martes, 24 de febrero de 2015

TENO



1999 noviembre 19.
Se aprueba el Decreto, del Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Rural de Teno.
Las eras de Teno y la cultura del cereal
 Entre los múltiples ejemplos que ha dejado la actividad agraria en el paisaje de Teno (hornos, cuadras, huertas, tagoras1...), las eras presentan, por sus dimensiones y su papel central en la actividad productiva del cereal, un lugar de primerísima importancia. Aunque en la actualidad pueda resultarnos extraño, el cereal fue el cultivo más importante de la historia de Canarias. Reducido a cultivo testimonial actualmente, se hace difícil explicar el desarrollo económico de las islas sin su presencia. El papel que el cereal representó en la alimentación de la población, especialmente de las clases populares, explica las huellas que su actividad ha dejado en el paisaje. Su escasa presencia en las fuentes escritas se explica por tratarse “tan sólo” del alimento básico de las clases populares y no de las más pudientes e ilustradas.
Las eras de Teno Alto son un buen ejemplo de ese pasado cerealista, aunque en el caso de Teno presentan características excepcionales respecto a las del resto de la isla. Aparte de la concentración de más de cincuenta eras en un espacio productivo relativamente pequeño, hemos de destacar la presencia de estructuras originales, ausentes en el resto del espacio insular.
Abandonadas del mismo modo que el cultivo del cereal y las leguminosas para grano, quedan como hitos en el territorio. Sufren un deterioro manifiesto y la progresiva pérdida de los conocimientos asociados, de la historia de su construcción y, en muchos casos, hasta de su localización. Junto a eras que aún mantienen su funcionalidad, aunque sea a escala reducida, otras han sido transformadas en gallineros o cabrerizas, en lugares para tenderetes, en depósitos de chatarra, en queserías... o languidecen, abandonadas, con sus muros caídos y viendo crecer la vegetación entre su antaño cuidado empedrado.
 El presente trabajo pretende aportar datos que permitan la recuperación de algunas de ellas con una funcionalidad diferente y evitar la pérdida de los conocimientos e historias asociados a este patrimonio etnográfico de alto valor cultural.
 En el año 2006 tuvimos la suerte de poder finalizar, para la Oficina de Gestión del Parque Rural de Teno, un estudio y censo de las eras de aquel espacio. El objetivo general era el de recopilar todos los conocimientos relacionados con las eras, realizando de una manera sistematizada un censo de las mismas que incluyese una cartografía. Igualmente se proponía la recuperación de algunas de ellas dotándolas de una nueva funcionalidad relacionada con la actividad turística. En ese sentido el trabajo terminaba proponiendo el trazado de tres itinerarios que permitían tener una visión de conjunto de las eras y de las singularidades del paisaje de Teno Alto.
 Se eligió como territorio objetivo el comprendido dentro de los límites de la Zona de Uso Tradicional de Teno Alto según lo señalado en la zonificación del Plan de Uso y Gestión del Parque Rural de Teno2, que abarca una superficie de 786 ha. Se estableció este límite para delimitar un área de trabajo que englobase toda la superficie agraria de la zona y por lo tanto todas las eras.
Las características de las eras de Teno
Las eras de Teno presentan algunas singularidades que les son propias. Especialmente es destacable la presencia de los aventaderos, grandes ventanales abiertos en sus altos muros por los cuales se regulaba la acometida del aire.
Es posible observar diferencias en los materiales que las conforman entre las eras más antiguas y las más modernas. Así, en las modernas podemos ver cómo el cemento ha sustituido a la tierra como argamasa de unión de las piedras que componen el suelo, facilitando con ello la recogida de los granos que quedan en las uniones. Igualmente el hormigón ha sustituido la mampostería de piedra seca en algunos muros de contención perimetral y en las restauraciones de los muros desplomados. Del mismo modo, aunque las fuentes orales nos informaban de que lo usual era contar como piedra central con una piedra de molino gastada, en todos los casos, menos en la Era de Juan Verde, había sido sustituida por un canto de mediana dimensión.
