UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERIODO COLONIAL
1491-1500
CAPITULO I-LI
Eduardo
Pedro García Rodríguez
1499 Diciembre 15.
En domingo xv de dezlenbre de
xclx años.
137.-Cabildo.
Este dicho día se juntaron en
Cabildo el señor Teniente Gerónimo de Valdés y Francisco de Corvalán, alcalde
mayor, e Cristóval de Valdespyno, regidor, e Guillén Castellano, regidor, e
Pero Galíndez, alguazil mayor y yo Antón Sanches, escrivano del Cabildo.
138.-Petición de Hernando de
Llerena sobre puercos. fol. 17 r.
Y estando asy juntos todos los
sobre dichos señores Hernando de Llerena, vecino desta ysla, paresció en
presencia y presente e presentó una petición en la qual suplicó a los dichos
señores, segund en ella más largamente parescerá, que alargasen la raya que
tenían dada a todos los vecinos desta ysla para en que apacentasen sus puercos,
porque resciben todos los dichos vecinos mucho dapño.
138.-Y luego vysto por los dichos
señores, ordenaron y mandaron que la raya que estava fecha para en que paciesen
todos los puercos desta ysla que estoviese de la manera que estava, salvo que
la acortavan: que como que antes estava por el barranco de Guayonje hasta el
camino de Taoro, ahora que fuese desde la montañuela donde tiene Gonzalo Rodríguez,
çapatero, su corral de ganado y a dar
derecho al drago que está en el llano que es casy en derecho de la dicha
montañuela y a dar a la montañuela que está camino de Taoro, donde se cortó una
palma alta que es adelante del corral del ganado de Guillén Castellano; y que
de allí afuera anden y tomándolos dentro encurran en la pena contenida en la
otra ordenança. (Acuerdos Cabildo colonial de Chinet (Tenerife) v. I:25-3)
1499 Diciembre 18.
904-18.-Diego Delgado. 2 f . abajo de Albornós en el
Realejo frente a la carnecería vieja. 18-XII-1499. (Datas de Tenerife, libros I al IV)
1500. El invasor
colono Fernando de Bachicao, vecino y poblador de Winiwuada (Las Palmas),
regidor de Tamaránt (Gran Canaria) a partir de 1500. Fue notado por el Santo
Oficio como descendiente de conversos. Tuvo data de tierra en la montaña de
Teror; también tuvo tierras en Arucas y en Firgas donde tuvo pleito en 1517
sobre los derechos que tenían o no tenían los propietarios del heredarniento.
Fue propietario del ingenio de Firgas, donde hizo una iglesia en sus tierras.
Falleció en 1531, dejando una numerosa descendencia de su casamiento con
Costanza de Ervás.
1500. Maninidra, indígena de Gran Canaria, jefe o guaire de la zona
de Agaete (Tamarant). Fue uno de los más valientes y más conocidos resistentes
a la invasión de los españoles. Sin embargo, un sobrino suyo intervino en la conquista de Chinech (Tenerife).
Terminada la conquista, tomó parte en la expedición a Berbería, donde murió en
1500.
El Adelantado dio datas a sus
hijos, «porque el dicho murió por los moros, en defensa de la santa fe
católica». Dejaba un hijo, Pedro Maninidra, que casó con María de León, y una
hija, Inés Gonzále: Maninidra, casada con Miguel González, vecino de La Orotava. Maninidra
fue muy conocido por un dicho. Poco antes de empezar la lucha entre guanches y
españoles, e general Alonso Femández de Lugo vio a Maninidra que temblaba dando
diente con diente y le dijo: "¿Qué es eso Maninidra? ¿Tiemblas de
miedo?" El canario le respon dió. "Esto, señor, no es miedo. Tiemblan
las carnes atendiendo al peligro en que el corazón las va a poner". Es
curioso de observar que esta anécdota figura también el libro de «Rodomontadas»
de Brantóme, y también en la «Historia general de las Indias», de Gómara. Debieron
ser muchos y muy buenos los servicios prestados por Maninidra al esclavista
Alonso de Lugo, a juzgar por las múltiples datas concedidas a él y sus
herederos, no deja de ser sorprendente esta actitud favorecedora por parte de
Alonso de Lugo hacía Maninidra y sus herederos ya la gratitud no era precisamente una de las
virtudes del invasor.
