UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERIODO COLONIAL 1501-1600
DECADA 1531-1540
CAPITULO VII-IV
Eduardo
Pedro García Rodríguez
1534 marzo 20.
ALONSO DE MATOS VENDE SUS DERECHOS
A DOS SUERTES DE TIERRAS CON AGUA
EN AGUIMES. “Alonso de
Matos,vecino de Gran
Canaria,vende a Alonso de
León, escribano público de igual vecindad, como representante de los herederos de Diego de
León, escribano público de Telde,difunto, sus derechos a
dos suertes de tierras en Agüimes, con el agua para
regarlas.Tierras que a pedi- mento de Diego de León,por una cantidad que le debía,fueron subastadas y rematadas a Diego
Jara que las vendió a Diego
de León.Este en su testamento
deja a Alonso de Matos el derecho
de compra por ciento veintiocho doblas de oro.Derecho que él vende por ciento treinta y ocho
doblas.”
1534 abril 23.
FRANCISCO
SÁNCHEZ DE LOS PALACIOS SE OBLIGA A DEVOLVER LAS TIERRAS QUE TENÍA PLANTADAS DE CAÑA DE SOCA EN LA PASTRANA POR
INCUMPLIMIENTO DE PAGO.
Las Palmas.
“Francisco Sánchez de los Palacios, vecino de Gran Canaria, reconoce
que debe
a Alonso Piasco el pago del arrendamiento de unas suertes
de tierra con su
agua en Agüimes.
Tierra que Alonso
Piasco compró a Bartolomé
Pelos y le arrendó a él por precio
de 110 doblas
de oro. La mitad tenía
que pagarla a los dos años y como
ya se han cumplido y no puede
hacerlo se obliga a devolver las tierras arrendadas y dejar la soca de cañas que tiene plantadas
en las tierras de la
Pastrana ; una de las
suertes aumentadas.”
1534 Mayo 3. Los colonos invasores de la secta
católica sin duda tomaron gusto por el
olor de carne humana quemada,
como sublime aroma capaz de despertar la gratitud y reconocimiento de su
dios, un dios según ellos infinitamente justo
fuente de misericordia y de amor al prójimo. Pero en esta ocasión no
habían victimas dignas por sus pecados de ser ofrendadas en la hoguera, ya que
los que reunían esta condición, en su pertinaz herejía prefirieron huir de la
cárcel que ser victimas propicias en la ofrenda.
A pesar de ello la
“Santa Inquisición” española procede a llevar a cabo su tercer auto de
fe en la colonia de Canarias, cuyos reos ya había pasado por un proceso de
purificación de sus almas mediante la aplicación de determinados dispositivos de convicción de
que disponían y utilizaban los oficiales católicos españoles de la “Santa
Inquisición”. Los cuales inscribían en los artefactos confeccionados para la tortura
las palabras: “Soli Deo Gloria” (“Gloria solo a
Dios”) , para evitar los conjuros del maligno Guayota los inquisidores rociaban los instrumentos de tortura con “agua
bendita”. Algunas de las creaciones de éstos clérigos católicos iluminados
por su dios era los siguientes: El “estante”, un cajón en el que la víctima era
acostada y atada de manos y pies. Entonces, los verdugos estiraban las cuerdas
hasta descoyuntar los brazos y piernas del acusado. Las pinzas grandes utilizadas
para arrancar las uñas de las manos y de los pies. Las “botas españolas”,
utilizadas para aplastar las piernas y los pies. La “Virgen de hierro”,
un cajón hecho a semejanza de una mujer, con cuchillos afilados fijados por
dentro en ambos lados. Obligada la víctima a entrar en el cajón, los verdugos
le cerraban la tapa encima, desgarrando los cuchillos la carne del infortunado
y matándolo. El “hierro candente” vertido en los ojos o los
oídos. Sacar los ojos de algunos
acusados. El “látigo de hierro”. Ahogar con orina o excremento a algunos
“herejes”. Suspender al acusado de las manos. Las manos de la víctima
eran atadas a espaldas; luego la víctima era suspendida en el aire por una soga
atada a sus manos, haciendo fuerza en sus manos y muñecas todo el peso del
cuerpo. La víctima era inmovilizada y luego dejaban gotear agua por su garganta
hasta casi ahogarla. La “santa trinidad” era un casco de acero calentado a rojo
vivo, luego colocado sobre la cabeza del denunciado. Al sacarlo las bestias
encargadas de las torturas se quedaba la piel quemada pegada al acero, y en ocasiones
a los reos les explotaba el cerebro. Además contaban con otras torturas como:
“Las peras del Papa.” “El taburete de Judas.” “La araña de hierro.” “La pata de gato, con uñas.” “La cama de estirar el cuerpo hasta
romper coyunturas.” “El aplasta cabezas Etc.
