jueves, 20 de agosto de 2015

ARCHIVO PERSONAL DE EDUARDO PEDRO GARCÍA RODRÍGUEZ-XXIX


POR FALTA DE HIPOTESIS QUE NO SEA…

2004 septiembre 12.

Cómo vinieron los guanches

Este es el primer artículo de una serie de tres que tratan sobre uno de los principales misterios que quedan por  resolver sobre nuestros primitivos antepasados.

Cuando los primeros europeos llegaron a Canarias, debieron haberse quedado bastante  sorprendidos al encontrar cerca de la costa africana y muy alejados del continente europeo, a unos indígenas blancos, altos, bien proporcionados y en muchos casos de ojos azules.                      

El aspecto físico: de los guanches y las diferencias que existen con los pobladores contemporáneos de la cercana costa de África, han ocasionado no pocas controversias acerca de su posible origen.

Algunos han sugerido que podrían ser descendientes de antiguos pueblos germánicos.

 Otros incluso han encontrado, en este hecho base suficiente para demostrar la existencia de un supuesto continente perdido.

Sin embargó las hipótesis más fiables por estar respaldas por indicios de carácter científico, son las que sugieren el origen beréber de los guanches.

Estos indicios están basados no. solo en estudios antropológicos, sino también en la frecuencia de determinados grupos sanguíneos así como en la genética de las poblaciones de diferentes pueblos de África y su comparación con los respectivos datos encontrados en la población canaria.

Según los estudios basados en la comparación de los grupos sanguíneos (García Talavera y otros), existe una elevada proporción del grupo sanguíneo O (el que se supone mayoritario entre los guanches) en la población canaria actual, Lo mismo ocurre en el caso de los tuareg del Ahaggar y los bereberes de Áit Haddidu del alto Atlas.

Asimismo, el análisis del material genético deja, población canaria actual (Gavalli-Sforza y otros) revela que existen también similitudes, con los modernos bereberes norteafricanos.

Por tanto, todos los indicios apuntan al origen africano de nuestros primitivos aborígenes.

Una vez respondida la pregunta sobre el origen, las siguientes preguntas que debemos plantearnos son: ¿Cómo llegaron los. guanches desde la costa africana? ¿Cómo es posible que llegaran no a una, sino a la mayor parte de las islas?.

Una respuesta que puede parecer evidente sería la de atribuirles a los guanches los conocimientos necesarios para fabricar y tripular embarcaciones, de tal forma que llegarían navegando con sus propias naves desde África.

Pero hay dos argumentos en contra de esta posible explicación,

Él primero es quemo se ha encontrado ninguna prueba dé que los guaches poseyeran la capacidad de navegación sólo  han aparecido restos de embarcaciones entre los yácimientos arqueológicos, sino que, según constataron los primeros cronistas europeos, los primitivos aborígenes carecían de cualquier artilugio que les sirviera para adentrarse' en el mar podría argumentarse que los primeros guanches pudiesen haber poseído estos conocimientos, pero fueron posteriormente "olvidados" a través de las sucesivas generaciones sin embargo, para cruzar los más de 100 kilómetros que separan a Canarias de las costas africanas hacen falta embarcaciones muy robustas. Una travesía como esta podría haberse prolongado durante semanas, con lo que deberían llevar consigo también un peso importante en provisiones. Y no solo debían transportar un número importante de personas para asegurar la colonización de las islas, sino que además tendrían que haber venido con sus animales domésticos.

Para que un pueblo llegue á dominar este arte de una forma tan eficaz hacen falta muchas generaciones. (¿Cómo es posible que los guanches, hayan olvidado algo que les costó tanto aprender? ¿Por qué lo olvidaron los pueblos guanches de todas las islas y no los de una sola?"

Supongamos que efectivamente loa primeros inmigrantes que llegaron a Canarias tenían unas sólidas embarcaciones (en este caso las actuales pateras les deberían haber parecido: unos cómodos trasatlánticos). 

Cómo sabían que echándose al mar navegando en dirección al oeste llegarían a Canaria.

