1921 febrero 1.
Falleció en su domicilio de la
calle Domínguez Alfonso, a las nueve de la noche, Miguel García Alfonso
(1834-1921), estudiante de magisterio, primer subt5eniente de la Milicia Nacional Local,
secretario y jefe de la sección de contabilidad del Ayuntamiento de San Miguel
de Abona, Juez de paz suplente, alcalde y juez municipal de Adeje, y hermano
mayor del Santísimo Sacramento de esta villa.
Este destacado personaje
compartió su vida entre dos municipios del Sur de Tenerife, en los que gozó de
notable relieve. Tras iniciar los estudios de Magisterio, desempeñó en su
pueblo natal, San Miguel de Abona, los cargos de primer subteniente de la Milicia Nacional
local, secretario del Ayuntamiento y jefe de la Sección de Contabilidad
del mismo. Luego se avecindó en la
Villa de Adeje, donde contrajo matrimonio y de la que fue
alcalde y juez municipal, así como primer suplente del juez de paz, vocal de
las Juntas locales de Sanidad y Primera Enseñanza, elector, interventor
electoral y hermano mayor del Santísimo Sacramento. Tras la muerte de su esposa
regresó al pueblo de San Miguel, en el que le sorprendió la muerte.
Estudiante de magisterio.
Nació en San Miguel de Abona el
17 de marzo de 1834, siendo hijo de don Juan Antonio García del Castillo, natural
de Granadilla de Abona, y de doña María Alfonso Rodríguez Feo, que lo era de la
primera localidad. Seis días después fue bautizado en la iglesia del Arcángel
San Miguel por el cura párroco propio don Francisco Guzmán y Cáceres; se le
puso por nombre “Miguel Patricio José de
San Juan” y actuó como padrino su tío
materno don Miguel Alfonso Feo (que llegaría a ser comandante graduado de
Milicias y alcalde de la localidad).
Creció en el seno de una de las
familias más ilustres de la localidad, en la que destacaron tres de sus
hermanos: don Faustino García Alfonso
(1831-1910), maestro de instrucción pública; don Juan García Alfonso
(1836-1921), cura ecónomo de Granadilla, San Miguel y Adeje; y don
Gregorio García Alfonso
(1852-1931), alférez de la compañía de milicia Nacional local, alcalde y
fiscal municipal de San Miguel. Por la rama paterna: su padre, don Juan Antonio
García del Castillo (1804-1869), fue
alcalde, síndico personero y cillero1 de San Miguel; mientras que su abuelo,
don Miguel García del Castillo, también fue síndico personero del Ayuntamiento
de ese mismo pueblo. Y por la rama materna: todos sus tíos fueron oficiales y
jefes destacados de las Milicias Provinciales y de la Milicia Nacional
local; su abuelo, don Miguel Alfonso Martinez (1780-1854), fue fiel de fechos,
capitán de la Milicia
Nacional, notario público eclesiástico, segundo ayudante y
capitán de las Milicias Provinciales, comandante de armas, cillero, colector de
las Bulas de la Santa
Cruzada y alcalde de San Miguel; su bisabuelo, don José Antonio Rodríguez Feo (1745-1826), fue síndico personero y alcalde
de Vilaflor, impulsor de la creación de la parroquia y el ayuntamiento de San
Miguel y primer alcalde real de dicho pueblo; su tatarabuelo, don Lucas Agustín
Feo (1717-1800), fue capitán de Milicias graduado de Infantería, gobernador de
las armas de Abona
y alcalde de
Vilaflor; y el
padre de éste,
don Juan Rodríguez
Feo(1674-1770), fue capitán de Milicias, teniente coronel graduado de
los Reales Ejércitos y caballero de la
Orden de Santiago.
De la juventud de don Miguel
García Alfonso solo sabemos que en el curso 1851-52, siendo vecino de su pueblo
natal, inició los estudios de Magisterio en la Escuela Normal de
Maestros de La Laguna,
pero no consta que obtuviese el correspondiente título.
