UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERIODO COLONIAL 1501-1600
DECADA 1551-1560
CAPITULO IX-X
Eduardo Pedro García Rodríguez
1554 Abril 8.
Castillo
Principal o de Santa Catalina, en la ciudad de Santa Cruz de La Palma.
Sobre este Castillo ha publicado
dos interesantes artículos, que tenemos a la vista, en los números del diario La Tarde de Santa Cruz de
Tenerife del 13 y 16 de Octubre de 1942, el competente historiador canario D.
Dacio V. Darias Padrón.
El Cabildo de la isla acordó su
construcción y que se hiciera un reparto de 6.000 ducados entre los vecinos, y
por Real Cédula original expedida en Valladolid el 8 de Abril de 1554 por el
Príncipe futuro Monarca- Felipe II, que se conserva en el libro de Reales Cédulas
de aquel Municipio, concede licencia y facultad para repartir entre los vecinos
unos 3.000 ducados, pues la
Ciudad , expresa la
Real disposición, había quedado desmantelada después del
saqueo y quema que en ella habían llevado a cabo los piratas franceses.
El jefe militar de la isla era
Juan de Monteverde y «queyere hazer a su
costa una de las dhas fuerzas, ques una del puerto desa ysla ques en la Caldereta ». El
Gobernador de Tenerife y La
Palma , Lic. Juan López de Cepeda, en una de sus visitas a la
última, había
estimulado grandemente este
proyecto de fortaleza; en 1555 proseguían las obras y cuando 1559 se trasladó a
La Palma el
visitador militar Alonso Pacheco para inspeccionar sus fortalezas, las obras de
Santa Catalina estaba casi finalizadas y pudieron darse por acabadas en
Septiembre de 1560, siendo Teniente de Gobernador el Licenciado Antonio de
Troya Señudo, y el 4 de Octubre pudo
ser bendecido el Castillo con extraordinaria solemnidad, según se había acordado
en la sesión del Cabildo del 30
de Septiembre, con tal motivo
salió de la parroquia del Salvador una procesión a la que asistió el clero
secular y las Comunidades de Santo Domingo y San Francisco. En el archivo de
Acialcázar (Legajo Monteverde I), existe una información donde consta fue
edificado a su costa por Juan de
Monteverde, y su misión era defender la población de los desembarcos que
realizaban los piratas por el barrio del Cabo, al Norte de la ciudad,
contándose hechos gloriosos de su historia como el combate sostenido con Drake,
cuyos intentos frustraron la heroicidad de los palmeros desde este fuerte, y el
de San Miguel.
Esta fortaleza tuvo idéntica
importancia que el Castillo de San Cristóbal en Tenerife y el de La Luz , en el puerto de Las
Isletas en Gran Canaria.
Era una importante fortificación
de planta casi elíptica en cuyo centro se alzaba un cubelo cubierto con tejado
de pizarra, sus muros exteriores eran de sillería con recios contrafuertes,
hallándose en su totalidad terraplenada y cubierta de losetas para formar la
plaza de armas. Se penetraba en él por una escalera exterior, separada de la
fortaleza por un pequeño puente levadizo, y de esta manera la puerta daba
acceso directamente a la plataforma que tenía un pretil hacia la parte del mar,
y una alta muralla almenada hacia el frente de tierra. El cubelo central, todo
él de sillería, con sus troneras, era de dos plantas y servía de alojamiento al
Alcaide y soldados de guarnición.
En sesión de 2 de Marzo de 1559
se acordó dar al terraplén un largo de 200 pies a su alrededor en forma de media luna,
y que desde el cubelo al mar se elevase 35 pies , pero parece no se llevó a efecto. Por
Real Cédula de 5 de Agosto de 1577, el Rey agraciaba: «...al Consejo... vecinos y moradores de la Palma para que de los reinos
y señoríos de Portugal, islas de Cabo Verde y de cualesquier ríos y parte de la Guinea... puedieran
llevar a las Indias 500 esclavos negros, la tercera parte hembras... libres de
todo derecho... os hacemos merced para que se gaste y distribuya en las
fortificaciones de dicha ysla y reparar y edificar en ella un muelle, y no otra
cosa alguna...».
La alcaldía de esta fortaleza, y
la de San Miguel, fue usufructuada por Juan de Monteverde hasta 1567, que el
Cabildo recabó efectuar el nombramiento como en Tenerife y Gran Canaria.