1500. Aconteció que, estando en La Gomera el Adelantado, un
vecino principal della, llamado Francisco Núñez de Castañeda, algún tanto libre
en el hablar, puso mácula en su señora, por lo cual enojada una noche lo mandó
llamar; y entrando donde estaba doña Beatriz de Bobadilla, lo mandó prender y,
haciéndolo confesar, lo ahorcó de una viga; y por la mañana lo hizo colgar de
una palma que estaba a su puerta, en la plaza. Su mujer déste se fué a quejar a
los Reyes Católicos, pidiendo la muerte de su marido Francisco Núñez de
Castañeda.
Luego procuró doña Beatriz de
Bobadilla poner en efecto el casamiento con don Alonso Hernández de Lugo; y se
efectuó en La Gomera ,
y se fueron a la isla de Tenerife, donde, estando algunos días con mucho
regalo, le escribieron ciertos vasallos suyos como Hernán Muñoz, a quien ella
había dejado que gobernase la isla, se quería alzar con la isla de La Gomera y entregarla a
Sancho de Herrera, señor de las islas de Lanzarote y Fuerteventura, hermano de
Hernán Peraza su primero marido, porque traían ciertas diferencias entre sí.
Que fuese verdad o por envidia, ella, como lo entendió, se partió secretamente
en un barco y pasó a La Gomera
y se metió en la torre, y envió a llamar a Hernán Muñoz. Tenía treinta hombres
consigo y, como lo vio, le mandó quitar la espada, llamándole traidor. Hernán
Muñoz, espantado con tal novedad, se disculpaba y, como hombre que estaba
inocente y no debía nada, respondió que era falsedad, que él no era traidor; y
sin más informaci6n, con el enojo que 1levaba, aque1la misma noche lo mandó
ahorcar en la plaza, y se tornó a Tenerife, dejando mandado que lo quitasen y
enterrasen junto a la sepultura de su marido, Hernán Peraza.
La mujer deste Hernán Muñoz se
fué a quejar a los Reyes Católicos de la muerte de su marido y de otras
injusticias y agravios que doña Beatriz hacía a sus vasa1los; por lo cual la
mandaron parecer en Corte. E1la, confiada en los muchos favores que en Corte tenía,
y con el deseo y amor que a la tierra natural todos tenemos, determinó ir a la Corte , aunque don Alonso de
Lugo se lo estorbaba. La católica reina doña Isabel, a esta sazon que llegó
doña Beatriz de Bobadi1la, estaba en Medina del Campo, a la cual recibió con
mucho amor y acariciándola; y un día, no se sabe de qué, amaneció muerta.
Sintió la reina en extremo su
muerte, hízola enterrar con grande pompa; dejó en tutela del Adelantado don
Alonso de Lugo a su hijo, don Guillén Peraza, cúyas eran las islas de La Gomera y del Hierro. Este
Guillén Peraza fue el primer señor que tuvo título de conde en estas islas de
Gran Canaria. (Fr. J, Abreu Galindo; 1977: 328-29)
1500. Fueron muchos los guanches que perdieron su vida en las
tierras del continente, especialmente los canarios, que llegaron a quejarse a
los nefastos Reyes Católicos porque más de la mitad de los enviados allí a la
fuerza había muerto en distintos enfrentamientos con los enfurecidos
naturales de aquellas tierras. Quizás el
más sonado de ellos es el que tuvo lugar en la desembocadura del río Assaka, al
sur de Sidi Ifni. Hacia el año 1500, cuando el invasor Alonso Fernández de Lugo
trataba de levantar allí una de las torres que los reyes le habían encomendado,
los guanches y algunos europeos fueron cercados por una numerosa tropa
defensora, Alonso de Lugo para escapar de una muerte casi segura abandonó como
era habitual en él en las situaciones críticas a los hombre a su cargo,
murieron todos los que allí habían quedado, entre ellos el noble canario Pedro
Maninidra, que tanto contribuyó a la conquista de Chinet (Tenerife). En esas
costas se escribieron páginas tristes de nuestra Historia colonial, como
también lo fue la gesta de la batalla de Tafraut, en 1549. Asimismo, hubo otras
no tan brillantes, sino más bien execrables, relacionadas con la esclavización
de los pueblos del continente. Por fortuna, "las cabalgadas" en busca
de esclavos berberiscos cesaron a finales del siglo XVI, y a partir de esa
época los contactos con el continente
fueron eminentemente pesqueros.