Don Miguel García Alfonso nació
en San Miguel de Abona, donde ejerció como primer subteniente de la Milicia Nacional,
secretario del Ayuntamiento y jefe de Contabilidad del mismo.
Primer subteniente de la Milicia
Nacional Local, soldado de milicias provinciales, secretario
y jefe de la sección de contabilidad de Ayuntamiento de San Miguel de Abona.
El 26 de noviembre de 1854 se
procedió a la elección del cuadro de mandos de la 2ª Compañía de la Milicia Nacional
local de San Miguel de Abona y don Miguel García Alfonso resultó elegido primer
subteniente de la misma. Continuaba en igual situación el 27 de enero de 1856,
en que participó como oficial en la elección de la plana mayor del Batallón de
Milicianos Nacionales nº 5 de la comarca de Abona, del que dependía su
compañía.
Luego, el 9 de abril de 1855, fue
sorteado con el nº 4 para su alistamiento en las Milicias Provinciales. Fue
filiado por el capitán don Antonio Rodríguez, sargento mayor interino del
Batallón Ligero Provincial de
Abona nº 3 de
Canarias, siendo comandante accidental del mismo el sargento
mayor don Fernando Viejobueno y testigos el subteniente brigada don Juan Reyes
Sánchez y el cabo 1º don Benigno Reyes Martín. Al ser filiado figuraba con el oficio
“del campo” y medía 5 pies, 2 pulgadas y 5 líneas de estatura; sus señales
personales eran las siguientes: pelo castaño, ojos azules, cejas “al pelo”,
color blanco, nariz y boca regulares, barba lampiña.
El 23 de abril de 1855 entró a
servir por diez años como soldado del Batallón Ligero Provincial de Abona y en
el mismo acto se le leyó la
Real Orden de 27 de diciembre de 1854 sobre deserción; por
entonces contaba 21 años de edad y permanecía soltero. El 1 de abril de 1856, y
a consecuencia de la nueva organización de los Cuerpos de Milicias, pasó al
Batallón de La Orotava,
al haberse extinguido el de Abona, siendo destinado en clase de efectivo a la 6ª
Compañía. Y el 1 de diciembre de 1856 pasó a la 5ª Compañía por pertenecer a la
dotación de San Miguel, señalada últimamente a dicha Compañía. Por Real Orden
de 20 de diciembre de 1857 se le acreditaron dos años de abono para premios de
constancia, por el natalicio del Príncipe de Asturias.
El 30 de abril de 1858 fue baja
en el Batallón de La Orotava
por pase a la nueva Sección de Abona. Y el 1 de mayo inmediato causó alta en
ésta, con destino al cuadro de la misma, según orden del general subinspector
de dichos cuerpos. Su hoja de servicios está cerrada a 28 de abril de 1859,
cuando contaba 25 años de edad y llevaba cuatro años de servicio en las
Milicias Canarias; por entonces era ayudante de la Sección Ligera
Provincial de Abona el teniente de Infantería don Salvador Hurtado y Aragón y
comandante accidental por ausencia del propietario el capitán don Antonio
Francisco Domínguez.2
Mientras prestaba el servicio
militar, don Miguel fue nombrado secretario del Ayuntamiento de San Miguel de
Abona, cargo que ya ostentaba el 2 de febrero de 1856 y en el que continuaba el
23 de junio de 1858. Además, figuraba como jefe de la Sección de Contabilidad
del mismo Ayuntamiento, empleo que ya disfrutaba el 8 de junio de 1858 y en el
que continuaba el 24 de junio de 1859.
Primer suplente del Juez de paz, Alcalde y Juez municipal de Adeje,
elector, interventor y hermano mayor del Santísimo Sacramento de esta villa
El 6 de enero de 1861, a los 26
años de edad, nuestro biografiado contrajo matrimonio en la parroquia de Santa
Úrsula de Adeje con doña Plácida María Expósito, de 15 años de edad3, natural
de Arona y vecina de dicha villa; los casó el beneficiado rector propio don
Rafael Alemán y actuaron como testigos don Ramón Hernández, don Fernando Jorge
y don Faustino García Alfonso, hermano del novio. En el momento de la boda, don
Miguel ya residía en Adeje, mientras que la contrayente “fue habilitada por ser
menor de edad por la autoridad del Sr.