Este tercer auto de fe llevado a cabo como los anteriores
en Tamaránt (Gran Canaria) nos lo describe D. Agustín Millares Torres en los
siguientes términos: “No se había equivocado el pueblo. El incansable y activo
Tesorero D. Luis de Padilla, trabajaba con empeño en acumular procesos sobre
procesos, auxiliado en tan noble empresa por el fiscal .Juan de Fullana, que
veía en cada persona un hereje, y en cualquier acto de la voluntad una ofensa á
Dios.
Pero, no todo lo qué un Juez se propone lo consigue, aún
cuando esté inspirado por tan levantados propósitos, con los que impulsaban al
Sr. Tesorero.
En cuatro años solo pudo
descubrir veinte y siete reos dignos de figurar por sus crímenes en el nuevo
auto de fe. Pocos eran, sin embargo, entre ellos solo dos aparecían con la pena
de relapso.
Ya no se
encontraban aquellos caracteres enérgicos, es decir, perversos y endurecidos,
que declinaban la honra de ser católicos. Todos los que se veían amenazados con
la hoguera, abjuraban inmediatamente de sus errores, y prometían reconciliarse
con la Iglesia.
¡Beneficio incalculable debido sin duda á los penosos trabajos del Santo
Tribunal!.
Es verdad que esas conversiones,
después del tormento y el azote, y ante la amenaza del fuego, no eran en sí
mismas muy edificantes; pero de todos modos, la mala semilla se arrancaba; y
los reconciliados, condenados todos á penas infamantes. inhábiles para ejercer
toda clase de oficios, desposeídos de sus bienes, desterrados, ó encarcelados
por toda la vida el en inmundos calabozos, no podían pervertir con su ejemplo a
los buenos católicos.
El auto se disfrutó y tuvo lugar,
el domingo 3 de Mayo de 1534, en la misma plaza
mayor de Santa Ana, y delante de la Iglesia Catedral ,
en un hermoso tablado, que se
levantó con ese objeto.
El contingente de los relapsos lo
suministró la secta judaica, aunque con la pequeña diferencia, de que la Inquisición solo pudo
quemar sus estatuas.
Los nombres de estos nuevos
herejes eran:
Duarte González, conocido por
Francisco Ramos, zapatero. vecino de la Palma , y cristiano nuevo de judío.
Duarte Pérez, de la propia
vecindad,
Y por la misma causa.
Ambos fueron relajados al brazo
seglar,
y quemadas sus estatuas, con las
accesorias de confiscación de bienes, é inhabilitación perpetua á sus descendientes.
Los reconciliados eran en mayor
número:
véase la lista.
Andrés, esclavo de Bernardino
Justiniani, vecino de Tenerife.
Amón, esclavo de Hernando de
Jerez, vecino de Canaria.
Ana de Salazar, vecina de
Lanzarote.
Ana, de la misma vecindad.
Alonso de Lugo ó de la Seda , vecino de Lanzarote .
Alonso, esclavo de Pedro de
Cabrera, vecino de Lanzarote.
Antonio, esclavo de Ruiz Leme,
vecino de Lanzarote.
