jueves, 12 de junio de 2014

GENARO ESQUIVEL RODRIGUEZ





1902 junio 8.

Genaro Esquivel Rodríguez falleció repentinamente en Fasnia, en la casa de don Antonio Coello (en la carretera), el domingo a las doce del mediodía, a consecuencia de una hemorragia cerebral.

Genaro Esquivel Rodríguez (1850-1902), Sochantre, notario publico eclesiastico, secretario del juzgado, juez municipal, maestro interino y sobre guarda de montes1

Oriundo del Puerto de la Cruz, el apellido Esquivel enraizó en Fasnia a mediados del siglo XIX, dando lugar a una conocida y respetada familia que cuenta en la actualidad con una amplia y destacada descendencia, gran parte de ella establecida en Santa Cruz de Tenerife, La Laguna y Bilbao. El primero de los nacidos en el pueblo sureño fue don Genaro Esquivel Rodríguez, tronco de dicha familia, que fue sin duda el hombre más culto e inquieto de Fasnia en su época. En su polifacética actividad desempeñó los cargos de sochantre y notario público eclesiástico de la parroquia de San Joaquín, secretario del Juzgado en varias etapas, juez municipal en dos períodos, maestro interino en dos ocasiones, interventor electoral, guarda y sobreguarda de montes, sin descuidar las labores agrícolas y la actividad política. En Fasnia también destacaron varios de sus hijos.

Nuestro personaje nació en Fasnia el 8 de octubre de 1850, siendo hijo de don Juan Esquivel  de  Acosta  y  Valladares,  natural  del  Puerto  de  La  Orotava,  y  de  doña  María Rodríguez Delgado. Dos días después fue bautizado en la iglesia de San Joaquín por su tío abuelo don Basilio José Acosta Valladares, cura párroco propio de la misma; se le puso por nombre “Genaro  Virgilio Miguel del Rosario” y actuó como madrina doña María Josefa Rodríguez, su tía materna.

Sochantre, notario publico eclesiástico, secretario del juzgado y del Ayuntamiento, juez municipal.

Cuando contaba tan sólo unos meses de edad su padre emigró a América (donde continuaba en 1891), por lo que nuestro personaje creció bajo la protección de su mencionado tío, el párroco Acosta Valladares. Fue éste quien le enseñó también la mayor parte de sus conocimientos, hasta el punto de que don Genaro llegó a ser una de las personas más cultas y preparadas del pueblo sureño.

Por dicho motivo, desde muy joven comenzó a desempeñar empleos de cierta responsabilidad. Así, dados sus vínculos con el párroco, estuvo “Encargado  de la plaza de sochantre”  de la parroquia de San Joaquín desde septiembre de 1868 hasta diciembre de 1869,  actuando  probablemente  también  como  organista,  pues  ambas  plazas  solían  estar unidas.

Además, don Genaro se integró enseguida en la vida social y pública de su pueblo natal. De este modo, fue uno de los firmantes del escrito que el 8 de diciembre de 1871 dirigieron  las  autoridades  locales  y  algunos  de  los  vecinos  principales  de  Fasnia  al comandante militar de Marina de la provincia, pidiendo que se permitiera continuar en los dos candrays2 del distrito, llamados “Soledad” y “San Antonio”, a los individuos que los venían tripulando, ya que después de haber realizado esas faenas durante 20 o 30 años se veían privados del trabajo por no estar matriculados, a causa de haber sido exceptuados del servicio de la Armada. Dicha circunstancia, por añadidura, dejaba a los agricultores de Fasnia sin poder conducir su producto exclusivo (las papas) al mercado de Santa Cruz, con los consiguientes perjuicios para el fisco al no poder hacer frente a los compromisos tributarios, pues dada la distancia y difícil topografía del terreno que unía Fasnia con la capital, la conducción por vía terrestre a lomos de bestias y por caminos intransitables supondría la ruina del sector, por los elevados costos del transporte. Y la gestión fue satisfactoria, pues nos consta que ambos barcos continuaron navegando.

Entre el 29 de octubre y el 13 de noviembre de 1874 actuó como secretario interino del Juzgado municipal, continuando luego en tales funciones como “acompañado de actuación”, junto a don Maximino Delgado.

