miércoles, 29 de julio de 2015

La Danza de San Agustín


Presentamos un trabajo de investigación histórica llevada a cabo por los alumnos del C.P. Manuel de Falla, de la isla de Tenerife, durante el curso 90/ 91.

Dedicamos este trabajo al hombre que con su entusiasmo y cariño ha hecho que todavía hoy podamos disfrutar de una manifestación folklórica como La Danza: Don Gabriel Pérez Rodríguez.

La Danza de Cintas. Orígenes.
La Danza de San Agustín, al igual que todas las danzas que existen en la isla, se les puede considerar un baile de origen ritual de carácter religioso. Sus raíces, probablemente las podemos encontrar en la época prehispánica. Sabemos que los guanches tenían unos ritos rogativos que clamaban en épocas de sequía y calamidad. Concretamente ellos junto al ganado rodeaban un risco y clamaban ante la desolación.

Más cuando los temporales no acudían y por falta de agua no había hierba para el ganado, juntaban las ovejas en ciertos lugares que para esto estaban dedicados (baladeras), e hincando una vara o lanza en el suelo, apartaban las crías de las ovejas y hacían estar las madres alrededor dando balidos; y con esta ceremonia entendían que Dios les oía y mandaban el agua... (Viera y Clavijo).
En nuestra isla, en las romerías y algunas procesiones, al Santo le sigue la danza (baile de corro, consistente en tejer y destejer las cintas a un palo), consecuencia tal vez de la evolución de la costumbre prehispánica ya descrita.
Existen varios autores que se definen en este sentido. Tenemos por ejemplo al maestro Esquivel Navarro que en su libro El arte del danzado y sus excelencias, Sevilla 1842, habla del Baile del Cordón como una larga evolución del ritual primitivo en torno a un árbol, un risco o un monte.
No podemos olvidarnos de Abreu Galindo y su referencia a la ceremonia en torno al risco de Idafe en La Palma.
Según relato de Esquivel Navarro en el siglo XVII, esta danza ritual se convirtió en la Danza del Cordón con los danzarines tejiendo las cintas en torno a un árbol.

Las danzas del cordón la formaban dieciséis danzantes puestos en corro, cada uno de los cuales tenía prendida una cinta de color, sujeta por un extremo a un árbol plantado en medio del corro, adornado con guirnaldas no pertenecientes al grupo-. Moviéndose rítmicamente (al grupo) dejando el árbol cubierto y después tan pronto como empezaba la copla (las cintas están tejidas, volvamos a destejar) comenzaban los danzarines a destejar el tejido (Esquivel Navarro).

Cómo nace la Danza.
Entre las famosas danzas que existen en Tenerife, se encuentran las de Güímar. A ritmo de tajaraste y en honor de S. Pedro, se baila una danza de invenerable belleza.

Podríamos señalarla la Danza de Guamasa y de Tegueste, animadas por D. Pedro Gómez, la Danza de La Florida y Las Mercedes o la descripción hecha por la pintora inglesa Elizabeth Murray sobre la Danza de las Cintas "o baile de la lanza" de Icod de Los Vinos.

Es precisamente desde Güímar y tras una visita realizada por D. Emilio Fariña y D. Alejandro Pacheco a dicha localidad en 1928 donde encontramos el origen de nuestra danza.

En esta época se había -enriscado- un muchacho llamado Santiago Písamela y Doña Candelaria prometió que si se escapaba, levantaría una ermita con la imagen de S. Agustín.
Emilio y Alejandro prometieron traer de Güímar la danza y bailarla una vez al año por las fiestas del Bebedero (Gabriel Pérez Rodríguez, información oral).
A estos dos personajes se les unieron los primeros fundadores: Pedro Fariña, Juan Pacheco, Ciriaco Carballo, Ramón Eulogio Flores, Balbino Fariña y Gabriel Rodríguez Fariña. Tamborero Vicente "El Hueso" y Guía, Juan González. Actualmente la mayoría de estos fundadores han desaparecido.
Historia. ¿Quiénes la bailaban?
Podemos distinguir dos etapas en la historia de esta danza: Hay una primera época que abarca hasta el año 1935. Aquí la Guerra provoca que el pueblo se quede sin hombres y no se baile la danza.
La segunda etapa abarca desde el 42 hasta hoy. A lo largo de todos estos años y salvo alguna excepción la danza se ha bailado normalmente por las fiestas del barrio. En el año 1942, al comenzar nuevamente a bailarse, se tuvo que recurrir a seis chicos de Pinolere y otros de aquí del barrio, pues no existían más muchachos en la zona. Desde la fundación, la danza ha estado bailada siempre por bailadores masculinos, salvo una vez que bailaron chicas y se desechó la experiencia, al no adaptarse al ritmo y pasos del baile.

