1999
noviembre 19.
Se aprueba el Decreto, del Plan Rector de Uso y
Gestión del Parque Rural de Teno.
Las eras de Teno y la cultura del
cereal
Entre los
múltiples ejemplos que ha dejado la actividad agraria en el paisaje de Teno
(hornos, cuadras, huertas, tagoras1...),
las eras presentan, por sus dimensiones y su papel central en la actividad
productiva del cereal, un lugar de primerísima importancia. Aunque en la
actualidad pueda resultarnos extraño, el cereal fue el cultivo más importante
de la historia de Canarias. Reducido a cultivo testimonial actualmente, se hace
difícil explicar el desarrollo económico de las islas sin su presencia. El
papel que el cereal representó en la alimentación de la población,
especialmente de las clases populares, explica las huellas que su actividad ha
dejado en el paisaje. Su escasa presencia en las fuentes escritas se explica
por tratarse “tan sólo” del alimento básico de las clases populares y no de las
más pudientes e ilustradas.
Las eras de Teno Alto son un buen ejemplo de ese
pasado cerealista, aunque en el caso de Teno presentan características
excepcionales respecto a las del resto de la isla. Aparte de la concentración
de más de cincuenta eras en un espacio productivo relativamente pequeño, hemos
de destacar la presencia de estructuras originales, ausentes en el resto del
espacio insular.
Abandonadas del mismo modo que el cultivo del
cereal y las leguminosas para grano, quedan como hitos en el territorio. Sufren
un deterioro manifiesto y la progresiva pérdida de los conocimientos asociados,
de la historia de su construcción y, en muchos casos, hasta de su localización.
Junto a eras que aún mantienen su funcionalidad, aunque sea a escala reducida,
otras han sido transformadas en gallineros o cabrerizas, en lugares para tenderetes,
en depósitos de chatarra, en queserías... o languidecen, abandonadas, con sus
muros caídos y viendo crecer la vegetación entre su antaño cuidado empedrado.
El presente trabajo pretende aportar datos
que permitan la recuperación de algunas de ellas con una funcionalidad
diferente y evitar la pérdida de los conocimientos e historias asociados a este
patrimonio etnográfico de alto valor cultural.
En el año 2006 tuvimos la suerte de poder
finalizar, para la Oficina
de Gestión del Parque Rural de Teno, un estudio y censo de las eras de aquel
espacio. El objetivo general era el de recopilar todos los conocimientos
relacionados con las eras, realizando de una manera sistematizada un censo de
las mismas que incluyese una cartografía. Igualmente se proponía la
recuperación de algunas de ellas dotándolas de una nueva funcionalidad
relacionada con la actividad turística. En ese sentido el trabajo terminaba
proponiendo el trazado de tres itinerarios que permitían tener una visión de
conjunto de las eras y de las singularidades del paisaje de Teno Alto.
Se eligió como territorio objetivo el
comprendido dentro de los límites de la
Zona de Uso Tradicional de Teno Alto según lo señalado en la
zonificación del Plan de Uso y Gestión del Parque Rural de Teno2, que abarca una superficie de 786
ha. Se estableció este límite para delimitar un área de trabajo que englobase
toda la superficie agraria de la zona y por lo tanto todas las eras.
Las características de las eras de Teno
Las eras de Teno presentan algunas singularidades
que les son propias. Especialmente es destacable la presencia de los aventaderos,
grandes ventanales abiertos en sus altos muros por los cuales se regulaba la
acometida del aire.
Es posible observar diferencias en
los materiales que las conforman entre las eras más antiguas y las más
modernas. Así, en las modernas podemos ver cómo el cemento ha sustituido a la
tierra como argamasa de unión de las piedras que componen el suelo, facilitando
con ello la recogida de los granos que quedan en las uniones. Igualmente el
hormigón ha sustituido la mampostería de piedra seca en algunos muros de
contención perimetral y en las restauraciones de los muros desplomados. Del
mismo modo, aunque las fuentes orales nos informaban de que lo usual era contar
como piedra central con una piedra de molino gastada, en todos los casos, menos
en la Era de Juan
Verde, había sido sustituida por un canto de mediana dimensión.