Diego, esclavo de Juan de
Alarcón, Deán de Canaria.
Diego Alonso ó Mura, vecino de Lanzarote.
Francisco, esclavo del pertiguero
Andrés
de Medina vecino de Canaria.
Felipe, indio, esclavo de
Francisco Sánchez de los Palacios, vecino de Canaria.
Francisco Bujama u Ortega,
vecino de Lanzarote.
Gonzalo Baéz, vecino de Gáldar.
Jorge, esclavo de Juan Hernández,
cerrajero, vecino de Canaria.
Juan de Alfaro, esclavo del
Licenciado Alfaro, vecino de Tenerife
Juan de Palomares, esclavo de
Diego Felipe, vecino de Lanzarote.
Juan, negro, esclavo de Hernando
Magader, vecino de Lanzarote.
Juan, esclavo de Adán Acedo,
vecino de Galdar.
Juana, mujer de Juan Jansen,
vecina de Lanzarote.
Luís Déniz de Salazar, por otro
nombre Alí Bojador, vecino de Lanzarote.
Luis Perdomo, vecino de
Lanzarote.
Luís, esclavo de Juan. Perdomo,
vecino Lanzarote.
Pedro Berrugo,o ó sea. Pedro Cabrera,
ve-
Cino de Lanzarote.
Pedro, esclavo de Juan Perdomo,
vecino de Lanzarote.
Pedro, negro esclavo, del mismo
Juan y de la propia vecindad.
Estos fueron los veinte y siete
reos, que según la relación que se conserva de este
Auto de fe se presentaron en él con en él fin de sufrir las penas a que fueron
condenados.
No consta las penas á que fueron
condenados, porque la relación detallada de sus causas ha desaparecido, como la
mayor parte de las que figuran en los autos anteriores.
La incuria el abandono y el
desaseo han convertido en polvo muchos de aquellos curiosos documentos,
De suponerse es por las que
aparecen de procesos análogos de los posteriores, que
serían tan difíciles de cumplir,
como fáciles de imponer .
En general puede decirse, que
estos reconciliados, como ya hemos dicho, desaparecían del país, sin que
jamás volviera saberse de ellos. Cuando la pena era de
cárcel perpetua, enviaban 1os reos á Sevilla, y en las cárceles de aquella
Inquisición, eran enterrados vivos, hasta su último día.
Entre tanto, la peste había
desaparecido desde el año anterior, y el regocijo de la población era grande,
creyendo que el comercio de los azúcares y el de los vinos que principiaba á
desarrollarse, traería algún bienestar a los propietarios, y ocupación a la
clase jornalera.
El movimiento, sin embargo, era
muy lento, y apenas aparecía en la superficie.
Una tranquilidad, mal sana, que á
veces interrumpía la noticia de alguna irrupción de
corsarios berberiscos, en las
islas de Lanzarote ó Fuerteventura, venia á variar esta
monótona existencia.
Los herejes cesaron de turbar la
conciencia de los fieles; una escrupulosidad minuciosa presidió á todos los
actos externos de devoción, aun en aquellas familias, que por su acrisolada
piedad, .podían inspirar menos recelos á la inquisición; y en todas las Islas
reinó una ortodoxia tan completa, que el
Cabildo eclesiástico, teniendo en cuenta que
D. Luis de Padilla no asistía a
coro y, siendo notorio que en el Santo Oficio no había que hacer, por cuya
razón tanto al dicho inquisidor como á los dichos oficiales se les había quitado el salario, se acordó notificarle
ganase las horas canónicas.
Esta notable circunstancia de
habérseles quitado el salario, debió influir muy pode rosamente en el ánimo. de
D. Luis y de sus subalternos. Su celo adquirió duplicada
energía, y su vista se hizo más
penetrante y escudriñadora.
U n proceso de nuevo género, pero
que también contribuyó á la edificación
de los
fieles, turbó por entonces la
plácida quietud de Las Palmas.
