Hoy es un día especial,
celebramos el artículo número 500 de la serie “Efemérides canarias, una
historia resumida de canarias”, con una media de diez paginas por articulo
tenemos 5000 paginas de Historia pre y colonial de nuestra matria, me consta
que un extenso grupo de seguidores en Facebook los archivan
como fuente documental, ello, justifica por si solo plenamente el
trabajo, tiempo y dedicación empleados en las consultas e investigaciones
documentales y bibliograficas llevadas a cabo durante veinte años.
También mi agradecimiento a los
visitantes de mi blog “La gaveta de Aguere” por el interés mostrado por el
mismo ya que en poco más de un año ha recibido más de 78.000 visitas, ello a
pesar del boicot impuesto a la misma por la administración de Facebook.
A todos un Guarca de gracias, por
el interés mostrado por nuestra historia y tradiciones, abrigo la esperanza de
que cuando celebremos la publicación del articulo 1000-si antes no he
emprendido mi viaje al Seno de Magek-que lo hagamos escribiendo sobre la
historia pos-colonial de nuestra matria.
Archipiélago Canario, 2 n wanfuy n tallit
taynay tagwancet.
EFEMERIDES CANARIAS
UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERÍODO COLONIAL,
DÉCADA 1841-1850
CAPÍTULO XLV-VI
Eduardo Pedro García
Rodríguez
1845. La Junta de Comercio de Añazu
en Chinech (Santa Cruz de Tenerife) encargó al técnico de obras públicas Pedro Maffiotte,
conocedor de las nuevas técnicas en el corte de prismas para la escollera, la
formación de un nuevo dique más seguro.
1845. A
medida que avanza el siglo XIX el muelle del puerto de Añazu n Chinech (Santa
Cruz de Tenerife) había quedado mermado en su capacidad para acoger el aumento
del tráfico y del comercio.
1845. Se desarrolla en el Municipio de La Oliva, Erbania
(Fuerteventura) el cultivo de los nopales (tuneras), lo que permite comerciar
con la cochinilla (base de un valioso tinte usado en la cosmética y textiles.
Este cultivo fue próspero en algunas zonas del Municipio, permitiendo la
aparición de algunas nuevas familias hacendadas.
1845.
El gobierno
militar del Puerto de Arrecife, isla
Lanzarote, estuvo a cargo de uno de los oficiales de Milicias
vecinos del pueblo, sin renta ninguna. Entre éstos, quien más
años lo ejerció, a lo menos desde 1806 a 1819, fue el Cap" Dn. Ginés
de Castro, «el viejo», el cual solía también ser alcalde, o su hijo al propio
tiempo. Y en 1803-4, lo había sido Dn. Luis Cabrera. Pero desde
1835, D". Víctor Feo natural de esta isla, teniente coronel de Caballería que sirvió en España, vino de
gobernador de su patria y fijó su
residencia en el Puerto. Es hijo del coronel Dn. Josef Feo, gobernador que fue de dicha isla, durante los
tumultos acaecidos el año de 1810. Dn.
Víctor es persona digna de aprecio, y le nombraron para diputado a Cortes en el año 1840, lo cual no
llegó a efectuarse por las mutaciones sobrevenidas en la península:
Véanse los Boletines Oficiales N.° 77 de
junio, 27 y N.° 81, de julio 6, de dicho año 40: cuyo documento es ingenuo a su respecto. Pero esta conveniencia
del gobierno en el Puerto de Arrecife, tuvo su tornavuelta según luego veremos.
Tiene además
de la Compañía
de Artillería miliciana para servicio de los Castillos, algunos
pocos fusileros para los lances repentinos que se
ofrezcan. Y en los de 1827 a
20, guarneció a este pueblo un destacamento del Regimiento
peninsular titulado Albuera, siendo la primera soldadesca de fuera de la isla que
la hubiese custodiado.
La Alcaldía o Capitanía de Mar,
ha tenido funcionarios más determinados y
permanentes, subiendo de categoría a proporción que ha crecido el pueblo
y su comercio, según lo demuestra la lista que tenemos con las épocas en que estos sujetos ejercieron. En 1812, que tenían
una lancha muy cómoda y aseada en la cual iban a visitar las naves que aportaban, cuando todavía en la ciudad
de las Palmas de Canaria, y el Puerto de la Orotava lo hacían en cualesquiera barquichuelo pescador. El número de matriculados a sus
órdenes pasa de 250, suma
considerable con respecto a la población.
2
bergantines; 2 bergantines goletas; 9 goletas y balandras. 49 barquillas de vela y remos, 1 bote y 1. Lanchas
totales, 19 de cubierta y 51 sin ella. De estos últimos a excepción de 4 a 5, pertenecientes al
puerto de Papagayo, y 2 a
3 dichos al de Arrieta, los demás corresponden
al Puerto del Arrecife. (J. Álvarez Rixo, 1982:91-96)
1845 Mayo 30. En la parroquia madrileña de San Marcos (España) se
estrena una «Salve» del compositor lagunero Eugenio Domínguez Guillén a toda
orquesta y dos coros. Era la primera gran obra de Domínguez, nacido en Eguerew
(La Laguna) en
1822. Desde niño se inició en los estudios de solfeo y a la edad de quince años
lo nombran organista de la parroquia de la Concepción. Después
de oír la «Salve», el principe Carini le propuso que se trasladara a Nápoles
para mejorar su técnica. Allí escribió notables romanzas, como la que dedicó a
la princesa Carini, que se cantó en el teatro de San Carlos por parte del tenor
Severini. El exceso de trabajo afectó a su salud y, a instancias de sus amigos,
decidió regresar a Chinet (Tenerife) para intentar recuperarse. Sin embargo, la
tísis que padecía se agravó al llegar a Cádiz (España), falleciendo en Puerto
Real el 1 de diciembre de 1846.