Los chicos se abobancaban con las chicas. Cuando íbamos a buscar una chica en el baile, se perdían, no cogían su sitio (Gabriel Pérez Rodríguez).
En otras danzas parecidas y que se bailan en la geografía insular sí bailaban las mujeres, concretamente en Icod.
Algunas veces las mujeres se mezclaban en el baile, las figuras se complicaban y los pasos se hacían más difíciles y laboriosos (Elizabeth Murray, Danza de las cintas de Icod).

La Danza se bailaba tradicionalmente con motivo de las fiestas patronales del barrio de Bebedero. Estas se suelen celebrar en agosto-septiembre.
Pocas veces se ha salido con la danza fuera del barrio. En la primera época se participó en las fiestas del Barranco de la Arena, Nuestra Señora del Rosario en La Perdoma y San Isidro en La Villa.
En los últimos tiempos la única actuación fuera del barrio fue en Tacoronte y se cumplía una promesa de la madre de D. Gabriel, actual director y "alma mater" de la danza.

Al morir mi padre, mi madre hizo una promesa de ira bailar en Tacoronte. Pronto murió mi madre, tío Ciriaco y no se cumplía. Mi hermana Felisa me comentó que estaba saliendo algo que podrían ser los espíritus. Preparamos a los muchachos, cogíamos perras y nos fuimos a Tacoronte (Gabriel Pérez Rodríguez).
En los comienzos, los entrenamientos constituían un acto festivo. Hay que pensar que en esa época tan dura en ocasiones y falta de distracciones, el pueblo, se reunía alrededor de una era que existía junto a la capilla de El Velo.
A medida que ha pasado el tiempo, los ensayos, los chicos se hacen más complicados. La motivación es menos y al cumplir una cierta edad (15 ó 16 años) los muchachos abandonan el baile. En la víspera de la fiesta, los ensayos se hacían más a menudo.

Muchas noches bailamos en esta era, alumbrándonos con faroles de petróleo (Gabriel Pérez Rodríguez).
La Danza. Componentes materiales.
El baile se ejecuta con música de Tajaraste; posiblemente esta música sufrió un proceso de captación por parte de los frailes en la época de la colonización. La interpretación se realiza con un tambor, flauta y castañetas.
"El tambor" actual procede de la isla de El Hierro; fue un regalo del Grupo Folklórico de Las Llanadas. El antiguo se le rompió a un tocador llamado Jesús "El Bodega", famoso por tocar muy afinado si se tomaba una copita. Entre los tocadores más famosos tenemos a Vicente "El Hueso". Hoy dicen que nuestro tocador es la esperanza de la danza cara al futuro: Manolo Hernández González.
"Las Castañetas" antiguas eran de brezo y se hacían de manera artesanal. Actualmente son castañuelas normales de baile.
Tenía un sonido limpio y fuerte. Usted aquí tocaba y se oía en Barroso (Clotilde, mujer de Gabriel).
"La Flauta" original fue la que tenía Vicente "El Hueso". Era de Magué y se trajo especialmente de La Zarza (Güímar). Posteriormente, Ángel, el hijo de Vicente, que también fue un gran tocador, trajo una nueva, pero de menos calidad. Hoy en día se tendría que buscar una nueva y artesanal.
La Lanza es el nombre con el que se denomina al palo central donde se encuentran unidas todas las cintas. Esta lanza actual data del comienzo de la danza. Se trajo de Güímar en el año 1928 de manos de los fundadores. Sobre el tipo de madera nadie ha podido indicar de qué especie se trata, lo que si está claro es que es de calidad, es muy buena pues desde su origen hasta hoy no se le aprecia ninguna picada, torcedura... tal vez sea una especie de la laurisilva. Tiene un largo de unos 3 metros, pintada en marrón y amarillo en trozos de 25 centímetros. En la parte superior y a unos 25 centímetros del final la rodea una pequeña plataforma que da pie a las 8 cintas de colores variados que junto a las cuatro restantes de la bandera nacional dan pie al tejido o enrolle, que forma el resultado del baile.
"El pie de lanza": si la danza se baila caminando, es el encargado de transportar el palo en el trayecto indicado, caminando a la par que los bailadores y tocadores.