De manera general, las eras presentan
varios elementos característicos que se repiten en Teno. Debemos destacar entre
éstos las siguientes especificidades:
Piedra central: como indicábamos, sólo en la Era de Juan Verde encontramos
una piedra de molino. En gran número de ellas la piedra central no difiere en
exceso del empedrado adyacente.
Suelo: en Teno Alto encontramos eras
empedradas, la mayoría, y otras excavadas en la tosca total o parcialmente3. Son muy pocas las que presentan el
suelo de tierra apisonada. Predominan los suelos de piedras, aunque el estado
de conservación de los mismos en algunas es malo. Se encuentran deteriorados
por la falta de empedrado o por la acumulación de tierra y vegetación, que en
algunos casos llega a ser de árboles plantados en su interior. Las dimensiones
de las piedras que componen el empedrado y el acabado de las mismas son
variables, desde empedrados de pequeñas dimensiones (5-10 cm) a piedras de
mayores dimensiones (10-25 cm).
Madrinas: las madrinas son las
alineaciones de piedras que partiendo del centro llegan hasta el pretil,
destacándose del conjunto del empedrado. Este tipo de estructuras es sólo
observable en una era, aunque bien podría estar presente en otras, pero el
deterioro del pavimento y la acumulación de tierra impiden su visión.
Pretil: se trata de las piedras4 que cierran el conjunto de la era,
con la funcionalidad de evitar que el grano y la paja saliesen del recinto y
los animales no pudiesen tampoco abandonarlo a su voluntad. En el caso de Teno
Alto los pretiles constituyen en general muretes relativamente altos, que en la
zona del aventadero llegan a alcanzar los tres metros de altura, pero en
general son menores, de 50 ó 60 cm.
Entradas: la entrada es la ruptura
del pretil que permite que accedan con comodidad ganado y personas. Con las
dimensiones medias de los pretiles en Teno, es normal encontrar entradas en
prácticamente todas las eras.
Como ya hemos indicado, merece
mención aparte la existencia de los peculiares aventaderos5. Se trata de ventanas (sin dintel)
abiertas en el muro perimetral. Su situación se corresponde invariablemente con
el lugar por donde baten los vientos dominantes, con ligeras modificaciones
locales debidas a la orografía del terreno, es decir, abiertas al alisio que
azota estas tierras desde el Noreste o Nornordeste. En Teno Alto son estos
vientos los que, por su potencia, se manifiestan como los ideales para la labor
de aventar.
¿Cuál es la razón que explica la presencia
de estas estructuras en Teno Alto y no en el resto de la isla? Como bien
indicaban los propios agricultores “es que si no el viento se lleva todo”6. Ciertamente, en los meses de
agosto y septiembre, cuando el trigo está en la era para su trilla y aventado,
coincide con los momentos en que los vientos alisios incrementan su velocidad
por el desplazamiento del anticiclón de las Azores hacia latitudes más septentrionales.
La fuerza del viento en esos meses obliga a que deba regularse su potencia
mediante los aventaderos y la instalación en éstos de barreras que menoscaben
su violencia. Para ello “se colocaban ramos empinados”7, es decir, sobre una estructura formada
por palos de brezo u otras maderas, dos de ellos terminados en horquilla y un
tercero apoyado a modo de dintel sobre los mismos8,
se forraba con ramos de brezo9,
de manera que según la violencia del viento se iban quitando o poniendo ramos,
con lo cual se podía regular la incidencia del mismo.
Cuando comenzamos el trabajo de campo y
preguntábamos a los habitantes de Teno Alto por la existencia de eras, lo más
común era obtener por respuesta que en Teno Alto “cada casa tiene una era”.
Esta apreciación es tan fiel a la realidad que localizamos algunas siguiendo la
máxima de que si existía una casa debía de haber una era en las proximidades.