1500. Estando la
Corte castellano-aragonesa en Granada, pocos meses antes de
que, se denunciara la esclavización del mencey de Icod. El mismo procurador de
los pobres Alonso de Sepúlveda hacía llegar a los Reyes Católicos en aquella
fecha la queja de otro de los antiguos menceyes chineneces (tinerfeños).
En este caso era el del bando de
Anaga, cuyo nombre cristiano una vez bautizado por el rito católico fue
Hernando o Fernando. Sepúlveda; solicitaba y los monarcas castellano-aragoneses
accedieron a que el caso fuera visto por el juez especial designado para
tramitar los procesos de los canarios, don Juan de Silva, conde de Cifuentes,
asistente de Sevi1la. Se encomendaba al
citado Juez que, oídas las partes,
hiciera justicia a la petición del procurador.
No hay referencia expresa de que
el mencey estuviera en Sevi1la, aunque tampoco de que hubiera vuelto a Chinet
(Tenerife). Se deduce del documento que el mencey había conservado su hacienda
en la Isla
después de la conquista, algo que sólo puede deberse a su pertenencia a un
bando de paces, y que el gobernador Lugo la había incautado, sin especificar el
motivo. Este documento nos hubiera inducido a equívoco si no conociéramos otro
de dos años después, que nos aclara la situación. En febrero de 1502 los
monarcas respondían a otra petición de justicia de don Hernando. Por lo que
parece, el juez Silva no había hecho justicia al mencey, por lo que el asunto
se dirigía al gobernador de tamaránt (Gran Canaria), a quien encomendaba actuar
como juez
En febrero de 1502 el Consejo de
Castilla respondía a otra petición de justicia de don Hernando. Por lo que
parece, el juez Silva no había hecho justicia al mencey, por lo que el asunto
se dirigía al gobernador de Tamaránt (Gran Canaria), a quien encomendaba actuar
como juez. Sabemos por esta carta que los monarcas habían ordenado expresamente
al mencey que se trasladara a vivir a la isla de Gran Canaria, posiblemente
para evitar problemas con el invasor Alonso de Lugo. (Ver documentos E. Aznar Vallejo de las fechas mencionadas en
estas efemérides).
Más datos se aclaran con este
documento. Lugo cuyo fin era el de apoderarse de los ganados del mencey,
pretextando el empobrecimiento de la región de Anaga, no le permitía llevar
consigo su ganado, prácticamente el único bien de que disponía don Hernando.
Era frecuente estas actitudes
injustificables en el invasor y gobernador, hay que reseñar que era
moneda corriente en aquellos años que las autoridades coloniales intentaran
evitar que los habitantes, fueran castellanos o guanches, se trasladaran de una
isla a otra llevando todos sus bienes. Problemas de este tipo hubo con bastante
fre- cuencia y no sólo con los guanches.
El otro dato importante a tener
en cuenta es el referente a los esclavos. No se trataba de esclavos del mencey,
sino del invasor, que fueron comprados a éste por don Hernando y liberados a
continuación, ya que eran sus parientes. Esta técnica de ahorramiento o
liberación de esclavos guanches por parte de sus parientes o amigos libres se
estaba dando en la Isla
desde hacía tiempo, y fue considerada varias veces como peligrosa por los
invasores esclavistas miembros del
concejo de los europeos establecidos en la Isla.
De esto debe deducirse que don
Hernando sí volvió a Chinet (Tenerife), aun-
que fuera por poco tiempo.
No sabemos si la orden de los
monarcas de que se trasladara a Tamaránt (Gran Canaria) fue dada desde su
llegada a Castilla en 1496 o cuando regresó a Chinet (Tenerife) o cuando
regreso a Chinet (Tenerife). El hecho es que, en cualquier caso, le dio tiempo
de liberar a sus parientes esclavizados.
Como detalle emotivo, el mencey
también solicitaba que se le diera el beneficio judicial de pobreza dando
"el juramento e solemnidad de pobre" y se le asignara letrado y
procurador de oficio. La respuesta del Consejo de Castilla a la petición del
mencey consistió en encargar al gobernador de Tamaránt (Gran Canaria), por
entonces Antonio de Torres, que hiciese justicia al agraviado, asignándole un
letrado de oficio para la defensa de los intereses lesionados y prohibiendo que
se le cobrara derecho alguno por el litigio.
