domingo, 8 de junio de 2014

TOMAS COLOGAN Y COLOGAN





1918 febrero 2.
Fallece en Madrid (España) Tomás Cólogan y Cólogan, un soldado colonial

Algunos colonos y criollos europeos no españoles que han tenido alguna notoriedad en la colonia de Canarias, durante diversas épocas.

”Mi tío bisabuelo Tomás ingresó en 1868 en la Academia Militar de Caballería de Valladolid. Entró como soldado alumno y terminó el año donde obtuvo en el grado de alférez de Caballería y prestó juramento a la Constitución.

En 1870 seguía estudiando hasta que, en el mes de junio, fue dado de baja al ser destinado a practicar el segundo semestre en el regimiento de Cazadores de Alcántara. Sus notas fueron excelentes en Fortificación, Arte de Guerra, Táctica, Dibujo, Hipología y Equitación, por lo que le correspondió ocupar el puesto 32 entre los 52 alumnos de su promoción.

En 1871 fue promovido a alférez de Caballería y destinado, en concepto de supernumerario, al regimiento de Cazadores de Alcántara. El 29 de enero prestó juramento de fidelidad al Rey Amadeo I y optó a los diferentes grados de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. El 26 de julio de ese año fue nombrado teniente de milicias Canarias. En 1872 se mantuvo de guarnición en Barcelona hasta el primero de abril, cuando marchó a Gerona hasta el 26 de mayo para regresar a Barcelona y finalizar el año en esa ciudad, sin más operaciones militares. Tras la estancia en Barcelona, en marzo de 1873, fue destinado a Madrid, de reemplazo. En junio, fue nombrado supernumerario en el regimiento de España 3ª de Lanceros, partiendo a continuación hacia Ciudad Real para luchar contra los carlistas. En ese año participó en las acciones militares de Cerro del Moro, en Malagón, y sucedió que mataron a su caballo según notificaba un artículo militar de esa época.


Ciudad Real. Ejercito Real de Carlos VII. Comandancia General de Toledo y la Mancha. Campo del Honor 26 de agosto de 1873.

Tomo la pluma para darles cuenta de un nuevo hecho de armas tan atrevido como glorioso. En el día de ayer y estando acampado, un confidente me manifestó que el enemigo había salido de Malagón y marchaba en combinación a los Cortijos con otra columna que allí esperaba; yo me encontraba con toda mi fuerza a legua y media de la del enemigo, e inmediatamente mandé a formar y salí a buscarle, encontrándole a la hora y media de marcha en una extensa llanada, en un sitio denominado la Morra; tan pronto como me vieron volvieron grupas a escape, y fueron a parapetarse a la pedriza de la Morra.

En tal estado, mandé un emisario para que se entregaran, y su jefe, el cabecilla Teniente Coronel de España, Jiménez, me manifestó que su deseo era quemar el último cartucho; circunvalando la sierra que ocupaba, mandé romper el fuego sobre ellos, que, avanzando al mismo tiempo, hice que abandonaran sus posiciones, huyendo a rienda suelta a coger los olivares de Malagón, para meterse en la población. Observado por este movimiento, cargue con dos secciones de caballería sobre toda la enemiga, poniéndola en completa dispersión, matándoles algunos caballos, entre ellos el del alférez Cólogan, cogiendo monturas, capotes y demás efectos.

Debo advertir a ustedes, que mi fuerza, durante toda la acción ocupó los llanos, habiendo recorrido tras el enemigo hasta que se le obligó a batirse en la Morra, dos leguas y media y a tres cuartos de Malagón; habiendo tenido por mi parte un muerto y tres heridos, que, junto con tres infantes que, por haberse quedado descalzos y mandado por mi retirasen dichos heridos a las primeras casas de Malagón, tuvieron la desgracia que el enemigo en su precipitada fuga a encerrarse en dicho pueblo, los encontrara en el camino, y desde luego fueran cogidos.

En la incertidumbre de si podían tener refuerzos por otro punto, no juzgué prudente volverlos a atacar dentro de Malagón. Esta es la verdad de lo ocurrido por mas que ellos digan otra cosa, que desde luego no negarán que no han tenido cinco muertos y once heridos, cogiéndoles todas las monturas y ropas que antes he indicado; también los he cogido un parte en el que piden refuerzos, y entre otras cosas, dice no me atrevo a atacar, Merendón es muy atrevido y me temo un desastre.
Todo lo que le digo a Uds. Para que se sirvan publicarlo y sepan que aquí se bate muy bien el cobre.
Suyo afectísimo S. S. Antonio Merendón.
P.D.: La acción duró siete horas.

Bajo las órdenes del coronel Jaime Bernabé, Tomás combatió en Torrecampo, Córdoba, obteniendo por estos hechos el empleo de teniente, tras la muerte de un capitán, un teniente y un sargento segundo en esa acción entre carlistas y liberales. En septiembre, y por méritos de guerra, fue ascendido a teniente.