 De manera general, las eras presentan varios elementos característicos que se repiten en Teno. Debemos destacar entre éstos las siguientes especificidades:
Piedra central: como indicábamos, sólo en la Era de Juan Verde encontramos una piedra de molino. En gran número de ellas la piedra central no difiere en exceso del empedrado adyacente.
Suelo: en Teno Alto encontramos eras empedradas, la mayoría, y otras excavadas en la tosca total o parcialmente3. Son muy pocas las que presentan el suelo de tierra apisonada. Predominan los suelos de piedras, aunque el estado de conservación de los mismos en algunas es malo. Se encuentran deteriorados por la falta de empedrado o por la acumulación de tierra y vegetación, que en algunos casos llega a ser de árboles plantados en su interior. Las dimensiones de las piedras que componen el empedrado y el acabado de las mismas son variables, desde empedrados de pequeñas dimensiones (5-10 cm) a piedras de mayores dimensiones (10-25 cm).
 Madrinas: las madrinas son las alineaciones de piedras que partiendo del centro llegan hasta el pretil, destacándose del conjunto del empedrado. Este tipo de estructuras es sólo observable en una era, aunque bien podría estar presente en otras, pero el deterioro del pavimento y la acumulación de tierra impiden su visión.
  Pretil: se trata de las piedras4 que cierran el conjunto de la era, con la funcionalidad de evitar que el grano y la paja saliesen del recinto y los animales no pudiesen tampoco abandonarlo a su voluntad. En el caso de Teno Alto los pretiles constituyen en general muretes relativamente altos, que en la zona del aventadero llegan a alcanzar los tres metros de altura, pero en general son menores, de 50 ó 60 cm.
 Entradas: la entrada es la ruptura del pretil que permite que accedan con comodidad ganado y personas. Con las dimensiones medias de los pretiles en Teno, es normal encontrar entradas en prácticamente todas las eras.
 
Como ya hemos indicado, merece mención aparte la existencia de los peculiares aventaderos5. Se trata de ventanas (sin dintel) abiertas en el muro perimetral. Su situación se corresponde invariablemente con el lugar por donde baten los vientos dominantes, con ligeras modificaciones locales debidas a la orografía del terreno, es decir, abiertas al alisio que azota estas tierras desde el Noreste o Nornordeste. En Teno Alto son estos vientos los que, por su potencia, se manifiestan como los ideales para la labor de aventar.
 ¿Cuál es la razón que explica la presencia de estas estructuras en Teno Alto y no en el resto de la isla? Como bien indicaban los propios agricultores “es que si no el viento se lleva todo6. Ciertamente, en los meses de agosto y septiembre, cuando el trigo está en la era para su trilla y aventado, coincide con los momentos en que los vientos alisios incrementan su velocidad por el desplazamiento del anticiclón de las Azores hacia latitudes más septentrionales. La fuerza del viento en esos meses obliga a que deba regularse su potencia mediante los aventaderos y la instalación en éstos de barreras que menoscaben su violencia. Para ello “se colocaban ramos empinados7, es decir, sobre una estructura formada por palos de brezo u otras maderas, dos de ellos terminados en horquilla y un tercero apoyado a modo de dintel sobre los mismos8, se forraba con ramos de brezo9, de manera que según la violencia del viento se iban quitando o poniendo ramos, con lo cual se podía regular la incidencia del mismo.