Conocemos por otras fuentes que
el mencey de Anaga se asentó en Gran Canaria en la sureña Arguineguín, donde
aparece dedicado a actividades pastoriles en 1505 acompañado de sus dos hijos
don Diego y don Juan de Anaga.
El trato a los menceyes de bandos
de paces fue más benévolo que a los de los bandos de guerra Todos estos hechos
se complementan Con un tercer documento, que hasta este momento nadie había
puesto en relación Con los otros dos, de noviembre de 1504. Se trata de una
solicitud de información del Consejo Real al gobernador de Tamaránt (Gran
Canaria) sobre otra queja de don Hernando. Según este documento, el pleito
entre el mencey y Alonso de Lugo fue fallado por el gobernador de Gran Canaria,
que en aquellos años tuvo que ser, o bien el teniente de gobernador Juan
Fernández de Anaya en ausencía del gobernador Antonio de Torres, que falleció
en octubre de 1502, o bien el nuevo
gobernador, Alonso Escudero, que llegó a Tamaránt (Gran Canaria) el 10 de
noviembre de 1503. La sentencia fue favorable al mencey, para contrariedad del
gobernador Alonso de Lugo, quien, según el documento, dio al mencey un plazo
perentorio de sesenta días para trasladar su hacienda a Tamaránt (Gran
Canaria), tiempo en que don Hernando no pudo sacar todo lo que tenía en Chinet
(Tenerife). Una vez se
cumplió el plazo, Lugo lo privó
de hacerlo.
Don Hernando se quejaba de esto,
y además del hecho de que el gobernador, ya adelantado por entonces, no le
permitía ir a la isla de Benahuare (La
Palma ) a cobrar deudas que tenía allí, por lo que perdió
mucho dinero. Esta noticia indica que el nivel económico del mencey, aunque no
fuera de riqueza, con la relatividad de lo que se podía entender por riqueza en
aquellos años y en aquellas circunstancias, no era de los peores. Si don
Hernando pudo liberar a sus parientes comprándolos al gobernador y pudo hacer
tratos comerciales, aunque fueran de simple venta de ganado con pago aplazado,
es evidente que poseía un significativo potencial económico en un momento en
que el ganado era el principal bien de la Isla , lo que le permitía incluso hacer llegar su
voz a la Corte
castellana y, lo que es más novedoso, que realmente tuvo que estar una
temporada residiendo en Chinet (Tenerife) después de la invasión y conquista.
No hay más noticias de don
Hernando de Anaga. Dudamos de que lograra recuperar la hacienda que estaba
pendiente de sacar de Chinet (Tenerife) dada la insaciable sed de rapiña que
dominaba al invasor Alonso de Lugo. (Mariano Gambia García, 2007)
1500. Acerca de los comienzos de la construcción de la catedral de
Las Palmas y sus primeros arquitectos, no recuerdo noticias anteriores a las
consignadas por Pedro Agustín del Castillo en su Descripción, las mismas que
repiten posteriormente Viera y Clavijol y Deán Bermúdez. «Para [la] obra
-escribe Castillo- se trajo por Maestro Mayor, del orden del Cabildo
Eclesiástico, el año de mill y quinientos, a Diego Alonso de Motaude... a quien
se señalaron sesenta doblas de salario… Este arquitecto que, según Millares
Torres, procedía de Sevilla, «simentó el edificio con excelente planta, que
prosiguió Juan de Palacio, otro gran Maestro, leuantándolo con singulares
columnas y Bóveda, su majestuosa obra corinthia; la que quedó al principio del
cruzero, serrando allí con el Altar Mayor, siendo la hecho una filigrana de
cantería, que, acabada, fuera admiración y hermosura de la Europa … Juan de Palacios se
presentó ante el Cabildo Eclesiástico de Gran canaria el 17 de febrero de 1533
y fue recibido “por Maestro Mayor de cantería para la obra mayor de esta
iglesia “ que se quiere hacer y labrar.”
