EFEMÉRIDES
DE LA NACIÓN CANARIA
UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERIODO COLONIAL 1501-1600
DECADA 1531-1540
CAPITULO VII-XIV
Eduardo
Pedro García Rodríguez
1538.
Los colonos Miguel de Avilón y su mujer
Leonor Vélez se apartan del matrimonio por mutuo consentimiento, porque, como
dice el marido, «vos soys mujer moza e yo ombre viejo y de mucha hedad, de cuya
cabsa el matrimonio entre nos no pasa segund devía pasar, y que el dicho Miguel
menos aya cosa alguna de los dichos bienes, porque es hijo adulterino avido en
la dicha Leonor Vélez por Juan de Aguirre, Regidor, durante nuestro matrimonio,
y como tal hijo el dicho Juan de Aguirre lo tenía y por tal es avido y por tal
lo tomó en su poder.
1538.
En
esta fecha tenemos la primera noticia de la existencia de un batán en la isla
Chinech (Tenerife), cuando el colono Luís Velásquez arrienda a Juan Gonzales "...Una guerta de arboleda con un batan
e un molino casa e todo lo demas que le pertenece que yo tengo e poseo en el
barranco de la Madalena.. .".
Dentro
del proceso técnico de elaboración de tejidos de lana, podemos distinguir tres
pasos fundamentales; la hilatura, el tejidos de los paños y el bataneado de los
mismos.
Por
medio de este último, llevado a cabo dentro del edificio del batán, se limpiaba
el paño de las impurezas que había adquirido en los procesos anteriores, tanto
de grasa y polvo, como motas, pajas, elementos adheridos, etc... Para ello,
tras someter el tejido a diversos baños-el primero con agua caliente y otro con
una mezcla de agua caliente y arcilla arenosa-, el paño era introducido en la
pila del batán, donde mediante golpes de mazas, se encurtía el mismo, es decir,
se le daba el cuerpo correspondiente y la necesaria codena o grado de
resistencia de la tela. ¿En que consistía un batán?. Tras haberse
canalizado el agua del barranco, esta incidía sobre una rueda vertical que
imprimía el movimiento al mecanismo interior del batán. Una vez en el interior,
podemos decir que el batán se componía de dos partes perfectamente
diferenciadas: una pila, donde se bateaban los paños-sumergidos en agua previamente
calentada en una caldera
y un sistema de mazos de madera de grandes dimensiones que golpeaban el paño
allí depositado. Este sistema de mazos se movía gracias a la corriente de agua,
pues la rueda iba conectada a un eje que, adentrándose en el interior del
mecanismo y mediante una transmisión, hacía mover una serie de levas, dientes
que sucesivamente se levantaban y luego abandonaban a su propio peso los mazos
del batán, que caían sobre la pila
donde se hallaba el paño. Para el cuidado de los mazos, pieza básica dentro del
mecanismo del batán, el arrendador disponía de "...una barrena y un escoplo y una asuela y un martillo...".
Finalmente,
debemos destacar como a lo largo de este siglo se impondrá el topónimo Batán es a la hora de referirse a
nuestra área de interés. El primer documento localizado en que se utiliza este
topónimo esta fechado en 1625, cuando Juan de Mesa cede en enfiteusis "...un pedazo de tierra en los Batanes
onde dicen el Picacho...". A partir de de entonces, los
antiguos topónimos provenientes del siglo anterior irán desapareciendo
rápidamente, de tal manera que desde finales de siglo impondrá este como única
denominación, situación que perdura hasta la actualidad.
1538.
Nace en Telde el
criollo Agustín Báez.
El criollo canario
Domingo Báez escribió el primer libro de los Estados Unidos
El
primer libro redactado en el territorio de los actuales Estados Unidos de
América lo escribió un canario. Concretamente, el jesuita Domingo Agustín Báez,
nacido en Telde, Gran Canaria, en el año 1538.
La historia de este hombre despertó mi curiosidad, no sólo por
haber nacido en el archipiélago donde vivo, sino por el rocambolesco periplo
que le llevó a Georgia, donde hoy se le conoce más que en su ciudad natal. Pero
éste es el destino de todos los canarios que han sobresalido: su patria termina
siendo el lugar donde mueren, porque sus paisanos suelen hacer lo imposible por
borrar su memoria, cuando no han nacido en el seno de una familia poderosa.