 Cuando comenzamos el trabajo de campo y preguntábamos a los habitantes de Teno Alto por la existencia de eras, lo más común era obtener por respuesta que en Teno Alto “cada casa tiene una era”. Esta apreciación es tan fiel a la realidad que localizamos algunas siguiendo la máxima de que si existía una casa debía de haber una era en las proximidades. Así es: en Teno Alto cada casa tiene una era, y son muy pocas las que no están asociadas a una vivienda. Esta apreciación nos llevó a la pregunta de por qué construir tantas, cuando en otros lugares existen ejemplos de eras comunitarias. La respuesta la obtuvimos de los propios agricultores: “cuando todos quieren trillar, todos quieren trillar10. Es decir, cuando venía el momento de la trilla todo el mundo quería trillar a la vez, lo que las hacía necesarias para evitar conflictos. La razón de esta coincidencia en el tiempo queda bien explicada si observamos las condiciones meteorológicas de Teno Alto en los momentos de trilla. Cuando llega el verano es cuando el alisio toma mayor fuerza, y con él llegan las nieblas. Más del 40 % de los días en el verano hay mar de nubes en Teno Alto11, lo que implica las condiciones más indeseables para trillar, ya que se necesita un tiempo seco y soleado. Respecto al 60 % de las posibilidades restantes, aunque no haya niebla las condiciones no tienen por qué ser óptimas. Como bien indicaba José Díaz Medina, “es que después de un tiempo viene otro”. No era excepcional en Teno Alto que las malas condiciones ambientales provocasen que el grano se “grelase”12 en la era. Los propios agricultores nos indicaron que era raro el verano en que había más de ocho o nueve días de buenas condiciones.
 La proximidad a las casas se explicaba por la comodidad que suponía esta cercanía. En muchos casos se trillaba de noche si había buenas condiciones (tiempo sur) y así se evitaba tener que dormir en la era para cuidar el grano esperando a que las condiciones fueran propicias.
 La cultura del cereal ligada a las eras
 
Aunque hemos designado la cultura asociada a las eras como la cultura del cereal, hemos de indicar que el cereal (trigo, cebada, centeno...) no era el único vegetal que se trillaba. También se trillaban otros granos, especialmente las leguminosas13. Entre éstas destacaban las habas (Vicia faba L.), tanto las de grano pequeño, tradicionales y más antiguas en su cultivo, como las habas chochas, más grandes. Los agricultores preferían las pequeñas, a pesar del tamaño de sus granos, por dar mayor cantidad de grano. El tipo de haba de grano pequeño presenta similitudes en su forma y tamaño con las habas encontradas en los yacimientos arqueológicos.
También se trillaban los chícharos castellanos (Lathyrus cicera L.), usados en el potaje y para componer, que daban a los guisos un sabor peculiar y agradable. En los últimos años se han introducido en Teno Alto los llamados chícharos blancos o majoreros (Lathyrus sativus L.), de granos más grandes y color blanquecino.
 Con uso ganadero se trillaban en las eras, para obtener la semilla del año siguiente, los chícharos moros (Vicia ervilia L. Wild.), siendo este territorio uno de los pocos reductos en Tenerife donde aún se pueden conseguir semillas de esta especie, que antes era común en el resto del territorio insular. Por último, se trillaban las lentejas (Lens culinaris Medik.), siendo éstas otras de las semillas perdidas en la isla que aún se conservan en Teno Alto. En resumidas cuentas, las eras servían para el procesado de todos aquellos vegetales aprovechados por sus granos, salvo los chochos (Lupinus albus L.), que se “majaban al palo”, golpeándolos para sacar el grano, sobre una sábana, en el mismo terreno de cultivo.
 Segados los cereales y formados los mollos14 y las cargas15 para su acarreto16 hasta la era17, eran dispuestos en frescales18 alrededor de la era; por esto se dejaba, si se podía, un terreno expedito en los alrededores. Una vez que llegaba el cereal a la era y se daban las condiciones propicias, se realizaban las siguientes labores: trilla, avienta y la limpieza del grano.
La trilla es el proceso por el cual se separa el grano de la espiga y la caña del cereal (tallo) se aplasta y rompe transformándose en paja. El proceso se realizaba con bestias19 o con vacas. Las dimensiones de las eras condicionaban las tareas de trilla. En las mayores era posible elegir entre trillar con el trillo o bien en cobra20; todavía se recuerdan trillas de doce vacas trillando en cobra en una misma era o dos yuntas con trillos, una detrás de otra. Para las pequeñas (como las de Taburco), donde el giro no permitía el arrastre del trillo, se utilizaba el burro, que con su patear separaba el grano de la paja.