No fue Palacios el continuador
inmediato de las obras iniciadas por Motaude, El documento del Archivo de
Protocolos Notariales de Sevilla que publico al final nos obliga a situar,
entre aquellos dos arquitectos, al “maestro de cantería”, vecino de la cíudad
del Guadalquivir, Pedro de Llerena, El 30 de mayo de 1504 se concertaba con el
Cabildo Eclesiástico de Las Palmas -representado por los racioneros- de la
catedral sevillana Juan de Medina y Juan de Millares-, obligándose a pasar a
Gran Canarra con dos oficiales canteros y un mozo, para trabajar en la fábrica
de la iglesia en calidad de “maestro e asentador e hedificador”. Se comprometía
a “fazer e labrar y asentar y hedificar todo lo que los dichos señores Deán y
Cabildo quisyeren e mandaren., por un”
sueldo anual de diez mil
maravedises, además de tres reales de plata por cada dia que trabajase en la
obra, En el contrato se especifica también la remuneración de los oficiales
canteros y se hacen constar otras condiciones usuales entre los artífices de la
época: obligación de darles casa en que vivir, sueldo desde el día de la
partida de Sevilla y reparación y afilado de las herramientas por cuenta de la
parte contratante. Como anticipo de su salario recibió veinte ducados de oro,
pagados por el mercader genovés Francisco de Riverol. Como en el contrato no se
dice que Llerena hubiese de estar alas órdenes de otro maestro, se deduce que
Motaude había cesado en la dirección de las obras.
En cumplimiento de la obligación
contraída, Pedro de Llerena pasó a Las Palmas. En julio de 1506 estaba en San
Cristóbal de La Laguna ,
donde se obligó con el Adelantado don Alonso Fernández de Lugo a trazar la
iglesia de San Miguel, que éste trataba de construir a su costa frente a las
casas de su morada, comprometiéndose a visitar las obras cuatro veces por año
En el contrato se intitula “cantero, maestro mayor de la obra de la iglesia
catedral de la ysla de Grand Canaria”. Su trabajos en la dirección de este
edificio se reducirían a proseguir las obras iniciadas por Motaude, ejecutando
las trazas y planos de éste.
Infelizmente, la primitiva
iglesia de San Miguel de La
Laguna no se conserva, pues la actual ermita de esta
advocación es obra del siglo XVIII, e ignoro si en la clausura del convento de
las Catalinas queda algún resto del palacio del Adelantado. En Las Palmas,
entre el variado repertorio de casas de los últimos días del gótico que guarda
el barrio de Vegueta, es posible que quede alguna obra de Pedro de LIerena. Es
de esperar que su nombre aparezca en los Protocolos Notariales y en las actas
del Cabildo Eclesiástico.
Para terminar este comentario, me
parece que vale la pena recoger un dato que creo relacionado con las obras de
la catedral de Las Palmas. EI 14 de julio de 1507, el Cabildo Eclesiástíco de
Sevilla dispuso que el maestro máyor Alonso Rodríguez no hiciesviaje a
Canarias, por considerar indispensable su presencia junto a las obras de la
catedral. Alonso Rodríguez, que acababa de cerrar el cimborrio del gran templo
sevillano, era, por entonces, el arquitecto de más fama en la archidiócesis
hispalense. Su proyectado viaje al Archipiélago por fuerza se ha de relacionar
con las obras de la iglesia episcopal de Gran Canaria. Fueron dos racioneros de
la de Sevilla quienes contrataron a Pedro de Llerena, y nada tendría de extraño
que el propio Alonso Rodríguez hubiese intervenido en la designación de este
maestro. La catedral de Las Palmas era la mayor empresa arquitectónica
acometida hasta entonces en la provincia atlántica, recientemente incorporada a
los dominios de Castilla. Nada tiene de extraño que el Cabildo Eclesiástico de
Gran Canaria contratase al maestro mayor de la catedral
de Sevilla -de la cual era sufragánea la de Las Palmas, para
que, en determinados momentos de la construcción, fuese a inspeccionar las
obras. Lo cierto es que el viaje de Alonso Rodriguez a Canarias no pasó de
proyecto. (Enrique Marco Dorta; 1958:123-26)
1500 Enero 3. Sevilla. Orden al gobernador de Gran Canaria para que
en un plazo de tres días haga restituir al Ido. Diego Fernández de Valera, las
dieciseis doblas y dos varas de terciopelo que el alcalde de la isla le hizo
depositar en poder de Alonso de Marcos, vecino de dicha isla, y las tres tazas
de plata y dos varas de terciopelo, valoradas en veinte doblas, que dicho
alcalde ejecutó en sus bienes y depositó en poder de Pedro de Hervás, por haber
actuado como abogado, contraviniendo la orden de terminar la pesquisa que
llevaba acabo antes de salir del lugar donde la realizaba, por lo que fue
obligado a depositar las ganancias obtenidas en poder de Alonso de Olvera.