En 1666 estuvo en La Palma el Comandante General
de las Islas, Conde de Puertollano, al que acompañó el Ingeniero Militar D.
Lope de Mendoza; consta que éste dejó instrucciones para la reedificación del
Castillo ya completamente destruido, tanto que
en sesión municipal de 5 de Junio
de aquel año, propuso el Teniente de Corregidor Ldo. Francisco García Sánchez,
de orden del General, la expresada reedificación, y por entonces se acordó que
los Capitulares D. Matías de Escover Pereira y D. Miguel Abreu Regs, futuro
Maestre de Campo de aquel Tercio de Milicias en la vacante que dejó D. Juan de
Sotomayor Topete, fueren a tratar con el conde Puertollano acerca de ese
proyecto y se convino, conforme acta posterior, que se hiciese la obra a cargo
de los vecinos. Importó ésta unos 16.107 reales y medio, y no debió tener la
solidez necesaria, a juzgar por posteriores acuerdos y diversos exhortos del
Gobernador de las Armas. Ya en 1674 el Cabildo en varias reuniones trataba de
la ruina del Castillo, que seguía maltratado por la mar, y en la de 9 de Julio,
presidida por el Lcdo. Bias Simón de Silva, se consigna que se había derrumbado
un trozo de plataforma y derribado dos piezas de Artillería, añadiendo que
debía retirarse su emplazamiento más adentro. El Cabildo resolvió acudir a
suscripciones y nombró una comisión integrada por el Teniente de Corregidor,
con los Regidores D. Gaspar Van-de-walle Cervellón y D. Diego de Guisla y
Castilla, a la que se agregaría el prestigioso Beneficiado Rector de la Parroquia del Salvador
D. Gabriel Van-de-walle. Al comunicárselo al General D. Juan de Balboa
Mogrobejo, contestó desde La
Laguna el 18 de Julio, pidiendo datos sobre recursos
naturales del Cabildo para poder informar a S.M. En 1681 seguía el Castillo en
ruinas, y en estado de no poderse disparar una pieza en él. El Cabildo solicitó
autorización de la
Corona para arrendar la mitad de la Dehesa del Mocanal de
camino de San José abajo, sita entre Las Breñas y Mazo hasta el mar, para
dedicar parte de su producto al nuevo fuerte, lo que consiguió por Real Cédula
de 30 de Noviembre de 1683, y antes de ejecutarse la obra, envió el General a
esta isla al Sargento Mayor, deudo del Teniente D. Juan Franco Medina, en unión
del Ingeniero Militar de S.M. D. Miguel Rossel de Lugo en dicho año. El
Comandante General D. Francisco Bernardo Barona mandó en 1685 al Ingeniero
Mayor D. Lope de Mendoza Salazar, y ya antes, en 1674, se habían realizado
reparaciones, atendiéndose al plano de Leonardo Turriano de 1585.
En el plano firmado por el Ingeniero
D. Fausto Cavallero en Santa Cruz de Tenerife a 25 de Abril de 1789, y que se
incluye, se dice así:
«Las letras A prescriven la
Margen del Barranco por la parte de la Ciudad hasta el año I737 y
las B. las que avian tomado yá en I784, quando lo ratificó el Yng. Dn. Franc.
