Excepcionales son los hallazgos de caracoles
pintados de ocre rojo, o de lapas utilizadas como recipientes para contener
esta misma tintura, únicas manifestaciones de la práctica de pintar y del uso
de ocretan frecuentemente relacionado con el origen de la vida y las creencias
mágicoreligiosas de muchos pueblos prehistóricos.
Finalmente, cabría preguntarnos por el significado y relación con todo lo
expuesto que tienen los grabados de barcos de vela que, persistentemente, hemos encontrado en las mismas estaciones rupestres aborígenes, a veces superponiéndose a estos mismos o junto a ellos a lo largo de barrancos y lugares que tenían una significación relacionada con su mundo mágico-religioso, como son: barrancos de El Cuervo y de Tejeleita; o próximos al mar, en estaciones donde predominan las inscripciones alfabéticas: Cueva de
Su ejecución, realizada mediante el rayado, técnica diferente a la utilizada por los aborígenes que atribuimos a una época posterior a la conquista. Una de las respuestas podría ser el valor simbólico que desde siempre tuvieron las naves de vela para la mentalidad aborigen, inserto en la dinámica mitológica a la que nos hemos venido refiriendo. Pero, ¿continuaron los barcos siendo el simbolismo de libertad, de salida de la isla, para los insulares? Al respecto, sólo queda apuntar la pervivencia de las costumbres e ideología de estas gentes a lo largo de los siglos prolongándose hasta hoy, aunque enmascarados bajo el lenguaje y las imágenes de la nueva cultura y de las nuevas creencias; estos grabados pueden ser una de aquéllas.
Publicado por: Maria
Gómez Díaz. Febrero de 2015.
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