 No disponían de mapas de Navegación y por supuesto tampoco de brújulas. Ni siquiera sabían que podían encontrar tierra. La probabilidad de que una barca salga .desde un punto cualquiera dé la costa africana elegido al azar y llegue a Canarias es ínfima, por no decir nula. Los actuales inmigrantes, que vienen con motores fuera borra y conocen perfectamente su destino así como el punto dé donde deben partir en África; a veces terminan extraviándose. Para los primitivos colonizadores; una travesía de estas características sería un suicidio con garantía.     Así pues debido a éstos argumentos en contra es altamente improbable que los guanches llegaran a través del  mar  por sus propios medios. Supongamos sin  embargó, que alguna civilización; que poseyera la capacidad de atravesar grandes distancias marinas pudiese haber transportado a los guanches desde África. ¿Qué tripulación abría puesto en riesgo sus vidas para realizar tal empresa? Es difícil imaginar a los antiguos pueblos vikingos, fenicios o cartagineses haciendo el papel de buenos samaritanos transportando a los bereberes en lugar de dedi carse al saqueo como parecen demostrar los datos históricos.

Parece, pues, improbable que los primitivos guanches hayan llegado a bordo de las embarcaciones de otros pueblos más avánzados

 Luego, si no vinieron por mar en sus propias embarcaciones ni tampoco a bordo de las naves de otros pueblos, ¿cómo pudieron haber venido?

Una sorprendente posibilidad será explicada en el próximo artículo.
(Diario de Avisos 29 de agosto de 2004)

En el artículo anterior explicamos el muy probable origen africano de nuestros antepasados, (-4 ) También expresamos serias dudas sobre la posibilidad de que los guanches viniesen a bordo de embarcaciones que construyeran y tripularan ellos mismos.

Asimismo, parece poco probable que los transportasen otras civilizaciones fon una mayor tradición marinera como por ejemplo los vikingos, fenicios y cartagineses.

Por tanto, si no vinieron por el mar con sus propios medios ni con los de otros pueblos, Qué otra posible explicación nos queda?

Por tierra._¿Les parece descabellado? Siga leyendo. 

El punto de Canarias más cercano a la costa africana está situado a unos noventa y cinco kilómetros. Es una distancia enorme para un ser humano que quiera cruzarla a nado o a bordo de una frágil embarcación. Pero es una distancia muy pequeña comparada con las dimensiones de un continente.

¿Quien puede asegurar que las costas del continente africano son las mismas que hace diez o quince mil años.

Por qué la naturaleza volcánica de las islas es incompatible que en algún momento éstas hubiesen formado parte de África en lugar de surgir del fondo marino?

Veamos cuáles son las evidencias que apoyan esta idea.

El nivel de los mares no siempre ha sido el mismo. De hecho, el nivel de los mares depende de la cantidad de hielo que existe en la tierra en forma de glaciares.

Existen pruebas paleo climáticas que demuestran que el clima de la tierra ha variado a lo largo de su historia. Hubo periodos donde la temperatura media de la tierra se enfrió lo suficiente como para permitir la formación de inmensos glaciares.

Durante el último periodo glacial (conocido como Pleistocenó una gran parte del hemisferio norte se hallaba cubierto por una enorme capa de hielo. Algunos investigadores sugieren que llegaron a existir mas de 70 millones de Km cúbicos de agua en forma de hielo. Es decir 38 millones de Km. cúbicos más de lo que existe en la actualidad. Para que el lector se haga una idea de estas magnitudes, un embalse de un Km cúbico de capacidad contendría un billón de litros de agua.

Si quitásemos actualmente de nuestros océanos estos 38 millones de Km cubicos, el nivel del mar bajaría unos 106 metros. Además, deberíamos tener en cuenta que el volumen del agua disminuye con la temperatura. Por cada grado centígrado que baje la temperatura media de la tierra, el nivel de los mares descendería unos dos metros. Debido a estos dos factores algunos científicos sugieren que el nivel del mar podría haber bajado hasta unos doscientos metros con respecto al nivel que
tenemos actualmente.