Báez marchó a Salamanca para estudiar Artes y Cánones. Contaba
entonces veintidós años de edad. A los veinticuatro años, solicitó su entrada
en la Compañía de Jesús. Lo admitieron sólo como Hermano y allí estuvo
ejerciendo de sacristán. Dos años más tarde, en 1564, marchó a Valladolid para
ejercer de portero del convento jesuita de la ciudad. Su superior era Francisco
de Borja –más tarde declarado santo–, el cual lo admitió definitivamente como
Padre de la Compañía.
En 1568, el Rey de España nombró Gobernador de Cuba a Pedro
Menéndez y le puso en la bolsa nada menos que 200.000 ducados para que
conquistara la Florida. El hombre compró cuanto creía necesitar para la
expedición, sin olvidarse de llamar a su amigo Francisco de Borja para que le
facilitara una docena de misioneros. Nadie en su sano juicio se internaba en
tierras del Nuevo Mundo sin llevar consigo una buena provisión de frailes.
Borja le facilitó doce jesuitas como doce soles. Entre ellos,
incluyó a Domingo Agustín Báez que, siendo canario, extrañaría menos las frías
noches de Valladolid.
Y se hicieron a la mar desde San Lúcar de Barrameda. Tras unos
días de escala en las Islas Canarias, zarparon y, como decía don Gabriel de
Cárdenas a principios del siglo XVIII, “con buen tiempo llegaron á la Florida , donde hallaron
los estragos hechos por Gurgio, la infantería española hambrienta y desnuda: la
pacificación de los indios en peor estado que nunca…”.
No le gustó el panorama a Menéndez; dio media vuelta y puso la
proa con dirección a Cuba. Eso sí, el viaje fue malo. Tan malo que el piloto se
puso a blasfemar y a decir que la culpa de todo la tenían los jesuitas.
–¡Ah, hideputas –les gritaba–, sois peores los protestantes y los
turcos juntos! Con ellos he navegado sin que nunca me cogiera una tormenta como
ésta.
Bien fuera por las oraciones de los jesuitas o por las blasfemias
del piloto, lo cierto es que llegaron todos a La Habana vivos. Unos días más
tarde, el piloto volvió a cruzar el Caribe y, bien fuera por sus blasfemias o
por la oraciones de los jesuitas, sobrevino otra tormenta y pereció en ella.
El canario Domingo Agustín Báez y sus compañeros se quedaron en La
Habana, en un colegio que mandó a abrir Menéndez. Algo más adelante, volvieron
a la Florida. Báez fue asignado a la plaza de San Agustín para ayudar a
construir casas y una iglesia. Allí encontraría a descendientes de paisanos
suyos que estaban asentados desde los tiempos de Ponce de León. A la sombra de
la enorme fortaleza de San Marcos comenzó a evangelizar a los indígenas.
Pronto, los misioneros se
dividieron en dos grupos y abandonaron San Agustín. La razón era que estando
cerca de los soldados españoles no había manera de que los indios les hicieran
caso. Domingo Agustín marchó a la isla de Guale, transportando unos sacos de maíz
que le había entregado el obispo de Cuba. Mientras el maíz duró, los indígenas
no faltaron a una sola sesión de catequesis, pero después no hubo quien les
viera más el pelo. Además, el problema del idioma continuaba siendo un
impedimento.
Pero, a grandes males, grandes remedios. Báez poseía una endiablada (con perdón) facilidad para aprender idiomas. En menos de seis meses, ya hablaba con fluidez la lengua guale. De inmediato se puso a la tarea de escribir una Gramática guale, tal como haría en Brasil el tinerfeño José de Anchieta con la lengua tupí unos 25 años más tarde.
No tardó mucho en escribir también un Catecismo en guale. Báez lo escribió en verso para facilitar su memorización, al tiempo que enseñaba a sus compañeros la lengua aborigen.
Pero, a grandes males, grandes remedios. Báez poseía una endiablada (con perdón) facilidad para aprender idiomas. En menos de seis meses, ya hablaba con fluidez la lengua guale. De inmediato se puso a la tarea de escribir una Gramática guale, tal como haría en Brasil el tinerfeño José de Anchieta con la lengua tupí unos 25 años más tarde.