El censo de las eras
Algunas eras han desaparecido con el tiempo y no han dejado rastro al utilizarse las piedras para la construcción o ampliación de alguna vivienda. Otras se volvieron a construir “más allá” para aprovechar mejor el viento. De algunas hemos tenido noticias de su existencia pero son de muy difícil localización, destacando tres de ellas: una situada en las cercanías del Lomo del Empedrado; otra en el mismo Bailadero –una era de tierra conocida como la Era de Delfina, que se montaba cuando había que trillar fabricando una estructura de palos para enramar que se desmontaba al final de la trilla–; y la tercera cerca de Los Partidos, cercana a un tagorón21, en la cual se llegó a trillar un montón de trigo que “no había cabrero que lo saltase con la lanza22.
 El tamaño de las eras es muy variable, oscilando entre los 23 m2 de la Era Pequeña de la Mulata y los 282 m2 de la Era de la Casa Quemada. El área agrícola de Teno Alto es de 357 ha, de las que en 2006, 312 ha no se cultivaban. Si hallamos la media del terreno cultivable que correspondería a cada era, ésta es de 6’6 ha. La superficie total que ocupan todas las eras es de 6.675 m2. Si calculamos la relación de la superficie cultivable por m2 de era, ésta es de 535 m2.
 Las eras están situadas en una franja de unos 400 metros de altitud, que va desde los 851 metros de altitud de la era de La Siete hasta los 467 metros de las eras del barranco de Las Cuevas23. Están repartidas por todas las áreas de cultivo de Teno Alto, desde las más bajas a las más altas, siempre próximas a las casas como hemos indicado, las que no lo están, se sitúan en zonas de cultivo como El Frontón o El Lomo del Medio.
 Algunas eras son relativamente recientes, como la Era de Respingo, que tiene en torno a los 30 años, y otras son muy antiguas, como la llamada Era Vieja o la Era de Chiñaco, cuya antigüedad se estima en más de 200 años.
  Conclusión
 La situación socioeconómica actual en Teno Alto no es muy halagüeña. El despoblamiento paulatino que sufre este núcleo se debe sobre todo a su lejanía de los centros de intercambio económico y al envejecimiento de la población sin relevo generacional.
 El Parque Rural de Teno es muy visitado por el turismo de senderismo. La generación de ingresos por la prestación de servicios (alojativos, de restauración) combinada con la venta de productos agropecuarios típicos de la zona (queso, miel, azafrán, papas...) parece hoy en día la única posibilidad de mantener el arraigo de la población en Teno Alto y asegurar unos ingresos económicos suficientes. Un elemento a desarrollar en trabajos posteriores puede ser el establecimiento de rutas que combinen el turismo etnográfico con el senderismo y con la visita a establecimientos con oferta alojativa, de restauración y de comercialización de productos locales.
 Agradecimientos
 Hemos de agradecer a todos los habitantes de Teno la acogida que nos han brindado; siempre nos han recibido e informado sin ningún tipo de cortapisas. Especialmente se han mostrado generosos con nosotros: D. José Martín; D. José Díaz Medina; Dª María González Pérez; Dª Cipriana Martín Martín; D. Francisco Díaz Álvarez; Dª Gloria Martín Pérez; D. Victoriano González González; Dª Antonia Regalado; D. José Verde; D. Manuel González Rodríguez; y D. Pedro González Martín.
Igualmente la Oficina de Gestión del Parque Rural de Teno y su director, D. Abel Herrera, han colaborado y apoyado este proyecto que surgía desde nuestra inquietud y coincidía con sus necesidades. La generosidad de D. Manuel Lorenzo Perera y Dª Mary García oles permitió compartir la mucha información que controlan.