Alcalde de este pueblo”. Y el 29 de abril de 1861 fueron velados en el mismo
templo.
El Sr. García Alfonso fue vecino
de Adeje, en la calle de los Molinos nº 54, y desempeñó en esta villa diversos
cargos de responsabilidad. El 1 de enero de 1863 fue nombrado vocal de la Junta local de Sanidad por
el alcalde don José Melo. A finales del año siguiente, la Audiencia Territorial
de Canarias lo designó primer suplente del juez de paz de Adeje, para el
trienio comprendido entre el 1 de enero de 1865 y el 31 de diciembre de 1867,
cuyo titular era don Fernando Jorge Brito.
Por entonces fue elegido alcalde
constitucional de la Villa
Adeje, cargo que ya ostentaba el 15 de febrero de 1865 y en
el que continuaba el 17 de febrero de 1867; en virtud del mismo, también
figuraba como “presidente del Iltre. Ayuntamiento y de la Junta Pericial” de
dicha localidad. Posteriormente, siendo aún concejal o regidor del
Ayuntamiento, el 20 de enero de 1868 fue designado vocal de la Junta local de Primera
Enseñanza (o Instrucción Pública) de dicha villa, cargo en el que continuaba el
31 de julio de ese mismo año. Seguía siendo concejal del Ayuntamiento de Adeje
el 22 de agosto de 1869.
Asimismo, desde noviembre de 1865
don Miguel figuró también entre los electores de Diputados a Cortes, al estar
incluido en la lista de los mayores contribuyentes de Adeje, que solo integraba
a los vecinos que pagaban 20 o más escudos de cuota al Tesoro, pues en dicha fecha
contribuía con una cuota anual de 64 escudos y 483 milésimas. Continuaba
exactamente igual en enero de 1866. En virtud de ello, tomó parte en la
elección general de diputados a Cortes celebrada el 13 de marzo de 1867 en el
colegio electoral de la Sección
5ª de la Villa
de La Orotava.
Como curiosidad, el 20 de mayo de
1878 don Miguel estaba incluido en la “Relación de los deudores por pagarés de
Bienes desamortizados, cuyos plazos vencen en los días que se expresarán,
formada con arreglo á lo dispuesto en los artículos 3.º y 4.º de la Instrucción de 31 de
Agosto último, para llevar á efecto el Real Decreto de 20 de Julio anterior,
sobre el cobro de los mismos”. En dicha
lista figuraba como vecino de Adeje, que había comprado una finca rústica en la Mesa de Jama, radicada en
Arona, procedente del clero y con el número1287 del inventario; solo adeudaba
un plazo, que vencía el 28 de ese mismo mes de mayo de 1878, por un importe de
312,50 pesetas.4
Con posterioridad, fue designado
juez municipal de la Villa
de Adeje, cargo que ya desempeñaba el 27 de diciembre de 1880 y en el que
seguía el 15 de junio de 1882. Y el 1 de junio de 1887 volvió a ser nombrado
por segunda vez para dicho cargo por el presidente de la Audiencia Territorial
de Las Palmas, para el bienio 1887-89.
Con frecuencia mostró su
preocupación por los temas sociales. Sirva como ejemplo el que en la
suscripción abierta por la
Diócesis de Tenerife en 1891 para “socorro de los pueblos
inundados”, don Miguel fue el segundo mayor colaborador de la parroquia de
Adeje, tras el cura párroco de dicha villa, al aportar para dicho fin 8 reales
de vellón.
En febrero de 1893 fue incluido
en la lista de los interventores titulares designados por los candidatos para
constituir la mesa electoral del Ayuntamiento de Adeje. Y el 7 de abril de 1896
fue proclamado de nuevo interventor de la mesa electoral de esta villa.