El 1 de agosto de 1875 cesó en la Secretaría del Juzgado, al ser nombrado juez municipal de  la  localidad por la  Audiencia Territorial de  Canarias.  En  dicho cargo fue reelegido el 15 de junio de 1877 y el 24 de junio de 1879, permaneciendo en el mismo hasta el  5 de julio de 1881, en que cesó tras seis años de intensa labor judicial. Como juez municipal, al Sr. Esquivel fue comisionado por el gobernador civil de la provincia para que constituyese de nuevo el Ayuntamiento de dicha localidad, pues éste llevaba casi dos años sin constituirse; gracias a su actuación, la corporación municipal pudo conformarse y tomar posesión “forzozamente” el 16 de noviembre de 1875, quedando presidida por don Domingo Hernández Acosta. Como curiosidad, en su toma de posesión del 1 de agosto de 1879, la fórmula de juramento era la siguiente: “¿Jurais  guardar  y hacer guardar  la Constitución de la Monarquía,  ser fiel al Rey, administrar  recta,  cumplida e imparcial  justicia y cumplir todas  las leyes y disposiciones que se refieren al  ejercicio  de vuestro cargo?”,  a lo que indudablemente contestó que sí.

Simultáneamente, el 7 de abril de 1879 don Genaro pidió al Obispado que se le nombrase notario público eclesiástico de la parroquia de Fasnia, remitiéndose su solicitud al arcipreste de Güímar para que ante sí lo examinase el notario de Güímar. Así ocurrió y, tras superar las oportunas pruebas, nuestro personaje fue nombrado notario de su pueblo natal, empleo que ya desempeñaba el 10 de mayo de 1880, que se le prorrogó por un año el 13 de diciembre de 1882 y en el que permaneció durante 23 años, hasta el 8 de junio de 1902, en que murió.

El 23 de septiembre de 1880, a punto de cumplir los 30 años de edad y siendo juez municipal y notario eclesiástico, don Genaro Esquivel contrajo matrimonio en la iglesia de San Joaquín de Fasnia con doña Jorgina Díaz Delgado, once años más joven e hija de don Estanislao Díaz García y de doña Antonia Delgado Marrero, naturales y vecinos de dicho pueblo. Celebró la ceremonia su mencionado tío abuelo, don Basilio José Acosta Valladares, actuando como padrino el Licenciado en Jurisprudencia don Martín Rodríguez Peraza, vecino de Arico, y la maestra doña Juana García Silva, de dicha vecindad. La nueva pareja se estableció en la Plaza de la Iglesia de Fasnia, donde nacieron sus hijos.

Tras  su boda,  nuestro biografiado continuó simultaneando sus ocupaciones como propietario agrícola con diferentes cargos de responsabilidad local, incluso tuvo una notable participación e influencia en la vida política de Fasnia, motivada por una preocupación por los asuntos públicos que mantuvo durante toda su vida. En este sentido, mantuvo una estrecha relación epistolar con dos destacados propietarios y políticos conservadores sureños: don Martín Rodríguez Delgado (1813-1874), alcalde de Arico y diputado provincial, y el hijo de éste,  don Martín Rodríguez Peraza (1848-1904), juez  municipal de  Arico  y abogado de extraordinaria cultura, que dominó varios idiomas y llegó a ser jefe superior honorario de Administración Civil, presidente de la Diputación Provincial de Canarias  y varias veces gobernador civil interino de estas islas; probablemente don Genaro trabajó también como administrador de los cuantiosos bienes que los citados políticos poseían en el municipio de Fasnia.

El 2 de junio de 1883, el Sr. Esquivel tomó posesión de nuevo como secretario del Juzgado municipal, puesto que ocupó durante tres  años, hasta el  30 de  mayo de  1886. Simultáneamente,  fue  nombrado  secretario  del  Ayuntamiento,  pues  desempeñaba  dicho empleo el 20 de enero de 1884; probablemente lo fue desde octubre de 1883 hasta septiembre de 1884.

