2006 agosto 14.
EN TORNO A LA VESTIMENTA DE NUESTROS ANCESTROS
Es lamentable que, el desconocimiento
a que se ha sometido a la población canaria sobre la vestimenta de nuestros
antepasados, por parte de los poderes políticos imperantes y sobre todo por el
clero católico, induzca a algunos canarios guiados de la mejor voluntad, pero
aceptado por ignorancia, imposiciones más o menos solapadas de los estamentos
dominantes, el que nuestros antepasados vestían con azaleas, es decir, con
pieles de ovejas o cabras apenas tratadas y que para más escarnio son píeles de
ovejas Merinas, Las cuales fueren introducidas en nuestro país después de la invasión
y conquista castellana.
Da pena ver como en determinados
actos religiosos participan algunas personas disfrazadas y que creen de buena
fe que van "vestidos como nuestros antepasados Guanches.”
Vamos por partes: Las ovejas que
tenían nuestros antepasados, eran la africana, una oveja relativamente pequeña
y de pelo corto y liso similar al de las cabras, esta raza autóctona hoy en día
está siendo recuperada gracias a los desvelos de un matrimonio cubano afincado
el Sur de Tenerife, aunque éstos, fe dan el nombre de oveja
"Pelibuey".
La oveja Merina, como hemos dicho
fue introducida por los conquistadores precisamente porque precisaban, de su
lana no. sólo para la obtención, de materia prima para sus "tejidos, sino
que además, era un producto altamente cotizado para la exportación, por
consiguiente, si la oveja Merino fue introducida por los españoles después de
la invasión y conquista, no era posible que los guanches vistiesen las pieles
de las mismas. No deja de ser un insulto a nuestros antepasados, el creer y
hacer creer que la capacidad, intelectual de éstos era tan limitada que se
dedicaban a danzar en honor de una imagen cubiertos con zaleas de ovejas Merina
con todo su pelo y ¡en plena canícula!
Dejemos que sean los
historiadores más próximos a las postrimerías de la conquista, quienes nos
describan la vestimenta de nuestros ancestros, historiadores que por lo visto y
solo, no son conocidos por quienes dicen defender nuestra cultura "popular
y mucho menos por los que "enseñan y educan" a nuestros hijos y
nietos. Para éstos, y para los que sienten verdadera inquietud por las cosas
del pasado de Canarias, incluimos al final de este modesto trabajo una lista de
títulos que consideramos de interés para un mejor conocimiento de la historia
de Canarías.
«Su traje era (porque no tenían
género alguno de lino, ni de algodón) un vestido hechó de pieles de cordero o
de ovejas gamuzadas, a manera de un camisón sin pliegues, ni collar, ni mangas,
cosido con correas del mismo cuero, con mucha sutileza y primor tanto, que no
hay pellejero que tan bien adobe los cueros, ni que tan sutil costura haga, que
casi no se divisa, y esto sin tener agujas ni leznas sino con espinas de
pescado o púas de palmas o de otros árboles. Este vestido era abrochado por
delante o por el lado, para poder sacar los brazos, con correas de los mismos.
Este género de vestidura era común llamaron tamarco y era común a hombres y
mujeres: salvo que las mujeres, por honestidad, traían debajo del tamarco una
como saya de cuero gamuzado que les cubría los píes, de que tenían mucho
cuidado, porque era cosa deshonesta a las mujeres descubrir pechos y píes. Este
sólo era su traje de grandes y menores, y éste les servía de cobertura para la
vida y de mortaja para la muerte. » (Fray Alonso de Espinosa.)
«El vestido de los canarios eran
unos toneletes hechos de juncos majados muy juntos al cuerpo y tejidos que
llegaban a la rodilla; y ceñíanlo por la cintura, y después se echaban encina
anos pellejos cosidos muy primamente, que llamaban tamarco, en verano el pelo
afuera, y en invierno adentro, muy galanos y pulidos; Y en las cabezas, tocados
de pellejos de cabritos, que desollaban enteros, y las ganas caían por las
orejas, amarrados al pescuezo; y algunos trían unos corno sombreros con plumas
en ellos; y los tamarcos y toneletes y los demás vestidos eran pintados de
diversas colores de tintas, que sacaban de flores y erijas. Y del misino hábito
usaban las mujeres de pellejos como relajos altos del suelo.
Criaban cabello y cojíanlo atrás
como trenzados con juncos majados. Hacia las costaras de las tamarcos y caeros
con tanto primor y delicadeza, que no hubiera persona q«e su vista no engañara,
para afirmar que se hicieron con agujas muy delgadas y hilo preciado portugués,
y los repulgas de muy pulidas labraderas. Traían calzados unos pedazos de cuero
de cabras, atados con correas del mismo cuero erado.» (Fr J. de Abreu Galindo}
«Las pieles adobaban a modo de
gamuzas de que hacían su vestido. El primero y más pálido una túnica con medias
mangas cerradas hasta la sangradera y por bajo de la cintura, era en hombres y
mujeres principales. En las mujeres ponían encima como enaguas de faldellón
otro atado a la cintura y después otra ropa que las cubría todas como casacón o
sobretodo. En los hombres eran tres, el primero del modo que dijimos a modo de
justa cor[... roto] la rodilla el último pides más gruesas y largo hasta los
pies. (Antonio Cedeño)
Tenían calzado a modo de
sandalias y inedias de borceguíes. Los plebeyos andaban descalzos de píe y
pierna y trasquilados barba y cabello y Tenían calzado a modo de sandalias y
medias de borceguíes. Los plebeyos andaban descalzos de píe y pierna y
trasquilados barba y cabello y con un zamarrón de pieles sin costura por los
hombros, los brazos de íbera y algunas veces con media manguilla y en lo
interior tenían por la cintura cubiertas sus partes. Los nobles tenían cabellos
largos, mayormente en lo alto de la cabeza le dejaban bien crecidos, y
alrededor lo quitaban. La barba era larga y el bigote sobre la boca era quito.
(Marín de Cubas) (E.P.G.R.)
TAGOROR DE LA HERMANDAD
GUANCHE. WEÑESMER 6° ACHANO
N TALLIT TA
YNAY TAGWANCET.
(Archivo personal de Eduardo
Pedro García Rodríguez)
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