jueves, 16 de julio de 2015

"Guanche de ayer, canario de hoy"




Es sabido que mucho antes de que llegaran los castellanos.a invadir las islas estaban habitadas por un pueblo norteafricano bereber, nuestros antepasados: el guanche. Cómo y cuándo llegaron a nuestro archipiélago es otra cuestión en las que aún no se ha dicho la última palabra. No obstante, los guanches a la llegada de los europeos presentaban ciertas diferencias insulares lingüísticas y culturales debida al aislamiento entre ellas, pero en cambio, entroncaban en una raíz común estas diferencias no permiten hablar de pueblos distintos en cada isla.

Si tenemos en cuenta el censo a finales del siglo XVII, la población de Canarias era de 105.075 habitantes, de los cuales 51.867, prácticamente, residían en Tenerife y, 22.154 en Gran Canaria, datos son suficientes para hacernos una idea de cómo evolucionó demográficamente este nación, la nación de los que vivimos y sentimos en esta tierra.
Si actualmente aceptamos de manera natural que guanche es el vocablo que define a todos los antiguos pobladores del archipiélago (sin ir más lejos, en Gran Canaria, nos encontramos que en Gáldar llaman a su antigua necrópolis, "La Guancha" nombre que, según los historiadores, correspondía a los pobladores de Tenerife, y además, hoy no tenemos ningún problema por identificarnos todos como canarios, en referencia a la isla de Canaria (como se llamaba antiguamente) entonces porque no erradicamos de una vez por todas, esos pleitos que en nada nos favorecen y hacemos honor a nuestros antepasados, que lucharon y defendieron su territorio y cultura con gran dignidad y sobre todo valor.

Canarios de hoy, guanches de ayer, seamos, un solo pueblo dispuesto a afrontar con orgullo, identidad, inteligencia, firmeza los avatares y retos que están por llegar.

Publicado por María Gómez Díaz. Julio de 2015.


2 comentarios:

  1. Este artículo está copiado de otro publicado en 2008 en el periódico El dia. Hay que decirle a María Gómez que tiene que mencionarlo.

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  2. Este artículo está copiado de otro publicado en 2008 en el periódico El dia. Hay que decirle a María Gómez que tiene que mencionarlo.

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