jueves, 9 de julio de 2015

La Inquisición española en Canarias y sus actuaciones relacionadas con personajes vinculados a la Vega de Aguatona.

1531  abril 13.



La Inquisición se establece en Canarias por un edicto del Obispo Muros el  28  de  Abril  de  1499:“Nos,  Don   Diego  de  Muros,  obispo   de Canarias… resolvemos hacer investigación en todas esta islas de nuestro episcopado  sobre los pecados de herejía y judaismo  y otros crímenes  y excesos de cualquier  naturaleza  cometidos  contra nuestra  santa fe católica”.

Se implanta  oficialmente  en 1505  con el nombramiento del Inquisidor Tribaldos   que ejerce su función  hasta 1.524, al que le sigue Jiménez hasta 1527,  continúa  Padilla, y ya a finales de siglo Funes. Fue especialmente  virulenta con los judioconversos (criptojudíos) algunos establecidos en la Vega de Aguatona y que fueron  propietarios  de su Ingenio azucarero  a lo largo del siglo,  como  es  el  caso  de  Antón  Pérez  Cabeza,  Alonso  de  Matos  y Martín  Alemán  y su esposa  Beatriz  de Toledo,  que  fueron  reconciliados o penitenciados. Diego  Díaz, que  fue dueño de los ingenios de la Vega de Aguatona  y de Telde  fue juzgado  en 1529  por  blasfemo, logrero. Juan de Tarifa fue relaxado  después de haberse suicidado en la prisión;  personaje  del  que   toma   su  nombre  el  actual   topónimo  “La Tarifa”,

En Real Cédula  expedida en 1523  se ordena: “Inquirir ciertos  hereges  de la ciudad  de Telde  y Agüimes”

Diversas    “testificaciones” contra     los  personajes  que  nos  ocupan sobre su condición  de judíos practicantes  que a continuación relatamos por su  importancia  histórica.

El 27 de Noviembre  de 1505,  Diego de San Martínes testifica “sobre el número  de conversos que  ha visto entrar  en la casa de Luís Alvarez, donde  generalmente  se supone  que se celebran  reuniones  judías, que la casa del  testigo  da  a  la citada  casa, y ha  visto  entrar  allí de  noche  a muchos   conversos,   entre   otros   a  Martín   Alimán   y  a  su   hermano Francisco y Diego de Carmona, Alonso Gutiérres, Fernando  de Soria, etc.

El 28 de Junio de 1527  el licenciado Fernando  Arguayo testifica que: Luís Alvarez celebraba  reuniones  heréticas, entre  los que iban  a su casa se encontraba Martín Alemán.

El  bachiller   Cristóbal   Vanegas  expresa     en  una  denuncia   contra
Martín Alemán:

“Lo tiene por converso y no lo ve mui devoto en la yglesia y es ombre mui ambiçioso  y diligente  en las cosas de ganar y adquirir  haçienda  y a oído que la a adquirido  con malos tratos.”

Martín  Alemán, mercader  de  Sevilla, es acusado  por  otro  testigo  de “malquisto y hacer escrituras falsas”. En 1526, es condenado por trabajar festivos al pago de cuatro  reales a la iglesia. En 1527  Martín  Alemán se le acusa de reuniones,  sábados, blasfemias, no ir a misa, contra  el Santo Oficio, logrero y trabajar  festivos. Absuelto.


El 5 de Octubre  del mismo año María Morisca declara:

“ María Morisca, de piel blanca, esclava de Pedro Descalona, vecina de el Real de  Las Palmas, Gran  Canaria,  citada  por  orden  del  Inquisidor  Luís Padilla, después  de  haber  prestado  juramento  en  la forma  acostumbrada, declara que lleva trece años en el país; interrogada  sobre si ha visto u oído que alguien haya hecho  o dicho algo que, para aliviar su conciencia, tenga que decir a este Santo Oficio, dice: Que hace unos dos años, más o menos, un cierto Juan de Tarifa, mercader, que en estos momentos  es prisionero  del Santo Oficio, vivía en la calle Juan de Herrera de esta ciudad, y en esa época tenía una esclava llamada Fátima, natural  de Berbería; y el amo de esta testigo vivía enfrente de dicho Juan de Tarifa. Y que la citada Fátima acostumbraba a tener conversaciones con ella, y en una ocasión le preguntó  a la testigo sobre  cómo  cocinaba  las comidas  de su amo; la testigo que lavaba el tocino  y lo metía dentro  del caldero con la carne; y la mencionada  Fátima observó; “Bueno, yo no cocino  la carne de esa forma, pues mi amo me ha dicho que fría una cebolla pequeña  en el aceite   de la olla, y que entonces ponga  los garbanzos; y que  después  le añada  un  poco  de agua y, a continuación,  que lave la carne y la ponga  dentro.” Y también  dijo: “Antes que tenía otro  amo, pero  éste solamente  comía cocidos como  los suelen  hacer los cristianos, poniendo  dentro  la carne, el tocino, y después  los nabos, los garbanzos  y las coles.” Unos días más tarde, la testigo fue a casa de Juan de Tarifa, no estando él allí, y vio que la citada Fátima, su esclava, estaba haciendo el cocido en la forma antes descrita; y le preguntó  que si ella cocinaba de esa forma por no tener tocino, a lo que Fátima contestó  que no, pues había medio jamón en la casa, sino porque  su amo le había ordenado  cocinar de esta manera. Y la testigo observó  que tenían  el jamón  desde hacía mucho tiempo, sin haber  comido  nada de él; y que luego lo tiraron  porque  estaba muy rancio.

