UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERIODO COLONIAL 1501-1600
DECADA 1551-1560
CAPITULO IX-IX
Eduardo Pedro García Rodríguez
1554. Ordenanza que obliga
a los vecinos colonos al derribo de las casas de paja por el peligro que
entraña el fuego.
1554.
El descontento de las islas por
el resultado de la campaña militar de 1553 iba a tener muy pronto reflejo en
las determinaciones de la
Corona con respecto al gobierno político-militar del
Archipiélago.
Ya a fines de aquel año don
Rodrigo Manrique escribía a Cerón y a varios regidores, sus amigos, que el
Príncipe tenía el propósito de encomendarle otra vez .el gobierno de la isla y
que esperaba estar en ella afines del mes de febrero de 1554 (17).
Ahora, con la embajada o comisión
de Zambrano y las noticias de que eran portadores los mensajeros de Tenerife y La Palma , Felipe II, ante la
gravedad del peligro, pensó en alterar el régimen politico-militar de las
islas, aceptando en parte las soluciones que ellas mismas le brindaban.
A don Rodrigo Manrique le
encomendó del gobierno superior militar del Archipiélago, con título de
visitador de las islas en lo tocante a la guerra, y del mando particular en
Gran Canaria como gobernador y justicia mayor; para el gobierno de Tenerife y La Palma escogió (quizá por
propia recomendación de Manrique) al licenciado don Juan López de Cepeda, que,
aunque hombre de letras, había dado pruebas de su pericia militar mandando la
flota canaria en 1552; y para el gobierno castrense de algunas de las islas
mayores pensó el Príncipe en designar sus respectivos capitanes generales,
escogiéndolos entre los naturales del país o aquellos colonos que llevasen
largo tiempo avecindados en el mismo.
Los rumores de estos cambios que
en las alturas se fraguaban, debieron llegar muy pronto al Archipiélago, por
cuanto el mismo gobernador, don Luís Serrano de Vigil, escribía el 19 de
febrero de 1554 una larga carta al Príncipe haciéndose eco de ellos y queriendo
justificar su actuación militar ("He
hecho-decia- lo que soy obligado en las cosas de justicia y gobernación; mas en
las cosas de guerra he hecho lo que un leal caballero práctico pudiera hacer en
servicio de V. A., y si dijese que lo he hecho mejor que los que hasta aquí han
venido a esta isla no me alargaria; que en un alío que tengo la vara he
renovado toda la forteleza que estaba muy perdida y he hecho en ella dos cubos
grandes muy fuertes y necesarios y otros reparos.") Ignorante, además,
de que don Pedro Cerón había solicitado su relevo, se deshacía en elogios del
mismo, y hasta procuró por medio de una pública información abierta en Las
Palmas días antes (el 5 de febrero, a petición de los regidores don Alonso
Pacheco y don Francisco de Quesada) que resaltasen los méritos de aquel Jefe militar para decidir
al Príncipe a nombrarlo capitán general de Gran Canaria.
Pero fueron, a la postre,
inútiles cuantos esfuerzos hizo Serrano de Vigil por prorrogar su mando, porque
ya en enero de 1554 estaba nombrado don Rodrigo Manrique gobernador y justicia
mayor de Gran Canaria, como se deduce de la Real cédula de 11 de enero de 1554, dirigida a su
nombre.
Dicha Real cédula, firmada por el
Príncipe y suscrita por el secretario don Francisco de Ledesma, venía a ser
como el programa de gobierno a que debía atender preferentemente el gobernador.
Felipe II le hacía entrega de 300 arcabuces y 1.000 picas, de las fábricas de
Málaga, para que con ellos procediese a su reparto entre las distintas "compañías y escuadras", que
debían ser reformadas y mejoradas, señalando a sus componentes el punto de
reunión y defensa, para que cada cual acudiese a la misma
sin pérdida de tiempo. Le
encargaba a continuación que estudiase los lugares donde se debían construir
las nuevas fortalezas y torres y la artillería necesaria para ellas. Por
último, con objeto de resolver el problema de los moriscos (gravisimo en
Fuerteventura y Lanzarote por las incursiones de sus señores a las costas de
África, que había tenido como alarmante signo la emigración voluntaria y oculta
de 35 personas), le indicaba la conveniencia de obligar a los moriscos y
cristianos nuevos a emigrar a España.