Episcopus ovetensis. Johannes licenciatus. Martinus. Zapata. Tello. Mármol.
1500 Enero 4. Sevilla. Incitativa al licenciado Luis de Polanco,
alcalde de casa y corte, para que actúe en las causas de los canarios que piden
su libertad, ampliándole el término de su jurisdicción, que era de cinco leguas
a partir de la corte, porque muchos de estos canarios se encuentran en Cádiz y
otros lugares. Episcopus ovétensis. Johannes licenciatus. Martinus. Zapata.
Tello. Moxica. Mármol. Ruiz de Castañeda.
1500 Enero 4. Sevilla. Incitativa al gobernador de Gran Canaria
para que determine en la demanda presentada por Juan de Céspedes, vecino de
Jerez de Badajoz, contra algunas personas de dicha isla que le deben azúcar y
dinero. Episcopus ovetensis. Johannes licenciatus. Martinus. Zapata. Tello.
Moxica. Mármol.
1500 Enero 13.
En lunes xiii de henero de
quinientos años.
140.-Cabildo.
Este dicho día se juntaron en
Cabildo el señor Governador y Jerónimo de Valdés, su teniente, y francisco de
Corvalán, alcalde mayor, y francisco de Valdespyno, regidor, y Guillén
Castellano, regidor, e Mateo Vyña, regidor, e Pero Galíndez, algucizil mayor, e
asy juntos ordenaron y mandaron lo syguiente:
141.-Salario de ver e1 ganado
sarnoso.
Primeramente ordenaron y mandaron
que Juan Delgado que es diputado para ver las cabras que tienen sarna que se le
dé de salario L mrs. cada día.
142.-Burras. fol. 17 v.
Asy mesmo ordenaron y mandaron
que por quanto ay ordenança sobre las burras salvajes que tomen en los panes,
que pagasen de pena c mrs. por la primera vez y por la segunda ccc mrs. y por
la tercera que fuese perdida; que vysto el dapño grande que resciben los panes
dellas, que de nuevo ordenan e mandan que asy mesmo yncurran en la dicha pena
por las mansas como sy fuesen salvajes, e sy la tomaren travada que ésta pague
un real de pena y s y no, trayda al corral y dentro de quatro días no
paresciere su dueño a pagar la pena que asy está ordenado, que sea penada que
la aya su dueño del pan o de la heredad en que fuesen tomadas o tomada; y asy
mesmo ordenaron y mandaron que sy ge la tomaren syn le llevar la pena como dicho
es pague DC mrs. de pena para el Concejo.
143.-Casas y pez y sarmientos.
Asy mesmo ordenaron e mandaron
que por quanto ay ordenança que los vecinos desta ysla puedan hazer pez en los
montes della, condicionalmente que hagan que todos se hiezen casas, que los que no las han fecho luego a
la ora pongan mano en hazellas luego y no hagan pez hasta aver fecho las casas,
sopena que la que heziere la avía perdido y asy mesmo lo que tiene fecho estará
de manifiesto hasta que esté fecha la casa, y la que ha vendido y está en la
tierra que le harán bolver los dineros y asy mesmo ser obligado de poner cada
uno ocho cientos sarmientos,. los quales pongan en este presente año, y demás y
aliende de todo lo sobredicho pagarán cada uno dos mili mrs.
de pena.
144.-Guardador de panes. Pena de
las burras.
Asy mesmo ordenaron y mandaron
quel que tuvyere cargo de guardar los panes y heredades, que de cada burra que
tomare en la pena que por la primera vez yncurra en pena en c mrs. que lleve la
guarda medio real y por la segunda que lleve un real y por la tercera dos
reales. (Acuerdos Cabildo colonial de Chinech (Tenerife) v. I:26)
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