facott. Por consiguiente, todo el espacio contenido entre las dos Márgenes
citadas resulta destruido en la serie de solo 47 años. Y respecto que en los
anteriores se experimentaron yguales ó mayores lluvias, sin salirse de su cauce
antiquísimo las avenidas, parece que esta extraordinaria alteración procede de
nueba causa. Es notoria la de averle Situado el Islote de Peñones C
reedificándolo todos los años en figura de navío con mas de 14 pies de altura, para
saludar la celebridad de la bajada de Ntra. Sra. de las Niebes. Luego este
obstáculo oprimiendo las Aguas en su desemboque donde por más cantidad y menos
desnivel debían tener (como antes) mayor espacio, las forzó obligadas contra la
antigua Margen A, destruyendo las tierras linderas y amenazando la población de
la Ciudad como
se veé. Aviéndolo agregado también a mayor abundamiento, la tala ó roza de los
Montes que derraman las aguas del barranco más veloces conduciéndole las
tierras Brozas y Piedras que descarnan. La primera ejecución no es tanto de
admirar; como la perseverancia en reedificar el dicho promotorio C muchos años
continuos, después que la experiencia debió desengañar quando una avenida
rompiendo márgenes las Aguas hasta buscar la salida extraordinaria por E D M F;
pues le Ympedía el nabío la natural anterior. Y por el contrario, en lugar de
quitar la causa volvieron a atajar con Malecones el nuebo desaógo E D M F
obligando a las Aguas a que en el año 1783 se extendiesen a todo el espacio
comprendido en las letras G y rebosasen violentamente por las tierras H
yntroduciéndose en las Calles del Tanque y de los Molinos. Toda la progresión
de consecuencias referidas, es natural y propio de las causas explicadas. Pero
sobre el riesgo que dizen amenaza al Castillo Pral y cálculo de dos mil pesos
para evitarlo se me ofrese lo siguiente.- Ya la avenida del año 1783 fue motibo
para construir los Murallones y que costaron sesenta y tres mil trescientos
ochenta y cinco reales de vellón, pagados del producto del registro concedido por
S.M. para sus Fortificaciones. Haóra proponen gastar treinta mil reales más
para prolongar los mismos espaldones, y siguiendo así por las direcciones Y L J
M lograrán con el tiempo los dueños de aquellas posesiones una nueva margen que
se las recupere y conserve a costa del fondo de Fortificaciones, quando éstas
de ningún modo han tenido parte de la destrucción y amenaxa que se experimenta,
según queda demostrado. Es cierto que la dha Avenida llegó a perjudicar un
Angulo del Castillo en lo que fundaron la solicitud del primer gasto referido
que proponen continuar, pero también es raro que las aguas se Yntrodujesen por
el cercado H en las calles del Tanque y Molinos y trastornando su curso se
dirigiesen juntamente al Castillo sin seguir el derrame de la calle Mayor y
calles N que desaguan naturalmente al Mar. Y que qdo. tampoco por sí mismas se
saliesen del tanque por los Boquetes O a restituirse al Barranco (que tiene comptte. altura) faltase quien se
dedicara a ayudarles con sangrías, sanjas ó maleconcillos de poquísimo trabajo
y costo para evitar el mucho que a causado y se pretende exponiendo el cuidado
y riesgo del Castillo que entonces no fue advertido. Finalmente las utilidades
y ventajas que promete el tal Castillo, no son equivalentes al costo que necesita
su mera abilitasión presente y solidez por parte del Mar, donde está y siempre
estará expuesto a ruinas.
Su conjunto actual no vale el gasto hecho y que se propone por el
barranco. Este seguirá causando más y más dispendios en su margen ynsinuadas y
después será senzo perpetuo el entretenimiento en la repetición de avenidas y
por último, quedo se determine es muy preferible una Batería con solo
Artillería de frente y dos flancos donde está el Castillo, y mejorar el de
Santa Cruz cuya situación bate el marr el Barranco y la parte de Maldonado por
donde han desembarcado regularmente los enemigos y venido a yntroducirse en la
ciudad hasta saquearla y quemar sus Archivos sin que el Castillo Pral. lo
pudiese evitar.- Santa Cruz de Tenerife 25 de Abril de 1789.-
Fausto Cavallero.- Rubricado».
Tiene una superficie de 2.991,30 m2 con 120 mts
de longitud de magistral distribuida en catorce cañoneras, siendo rectas las
líneas de fuego en su frente y flancos, con redientes también rectos o
abaluartados en los ángulos y con sólo orden de fuegos.
Posee una sola explanada para los
14 emplazamientos, de forma cuadrada con baluartes en los cuatro ángulos, se
halla situado dentro de la población lindando al N. con serventía pública, al
S. con el foso y edificaciones particulares, al E. con la playa y al O. con
calle o camino; está inscrito en el Registro el 9 de Marzo de 1896, al folio
102 del tomo 355, libro 42, finca n. 1341, inscripción lª.
Su parapeto tiene 1,25 mts de
alto, con las cañoneras abiertas en su frente y flanco izquierdo, todo el
frente de gola está aislado por un foso de 3,00 mts de profundidad y anchura,
para sálvar el cual se estableció un puente de madera de 2,50 mts de ancho. Sus
alojamientos están construidos sobre la explanada a derecha e izquierda de la
gola, con muros de 0,60 mts de espesor al frente marítimo, y con una superficie
de 100,00 m2
en una sola planta los de la izquierda y de dos los de la derecha,
constituyendo el piso bajo un almacén; los repuestos tienen una superficie de 64,50 m2 y su capacidad de
193,50 m3 ,
en los locales más bajos que la explanada y, por tanto, protegidos por ésta;
para la entrada en los locales subterráneos existe una rampa de servicio, que
arranca casi del centro de la explanada y termina en un patio o recinto de
iguales dimensiones que el almacén de municiones, en el cual se encuentra la
galería de servicio al descubierto. Delante del frente maritímo hay una
explanada con un muro de sostenimiento y otro de cierre, en parte del cual
debió haber una banqueta para fusilería, quedando en la actualidad sólo
vestigios de ambos.