Dispuesto, así, don Rodrigo
Manrique de todos los elementos necesarios, emprendió el viaje a Gran Canaria,
adonde debió llegar en el mes de marzo de 1554. "y su nombre fué de nuevo
talismán para las islas, porque desde su arribo hasta que finalizó aquella
sangrienta guerra (1556) se inauguró un período de paz, apenas interrumpido, de
dos años de duración. Paz más digna de tenerse en cuenta estando sus aguas
cuajadas de corsarios franceses que no ignoraban el poder de su brazo y sus
terribles justicias.
Como complemento de la Real cédula de 11 de enero de
1554, expidió la Corona
dos meses más tarde las correspondientes cédulas de nombramiento de capitanes
generales, que recayeron en las islas de Gran Canaria y La Palma en los "muy
magníficos señores" don Pedro Cerón y Ponce de León y don Juan de
Monteverde y Pruss, respectivamente.
En cambio, la Real cédula a favor de don
Juan de Monteverde y Pruss se conserva en el Archivo de Simancas. Tiene fecha
de 20 de marzo de 1554 y está firmada por el Príncipe y refrendada por el
secretario Francisco de Ledesma. Por ella, atendiendo a los ofrecimientos
hechos por Juan de Monteverde, a raíz del ataque de los franceses, de dirigir a
la gente de guerra, el Rey le nombraba su capitán general en la isla de La Palma "por el tiempo que fuere la voluntad de Su Magestad" y
con la especial comisión de "que hordene, aperciba y prebenga la gente
della para que esten armados y en orden y acudan donde y como les hordenare
cuando conviniere para la defensa de dicha isla".
Además, el Príncipe, teniendo en
cuenta las noticias comunicadas por el mensajero de La Palma de que Monteverde "a su costa hazia una
fortaleza y que daba yndustria e ayudaba a [que] aquella isla hiciese otra",
tuvo a bien beneficiarlo con el cargo anejo de alcaide, de las fortalezas de la
isla, con la comisión también de dirigir las obras de las mismas.
Sin embargo, el excesivo
encumbramiento de Monteverde, conseguido con inhábiles y torpes maniobras,
había de ser recibido con desagrado en La Palma , provocando ruidosos y enconados litigios,
en contraste con la aceptación casi general con que fué recibido en Gran
Canaria Pedro Cerón.
En cuanto a la isla de Tenerife,
el príncipe don Felipe no introdujo variaciones en su gobierno, por no haberse
solicitado la reforma y acaso por la confianza que tenía en las dotes y la pericia
militar de Cepeda. Lo único cierto es que a partir de 1554 éste, siguiendo la
corriente del momento, tomó el título efectivo de capitán general de Tenerife,
siendo, por tanto, la única isla en que las funciones gubernativas y castrenses
quedaron vinculadas en una misma persona. (En: A. Rumeu de Armas, 1991)
1554 Enero 1.
La metrópoli designa gobernador
colonial en las islas de Chinech (Tenerife) y Benahuare (La Palma ) a Juan Lopez de
Cepeda por espacio de un año, aunque antes de expirar éste Felipe II expidió
nuevo titulo a su favór el 28 de diciembre del mismo año. (Ambos títulos
originales se conservan en el A. C. T.: Letra T, leg. 1, núm. 4, doc. 10 y 11.)
En 1555 le habia propuesto don
Rodrigo Manrique de Acuña, admirado de sus ser-vicios, para ocupar una de las
plazas de oidores de la
Audiencia de Canarias (A. S.: Mar y Tierra, leg. 59, doc.