(Antonio C. Perdomo Molina (Geógrafo) y Alfonso Molera Teruel (Ingeniero Agrónomo) en: Rincones del Atlántico)
 Bibliografía
  - Brito, Marcos. Análisis de una infraestructura agraria: las eras en el municipio de Arona. Los Cristianos, Arona: Llanoazur, 2002.
  - Lorenzo Perera, Manuel J. Estampas etnográficas de Teno Alto (Buenavista del Norte, isla de Tenerife, Canarias). Buenavista del Norte: Ayuntamiento de Buenavista del Norte, 1987.
  - Luis González, Manuel. Los paisajes naturales del macizo de Teno. [Memoria de licenciatura]. La Laguna: Universidad de La Laguna, 1984. [Inédito].
  - Marzol Jaén, María Victoria. La captación del agua de la niebla en la isla de Tenerife. [Santa Cruz de Tenerife]: Caja General de Ahorros de Canarias, 2005.
  Notas
  1 Por ‘tagora’ se conocen las estructuras de piedra que servían a los pastores como cobijo ante las inclemencias del tiempo mientras vigilaban al ganado. En Teno son bastante numerosas.
  2 Decreto 309/1999, de 19 de noviembre, por el que se aprueba el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Rural de Teno.
  3 Sobre las de suelo de tosca, llamadas ‘riscas’, se opina que son más sucias, pues el grano se obtiene con un mayor contenido de piedrecillas. Testimonio de D. Rafael González (2005).
  4 A las piedras que lo conforman también se las denomina ‘laderos’ o ‘gualderas’.
  5 En otros lugares ventosos, como Los Baldíos o El Sobradillo, las eras se rodean de un bardo de eucaliptos o cipreses, sobre los cuales se apoya una estructura conocida como ‘enramada’ con la misma funcionalidad.
  6 Testimonio de D. Rafael González (2005).
  7 Testimonio de Dª María González Pérez. (2006).
  8 Es posible observar estos palos tirados en la propia era o sus alrededores y en algún caso han quedado “emparedados” en el propio aventadero cuando han sido reconstruidas las paredes caídas al darles otras funciones.
  9 También se podía colocar una “sábana” hecha de sacos o mantas viejas. Testimonio de Dª Cipriana Martín Martín (2005).
  10 Testimonio de D. José Díaz Medina (2006).
  11 Marzol Jaén (2005), pp. 144-145.
  12 De echar grelos, es decir, germinar la simiente.
 
13 Incluso el lino empleado como fibra vegetal se rompía en las eras. Testimonio de José Díaz Medina (2006).
 14 ‘Mollo’ o ‘molle’ es el conjunto de espigas que el segador ata unidas.
  15 La ‘carga’ es el conjunto de dieciséis mollos colocados sobre las bestias.
  16 Se llama ‘acarreto’ a la faena de trasladar las cargas desde las huertas a la era.
  17 D. José Martín nos contaba muy gráficamente cómo los burros cargaban una sábana de trigo hasta la era. Las ‘sábanas’ eran telas grandes de lana que se ataban por las cuatro puntas encerrando en su interior el trigo de la cosecha.
  18 Amontonamientos de mollos, de hasta 2 ó 3 metros de altura, en terrenos adyacentes a la era, colocados con las espigas hacia adentro y rematados con helechos, a la espera de las condiciones propicias para la trilla. Cuando tenía menores dimensiones se le llamaba ‘rollera’.
  19 Por ‘bestias’ se entiende el ganado que formaban los caballos y, más comúnmente, los mulos o burros.
  20 La trilla en cobra se realiza cuando los animales no llevan un yugo que los una, sino que se unían mediante una trenza de soga de pitera.
  21 Por ‘tagorón’ se conoce a las tagoras grandes donde podían refugiarse varios cabreros a la vez. Testimonio de D. José Martín.
 22 Testimonio de D. José Martín.
 23 Incluimos la Era de Teno Bajo, situada a 70 metros de altitud en Teno Bajo, por motivos de los itinerarios, aunque se sale de los patrones y límites territoriales analizados.
 



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