Tan violento proceder no podía quedar sin correctivo. El
Previsor y Vicario general, de acuerdo con el Cabildo, excomulgó al Gobernador
con todas las ceremonias propias del ritual; y el Sr. Ledesma se vio privado,
no solo de ejercer su empleo, sino de tener comunicaciones y trato con la
población, de entrar en la iglesia, de oír misa y de recibir los sacramentos, y
en fin, de ser un súbdito católico español, y hasta un hombre cualquiera. En
efecto, el excomulgado de entonces era un hombre apestado, del que todos huían
y se apartaban con horror, temiendo contaminarse con su lepra heretical.
El pobre Gobernador, viendo las fatales consecuencias de
su imprudente conducta, bajó la cabeza, y fue á postrarse á los pies del
Provisor, quien lleno de indulgencia, le perdonó, imponiéndole una pena
pecuniaria, y obligándole en día feriado a hacer penitencia pública á las
puertas de la Catedral ;
penitencia cumplida por Ledesma con humilde contrición, .á presencia del
pueblo, que suspenso y maravillado, contemplaba á la orgullosa potestad civil
bajo el irresistible poder de la autoridad eclesiástica.
Diverso era el espectáculo; pero todo provenía del
mismo origen, y su efecto moral era el mismo.” (Agustín Millares Torres; 1981)
1534
mayo 12.
El colono Alonso Pacheco de Solís
“De
la documentación existente en el Tribunal de la Inquisición conservada en el
Museo Canario de Las Palmas de Gran Canaria se desprenden los siguientes datos:
Alonso Pacheco de Solís llevo como verdadero nombre el de Alonso Solís. Natural
de un pueblo de Albacete de nombre La Roda de la jurisdicción del marquesado de
Villena.
Nació
en fecha de 1506 y fue su familia de humilde extracción y de origen totalmente
judío y avecindada en Villafranca, en tierras de Toledo.
En
la documentación referida, de fecha 12 de mayo 1534, que es declaración que
hace su padre en Toledo, ante el Santo Tribunal, se deduce que es hijo de
Andrés de Solís, mercader y su esposa Leonor Méndez y son sus abuelos paternos
Alonso de Solís y Elvira (para otros se llamo Clara) todos ellos de familias
judías y luego judeoconversas. Algunos autores dan por cierto que sus cuatro
abuelos murieron como judíos sin renuncia de su fe.
Una
declaración obtenida del propio Alonso Solís en Toledo año de 1531 señala que
su padre es Isaac Abenxuxen vecino de Villafranca y es su madre de nombre
Cahal. Es ese el nombre Clara que a algunos confunde? ( Museo Canario.
Estudiado por el Sr. Anaya Hernández).
Y un dato valiosísimo para confirmar su personalidad sin error posible. Su padre Andrés de Solís, en la misma declaración, de 1534 confirma que su hijo
Y un dato valiosísimo para confirmar su personalidad sin error posible. Su padre Andrés de Solís, en la misma declaración, de 1534 confirma que su hijo
“Alonso
de Solís vive casado en Canaria, dicen vive en la ciudad Real de Canaria (hoy,
Las Palmas de Gran Canaria)”. Museo Canario, Inquisición.
A la
pregunta de cómo firma y dice llamarse su hijo contesta que en carta que ha
recibido “su hijo se llama Alonso Pacheco.”
Ya
podemos ver que por parte de Alonso hay una clara intención de evitar el uso
del apellido Solís, o de evitar su reconocimiento, ante una nueva sociedad cuyo
comportamiento hacia los judíos y judeoconversos conoce. La Inquisición en
Canarias fue instaurada curiosamente el mismo año de su nacimiento 1506. Su
familia se mueve en el entorno de la jurisdicción de Villena. Y el marquesado
de Villena en el momento de su aparición en la vida canaria esta en poder de la
familia Pacheco. ¿Hay mejor argumento para cambiar su apellido sospechosamente
judaizante, Solís, por un apellido de casa noble e influyente, Pacheco? O
porque no el de Alonso Pacheco, Comendador de Villafranca en 1489. Registro
General del Sello.