45). El Rey no accedió entonces a la petición; pero, en cambio, en los primeros
meses de 1557 ya corrieron por las islas rumores de ascenso y traslado. El Cabildo
acordó entonces, en sesión de 19 de febrero de dicho año, solicitar la
prorrogación de Cepeda, teniendo en cuenta que él había sido el alma de las
reformas militares y el iniciador de las nuevas fortificaciones, que debían ser
concluidas bajo su experta dirección. El mensajero Juan Bautista de Arguijo
quedó encargado de cumplir los deseos del Cabildo. (Libros de Acuerdos, sesión
citada.)
No obstante, por Real Orden dada
en Valladolid el 19 de mayo de 1558, Cepeda fue designado para pasar desde
Tenerife a la isla de Santo Domingo, tomar la residencia al licenciado Alonso
Maldonado, presidente de aquella Real Audiencia, y presidirla a su vez como
oidor decano durante el tiempo de su comisión. (Libro de Reales Cédulas del
Cabildo de Tenerife. Oficio V, fol. 281.)
Don Juan López de Cepeda
desempeñó, más adelante, en las Indias los siguientes cargos: oidor de la Audiencia , de Santa Fe,
alcalde de crimen de la
Audiencia de Lima y presidente de las de Panamá, Tierra Firme
(1584) y Charcas (1588).
Juan López de Cepeda había casado
en La Laguna
con doña Isabel de Rivera y Lugo, hija natural del tercer Adelantado de
Canarias don Alonso Luís Fernández de
Lugo. Sin embargo, su
descendencia volvería a enlazar con la familia de los Adelanta-
dos por la línea legitima, pues
su única hija, doña Ana de Cepeda y Rivera, casó en Lima con don Diego Vázquez
de Arce y Lugo (hijo de doña Jacoba de Cabrera y Lugo.
Por último, una nieta de López de
Cepeda, doña Luisa de Arce, volvería a las Canarias en compañía de su esposo,
don Luís Fernández de Córdoba, señor de la villa de El Carpio, caballero de 1a
Orden de Santiago y capitán general de las Islas Canarias (1638-1643). (En: A.
Rumeu de Armas, 1991, nota a pié de página)
1554 enero 11.
ARRENDAMIENTO
DE TIERRAS Y AGUA DEL HOSPITAL DE SAN
MARTÍN EN LA VEGA DE AGUATONA,
LINDANTES CON TIERRAS DEL DEÁN.
Las Palmas.
“Hernando de
Aguilar, vecino de la isla,
como cesionario del Hospital de San Martín de esta ciudad,
arrienda a Diego Xara, vecino de la ciudad
de Telde, una suerte de tierras que el hospital tiene
en el tér- mino de Agüimes en la Vega de Gatona [¿Aguatona?] con el agua que le
pertenece para su riego (una suerte),
que linda de un parte con tierras del Deán y de otra con tierras de Valdevieso,
por tiempo de cuatro años que corren desde
del presente y por precio de 10 doblas
cada año; a cuen- ta ha recibido
las 10 doblas de la renta del primer año.”
1554 febrero 15.
PETICIÓN DE
JUAN GONZÁLEZ ,CAÑAVERERO, VECINO EN EL
“YNGENIO QUE DICEN
DEL AGUIMES”, DE DOS
TROZOS DE TIERRA EN
“AGUAMARHUZ” CON DOS
CUEVAS Y UN MANANTIAL,SEPARADOS
POR EL CAMINO QUE VIENE DE TELDE PARA EL CARRIZAL.Las Palmas. “…Mui magnificos señores
Juan Gonçalez cañaverero
vezino en el yngenio
que dizen del
Agüimes beso las manos de
vuestras señorias eles pido e
subplico que en vezindad me hagan merçed
de un pedaço de tierra de sequero montuosa
que nunca fue aprobechada que
es a donde dizen Aguamarhuz que
se entiende el….barranco de agua Marhuz
de una parte e de la otra
aguas vertientes para dentro del dicho
barranco desde las albarradas de las tierras de sembrar
pan en Aguatona el bar- ranco
abaxo hasta el camino que viene de Telde para el Carrizal e por baxo del dicho camino
otro pedaço de tierras que esta linde con este e que puede aver el uno
u el otro hasta en cantidad de diez e seys hane- gadas de
tierras de probecho
lo que en
este termino se
pudiere aprobechar hasta en
cantidad de diez
e seys hanegadas de
tierra de probecho lo que
en este termino se pudiere aprobechar
hasta en canti- dad de las dichas
dieze seys hanegadas de tierra con más
dos quevas e un manantial
que estan en el dicho
barranco para las aprobechar y en hazerlo asi vuestras señorias haran serviçio a Dios Nuestro Señor e a mi muy grang merçed,cuyo mui
magnifico ayuntamiento y estado
Nuestro Señor en su serviçio prospere
amen.”
