17 leguas y media. [42] ADMS. 2397.
[43] ADMS. 2418. Año 1639.

[44] ADMS. 2421. 2408. Año 1614. [45] ADMS. 2418. Año 1639.
[46] ADMS. 2404. Año 1600. [47] ADMS. 2413. Año 1627. [48] ADMS. 2399. Año 1585. [49] ADMS. 2407. Año 1614. [50] ADMS. 2421.
[51] Ibídem.
[52] ADMS. 2421. Se mencionan: Veni, Amir y Venit Alha, de "nuestra banda"; Meriem, Veniçutat, Çufrit "de la vanda y hazera de los de Tremecén"; Naçar, Magaia, Tarataçat, con 1.000 fuegos; Abimeyez con 1.300, Cabdaba con 300, Calhaca con 400, Guabito y Haventuzin con 1.600, Yf Çeneya, sierra de Naqul, Vediz, Albaraniç, Zul
con más de 20.000 de a caballo; la hazera de Jezet, Almorakaz, Mianez, Gaytat; la Sierra de As, Jezet, Almotalal, Miqnez, Magdara, las sierra de As, Fez, la Cahara, la sierra de Say y "hazera de sus costas".
[53] ADMS. 2421. [54] ADMS. 2402.
[55] ADMS. 2413. Año 1627.

[56] ADMS. 2413. Año 1627.
[57] ADMS. 2415. Año 1632. [58] ADMS. 2403. Año 1596. [59] ADMS. 2404. Año 1600.
[60] ADMS. 2413. Año 1627. El Oyapock, fue muy probablemente río de la Mamora, largo afluente, en la margen derecha, pudiera ser el Orga. El de Sale, que desemboca al este del morro, se llama Ouassa. La bahía de Oyapock termina al este en el Cabo de Oranje.
[61] ADMS. 2410. Año 1616.

[62] ADMS. 2397. Año 1581. [63] ADMS. 2406. Año 1606. [64] ADMS. 2407. Año 1614.
[65] ADMS. 2408. Año 1610. SRGS. 1.1496.23. [66] ADMS. 2407. Año 1614.
[67] ADMS. 2404. Año 1603. [68] ADMS. 2415. Año 1631. [69] ADMS. 2399. Año 1585. [70] ADMS. 2402. Año 1591. [71] ADMS. 2399. Año 1585. [72] ADMS. 2406. Año 1605. [73] ADMS. 2407. Año 1607. [74] Ibídem.
[75] ADMS. 2407. Año 1609. [76] ADMS. 2406. Año 1604. [77] ADMS. 953. Año 1608. [78] ADMS. 2407. Año 1614. [79] ADMS. 2406. Año 1605. [80] ADMS. 2411. Año 1619. [81] ADMS. 2412. Año 1625. [82] ADMS. 2415. Año 1632. [83] ADMS. 2417. Año 1637. [84] ADMS. 2418. Año 1639. [85] ADMS. 2418. Año 1639.


No hay comentarios:

Publicar un comentario