No tardó mucho en escribir también un Catecismo en guale. Báez lo escribió en verso para facilitar su memorización, al tiempo que enseñaba a sus compañeros la lengua aborigen.
Existe una cierta confusión sobre si Báez había escrito otro
catecismo en la lengua tamuga de la Florida, durante su estancia en
San Agustín, lo cual es muy probable.
Sea como fuere, el canario sucumbió en la isla de Guale. Un año más tarde, el Padre Domingo Agustín murió en la isla, víctima de una epidemia que diezmaba la población indígena. Se dice que falleció mientras cantaba con sus fieles un salmo en la iglesia de Santa Catalina. Más tarde, A. L. Borges escribiría:
Sea como fuere, el canario sucumbió en la isla de Guale. Un año más tarde, el Padre Domingo Agustín murió en la isla, víctima de una epidemia que diezmaba la población indígena. Se dice que falleció mientras cantaba con sus fieles un salmo en la iglesia de Santa Catalina. Más tarde, A. L. Borges escribiría:
“Pérdida lamentable, pues sabía hablar bien la lengua gualeana, la
enseñaba a los demás misioneros y había traducido a ella las oraciones y
doctrinas cristianas, poniéndolas en verso, para facilitar el aprendizaje de
los indios. El padre provincial lo había señalado ya para predicador en la
Tierra Firme. .. era ésta la segunda víctima que ofrecía su sangre por la
conversión de los indios floridanos”.
En la actualidad, en Georgia se muestra una gran consideración
hacia el autor de la primera Gramática que sistematizó una lengua indígena en
tierra de los actuales Estados Unidos. Además del Catecismo, también dejó
oraciones y salmos que fueron cantados en guale por los nativos.
(Manuel Mora Morales)
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BIBLIOGRAFÍA ESENCIAL
David Arias (obispo): Lives and Faces.
Gabriel de Cárdenas: Ensayo cronológico para la historia general de la Florida.
R. Edwin Green y Mary A Green: St. Simon History.
Analola Borges: Las primera migraciones desde las islas orientales.
1538. El Conde La
Gomera , tipo pintoresco en su atuendo pues con capa, pelliza,
calzas y caperuza blancas, parecía un gitano, según un testigo presencial, le
entregó a la mujer de Soto una hija bastarda, muy hermosa, llamada Leonor de
Bobadilla. Alcanzaba ya los 17 años que, suponemos, se truncaron en la Florida a tenor del resultado
de la expedición. O pudo quedarse en La Habana y no arrastrar la aventura continental,
porque de Soto, el lucido jinete de la invasión y conquista peruana, acabaría
su vida a orillas del Mississipi.
1538. El colono Esteban Justiniano, mercader genovés, estante, dice
que Catalina Rodríguez, portuguesa, vecina que fue de la isla de San Miguel de
las Azores, le ha servido cierto tiempo y estado en su compañía y le ha criado
dos hijas que en ella ha abido, por ello para hacer pago y enmienda de lo dicho,
le da desde hoy en adelante para todos los días de su vida unas casas que tiene
en esta ciudad de San Cristóbal. 1538.
1538. Nace en Tamaránt (Gran Canaria) el criollo Bartolomé Cairaco
y Figueroa, hijo de Constantino Cairasco quien era uno de de los colonos
genoveses establecidos en Tamarán a raíz de la invasión y conquista castellana
de la isla. Agricultor de holgada economía, dueño de un ingenio en Gáldar,
Tamaránt (Gran Canaria) y de casas en Winiwuada (Las Palmas), en una de las
cuales habría dé nacer su descendiente el poeta Bartolomé Cairasco. También
Constantino Cairasco, Constantino de la
Coba , Juan Mausel, Juan Ceberio, Cristóbal García; todos,
dueños de ingenios, litigadores ante la Cancillería dé Granada por deudas supuestas con
diezmos del cabildo catedralicio: el azúcar originando censuras y excomuniones.
Bartolomé Cairasco Figueroa (1538-1610), hermano de Constantino y Serafín,
tenía también sangre genovesa, rica en pujos aristocráticos y endulzado por
ingenios y maquilas. Su abuela materna era de origen guanche de quien aprendió
la lengua ancestral canaria de la cual hizo uso en algunos de sus escritos.