Imaginemos lo que pueden suponer un descenso de doscientos metros en el nivel de los mares. Las costas y los límites de los continentes podrían cambiar de una forma importante.
Si en la actualidad el nivel de mares subiese estos doscientos metros, una parte importante de la superficie de los continentes quedaría sumergida. Las montañas situadas en las costas originarían numerosas "islas" que anteriormente no existían, de no ser por los registros escritos, al cabo de miles de años los descendientes de los actuales habitantes estarían intentando averiguar cómo  que se originaron dichas ; islas.

Supongamos que lo que conocemos  actualmente corno nuestras islas en realidad eran montañas o territorios elevados haber sido una costa africana más extensa que la actual.

Imaginemos también que el progresivo retroceso de los glaciares, que comenzó hace quince mil años y dura hasta la actualidad, fuera inundando las tierras bajas de esa primitiva costa africana quedando aisladas las montañas o las zonas más elevadas del resto del continente.

El nivel del agua habría ido subiendo progresivamente sometiendo a las zonas recientemente inundadas a una intensa a la acción de las olas y de las corrientes marítimas.

Esta acción erosiva podría hacer que la distancia entre el fondo marino y la superficie del mar fuera aún mayor que la explicada por la simple subida del nivel del mar. Con esto se podrían explicar las enormes prolundidades que existen entre algunas de las diferentes islas.

Si esto pudo ocurrir de esta manera  flora, la fauna y los primitivos habitantes podrían haber quedado aislados del continente.

Todo ello ocurriría a una escala muy dilatada en el tiempo (miles de años). Los primitivos habitantes de estas tierras se irían situando de una forma imperceptible en terrenos cada vez más altos, de tal forma que ni siquiera se darían cuenta de que una vez pudieron emigrar caminando desde el continente.

Donde quiera que existiese una zona montañosa capaz de albergar algún grupo humano, allí estaría establecido algún poblado guanche.

Ésto explicaría no solo la presencia de un pueblo muy primitivo sin conocimientos de navegación en Canarias. También explicaría por qué los guanches, estaban presentes en la mayoría de las islas7]2_cómo pudieron tener consigo animales domésticos de demasiada envergadura como para poder hacer un viaje en una pequeña embarcación.

Sin embargo, aunque esta idea pueda arrojar alguna luz sobre muchos de los interrogantes planteados hasta ahora, no deja de ser un entretenimiento intelectual si no se aportan pruebas o por lo menos indicios que pudiesen darle alguna credibilidad.

Y existen los indicios que pueden apoyar esta i Además, gracias a las modernas técnicas, de biología molecular podríamos también reunir pruebas que la doten de una mayor solidez. 

Pero eso forma parte del próximo artículo. (Diario de Avisos 5 octubre 2004.

En el primer artículo indicamos el más que probable origen africano de los guanches, pero expresamos los inconvenientes para explicar su travesía marítima desde África.

En el segundo artículo aventuramos la idea de que quizás los guanches no vinieron a través del mar, sino que lo que hoy conocemos por Canarias eran simples montañas_o terrenos elevados de una otrora más amplia costa" africana.. Las islas se formarían al subir el nivel de las aguas quedando los guanches aislados entre si y del


Existen algunos indicios que aportan consistencia a esta idea.      

El primer indicio lo aportan las investigaciones paleo climáticas, que indican que el nivel del mar ha estado subiendo desde que finalizó la última glaciación (hace unos doce o catorce mil años). Hay discrepancias en cuanto a la magnitud de esta subida del nivel del mar, pero la mayor parte de los investigadores la sitúan entre los cien y los doscientos metros. Las mayores profundidades que encontramos hoy en día entre las islas y entre estas y África se explican  por la acción erosiva de las olas y de las "corrientes a medida que el mar iba ascendiendo. Por otro lado, paleontólogos de la Universidad de Cádiz han descubierto que durante el paleolítico hubieron contactos entre grupos humanos del sur de la Península Ibérica y el norte de África. Hasta ahora los paleontólogos creían que el estrecho de Gibraltar habría sido una barrera infranqueable para los primitivos seres humanos que querían viajar a Europa, debido a las mismas dificultades que encontrarían los guanches para viajar desde África hasta Canarias. Se había supuesto que los primitivos pobladores de Europa habían llegado desde África a través del corredor sirio-palestino. Pero si esto hubiese sido así, para poder llegar al sur de la Península, habrían tenido que transcurrir un número enorme de generaciones, de tal forma que las diferencias culturales e incluso físicas que tendrían los pobladores de ambas orillas del estrecho deberían ser muy notables.