E por los dichos señores
governador e Regidores vista
dixeron que le davan e dieron las dichas tierras que pide e donde las pide debaxo de los dichos linderos sin
perjuizio de terçero e con las condicçiones de las tierras de sequero e las quevas
le davan e dieron conforme a la horde- nança que
en la dicha rrazon
habla e dello le mandaron se asiente en este libro de los Repartimientos e se le de titulo.” (Rafael Sánchez Valerón y Felipe Enrique Martín Santiago. Génesis y desarrollo del
Ingenio durante el siglo XVI)
1554 Febrero 19.
Carta de Serrano del gobernador
colonial de Gran Canaria Serrano Vigil al Príncipe: "Y yo siempre fui
amigo-declarado dar noticia a V. A., y ansi le he dicho en las pasadas que un
caballero que se dize D. Pedro Ceron, el cual esta is1a le eligio por general
de la gente de guerra y yo lo he tenido por bien: el cual en lo de arriba a
servido muy bien a V. A. con su persona y hacienda y aunque don Rodrigo venga a
esta isla conviene al servicio de V. A. que este caballero tenga la mano en las
cosas de la guerra como hasta ahorra ha tenido; que es muy rico y tiene muchos
campos, y esta bienquisto, que toda la gente de la is1a le seguira y afrontara
a do el arrastrare..." A. S.: Diversos de Castilla. Tomo 13-51. (En: A.
Rumeu de Armas, 1991, nota a pie de página)
1554 febrero 26.
PETICIÓN DE
FRANCISCO DÍAZ, VECINO DE AGUIMES DE UNAS TIERRAS CON UNAS CUEVAS Y LICENCIA PARA UN ASIENTO
DE COLMENAS, ENTRE EL BARRANCO DE AGUA- TONA Y EL BARRANCO QUE PARTE EL TÉRMINO DE AGUIMES.
Las Palmas. “…Muy magnificos señores, Françisco Diaz
vezino desta ysla en Aguymes besa las
manos de vuestras
señorias y les suplica
le hagan merçed de un
pedaço de tierra en que
podra aver una suerte
de tierra poco más o
menos con otros
pedaçuelos que estan
alrrededor que podran tener
otra suerte poco más o menos que es en el dicho termino de
Aguymes que linda de
la una parte
la cordillera del
barranco de Aguatona y por la
otra banda de abaxo las cordilleras de
los dichos bar- rancos que bienen a
juntar uno con otro e por la banda de
arriba tierras realengas. Y ansi
mismo suplica le hagan
merçed de unas
cuebas que estan dentro del dicho
pedaço de tierra con que ansymysmo se le haga merçed de liçençia para un asyento
de colmenas en la dicha tierra
por que en ello le haran vuestras señorias muy gran bien e merçed, cuyo
muy magnifico ayuntamiento nuestro señor
aumente por su santo serviçio.
E por los dichos señores
gobernador e regidores vista dixeron que se le dan syn perjuizio de terçero
las tierras que pide y donde las
pide sin per- juizio de terçero
e con las condiçiones de las
tierras de sequero
e man- daronselas asentar en el
libro de repartimientos e que se le de titulo
dellas e que las cuevas las tenga conforme a la hordenança.” (Rafael Sánchez Valerón y Felipe
Enrique Martín Santiago. Génesis y
desarrollo del Ingenio durante el siglo XVI)
No hay comentarios:
Publicar un comentario