Maestro interino en dos ocasiones, interventor electoral, guarda y sobre guarda de montes, juez y secretario del juzgado en nuevas etapas,

Al mismo tiempo, por falta de maestros titulados y de dinero para pagar su sueldo, el
Ayuntamiento de Fasnia nombró a don Genaro maestro interino de la escuela pública de niños de la localidad, pues se estimaba que su preparación era suficiente para atenderla. Pero la falta de preparación académica dificultó su labor, como recogió el periódico El Centinela el 20 de julio de 1884: “Son tales los informes que hemos recibido de los malísimos resultados que ofrece la escuela pública de niños de Fasnia,  que todo lo resumiremos en el encarecido consejo que damos á su profesor  D. Genaro Esquivel y Rodríguez de que solicite licencia para perfeccionar sus conocimientos en la escuela normal, apresurándose, concedida que le sea, á verificarlo así”. Pero no tenemos constancia de que nuestro biografiado se matriculase en la citada Escuela Normal.

Un año después de su cese en la Secretaría del Juzgado volvió a acceder a ella, aunque tan solo durante un mes y como “acompañado” de don Juan Antonio Viera Delgado, del 2 de agosto al 8 de septiembre de 1887; situación que se repitió en otras dos ocasiones, la primera junto a don Manuel González, el 27 de octubre inmediato, y la segunda de nuevo con el Sr. Viera, del 13 al 30 de agosto de 1888.

Su espíritu caritativo se puso de manifiesto en noviembre de 1891, al participar con 5 reales a la suscripción hecha en la parroquia de Fasnia “para el socorro de las víctimas de las inundaciones”3. Volviendo a su actividad pública, durante muchos años fue designado interventor para integrar la mesa electoral del  Ayuntamiento de  Fasnia por los distintos candidatos, como ocurrió por lo menos desde 1891 hasta 1898.

El 5 de marzo de 1892, El Liberal  de Tenerife  recogía el nombramiento del Sr. Esquivel como guarda de montes: “D. Genaro  Esquivel y Rodríguez, ha  sido nombrado guarda montes de la tercera zona de esta isla, que comprende los pueblos de la Victoria, Sta. Úrsula, Güimar y Arico”. El 11 de ese mismo mes, Diario de Tenerife también se hacía eco de este nombramiento: “Ha sido nombrado guarda-monte de la tercera zona de esta isla, D. Genaro Esquivel Rodríguez”. Pero el 2 de agosto de ese mismo año, este mismo periódico daba a conocer su cese como guarda, lamentando el abandono del servicio de montes en estas islas:
El servicio de montes en esta provincia ha quedado completamente abandonado. Después de las dos cesantías de que ya dimos cuenta hace días, y que recayeron precisamente en empleados afectos á esta isla, ahora se han decretado cuatro nuevas cesantías, de las cuales dos afectan á las únicas comarcas que habían quedado en Tenerife y las otras dos á la Gomera y oficinas del ramo, de suerte que desde hoy quedan los montes de esta isla al arbitrio de los dañadores, puesto que no queda empleado ninguno del ramo encargado de su inmediata custodia.
Lástima es que después de tantos esfuerzos hechos por la Jefatura en bien del servicio, se concluya así.

Nos ocuparemos con más detenimiento de este importante asunto.
* * *
Los empleados declarados cesantes, son el capataz de cultivo D. Juan de la Cruz Expósito; los sobreguardas D. Manuel Figueredo y D. Antonio Cruz Bencomo y el guarda D. Genaro Esquivel.


Al día siguiente, El Liberal de Tenerife también informaba de dicho cese: “Han sido declarados cesantes por reformas en el ramo de Montes, el capataz de cultivos D. Juan de la Cruz, los sobreguardas  D. Manuel Figueredo y Carballo  y D. Antonio Cruz Bencomo y el guarda-monte D. Genaro Esquivel y Rodríguez”.

No obstante, pocos días después, el  11 de ese mismo mes de agosto, Diario  de Tenerife destacaba su nuevo nombramiento interino como sobreguarda de montes: “Con fecha de  hoy han  sido  nombrados  interinamente,  á  propuesta  del  Ingeniero  Jefe  del  Distrito forestal,  sobreguardas  de  montes D.  Manuel  Figueredo,  D.  Nicolás  Tolosa,  D.  Genaro Esquivel, D. Blas Batista y D. Juan de la Cruz Expósito, los cuales serán destinados á prestar sus servicios en las comarcas que la Jefatura del ramo designe”. Al día siguiente, El Liberal de Tenerife también recogía dicha noticia: “Han sido nombrados interinamente sobreguardas de monte para  este distrito forestal,  D. Juan  de la Cruz Expósito, D. Genaro  Esquivel y Rodríguez, D. Nicolás Tolosa, D. Manuel Figueredo y D. Blas Batista”.