Así es: en Teno Alto cada casa tiene una era, y son muy pocas las que no están
asociadas a una vivienda. Esta apreciación nos llevó a la pregunta de por qué
construir tantas, cuando en otros lugares existen ejemplos de eras
comunitarias. La respuesta la obtuvimos de los propios agricultores: “cuando
todos quieren trillar, todos quieren trillar”10.
Es decir, cuando venía el momento de la trilla todo el mundo quería trillar a
la vez, lo que las hacía necesarias para evitar conflictos. La razón de esta
coincidencia en el tiempo queda bien explicada si observamos las condiciones
meteorológicas de Teno Alto en los momentos de trilla. Cuando llega el verano
es cuando el alisio toma mayor fuerza, y con él llegan las nieblas. Más del 40
% de los días en el verano hay mar de nubes en Teno Alto11, lo que implica las condiciones
más indeseables para trillar, ya que se necesita un tiempo seco y soleado.
Respecto al 60 % de las posibilidades restantes, aunque no haya niebla las
condiciones no tienen por qué ser óptimas. Como bien indicaba José Díaz Medina,
“es que después de un tiempo viene otro”. No era excepcional en Teno
Alto que las malas condiciones ambientales provocasen que el grano se “grelase”12 en la era. Los propios
agricultores nos indicaron que era raro el verano en que había más de ocho o
nueve días de buenas condiciones.
La proximidad a las casas se explicaba por
la comodidad que suponía esta cercanía. En muchos casos se trillaba de noche si
había buenas condiciones (tiempo sur) y así se evitaba tener que dormir en la
era para cuidar el grano esperando a que las condiciones fueran propicias.
La cultura del cereal ligada a las eras
Aunque hemos designado la cultura
asociada a las eras como la cultura del cereal, hemos de indicar que el cereal
(trigo, cebada, centeno...) no era el único vegetal que se trillaba. También se
trillaban otros granos, especialmente las leguminosas13. Entre éstas destacaban las habas
(Vicia faba L.), tanto las de grano pequeño, tradicionales y más
antiguas en su cultivo, como las habas chochas, más grandes. Los agricultores
preferían las pequeñas, a pesar del tamaño de sus granos, por dar mayor
cantidad de grano. El tipo de haba de grano pequeño presenta similitudes en su
forma y tamaño con las habas encontradas en los yacimientos arqueológicos.
También se trillaban los chícharos
castellanos (Lathyrus cicera L.), usados en el potaje y para componer,
que daban a los guisos un sabor peculiar y agradable. En los últimos años se
han introducido en Teno Alto los llamados chícharos blancos o majoreros (Lathyrus
sativus L.), de granos más grandes y color blanquecino.
Con uso ganadero se trillaban en las eras,
para obtener la semilla del año siguiente, los chícharos moros (Vicia
ervilia L. Wild.), siendo este territorio uno de los pocos reductos en
Tenerife donde aún se pueden conseguir semillas de esta especie, que antes era
común en el resto del territorio insular. Por último, se trillaban las lentejas
(Lens culinaris Medik.), siendo éstas otras de las semillas perdidas en
la isla que aún se conservan en Teno Alto. En resumidas cuentas, las eras
servían para el procesado de todos aquellos vegetales aprovechados por sus
granos, salvo los chochos (Lupinus albus L.), que se “majaban al palo”,
golpeándolos para sacar el grano, sobre una sábana, en el mismo terreno de
cultivo.
Segados los cereales y formados los mollos14 y las cargas15 para su acarreto16 hasta la era17, eran dispuestos en frescales18 alrededor de la era; por esto se
dejaba, si se podía, un terreno expedito en los alrededores. Una vez que
llegaba el cereal a la era y se daban las condiciones propicias, se realizaban
las siguientes labores: trilla, avienta y la limpieza del grano.
La trilla es el proceso por el cual se separa el
grano de la espiga y la caña del cereal (tallo) se aplasta y rompe
transformándose en paja. El proceso se realizaba con bestias19 o con vacas. Las dimensiones de
las eras condicionaban las tareas de trilla. En las mayores era posible elegir
entre trillar con el trillo o bien en cobra20; todavía se recuerdan trillas de doce vacas
trillando en cobra en una misma era o dos yuntas con trillos, una detrás de
otra. Para las pequeñas (como las de Taburco), donde el giro no permitía el
arrastre del trillo, se utilizaba el burro, que con su patear separaba el grano
de la paja.