A Cairasco, estudiante en Sevilla
desde los diez años, su padre quiso alentarlo desde Winiwuada (Las Palmas) para
que, obtenidos los grados correspondientes, pudiese ocupar la tempranera
canongía que comenzó a disfrutara a los 13 años. Desde1548 a 1569, viajes a
Sevilla, a Portugal. Tal vez a Italia los primeros versos, las primeras
aventuras y los sucesivos requerimientos del cabildo catedralicio para que
terminara sus
estudios y ratificara la posesión
de la canongía, cosa que ocurrió hacia el año 1572.
En los años de ausencia de la
isla, versos, galanteos y ociosidad:
De famosos maestros me mandaron
aprendiese las artes liberales: refiere uno de los personajes del Templo
Militante; y las «artes liberales» fueron muchas y variadas.
Porque no solamente aprendió
humanidades, sino que supo mucho de música, de «damas» y de amores. El profesor
A. Cioranescu transcribe unos endecasílabos del poeta, bien situados dentro de
la línea garcilasiana, que prueba el aire galante del autor
de los versos. Y, como dice su
editor el doctor A pesar de haber tomado posesión de su canongía en 1553,
solicitó nueva licencia capitular por cinc años, escribió entremeses y jácaras,
alguna de las cuales fue motivo de advertencia leve por parte del “Santo
Oficio”. Recibió órdenes sacerdotales en 1559; obtuvo nueva licencia para
ampliar estudios -tal vez en Portugal e Italia- y volvió a aparecer en los
libros del cabildo en l569,Encargos variados, comisiones: Cairasco vivia su
vida canonical y escribía; bien por encargo del propio cabildo, bien por libre
inspiración.
En el primer caso, autor de
comedias para representar con motivo de la llegada del nuevo obispo (1582); la Comedia del Rescebimiento
era el título de la obra, a la que -como señala Cioranescu deben añadirse Santa
Catalina de Alejandria, la
Comedia del Alma y la Comedia de Santa Susana. Cairasco, pues, como
autor dramático, cuyas obras, Página del poema épico a pesar de prohibiciones
episcopales, se representaban dentro y fuera del templo con motivo de fiestas
litúrgicas o profanas.
A partir de 1590,
aproximadamente, Cairasco conoció los horrores de la guerra y el incendio de su
propia casa por manos holandesas, con quienes tuvo que servir de emisario sin
obtener resultado positivo en sus gestiones. Trabajos, cartas, encargos del
cabildo; y preparación de la edición de sus libros manuscritos. Peticiones,
zozobras, esperas: y por fin, el primer tomo del Templo militante, cuyas
ediciones de la segunda y tercera parte debieron de dejar algún dinero, dado el
litigio sostenido con uno de sus apoderados. Y, además, la traducción del
Godofredo famoso, de Tasso, obra que sintetiza muy bien las raíces
italianizantes y renacentistas de Cairasco.
Con todo, Templo Militante,
triunfo de virtudes, festividades y vidas de santos es la obra más importante
de nuestro escritor. Libro de difícil lectura, tocado ya de barroquismo
evidente, influido por la corriente de poesía narrativa religiosa cultivada por
Bernardo Balbuena -ariostino, como Cairasco-, fray Diego de Hojeda y Cristóbal
de Mesa. La «poesía a lo divino», de tan notable influencia en Góngora, y en
los pregongorinos andaluces -Rioja,
Jáuregui, Espinosa, la cultivó Cairasco con extensión y con reiterada
obstinación, sin que, como ya se ha dicho, su cultivo de la musa amorosa o
festiva sea capítulo desdeñable para conocer su talante de escritor.
«Cairasco dice A. Valbuena: “ Es
un temperamento retórico, magníficamente retórico, como después lo será Tomás
Morales”. Junto con la retórica, la alegoría la lengua literaria se va haciendo
más oscura y más rica en imágenes. Garcilaso se viste a lo divino; los santos
inspiran a los poetas; los hechos heroicos se adornan de episodios
hagiográficos. Carrasco que aprendió de sus maestros Sevilla nos e italianos
mucha de su imaginería poética conserva muy bien este aire de poeta narrativo
en el que los sucesos se potencian y se divinizan. Es decir, se llenan con la
aureola de lo mágico.