Al año siguiente fue designado por segunda vez juez municipal de Fasnia, desempeñando dicho cargo con acierto durante otros dos años, desde el 1 de agosto de 1893 hasta el 31 de julio de 1895.

Como juez municipal, don Genaro formó parte de la comisión de higiene insular que visitó La Zarza en diciembre de dicho año 1893, con el fin de prestar sus servicios y llevar socorros a los enfermos afectados por la epidemia de cólera que azotó dicho pago, acompañando a varios sanitarios (don José Llarena, don Andrés Saavedra, don Cándido Prieto y don Juan Bethencourt), el delegado del obispo (canónigo don Miguel Belamendía), el inspector de Sanidad (don Antonio García Beltrán), el cura párroco (don Domingo Elías Estévez), el alcalde (don Juan González Rodríguez), el comandante de armas (don Francisco Rodríguez Perlaza) y el rico propietario de Arico don Martín Rodríguez4. Y en la sesión celebrada el 18 de ese mismo mes por la Comisión de Higiene de Santa Cruz de Tenerife, su presidente, el médico sureño don Eduardo Domínguez Alfonso, reconoció la labor realizada: “El Sr. Presidente manifestó que tenía la seguridad de interpretar  los sentimientos de esta Junta consignando la verdadera  satisfacción con que deseaba expresar  su reconocimiento tanto al Sr. Canónigo Belamendía, como al Sr. Prieto y sus demás celosos compañeros de comisión Llarena  y Saavedra  (D. Andrés), lo que se consignará  en el acta  de esta noche juntamente con los plácemes que merecía la conducta de las demás personas  que habían acudido á remediar la desgracia de los infelices vecinos de la Zarza, Sres. García  Beltrán, Delegado   del  Gobernador,   D.  Genaro   Esquivel  y  Don  Genaro   Díaz,  así   como  el Vicepresidente de la Comisión provincial y las demás personas que le acompañaban en su visita”5.

Pero tras su cese como juez, el Sr. Esquivel no se desligó del Juzgado, ya que volvió a ocupar de nuevo la plaza de secretario del mismo, que desempeñó en propiedad durante casi siete años, desde el 19 de septiembre de 1895 hasta su prematura muerte.

En octubre de 1895, el obispo de la Diócesis efectuó una visita pastoral al municipio de Fasnia, quedando agradecido del agasajo que tanto él como sus acompañantes recibieron de los principales vecinos de la localidad, tal como recogió El Liberal de Tenerife el 16 de dicho mes: “El digno Pastor manifestó su agradecimiento por el agazajo que le demostraron y esmero con que le atendieron en este pueblo, el referido Sr. Peraza, D. Genaro Esquivel y sus respectivas familias, así como otras personas”.

Por entonces, al producirse una vacante en la escuela unitaria de niños de Fasnia, por traslado de don Esteban Hernández Baños, se pensó de nuevo en don Genaro como la persona más  idónea  para  que  la  desempeñase  interinamente,  y  tan  bien  atendida  quedó  que permaneció al frente de ella durante dos años, del 10 de diciembre de 1895 al 27 de julio de 1897; en esta última fecha fue cubierta en propiedad por don Escolástico Soto.

Asimismo, en junio y julio de 1896, cuando unos ricos hacendados de la República de Guatemala promovieron la emigración de canarios para trabajar en sus propiedades mediante contrato, se insertó un anuncio en todos los periódicos de Tenerife dirigido a todas las personas que deseasen acogerse a dicha oferta, informándoles que podían dirigirse personalmente a una serie de personas distribuidas por la mayoría de los municipios de la isla, siendo don Genaro Esquivel el encargado de atenderlos en Fasnia.