Ha sufrido deterioros como
consecuencia de las avenidas del barranco. En el año 1742 el baluarte Norte no
estaba finalizado, así como el del Oeste, y los del Sur y Este no podían hacer
fuego por su pequeñez, «...encontrándose
en el reculo de las piezas, y por
ser los ángulos flanqueados muy agudos, cualquier embarcación que se
perfila por ellos, está defendida de los fuegos...». En el baluarte Norte se halla la habitación
del Sargento, que por su situación
inutilizaba éste, y a continuación se hallaba el Cuartel y Cuerpo de Guardia de Tropa, seguía la habitación del Castellano y debajo de ésta el Almacén de Pólvora,
que tiene las mismas dimensiones, a
continuación el Depósito de Artillería. En el espacio comprendido entre los
baluartes, tenía una explanada de losas, el
foso carecía de contraescarpa siendo fácil introducirse en él por el baluarte del Oeste.
En el centro de la explanada que
tiene al frente, se aprecia un
cimiento de otro fuerte más antiguo que el
actual.
En el archivo de la Comandancia de
Ingenieros de Canarias, existe el siguiente documento: « Yo, el presente
Escribano Público del número de esta Ysla por S.M., certifico y doy fé a los
Señores que la presente vieren, cómo en el Cavildo celebrado en este día por
los Señores Justicia y Regimiento de esta Ysla, Diputados del Comun y Síndico
Personero Gral. de ella, de quienes consta firmado y autorizado de mi la
presente Escribano, entre otras, cosas que en él se trataron y acordaron consta
lo siguiente.- :
Habiéndose tratado sobre el daño
que amenasa el Barranco de Sta. Catalina y el eminente peligro en que está la
ciudad por no haberse acabado como correspondía los dos Murallones hechos en
él, de que ha resultado que en las últimas avenidas, haber empesado a destruir
por la cabeza el que está enfrente de la calle del Tanque, quedando expuesto a
que con un poco que corra se entre por detrás de dha Muralla, y destruida
enteramente la parte de este Pueblo contiguo a él y el Castillo de Sta.
Catalina Principal, y única defensa de esta Ysla y en el que se custodian todos
los utensilios y municiones que hay para su defensa y que en su lugar ser
útiles al resguardo del pueblo sirvan para su ruina, se acordó se haga la mas
reverente Súplica al Excmo. Sr: Comandante Gral. de estas Y slas, para que en
uso de sus facultades disponga y mande se lleve a debido efecto el perfeccionar
y acabar dichos Murallones según estaba ordenado por el Excmo. Sr. Marqués de
Branciforte, lisongeándose este Ayuntamiento que en las paternales venéficas in
tensiones de su Exca. hallará todo el apoyo y eficaz pronto remedio que
necesita este Pueblo, para livertar a sus moradores y fieles vasallos del Rey,
del peligro que les amenaza, y asegurar como corresponde la defensa de esta Y
sla, precaviendo
la total ruina del Castillo de
Sta. Catalina, a que está expuesto para cuyo efecto se haga la competente
representacion, con copia de este acuerdo.- Así consta y parece de su original
que queda en el Libro corriente de Acuerdos que con los dhos se guarda en el
Archivo de las Casas Capitulares de esta Ysla a que me remito y mediante lo
Acordado, doy, signo y firmo la presente en La Palma a diez y nuebe de Enero de mil setecientos
noventa y dos años.- En testimonio de Verdad.- Bernardo Josef Romero.
Escribano Público y del Consejo.
Digo Yo el abaxo firmado maestro
Albañil y Alcalde de mi dho Oficio que
habiendo pasado al Castillo de Sta. Catalina, el Real de esta ysla, de orden de
su Governador el Sr. D. Domingo de Monteverde, reconosí que la pared que
sostiene la explanada de dho Castillo en el camino cuvierto para la entrada del
Almacén de la Pólvora
en la esquina que mira contra dho Almacén se halla desplomada y aruinada desde
sus simientos, y la pared más que queda en dho Camino cuvierto amenaza igual
ruina, de no atendersele con su respectiva composición.- Ygualmente reconosí la
pared de dho Castillo que mira al Norte contra quien arrima el Cuarto del
Castellano y abaxo es Almacén de Utensilios y necesita composición de los
Texados, así del dho Quarto Cuartel de Soldados y Quarto del Condestable y
Artilleros y para que conste doy este que firmo y juro. La Palma a 12 de Enero de
1792.- Josef Manuel Cicilia».