Así era -o así [la veía el poeta-
el bosque de Doramas, en su isla nativa de Tamaránt (Gran Canaria), aún vestida
de verde:
Partieron luego juntas al
habitáculo del rey Doramas,
no de blancos mármoles
más de columnas verdes y
selváticas,
do con vueltas erráticas
la yedra ciñe los excelsos
árboles
del tronco a la eminencia del
pináculo
do está el sagrado oráculo
de Apolo, de sus hijos y
discípulos,
de poderosas yerbas odoriferas,
al mundo salutíieras
Dioscorides hiciera y otros
fisicos
para lánguidos, éticos y tísicos.
El esdrújulo -verso que
caracterizó la mayor parte de su obra obnubila la descripción, envuelta entre
la fantasmagoría de metáforas, de hipérboles y de hipérbaton. Cairasco usa y
abusa de lo que leyó en Lope, en sus amigos los poetas andaluces y en sus
maestros italianos (Tasso, sobre todo) .Nuestro poeta participa ampliamente de
la cultura de su tiempo para aplicarla en gracia de su visión insular. (Alfonso
Armas Ayala)
1538 mayo 26.
JUAN
DE AYALA, HIJO DE MARTÍN ALEMÁN, CON PODER DE SU HERMANA ISABEL MARTIN, DA A TRIBUTO Y CENSO A DIEGO DIAZ Y BARTOLOMÉ DE TOVILLEJA, VECINOS DE TELDE: SIETE SUERTES DE AGUA DE DULA DE LA ACEQUIA REAL DE
AGUATONA, DOS SUERTES DE TIERRA
JUNTO AL ALBERCÓN CON QUE MUELE EL
INGENIO, CUATRO SUERTES QUE LINDAN CON LA TARIFA Y EL CAMINO QUE
VIENE DE AGUIMES AL INGENIO, DOS SUERTES
LINDANTES CON DIEGO LEÓN (LEONEAS?), DOS
SUERTES JUNTO AL CAMINO REAL TELDE-AGUIMES, DOS SUERTES (POR ESCRITURA DE ALONSO DE MATOS A MARTÍN
ALEMÁN), TIERRAS EN EL CAMINO REAL QUE
VA A AGUIMES Y UNAS CASAS EN AGUIMES.
“Sepas cuantos esta carta vieren como yo Juan
de Ayala, hijo de Martín Alemán, difunto, que haya gloria, en nombre y en voz de Isabel Martínez, mi hermana, mujer
de Antonio de Abrego,
difunto, hija y heredera del dicho Martín Alemán, mi padre, y por
virtud del poder que de ella tengo, que pasó ante Juan Núñez,
escribano público de Sevilla, en viernes veinte e cuatro
días del
mes de septiembre
de mil e
quinientos e treinta
e cinco años. Otorgo e conozco que doy a tributo e censo infetuosin desde el día de Señor San
Juan de junio primero que viene de este
presente año en que estamos de mil e
quinientos e treinta e ocho años en adelante para siempre jamás a
vos Diego Díaz e Bartolomé de Tovilleja, vecinos de la ciudad de Telde, que es
en esta isla de Gran Canaria, que están presentes, siete suertes de agua por
sus dulas según que se reparten en la
acequia real de la Vega
de Aguatona, que es en esta
dicha isla en el término de
Agüimes, que la dicha Isabel Martínez, mi hermana, como heredera
del dicho Martín Alemán, tiene e le pertenecen en la dicha acequia real
de la dicha Vega de Aguatona. E otro sí, vos doy en el dicho tributo e censo dos suertes de tierras que la dicha
Isabel Martínez, mi hermana, tiene junto al albercón, con que muele el ingenio
de la dicha Vega, que linda con la dicha acequia real, e con el camino que va del dicho ingenio a la dicha Vega de
Agüimes, e con tierras del hospital de Señor San Martín, e la una suerte de
ellas tiene puesta de cañas de hoj_lias o bin [sic] por arrendamiento que yo
tengo hecho de ellas por cuatro años a precio de ocho fanegas de trigo por
[¿tiempo?] de dos años, del cual dicho arrendamiento ha
corrido e pasado
un año e
le quedan tres
años por cumplir e de la dicha
renta yo he cobrado los dos años
primeros, e lo demás que resta por correr e cumplir del dicho arrendamiento lo habéis de haber e
cobrar vos los susodichos por
vosotros propios; e la escritura del dicho arrendamiento pasó e se otorgó ante
Hernando de Padilla, escribano público
de esta dicha isla, por el mes de febrero por escritura del año que pasó de mil
e quinientos e treinta e siete años. E