El censo de las eras
Algunas eras han desaparecido con el tiempo y no
han dejado rastro al utilizarse las piedras para la construcción o ampliación
de alguna vivienda. Otras se volvieron a construir “más allá” para
aprovechar mejor el viento. De algunas hemos tenido noticias de su existencia
pero son de muy difícil localización, destacando tres de ellas: una situada en
las cercanías del Lomo del Empedrado; otra en el mismo Bailadero –una era de
tierra conocida como la Era
de Delfina, que se montaba cuando había que trillar fabricando una estructura
de palos para enramar que se desmontaba al final de la trilla–; y la tercera
cerca de Los Partidos, cercana a un tagorón21,
en la cual se llegó a trillar un montón de trigo que “no había cabrero que
lo saltase con la lanza”22.
El tamaño de las eras es muy variable,
oscilando entre los 23 m2 de la
Era Pequeña de la
Mulata y los 282 m2 de la Era de la Casa Quemada. El
área agrícola de Teno Alto es de 357 ha, de las que en 2006, 312 ha no se
cultivaban. Si hallamos la media del terreno cultivable que correspondería a
cada era, ésta es de 6’6 ha. La superficie total que ocupan todas las eras es
de 6.675 m2. Si calculamos la relación de la superficie cultivable por m2 de
era, ésta es de 535 m2.
Las eras están situadas en una franja de
unos 400 metros de altitud, que va desde los 851 metros de altitud de la era de
La Siete hasta
los 467 metros de las eras del barranco de Las Cuevas23. Están repartidas por todas las
áreas de cultivo de Teno Alto, desde las más bajas a las más altas, siempre
próximas a las casas como hemos indicado, las que no lo están, se sitúan en
zonas de cultivo como El Frontón o El Lomo del Medio.
Algunas eras son relativamente recientes,
como la Era de
Respingo, que tiene en torno a los 30 años, y otras son muy antiguas, como la
llamada Era Vieja o la Era
de Chiñaco, cuya antigüedad se estima en más de 200 años.
Conclusión
La situación socioeconómica actual en Teno
Alto no es muy halagüeña. El despoblamiento paulatino que sufre este núcleo se
debe sobre todo a su lejanía de los centros de intercambio económico y al
envejecimiento de la población sin relevo generacional.
El Parque Rural de Teno es muy visitado por
el turismo de senderismo. La generación de ingresos por la prestación de
servicios (alojativos, de restauración) combinada con la venta de productos
agropecuarios típicos de la zona (queso, miel, azafrán, papas...) parece hoy en
día la única posibilidad de mantener el arraigo de la población en Teno Alto y
asegurar unos ingresos económicos suficientes. Un elemento a desarrollar en
trabajos posteriores puede ser el establecimiento de rutas que combinen el
turismo etnográfico con el senderismo y con la visita a establecimientos con
oferta alojativa, de restauración y de comercialización de productos locales.
Agradecimientos
Hemos de agradecer a todos los habitantes
de Teno la acogida que nos han brindado; siempre nos han recibido e informado
sin ningún tipo de cortapisas. Especialmente se han mostrado generosos con
nosotros: D. José Martín; D. José Díaz Medina; Dª María González Pérez; Dª
Cipriana Martín Martín; D. Francisco Díaz Álvarez; Dª Gloria Martín Pérez; D.
Victoriano González González; Dª Antonia Regalado; D. José Verde; D. Manuel
González Rodríguez; y D. Pedro González Martín.
Igualmente la Oficina de Gestión del Parque Rural de Teno y su
director, D. Abel Herrera, han colaborado y apoyado este proyecto que surgía
desde nuestra inquietud y coincidía con sus necesidades. La generosidad de D.
Manuel Lorenzo Perera y Dª Mary García oles permitió compartir la
mucha información que controlan.
