miércoles, 29 de julio de 2015

110 años después

  

 
 
Francisco García-Talavera Casañas
 
["No se adquiere la propiedad de los pueblos conquistados, ni aún con la prescripción de los siglos". (Pi y Margall)"]
¿Qué hemos hecho? Sí, ¿qué hemos hecho en beneficio de esta patria encantadora? ¿Qué hemos hecho?... Olvidar nuestro deber, llamarnos lo que no somos, decir lo que no sentimos, y, cobardemente, jactarnos de amar a quien no amamos. ¿Será posible que en el siglo XX, ni las grandes revoluciones, ni la historia, ni el ejemplo, despierten a los hijos de este africano Archipiélago?
¿Cómo es que seguimos olvidados del veredicto universal, teniendo a orgullo, no obstante el mar que nos circunda, olvidar a nuestra cuna para llamarnos hijos de otro ambiente y afirmar que fuimos mecidos en cunas que no hemos visto?
Aunque lo pasamos por alto, todos lo sabemos. La lógica, en boca de Pi y Margall, lo ha dicho: "No se adquiere la propiedad de los pueblos conquistados, ni aún con la prescripción de los siglos".
Hoy, que pueblos como Cataluña, Vascongadas, etc., se levantan decididos y amparados en la época, la ciencia y el progreso, reclamando su autonomía legal y lógica, no obstante ser provincias que forman una porción del Territorio español, ¿qué haremos los canarios, bañados por diferente mar, con diferentes costumbres, de ligada raza, por no decir diferente, y siendo este Archipiélago no sólo conquistado, ni ser porción, sino posesión española?"
Estas sentidas palabras -escritas por nuestro admirado y recordado líder nacionalista Secundino Delgado en su obra "Vacaguaré (Vía Crucis)", hace la friolera de 110 años- están reflejando una situación política que perfectamente podría ser trasplantada a la actualidad. Después de tantos siglos de letargo y de intentos fallidos ¿no seremos capaces de ponernos de acuerdo los canarios (como hermanos que somos), dejando a un lado "capillitas" personales, pleitos insulares e intereses partidistas, ante la creciente amenaza de desaparecer como tales? ¿Pero es que no vamos a ser capaces, en estos momentos tan propicios, de seguir la hoja de ruta señalada con tanto sacrificio y esperanza por Secundino Delgado, José Cabrera Díaz, Antonio Cubillo y tantos otros próceres de nuestra patria, que dieron su vida por esta noble causa?
Ahora que los vientos nacionalistas soplan favorables, sigamos su inercia, tomemos ejemplo y recorramos el camino que la Historia nos demanda, paso a paso, con inteligencia, tolerancia, amplitud de miras y, sobre todo, con unidad.
Nosotros, los nacionalistas convencidos, estamos en esa idea desde hace muchos años, pero teniendo en cuenta que el camino será largo y que nos encontraremos, y nos hemos encontrado, muchas piedras que sortearemos, como siempre lo hemos hecho, con la firmeza y el rigor que nos otorga nuestra secular ideología. En esta senda cabemos todos los que amamos esta tierra. Todos.
Es hora de que nuestro pueblo se dé cuenta de que históricamente ha sido engañado y desnaturalizado. Es el momento de conocer y explotar, con identidad y dignidad, nuestra realidad de nación archipielágica situada en un ámbito geoestratégico privilegiado, con unas condiciones climáticas envidiables; con una infraestructura turística puntera que nos coloca entre los principales destinos mundiales (pero con los puertos y aeropuertos en manos de AENA y la Autoridad Portuaria española); con una biodiversidad extraordinaria y unas singularidades vulcanológicas que quedan reflejadas en los magníficos 4 Parques Nacionales del Archipiélago; con unos recursos marinos inmensos (que solo podremos explotar cuando tengamos jurisdicción sobre nuestras aguas territoriales, que España se ha encargado sistemáticamente de bloquear); con un cielo ideal para la investigación astrofísica mundial; con un potencial inagotable de energías renovables (eólica, solar, geotérmica, hidroeléctrica, mareomotriz, etc.) que aun está por desarrollar (la central hidroeólica de El Hierro se ha convertido en un referente mundial) y si hasta ahora no lo ha hecho, a pesar de que fuimos pioneros hace 30 años en energía eólica, es porque no le ha interesado a los poderes fácticos españoles -los mismos de ahora que lo controlan todo- porque eso contribuiría decisivamente a ponernos en el camino de la independencia económica. Y encima, para más provocación y engañosamente, ahora nos han colocado a un ministro canario, con competencias tan antagónicas como Industria y Turismo, con el único propósito de seguir controlando... Sin comentarios.
¿Y qué decir de nuestro ancestral y riquísimo patrimonio histórico-cultural propio de un país archipielágico habitado por un pueblo de ascendencia norteafricana bereber -que fue conquistado, colonizado (Canarias pasó a ser la primera colonia de la expansión imperialista castellana), masacrado por la fuerza de las armas, y esclavizado por una potencia europea del Siglo XV- y que presenta características bioantropológicas y etnográficas tan singulares, producto del mestizaje, que ha merecido tanta atención, durante siglos, por parte de la Ciencia mundial?
Todo esto (y mucho más) ¿no es suficiente bagaje para que este pueblo pueda transitar por el camino de la Historia, libre de tutelajes, cuando tenga conciencia de ello?
Canarias, 11 febrero 2014



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