En 1874 se encontraba en Ciudad Real tomando parte en los trabajos de la Comisión de Requisa de aquella provincia, participando luego en las acciones del Ejército del Centro. El 21 de noviembre, tomó parte en la acción de Borriol y, el 9 de diciembre, en la de Alceneta. Por orden del 19 de marzo de dicho año el Gobierno de la República le concedió la Cruz Roja del Mérito Militar por su buen comportamiento en la acción del Cerro del Moro de Ciudad Real, el 25 de agosto del año anterior. En octubre ascendió al grado de capitán por la acción de toma de Bogarra, ocurrida los días 16 y 17 de octubre.
En 1875 se reincorporó, de nuevo, a su puesto en Madrid, en el cantón de Alcalá de Henares, para quedar de guarnición hasta el 2 de noviembre. En esa fecha salió una vez más de operaciones bajo el mando del coronel hacia Lérida y, terminada su participación, pasó a formar parte del ejército de Derecha del Norte, donde terminó el año interviniendo en las acciones de Chelva, a las órdenes del brigadier Lasendija, y en Cervera, bajo mando del brigadier Chacón.

A propuesta del director general del Arma fue nombrado ayudante del Cuerpo y se le concedió la Cruz Roja de primera clase del Mérito Militar por la acción de Borriol en Castellón. El 6 de mayo se le hizo mención honorífica por la acción de Cervera del Maestre. En 1876, desde el primero de enero hasta el 20 de marzo, se encontró de operaciones en el Ejército del Norte, asistiendo a las batallas de Arroniz, Montejurra y Monjardín los días 17, 18 y 19 de febrero, posiciones que fueron tomadas. Desde el 20 de marzo formó parte del ejército de ocupación de Peralta y Tafalla, hasta el 4 de julio que marchó a Valencia a disfrutar de dos meses de licencia por enfermedad. El permiso, concedido por el capitán general de Navarra, fue prorrogado un mes más para viajar a Francia. A lo largo de este año se le concedieron los pasadores de Santa Bárbara y Estella en la Medalla de Alfonso XII. El 18 de junio ascendió el grado de comandante por su destacada participación en los hechos del 17, 18 y 19 de febrero. El 3 de julio se le declaró Benemérito de la Patria y, el 11 de septiembre, se le concedió el uso de la Medalla de la Guerra Civil de 1873 y 1874. En 1877 permanecio en el distrito militar de Navarra, hasta el 3 de diciembre, que pasó a Calahorra donde terminó el año. En 1878 estuvo hasta finales de septiembre en Calahorra, tras lo cual marchó de maniobras militares a Álava, regresando el 25 de octubre. Le fue otorgada la Cruz de primera clase del Mérito Militar con distintivo blanco, debido al enlace de Alfonso XII con su prima la Infanta Mercedes. El matrimonio sólo duró seis meses. Al año siguiente Alfonso XII contrajo nuevas nupcias con la archiduquesa María Cristina de Habsburgo-Lorena.

En 1879 permaneció en Calahorra, hasta el 5 de febrero, que marchó a las conferencias de oficiales en Vitoria, regresando a Calahorra donde permaneció, con el regimiento, hasta el 6 de octubre en que se trasladó a Burgos, en comisión, como ayudante, donde permaneció hasta los inicios de 1881. En agosto fue ascendido a capitán a propuesta reglamentaria y destinado al regimiento Húsares de Pavía, al que se incorporó en el distrito de C. L. N. donde se mantuvo hasta finales del año 1882.

En marzo de 1883 causó baja en el regimiento de Húsares de Pavía al ser destinado, por el director general del Arma, al escuadrón de Escolta Real. El 28 de julio salió con dicho escuadrón al Real Sitio de San Ildefonso para escoltar a Su Majestad la Rena María Cristina de Habsburgo-Lorena. En San Ildefonso permaneció hasta el 2 de octubre, en que regresó a Madrid, donde terminó el año. Su cargo en el escuadrón fue de primer ayudante del Cuerpo de Su Majestad. Continuó de servicio en 1884, permaneciendo en Madrid hasta el 12 de julio, cuando debió salir el escuadrón del Sitio de San Ildefonso para escoltar a SS. MM. los Reyes. El resto del año permaneció en su cargo de primer ayudante, al igual que el siguiente año, salvo algunas salidas desde la Corte a San Ildefonso. En 1886 continuó en su puesto hasta el 31 de julio, en que fue destinado al regimiento de Cazadores de Villarrobledo 23º de Caballería 662, según orden del director general del Arma de 30 de julio, pero, sin llegar a incorporarse, se le trasladó de nuevo al de Cazadores de Talavera, en Salamanca, y luego a Zamora, donde permaneció el resto del año.