Algún
genealogista con tintes de fantasía provinciana hace descender a Alonso Solís o
Alonso Pacheco, de Alonso de Solís Señor de Minaya. Una interesada confusión o
una mala lectura de la referencia a Rodrigo Pacheco Señor de Minaya y su
hermano Alonso de Pacheco. Pero el documento es de fecha 1516 cuando nuestro
Alonso Solís. Apenas tiene 10 y por demás es nula la relación entre ambas
familias. (Archivo General de Simancas). Lo mas cercano a Alonso Solís o
Pacheco en Minaya es que fue residencia de un hermano de su padre llamado
Lorenzo Solís.
Inició su vida laboral como comerciante en paños en sus primeros años en Canarias, donde se labro alguna regular fortuna y el respeto de la sociedad a la que sirvió ejerciendo de mensajero en varias ocasiones en sus viajes entre las islas y la península española. Fue en estas visitas a la corte de Felipe II donde adquirió su prestigio por su trabajo ordenado en relación a las defensas de las islas. Existe documentación fehaciente de esta actividad de los 1547 a 1557 con reiteradas solicitudes de artillería y medios defensivos. Fue Alférez Mayor de Gran Canaria y La Palma y Regidor de Gran Canaria entre 1552 y 1559.
De su
dedicación obtuvo el mandato del Rey Felipe II en el año de 1558 de hacer una
valoración y proyecto de defensa de las islas de Tenerife y Gran Canaria. A sus
consejos se debieron las fortificaciones de Santa Cruz de Tenerife, Puerto de
La Cruz, o Garachico. Preparo igualmente las disposiciones para organizar las
islas con Milicias al no poseer ejército permanente. Este encargo obedecía al
interés del rey Felipe II de librar a las islas de ataques piratas e impedir el
asalto a los navíos que llegaban de América
Caso en Gran Canaria con Teresa Herrera Contreras hija del judeoconverso Juan de Herrera y de su esposa Francisca Núñez del mismo origen. Juan de Herrera era a su vez hijo del converso Diego de Herrera. Tuvo Alonso Pacheco o Solís una numerosa descendencia de su matrimonio con Teresa Herrera. De sus hijos destacaremos a Francisco Alférez Mayor de la isla de La Palma.
Caso en Gran Canaria con Teresa Herrera Contreras hija del judeoconverso Juan de Herrera y de su esposa Francisca Núñez del mismo origen. Juan de Herrera era a su vez hijo del converso Diego de Herrera. Tuvo Alonso Pacheco o Solís una numerosa descendencia de su matrimonio con Teresa Herrera. De sus hijos destacaremos a Francisco Alférez Mayor de la isla de La Palma.
En el
devenir de su descendencia se daría una conjunción que ratificaría el uso el
apellido Pacheco-Solís .Juan Vázquez Pacheco, hijo de Juan Pacheco e Isabel
Vázquez de Alcalá, casa en Gran Canaria con Inés de Solís Aguilar. De esta
forma se vincula el apellido Pacheco con el apellido Solís que ya ostentaran
todos sus descendientes. Caso su hijo Tomas Pacheco Solís y Aguilar con Juana de
Vergara y Nava. Era Juana de la descendencia de Pedro de Vergara, converso, que
ya hemos estudiado.
Don Jerónimo Boza de Lima y
Pacheco Solís fue creado marques de Boza de Lima en 1736. Miguel Pacheco Solís Caraveo de Grimaldi fue gobernador de Thalco y Hualca en México.
Si el Señor no construye la casa,
En vano se afanan sus constructores.
Si el Señor no guarda la ciudad,
En vano vigilan los centinelas.
(Salmo)
(Juan Manuel Valladares, 2011. Director sección "Historia judía de Canarias")
No hay comentarios:
Publicar un comentario