Que durante  la época de la que habla, la citada Fátima le contó a la testigo que su amo, Juan de Tarifa, quiso acostarse con ella, pero que lo rechazó diciendo  que era mora y que nunca  se acostaría con un cristiano; y que como se negó, él la golpeó y tuvo que huir; y dicho Juan de Tarifa, le puso grillos, lo que ella contó  a esta testigo y a Catalina, esclava de Aguilar; pero no sabe si el mencionado Juan de Tarifa se acostó con ella. Y esto es todo lo que sabe; y a la testigo esa forma de cocinar le parece equivocada, pues nunca  ha visto cocinar de esa forma a ningún  cristiano; y el citado Juan de

Tarifa regañaba a su esclava y le prohibía que dejara entrar a testigos en su casa; y no sabe decir si fue porque  ella vio esa forma de cocinar.”

La esclava guanche Catalina declara un diálogo entre el mercader converso Juan de Tarifa y María  Hernández: “señora, ynquisiçion es venida, a lo que respondió  ella, no es nada, que todo se hará bien.”

Juan de Tarifa, natural  de Sevilla, mercader  residente  en Canaria; hijo de Diego de Tarifa, converso y de Catalina López, “reconciliada”  fue encarcelado en 1530; no encontrando medios para salir de la cárcel y no queriendo  sufrir la pena que le esperaba se suicidó en su mazmorra colgándose de una viga. Sus restos  permanecieron en depósito esperando  la sentencia. Acusado de reuniones, sábados, comidas judías, sexo;cuando llegó la órden  de ser “relaxado”, su cuerpo puesto en un ataúd fue entregado al “brazo seglar” y consumido por las llamas junto con su estatua. La sentencia también dictamina que sus bienes fueran confiscados de cuarenta años atrás y sus descendientes  por línea masculina, hasta el segundo  grado y por  la femenina  hasta el primero,incluisive  fueron declarados inhábiles y privados de oficio.

El 13 de Abril de 1531  Francisco Galván testifica “que hace unos  ocho o nueve días vio salir un perro de la casa de Anton Peres Cabeça, que llevaba en la boca un pan plano; y que al intentar  el testigo quitar  el pan al perro, una esclava mora al servicio del citado Anton Peres Cabeça se lo impidió; pero en otra ocasión logró quitar el pan al perro y le pareció que era pan ázimo. El testigo  deja  el pan  al inquisidor,  que  después  cita  a comparecer  a Diego  de Carmona, reconciliado hace cuarenta años por la Inquisición de Sevilla, a quien, después  de declararse competente para dar una  opinión  sobre  el tema, se le muestra el pan y  dice que no es ázimo”.

También  fue juzgado por La Inquisición  el molinero  portugués  Hernando Rosado, cristiano viejo, por “proposiciones”, penitenciado a llevar sambenito  en 1547. Era propietario  de unos parrales en la Vega de Aguatona. (1-2).
(Rafael Sánchez Valerón y Felipe Enrique  Martín Santiago. Génesis y desarrollo de Ingenio durante el siglo XVI)


FUENTES:
(1) LUCIEN  WOLF:   Judíos en las Islas Canarias (Calendario de los casos judíos extraidos de los archivos de la Inquisición  canaria de la colección del marqués  de Bute).
(2) LUIS ALBERTO ANAYA HERNÁNDEZ: Judeoconversos  e  Inquisición   en    las  Islas. Canarias (1402-160


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