Comenzó el año de 1887 destacado en Zamora y, el 1 de febrero, partió hacia Madrid, en comisión de servicio, por espacio de un mes y, a su término, regresó a Zamora hasta el 8 de noviembre por haber sido trasladado a la Plaza Mayor de Valladolid, donde permanecería el resto del año y los dos siguientes. En 1890 causó baja en el regimiento de cazadores de Talavera 15ª de Caballería y fue promovido al empleo de comandante, con destino al regimiento de Cazadores de Vitoria número 28 de Caballería. Posteriormente se le trasladó al regimiento de Cazadores de Alcántara. El 16 de octubre estuvo de guarnición en Barcelona y, más tarde, participó en las maniobras de Calaf, terminando el año en la Plaza Mayor de Barcelona.
En 1893 permaneció en Villanueva y Geltrú y, al finalizar el año, ejerció como comandante Militar del citado destacamento. En 1894 permaneció de guarnición todo el año en Barcelona y participó en las maniobras militares de Lérida, bajo las órdenes del general de Brigada Luis Mackenna. En 1895 fue nombrado secretario en la revista de inspección a la orden del general inspector Luis de Espeleta. El 16 de mayo fue agraciado con la Cruz de segunda clase del Mérito Militar para premiar sus servicios especiales con motivo del cumpleaños de S. M. el Rey Alfonso XIII.

En 1896 obtuvo la Cruz sencilla de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y terminó el año en Barcelona. Al siguiente fue ascendido a teniente coronel y trasladado al regimiento de Lanceros de Borbón 41 de Caballería. Este destino no lo cumplió por encontrarse enfermo, permaneciendo en el regimiento de Caballería de Lérida número 29 en concepto de agregado, hasta junio de 1899, en que causó baja y pasó a la situación de excedente en la 4ª Región, durante todo este año y el siguiente.
En 1901 recibió el alta en situación de reemplazo y obtuvo la placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. En marzo de 1902, tras su petición de retiro, se le concedió en Barcelona con un sueldo de 450 pesetas mensuales y el empleo de coronel de Caballería Honorífico. Según su historial militar, única fuente de datos de que disponemos, se distinguió por su valor, aplicación, capacidad, puntualidad y conducta. Su estatura era de 1,85 m.
Entre las condecoraciones con que fue agraciado a lo largo de su carrera figuran las siguientes:
-          Cruz de primera clase del Mérito Militar Roja por su buen comportamiento en la acción del Cerro Moro [1874].
-          Cruz Roja de primera clase en recompensa a su buen comportamiento en la acción de Borriol y Mención Honorífica por la acción dada contra los carlistas el 13 de marzo en Cervera de Maestre [1875].
-          Pasadores de Santa Bárbara y Estella en la Medalla de Alfonso XII por haber tomado parte en las acciones de dichos puntos y declarado Benemérito de la Patria [1876].
-          Medalla de la Guerra Civil de 1873 y 1874 [1877].
-          Cruz de primera clase del Mérito Militar Blanca [1878].
-          Cruz de segunda clase del Mérito Militar para premiar servicios especiales [1895].
-          Cruz sencilla de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo [1896].
-          Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo [1901].

En 1879, Alfonso XII contrajo segundas nupcias con María Cristina de Habsburgo-Lorena [matrimonio de estado], con quien no congeniaba muy bien. El Rey, en ocasiones, provocaba que su esposa malinterpretase frases de los diferentes personajes que se recibían en Palacio. La Reina, que sólo hablaba alemán, se asesoraba con los oficiales de guardia de Caballería que tenía a su disposición. Uno de ellos era Tomás Cólogan quien, gracias a su dominio de aquella lengua, traducía y aconsejaba a la Reina sobre lo que a su alrededor se hablaba, todo ello sin que el Rey lo supiera. Finalmente, se granjeó su amistad y llegó a rumorearse que había algo más en aquella relación.

Tras las sospechas, fue destinado a Valladolid de forma fulminante. De estas habladurías se hizo eco Néstor Álamo, quien publicó un artículo sobre el particular, en una revista semanal denominada Domingo, en la década de los años cincuenta del siglo pasado. Tomás Cólogan y Cólogan, quien posiblemente se encontrara ya enfermo, redactó su testamento en Madrid, el 27 de septiembre de 1917[1878] ante Toribio Gimeno Bayón. Firmaron el documento, en calidad de testigos, Francisco Muñoz Vázquez, Mariano de Estanga Arias-Girón y Francisco Arias de Kalbermatten. Instituyó a su hermano Alberto como único heredero usufructuario. En caso de que éste no le sobreviviera, pasaba este derecho a su sobrino Antonio Cólogan Zulueta o, en su defecto, a quien ostentara el título de marqués de la Candia. Falleció soltero, unos meses mas tarde, el 2 de febrero de 1918 y fue enterrado en el cementerio de Nuestra Señora de la Almudena de Madrid, junto a su hermano Bernardo.” (Carlos Cólogan Soriano, 2011).

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