En 1896 ostentaba el cargo de
hermano mayor de la
Hermandad del Santísimo Sacramento de la parroquia de Santa
Úrsula de la Villa
de Adeje. En 1899 se le mencionaba con la profesión de propietario.
El 3 de febrero de 1907 figuraba
en la lista de los “mayores contribuyentes vecinos con casa abierta”
de la Villa
de Adeje, que tenían derecho a elegir compromisarios para Senadores del Reino.
En igual situación continuaba el 1 de enero de 1908 y el 1 de enero de 1909.
En 1915 estaba incluido en “las listas de adhesiones
recibidas para la Asamblea
del
25 de Noviembre”, convocada por el Consejo Provincial de
Fomento de Canarias, junto a las principales personalidades y entidades
públicas y privadas de las islas.5
Fallecimiento y
descendencia.
Doña Plácida Expósito falleció en
su domicilio de Adeje el 25 de mayo de 1919, a las once de la mañana, cuando
contaba 77 años de edad; había recibido los Santos Sacramentos. Al día
siguiente se oficiaron las honras fúnebres en la iglesia de Santa Úrsula por el
cura ecónomo don José Pons Comallonga y a continuación recibió sepultura en el
cementerio de dicha localidad, de lo que fueron testigos don Manuel Bello Ángel
y don Federico Rivero, de la misma vecindad.
El periódico El Imparcial se hizo
eco de su muerte, en una “Necrológica” enviada “Desde Adeje” por Odracir:
“Victima de penosa y larga enfermedad ha
dejado de existir en esta villa la virtuosa señora esposa de don Miguel
Garcia Alfonso, doña Plácida María E. de Garcia, siendo su muerte generalmente
sentida como lo prueba el numeroso público de esta villa y pueblos limítrofes
que acompañó el cadáver hasta su última morada. D.E. P.”.
Le sobrevivió su esposo, don
Miguel García Alfonso, quien tras enviudar regresó a San Miguel de Abona, su
pueblo natal, y allí falleció en su domicilio de la calle Domínguez Alfonso el
1 de febrero de 1921, a las nueve de la noche, a consecuencia de afección
cardiaca; contaba 86 años de edad y no había testado ni recibido los Auxilios
Espirituales. Al día siguiente se ofició el funeral en la iglesia del Arcángel
San Miguel por el cura ecónomo don José Siverio y Díaz y a continuación recibió
sepultura en el cementerio de dicho lugar, de lo que fueron testigos don
Antonio Marrero y don Francisco Díaz.
En el momento de su muerte
continuaba viudo de doña Plácida María Expósito, con quien había procreado dos
hijas, nacidas en Adeje: Doña Petra García Expósito (1863-1900), que casó en 1899
con don Manuel (Miguel) Trujillo Pérez, natural de Tacoronte y vecino de dicha
villa, hijo de doña María Antonia Trujillo Pérez; falleció en su villa natal a
los 37 años de edad y sin sucesión. Y doña Isabel García Expósito (1868-1952),
que falleció soltera en San Miguel de Abona, a los 83 años de edad.
(Octavio Rodriguez Delgado. [blog.octaviordelgado.es]
Notas:
1 Cillero era el que tenía a su
cargo guardar los granos y frutos de los diezmos en la cilla, dar cuenta de
ellos y entregarlos a los partícipes. Diezmo era la parte de los frutos,
generalmente la décima, que pagaban los fieles a la Iglesia. La cilla era
la casa o cámara en la que se recogían los granos de la renta diezmal.
2 Archivo Regional Militar de Canarias. Expedientes
personales del Gobierno Militar, caja nº 6652.
3
Doña Plácida había sido bautizada en la iglesia de San Antonio Abad de
Arona el 22 de octubre de 1845.
4 “Administración
Económica de la Provincia de
Canarias”. Boletín Oficial de la
Provincia de
Canarias, 24 de mayo de 1878, pág. 3.
5 “De una asamblea”. La Opinión, sábado 20 de noviembre de 1915, pág. 1.
Las listas también fueron publicadas ese mismo día en El Progreso y días
después en Diario de Tenerife.
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