jueves, 12 de junio de 2014

LA DESTILADERA







Viera y Clavijo en su Diccionario de Historia Natural la define propia de cantera arenisca, de textura áspera, porosa y de un blanco pardusco. Compónese de granos de arena, menudos, groseros, iguales, amarillentos, en disposición de conservar ciertos intersticios, por los cuales se filtra el agua, saliendo destilada y más pura. Hállase esta famosa cantera a las orillas del, en la costa de Guanarteme, a la banda norte de la isla de Canaria. De ella hace mención, como piedra peculiar del país, Walterio en su Mineralogía. Se nota que, luego que se saca del agua, está blanda, pero, puesta al aire, se va poco a poco endureciendo. Sabido es que para el efecto de hacer filtrar el agua por ella, se corta en figura de medio huevo, socavado por dentro, con un borde cuadrado, a fin de suspenderla de un armadijo de madera; así, el agua, de que se llena, pasa por los poros insensibles de la piedra, y se van reuniendo lentamente sus gotas en el centro de la parte más baja del medio huevo, de donde caen el al bernegal o talla, que las recibe. El uso general que se hace en nuestras islas de estas destiladeras, se dirige al mayor aseo, y no, como juzgo el viajero Le Maire, porque el agua de nuestras fuentes sea de bondad mediocre. De estas piedras se ha hecho siempre en nuestras islas un buen comercio, y algunos autores de viaje aseguran que en el Japón, a donde las han llevado y tienen mucho uso, las creen una especie de esponja petrificada. En las Actas de la Económica grancanaria el clérigo ilustrado añadió también otra cantera en Arrecife de la que se hace comercio exterior de alguna consideración.
Maria Gómez Díaz
Junio de 2014.

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