(Antonio C. Perdomo Molina (Geógrafo) y Alfonso Molera Teruel (Ingeniero Agrónomo) en: Rincones del
Atlántico)
Bibliografía
- Brito, Marcos. Análisis de una
infraestructura agraria: las eras en el municipio de Arona. Los Cristianos,
Arona: Llanoazur, 2002.
- Lorenzo Perera, Manuel J. Estampas etnográficas
de Teno Alto (Buenavista del Norte, isla de Tenerife, Canarias). Buenavista del
Norte: Ayuntamiento de Buenavista del Norte, 1987.
- Luis González, Manuel. Los paisajes
naturales del macizo de Teno. [Memoria de licenciatura]. La Laguna : Universidad de La Laguna , 1984. [Inédito].
- Marzol Jaén, María Victoria. La
captación del agua de la niebla en la isla de Tenerife. [Santa Cruz de
Tenerife]: Caja General de Ahorros de Canarias, 2005.
Notas
1 Por ‘tagora’ se conocen las estructuras
de piedra que servían a los pastores como cobijo ante las inclemencias del
tiempo mientras vigilaban al ganado. En Teno son bastante numerosas.
2 Decreto 309/1999, de 19 de noviembre,
por el que se aprueba el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Rural de Teno.
3 Sobre las de suelo de tosca, llamadas
‘riscas’, se opina que son más sucias, pues el grano se obtiene con un mayor
contenido de piedrecillas. Testimonio de D. Rafael González (2005).
4 A las piedras que lo conforman también
se las denomina ‘laderos’ o ‘gualderas’.
5 En otros lugares ventosos, como Los
Baldíos o El Sobradillo, las eras se rodean de un bardo de eucaliptos o
cipreses, sobre los cuales se apoya una estructura conocida como ‘enramada’ con
la misma funcionalidad.
6 Testimonio de D. Rafael González (2005).
7 Testimonio de Dª María González Pérez.
(2006).
8 Es posible observar estos palos tirados
en la propia era o sus alrededores y en algún caso han quedado “emparedados” en
el propio aventadero cuando han sido reconstruidas las paredes caídas al darles
otras funciones.
9 También se podía colocar una “sábana”
hecha de sacos o mantas viejas. Testimonio de Dª Cipriana Martín Martín (2005).
10 Testimonio de D. José Díaz Medina
(2006).
11 Marzol Jaén (2005), pp. 144-145.
12 De echar grelos, es decir, germinar la
simiente.
13 Incluso el lino empleado
como fibra vegetal se rompía en las eras. Testimonio de José Díaz Medina
(2006).
14 ‘Mollo’ o ‘molle’ es el conjunto de
espigas que el segador ata unidas.
15 La ‘carga’ es el conjunto de dieciséis
mollos colocados sobre las bestias.
16 Se llama ‘acarreto’ a la faena de
trasladar las cargas desde las huertas a la era.
17 D. José Martín nos contaba muy
gráficamente cómo los burros cargaban una sábana de trigo hasta la era. Las ‘sábanas’
eran telas grandes de lana que se ataban por las cuatro puntas encerrando en su
interior el trigo de la cosecha.
18 Amontonamientos de mollos, de hasta 2 ó
3 metros de altura, en terrenos adyacentes a la era, colocados con las espigas
hacia adentro y rematados con helechos, a la espera de las condiciones
propicias para la trilla. Cuando tenía menores dimensiones se le llamaba
‘rollera’.
19 Por ‘bestias’ se entiende el ganado que
formaban los caballos y, más comúnmente, los mulos o burros.
20 La trilla en cobra se realiza cuando
los animales no llevan un yugo que los una, sino que se unían mediante una
trenza de soga de pitera.
21 Por ‘tagorón’ se conoce a las tagoras
grandes donde podían refugiarse varios cabreros a la vez. Testimonio de D. José
Martín.
22 Testimonio de D. José Martín.
23 Incluimos la Era de Teno Bajo, situada a 70
metros de altitud en Teno Bajo, por motivos de los itinerarios, aunque se sale
de los patrones y límites territoriales analizados.
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