El mito de Araguy (nombre aborigen de La Verdellada (Tenerife) y su barranco, que indica
el lugar por donde bajan las aguas) sostiene que, en la época prehispánica,
existía una colonia consolidada de aborígenes que se dedicaba al pastoreo.
Estos guanches han dejado diferentes "huellas" en el barranco en
forma de grabados rupestres, así como restos de lo que fueron cabañas o cuevas habitadas. La leyenda afirma que,
durante la Conquista
de la Isla y
durante una batalla entre aborígenes y conquistadores en esta zona, fue abatido
un joven guanche llamado Güy al borde del barranco, cayendo al fondo, donde se
encontraba su amada Ara, refugiada de los conquistadores junto a su rebaño de
cabras en una pequeña cueva. Al ver la escena, Ara gritó de tal forma que,
según el mito, se desprendió una gran laja de piedra del risco por el que cayó
muerto su amado. Supuestamente, tras esta laja apareció un corazón pétreo
partido a la mitad por el amor perdido, en una nueva y clara prueba del
romanticismo que caracteriza a muchas leyendas populares canarias.
Esta historia siempre se consideró puro mito, un
cuento de abuelos, ya que casi nadie había visto nunca el corazón y los pocos
que dicen o han dicho que lo han visto en su infancia en el barranco pensaban
que había desaparecido con la canalización en la zona de la Casa del Barco. Sin embargo,
en 2009, y después de la limpieza a fondo del cauce tras décadas sin hacerlo,
apareció la imagen de la foto. Los vecinos consideran el descubrimiento
"sorprendente e histórico, que da pie a los románticos para creer en la
leyenda".
El corazón apareció justo en el acantilado, en la
entrada al barrio y frente al molino de agua. "Su forma natural es tan
clara y bella -afirman los vecinos-, que da pie a inspirar cualquier leyenda de
amor. Haber estado oculto durante décadas, ha permitido que la forma geológica,
aparte de quedar más protegida y conservada, presente una coloración
espectacular". (M. H.Acevedo)
Publicado por María Gómez Díaz.
Febrero de 2015.
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