la otra suerte de tierras está con suertes de cañas de azúcar de soca cortada
de este año, e vos la doy con las dichas cañas de soca que en ellas están. E
otro sí, vos doy en el dicho tributo e censo otras cuatro suertes de tierras que la dicha Isabel
Martínez tiene en la dicha Vega de
Aguatona que se dicen las tierras de [roto]os, que son todas juntas en un
cercado que lindan con tierras que dicen
en La Tarifa y
el camino que viene de Agüimes al
ingenio. E otro sí, vos doy en el dicho
tributo e censo otras dos suertes de
tierras [roto] hermana tiene en la dicha
Vega de Aguatona, que lindan [roto] de las casa de Francisco Sánchez de los
Palacios e con tierras de los menores
hijos de Diego de León [roto]. E otro sí, os doy en el dicho tributo e censo e otras dos suertes [roto] que la
dicha Isabel Martínez, mi hermana, tiene en la dicha Vega de Aguatona [roto]
lin- dan con el camino real que va de
Telde a Agüimes e con tierras de Álvaro de Herrera. E otro sí, vos doy al dicho tributo
e censo todo el derecho
e sucesión que la dicha Isabel
Martínez, mi hermana, tiene e le
pertenece a otras dos suertes de tierras
que son en la decha Vega de Aguatona, por razón de cierta escritura e
obligación que el dicho Martín Alemán,
mi padre, e la dicha Isabel Martínez, mi hermana, como su heredera, tenía e tiene contra Alonso de
Matos, vecino de esta
dicha isla, para que
las podáis pedir e demandar,
e recibir e cobrar, del dicho Alonso de Matos e de otro cualquier
persona o personas
que con derecho
podáis e debáis;
e así habidas
e cobradas, sean propias e de vuestros herederos e sucesores en el dicho trib- uto e censo
[roto] tanto que la dicha
Isabel Martínez, mi hermana, y sus herederos y sucesores no sean obligados a vos las sanear ni hacer [roto] en
ningún tiempo. E otro sí, vos doy en el
dicho tributo e censo todo el dere- cho
e sucesión que la dicha Isabel Martínez, mi hermana, como heredera del
dicho Martín Alemán, nuestro padre, tiene
a ciertas tierras que son en
la dicha Vega de Aguatona, que lindan
con el camino real que va de esta
ciudad de Agüimes e a unas casas que son en la dicha villa de Agümes e que al
presente mora Roque Díaz, sobre las cuales dichas tierras e casas yo en el
dicho nombre trato pleito con el dicho
Francisco Sánchez, para que vos los susodichos podáis seguir, e fenecer e
acabar el dicho pleito por todas suyas, e si lo vencierdes [sic] toméis e
hayáis las dichas tierras e casas en el dicho tributo e censo por vosotros, e por vuestros herederos e sus sucesores, perpetuamente para siempre
jamás, en tal manera que la dicha Isabel Martínez, mi hermana, ni los dichos sus herederos e sus sucesores, no sean obligados a vos las
sanear ni hacer escrituras de lo que de susodicho es. E para pedir e demandar, e recibir
e cobrar las dichas dos suertes
de tierras del dicho Alonso de
Matos e las dichas casas e tierras del dicho Francisco Sánchez de los Palacios
e de quien con derecho podáis e debáis,
vos instituyo el poder que le da la
dicha Isabel Martínez, mi hermana,
tengo, e en el dicho nombre vos lo cedo e traspaso según [roto]
de ella tengo, e vos hago para ello prsco a vos [roto] en vuestro mismo
fecho e causa propia. Las cuales dichas tierras, e aguas e casas, de suso
contenidas e declaradas vos doy en el
dicho nombre al dicho censo e
tributo bueno, sin lasto e derecho, sin
embargo e sin condición alguna, con todas sus entradas e salidas, usos, e costumbres, e
servidumbres, e [roto] todas sus pertenencias
cuidadas desde hoy [roto] precio de treinta y ocho doblas de oro [roto] de esta
moneda que hora se usa en Canaria
[roto].” .(Rafael Sánchez Valerón y
Felipe Enrique Martín Santiago. Génesis
y desarrollo de Ingenio durante el siglo XVI)
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