Sin embargo, las similitudes encontradas entre los yacimientos arqueológicos del sur de Andalucía y los de Ceuta, obligan a los científicos a aceptar la idea de que quizás el estrecho no fuese una barrera infranqueable, posiblemente debido a que el nivel de las aguas fuese muy inferior al actual, estando al descubierto tierras que hoy están sumergidas.

Estos son sólo indicios que apoyan la posibilidad de que Canarias formaran parte de la costa africana. No son pruebas concluyentes. En otras palabras, dan consistencia a la idea pero no la confirman.

Para tener una prueba sólida que confirme esta unión tenemos que encontrar evidencias incuestionables de que esta conexión terrestre existió en el pasado y, si es posible determinar en qué momento se rompió.

Estas evidencias nos las puede aportar la biología molecular aplicada a algunas especies animales que habitan tanto en Canarias como en el continente.

Se trataría de aplicar lo que en biología se conoce como 'reloj molecular', cuyo principio de funcionamiento es relativamente simple.

Cuando una población animal se aisla de otra, se impiden los apareamientos al azar entre los individuos de las dos poblaciones, generándose diferencias entre los genes de los dos grupos animales. Con el tiempo, esas diferencias en la información genética se van acumulando, de tal forma que es posible determinar el tiempo transcurrido desde que se produjo el aislamiento.

En otras palabras, si analizamos el material genético de determinadas especies animales de Canarias y de África, podríamos determinar no sólo el grado de vinculación que tienen, sino que además determinaríamos el tiempo transcurrido desde que se separaron las poblaciones de islas y las del continente.

Con este tipo de pruebas aplicadas a poblaciones humanas, algunos antropólogos pudieron determinar el origen beréber de los guanches.

El problema está en encontrar cuáles son las especies animales que necesariamente tendrían que venir por tierra desde el continente. Es decir, aquellas que no podrían venir por sus propios medios o de manera fortuita a través del aire o del mar y además no deberían haber sido introducidas por el hombre de una forma voluntaria o como polizones en barcos.

Para dar una mayor fiabilidad a las conclusiones de esta investigación deberíamos encontrar datos coincidentes en al menos dos especies animales. Sería una casualidad increíble que dos especies llegasen al mismo tiempo a una gran parte de las islas por medios absolutamente fortuitos.

Existe (todavía) en Canarias al menos una especie animal con la que se podría realizar esta investigación, pero corre el peligro de desaparecer en algunas islas.

Los registros de nuestra historia se conservan no solo en los yacimientos arqueológicos sino también en nuestra flora y fauna.

Hasta ahora hemos destruido en aras de un falso progreso una parte importante de estos registros. Por eso, tenemos que darnos alguna prisa antes de que terminemos acabando con lo poco que nos queda.

El responsable de estos artículos es un biólogo interesado en un tema en el que no puede considerarse un experto, por lo que seguramente esta serie de artículos presentarán algunos errores. Pero mientras no existan pruebas concluyentes que aclaren la forma en que llegaron nuestros antepasados a estas islas, cualquier hipótesis razonable puede ser válida.

De lo que estoy convencido es de que la investigación biológica puede ayudar a resolver uno de los grandes misterios que nos quedan por resolver en Canarias: cómo vivieron los guanches.

Buenaventura Rodríguez Rivero es licenciado en Biología Celular y Molecular, buenaventurarr@hotmail.com

(Archivo personal de Eduardo Pedro García Rodríguez)



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