En virtud de esta comunicación,
el Comandante General D. Antonio Gutiérrez, ordenó el 14 de febrero siguiente
al Ingeniero D. Luís Marqueli, enviase un Ingeniero a la Isla de La Palma con el fin de
reconocer esta obra, y fue designado D. Ramón de la Rocha , quien redactó
oportuno informe, y como consecuencia de él se envió a la Comandancia de
Ingenieros el siguiente oficio:
«En Junta General de Fortificación celebrada el día 6 del corriente que
V:S. asistió como Vocal de ella, se trató y acordó entre otras cosas el
particular del tenor siguiente.-
Se leyó un oficio del Sr. D. Luís Marqueli de fecha 22 de Junio en
contestación al de S.E. el Señor Presidente, acompañado de Planos
pertenecientes a las obras del Castillo de Santa Catalina de la Ysla de La Palma , y daño que causan las
avenidas de aguas que pasan por su barranco, a la ciudad y Castillo. Y se
acordó que en la primera Junta que se celebre, se presente por el Señor
Contador Veedor Vocal, una razón exacta del caudal que exista del registro
concedido a dicha Ciudad y que se pase por V:E. a su Ayunta-miento copia del
oficio referido del Sr. D. Luís Marqueli para su inteligencia y que por lo
respectivo a los pequeños reparos que propone dicho Sr. D. Luís al citado
Castillo, cuyo cálculo gradúa en 120O rrs, se aprueba para la Junta y que en consecuencia
se pasen los oficios correspondientes a aquella Junta Subalterna para su
conocimiento y execución.- Lo que traslado a V:S. para su inteligencia y
cumplimiento en la parte que le toca, pues con esta fecha paso el oficio
correspondiente a aquella Junta Subalterna para su conocimiento.-Dios guarde a
V:S. ms. as.- Santa Cruz 20 de Agosto de 1792.- D. Antonio
Gutierrez.- Al pié.- Sr. D. Luís Marqueli».
En un informe de la Comandancia de
Ingenieros del 10 de Octubre de 1843, se describe esta obra de la siguiente
manera:
«A la izquierda ya unas 320 varas de la batería de San Pedro Alcántara,
se halla el Castillo de Santa Catalina. Este espacio estuvo (como los
anteriores entre las baterías} cerrado con parapeto, pero los aluviones ó
avenidas del Barranco de Santa Catalina que desembarca al mar por él, lo han
arrastrado sin dejar señal, y tal vez habrán concurrido a su desaparición las
manos de los hombres, pues este espacio está sirviendo de Astillero.
Descripción.- Consiste en un cuadrado abaluartado de 62 varas de lado
exterior con explanadas de losa corrida por las caras, flancos y cortinas de
los tres frentes que miran al mar ya la playa, y el de su entrada que mira a la
población está ocupado por el almacén de pólvora, el de pertrechos, Cuerpo de
Guardia y habitación para el Comandante, siendo bacíos los dos baluartes de
este fuerte. La entrada se hace por un puente estable de madera de tea con
pasamanos y balaustres de la misma madera de 7 varas de largo y 2 1/2 de ancho,
necesita asegurarse uno de los pasamanos y reponer seis balaustres, y sería más
conveniente fuese levadizo este puente.- Los dos pequeños baluartes del frente
que mira al mar; tienen en su parapeto 6 embrasuras, 2 en cada cara y una en
cada flanco, pero su corta extensión no permite servirse a la vez más de 2
piezas y 3 en la cortina, que son las embrasuras que tiene.- En la cortina del
frente al Norte hay dos cañoneras para igual número de piezas, estando lo
restante de la obra a barbeta.-
Su foso que solo comprende al frente de la población, está lleno de
escombros del muro de su contraescarpa que está arruinado, que debe levantarse
y dejar cerrado el foso, pues estando como está abierto, entran animales y
principalmente cerdos que han causado muchos daños.- También podría ser
conveniente construir un tendal en el baluarte bacío derecho del frente a la
población para poner a cubierto de la intemperie las cureñas cuando no fuese
necesario estuviesen montadas las piezas».