La lanza, con las cintas y todos los instrumentos se guarda en la ermita de El Velo, en Aguamansa, y su principal valedora es doña Isabel Hernández Aguiar. Esta pequeña capilla fue construida por don Ciriaco. Por último indicar dos personas que han destacado como portadores de la lanza: D. Manuel y Juan González.
 La indumentaria de los componentes de la danza ha variado con el paso del tiempo. Antiguamente la indumentaria estaba compuesta por un pantalón hasta las rodillas de diferente color para cada bailador. Las camisas eran también de colores variados: blanco, crema en los puños. Las cintas eran de seda y bordadas exclusivamente para cada bailador. Las cintas o bandas se enrollaban a la cintura como una faja.

Actualmente, el traje usado por los bailarines es muy sencillo. Consiste en un pantalón oscuro con camisa blanca. La banda cruza el pecho y se envuelve a la cintura para colgar en el lado derecho después de cerrar un lazo. El tocador viste la misma indumentaria pero sin banda.
Al son del toque de tambor y flauta los bailadores hacen tocar las castañuelas dando varios pasos todos hacia delante y posteriormente atrás. Entre los doce bailadores hay cuatro que son los guías y que dan los pasos de dentro y fuera, y van consiguiendo que las doce cintas se enrollen en torno a la lanza, formando un entrelazado multicolor digno del mejor artesano.
A medida que se va enrollando, el círculo se va cerrando. Al llegar al cuarto apartado comienza la operación inversa de desenrollar hasta llegar nuevamente las cintas a su longitud normal. Las denominaciones que reciben los elementos materiales son una aportación más del lenguaje popular de la zona.
Proceso del baile.
El Baile o Danza de las Cintas se desarrolla de la siguiente manera. Existen 12 bailadores que se dividen en cuatro "guíos" (llevan la bandera nacional) y ocho "coloreados" (llevan cintas de colores). Cada bailador se ayuda de una castañuela que marca el sonido al son del tambor y flauta.

Antiguamente usábamos dos castañuelas, una en cada mano y con la izquierda también aguantábamos el lazo que recoge la cinta (Gabriel Pérez Rodríguez).

Todos los bailadores comienzan dando cuatro pasos adelante y cuatro hacia atrás, después de dar un giro hacia la derecha.


Cada "guío" pasa por debajo de la cinta del otro "guío" y van al encuentro de los otros "guíos". Los demás bailadores siguen a cada guío.
GUÍO 1: le siguen los bailadores 1 - 2 - 3 - 4 - 5 y el guío 2.

GUÍO 2: le siguen los bailadores 6 - 7 - 8 - 9 y el guío 4.

Posteriormente para desenrollar el proceso es el mismo pero con los guíos 4 y 2.


El Futuro.
En relación al futuro de la Danza somos optimistas. Nuestra pequeña investigación pensamos que ha sido el primer intento serio de recogerla historia de esta danza y un paso importante de cara a su conservación. No podemos olvidarnos de que, a fin de cuenta, la danza es uno de los pocos bailes que conservan el ritmo de nuestro pueblo, heredado de nuestros antepasados.
Tras este primer intento de rescatar "La danza de San Agustín", en el curso 90/91, y que de la mano de Don Gabriel Rodríguez Fariña se ensayó y se realizaron algunas actuaciones, entre ellas, la de la Feria de Artesar Pinolere, se continúa en la actualidad (curso 95/ 96) con intención de consolidarla definitivamente.
(Pablo Reyes Rodríguez, Publicado en el número 70 de BienMeSabe)



Bibliografía :
ALONSO QUINTERO, Elfidio. El folklore canario.
ALONSO QUINTERO, Elfidio. Antología de Folklore en las Islas Canarias.
DÍAZ PALMERO, Candelaria y GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, Jesús R. "La Danza en Guamansa".
LUIS RAVELO, Juan Góun. "El baile de Ia danza".
BETHENCOURT AFONSO, Juan. "Cantos y danzas regionales".
DÍAZ PALMERO, Candelaria. "Tradiciones Baile del niño en Ravelo".
LORENZO PERERA, M.J. "La tradición oral"

Información Oral:
D. Gabriel Pérez Rodríguez. Edad 72 años Aguamansa.
Doña Isabel Hernández Aguiar. Edad 88 años Aguamansa.


Este artículo ha sido previamente publicado en el número 1 de la época II de la revista El Pajar - Cuaderno de etnografía canaria, en agosto de 1996, editada por la Asociación Cultural 'Día de las Tradiciones Canarias'.

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