Fallecimiento y destacada descendencia

El culto y polifacético don Genaro Esquivel Rodríguez falleció repentinamente en Fasnia, en la casa de don Antonio Coello (en la carretera), el domingo 8 de junio de 1902 a las doce del mediodía, a consecuencia de una hemorragia cerebral; contaba tan sólo 51 años de edad. Al día siguiente se oficiaron las honras fúnebres en la iglesia de San Joaquín, que corrieron a cargo del sacerdote don Trino Antonio Expósito Hernández, cura encargado de dicha parroquia, y a continuación recibió sepultura en el cementerio de la localidad.

El día 10 La Opinión se hizo eco de su muerte, en una nota “Necrológica”: “En el término municipal de Fasnia falleció repentinamente el domingo, nuestro querido y consecuente amigo D. Genaro Esquivel, que gozaba entre sus convecinos grandes y generales simpatías  demostradas  en su entierro,  que fué una  sentida  manifestación  de duelo. / En nosotros dejo un gran vacío, pero mayor en el pueblo y sobre todo en su familia á la que enviamos nuestro sentido pésame”. Al día siguiente, Unión Conservadora  también publicó una  escueta  referencia  a  su  fallecimiento:  “En  Fasnia  ha  dejado  de  existir  D.  Genaro Esquivel. / Descanse en Paz”. Lo mismo hizo La Región Canaria  el 14 de dicho mes: “Ha fallecido en Fasnia  el Sr. D. Genaro  Esquivel, á  cuya afligida familia enviamos nuestro pésame”.

Le sobrevivió su esposa, doña Jorgina Díaz Delgado, quien en 1931 estaba empadronada en la calle Santiago º 26 de Santa Cruz de Tenerife; figuraba con 60 años de edad y como viuda; convivía con su hija doña Eloína Esquivel Díaz, de 24 años y natural de Fasnia.

Don Genaro y doña Jorgina habían procreado ocho hijos, que tuvieron destacada sucesión: don Jorge (1882-1955), secretario de los juzgados municipales de Fasnia y Puerto de la Cruz, que casó en 1915 con doña Vicenta Marrero Expósito, hija de don Aurelio Marrero Díaz y doña Josefa Expósito; don Martín (1884-1946), secretario acompañado del Juzgado Municipal, encargado de la fiesta de San Joaquín y practicante en Argentina, donde murió soltero; doña Mercedes y doña Julia, que fallecieron solteras en Fasnia; don Genaro (1891-1982), alcalde de Fasnia, jefe local de las Milicias de Acción Ciudadana, comerciante, exportador agrícola y empresario cinematográfico, casado en 1928 con doña Leoncia Chico Cruz, hija de don Manuel Chico Díaz y doña Efigenia Cruz Díaz; don Domingo (1893-?), primer taxista de  Fasnia, cabo  jefe  de  distrito del  Somatén Armado  de  dicho pueblo  y emigrante a Argentina, donde continuó trabajando en el transporte y falleció; doña Jorgina (?- 1989), que se estableció en Santa Cruz de Tenerife, casada con el abogado y alcalde republicano de dicha capital don José Carlos Schwartz Hernández; y doña Eloína Esquivel Díaz, que casó con don Felipe González de la Cruz, empleado de Banca, y falleció en Bilbao.
(Octavio Rodríguez Delgado) [blog.octaviordelgado.es]

Notas:
1  Sobre este personaje puede verse también otro artículo de este mismo autor: “Personajes del Sur (Fasnia): Don Genaro Esquivel Rodríguez y su  destacada descendencia” (I  y II),  El Día  (La  Prensa  del domingo), 13 y 20 de junio de 1993. Con posterioridad, la reseña biográfica se ha visto enriquecida con nuevos datos.
2 Candray es un velero pequeño, de dos proas, por lo general con un único mástil.

3  “Suscripción”. Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado de Tenerife, 2 de noviembre de 1891, pág.
4 “Noticias de Fasnia”. El Liberal de Tenerife, 15 de diciembre de 1893, pág. 2.
5 “Comisión de Higiene”. Diario de Tenerife, 20 de diciembre de 1893, pág. 3; El Liberal de Tenerife, 22 de diciembre de 1893, pág. 2.




No hay comentarios:

Publicar un comentario