Hasta 1808 tuvo este castillo una
guardia permanente de doce soldados. Por R.O.C. de 29 de Julio de 1892 (D.O. n.
163) y R.D. de 24 de Mayo de 1893 (D.O. n. 109), fue propuesta su enajenación,
que se aprobó por R.O. de 27 de Febrero de 1895 (D.O. n. 48), y suspendida por
R.O. de 20 de Abril de 1903, en cumplimiento de la R.O. de 15 de Enero del mismo
año (D.O. n. 11).
Ultimamente, por R.O. de 2 de
Enero de 1924 (D.O. n. 3), se declara inadecuado para los servicios de guerra,
disponiendo Ingenieros del 25 de Febrero de 1849, este castillo fue subastado
en Santa Cruz de Tenerife el 17 de febrero, siendo adquirido por D. Manuel
Rodríguez Acosta, en 300,010,99 pesetas.
NOTA. Por mandato del General
Marqués de Tabalosos, el Cabildo palmero procedió a formular propuesta para
castellanos vitalicios de los cuatro Castillos de la ciudad, Santa Catalina,
San Miguel, Santa Cruz del Barrio y Bajamar, en sesión de 9 de Mayo de 1777.
Propuso para Santa Catalina a D. Antonio Pinto de Guisla, lo que aprobó con
carácter interino el Comandante General, en resolución de 20 de Junio
siguiente. Los nombramientos de estos Castellanos habían de ser de Real Orden y
Despacho de tales.
Su último Castellano vitalicio
nombrado el 6 de Febrero de 1828 fue, como con anterioridad hemos dicho, el
Teniente de Milicias D. José María Pérez. La mayoría de estos datos se han
obtenido en el archivo de Acialcázar, y otros han sido facilitados por el Sr.
Darias Padrón, quien hace presente que a su vez los nombres de 1762 a 67, ambos inclusive,
le fueron dados por el Capitán retirado de Milicias D. Manuel Sánchez y
Rodríguez. (En: José María Pinto
y de la Rosa.
1996)
1554 marzo 21.
PETICIÓN DE SANCHO MARTÍNEZ DE CÁDIZ PARA QUE LE
CONCEDAN LAS DEMASÍAS Y SOBRAS DE UNAS
TIERRAS HASTA EL “LOMO DE LOS CABALLOS”. Las Palmas.
“Sancho Martinez de
Cadiz beso las manos
de vuestras señorias
y digo que dende el açequia
más alta y prinçipal de la Vega de Aguatona que sale por
el albarrada de Francisco
Sayago difunto que ahora
tiene Pero Hernandez a
tributo, yendo vera del
barranco de Agüimes arriba hasta la cumbre del lomo que dizen de los cavallos y de alli cortando en derecho
de los más alto del sercado de Diego Xara vezino de Telde hasta dar al barranco
Hondo y luego de
alli para abaxo el barranco
Hondo hasta dar al barranco de
Aguatona y de alli para arriba a dar al
açequia más alta de la Vega
de Aguatona y de alli vera del açequia Real y más alta hasta el
lindero primero y albarrada
de Sayago que todo
es tierra de sequero dentro de los quales dichos linderos vuestras
señorias en nombre de su alteza a dado titulos
y merçedes de tierras a vuestras
señorias dela comarca de Agüimes y
çibdad de Telde y esta ocupado y algunos
dellos tienen con çient
hanegadas más de çiento y veynte a cuya cabsa en los dichos linderos
no se pedir casa çierta ni ay ottras tierras para poder sen- brar de sequero, pido y suplico a
vuestra señoria me haga merçed de las
demasias y sobras que podia aver dentro
de los dichos linderos para en que
yo pueda senbra y en
ello reçibire merçed, cuyo
magnifico ayun- tamiento nuestro
señor acresçiente.
En el cabildo XXI de Mayo de 1554 años. E por los dichos señores
gobernador e regidores
vista dixeron que se
les dan çiento
çincuenta hanegas en la dicha parte e debaxo de los dichos linderos sin
perjuizio de terçero e de los titulos
dados, e que en cualquier tiempo que paresca tit- ulo alguno no trayga pleyto
e se cumplan los otros titulos primeros.”
(Rafael Sánchez Valerón y Felipe Enrique
Martín Santiago. Génesis y desarrollo del Ingenio durante el siglo XVI)
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