1845 Junio 1. Se crea la Sociedad Filarmonica
de Winiwuda n Tamaránt (Las Palmas de Gran Canaria) tuvo como primer Presidente
a D. José
Afonso Álvarez,
licenciado en Derecho y consumado violinista, y como director de la orquesta al
Maestro Benito
Lentini, nacido en Italia, residente en nuestra ciudad desde
1815, donde llegará a ocupar el cargo de maestro de capilla de la Catedral de Las Palmas,
siendo un virtuoso del piano y gran compositor orquestal.
El
primer concierto se celebra el 6 de Noviembre de 1845, con el objeto de
recaudar fondos para mejorar el instrumental de la orquesta y completarlo, así
como adquirir sus enseres, repertorio, etc. Se interpretaron obras compuestas
por músicos europeos y de jóvenes compositores canarios, como D. Agustín Millares Torres,
secretario de la recién fundada Sociedad, que tuvo que realizar a mano el
primer programa debido a la escasez de fondos. Este concierto fue un rotundo
éxito y cinco semanas más tarde se efectuó el segundo concierto, donde ya se
atrevieron a interpretar la
Segunda Sinfonía de Beethoven. Pocos meses
después fallece el Maestro Lentini y ocupa su puesto Gregorio Millares Cordero, que ya era Maestro de Música.
En
los años siguientes se sufren una serie de reveses con la dirección de Gabinete
Literario, que coinciden con la marcha a Madrid (España) de Agustín Millares
a perfeccionar sus conocimientos musicales.
A su
regreso, Don Agustín se encuentra a la Filarmónica en franca crisis, y gracias a su
energía y a su disposición para la docencia musical logra recomponer la
orquesta, que en el año 1855 en el Teatro Cairasco estrena su zarzuela
Elvira con un éxito impresionante que logra que se repitan hasta once
funciones, produciendo un beneficio económico de 15.000 pesetas, que se embolsa
totalmente el Gabinete Literario. Este hecho lleva a Don Agustín a realizar su
proyecto de desvincular del Gabinete Literario a la Filarmónica, y lo
consuma con lo nuevos estatutos de Diciembre de 1855, que culmina en la separación
definitiva.
Millares Torres pensó darle un impulso definitivo a la Filarmónica estrenando
en 1856 otra zarzuela de mayores proporciones y música más escogida que Elvira,
y así nació la llamada Pruebas de amor, cuyo estreno tuvo lugar en el Teatro
Cairasco el 21 de Mayo de 1856, el recinto no se llenó del todo y sólo se
dieron dos funciones, siendo el beneficio modesto. Este fue el primer toque de
atención de la población de Las Palmas al personalismo de Millares, cuya desvinculación del Gabinete no
debió parecer tan bien a todo el mundo, además a causa de la mayor competencia
de otros profesores de música, que redunda en una disminución de la entrada de
ingresos por la docencia, y defraudado por el poco entusiasmo que mostraban
muchos compañeros filarmónicos, decide en el año 1860 incorporarse a la carrera
de notario, lo que le dio un giro importantísimo a su economía, en detrimento
de su dedicación a la música. Al mismo tiempo aparecen otras formaciones
musicales que obtienen un cierto éxito, pero el maestro Millares
no abandona su labor al frente de la orquesta ni a sus socios, y sigue además
con su trabajo en la Catedral,
organizando en 1862 dos grandes conciertos públicos con su Filarmónica.
En el
año 1863 abandona su compromiso al frente de la capilla de música de la Catedral de Las Palmas, y
se firma un contrato con el cabildo Catedral y el Ayuntamiento para asistir con
la música a una serie de solemnidades litúrgicas a lo largo de todo el año; la
renuncia del maestro y la firma de este contrato posibilitó y garantizó la
financiación permanente de la orquesta, dando una mayor estabilidad y
continuidad a la
Sociedad Filarmónica. En este marco compondría Millares Torres
la última de sus grandes obras religiosas: el gran Miserere a 4 voces y
orquesta estrenado por la
Filarmónica en la
Catedral en mayo de 1864. (Lothar Siemen)
1845 Agosto.
El número de
casas altas existentes en el Puerto de Arrecife (Lanzarote), son 28, construidas con bastante lujo y
aparato: más de 15, dichas terreras bien
dispuestas y claustradas. Las demás de población también bajas a causa de la carencia de maderas, tienen la conveniencia
conforme a la posibilidad de sus dueños. Parte de las calles están empedradas y muchos trozos de sus aceras
baldosadas. La calle de la Marina transitable y
resguardada con su parapeto o muralla en que entresalen dos muellecitos a proporcionadas distancias; el uno de ellos (frente N.O. del castillo) se ha
denominado de King, por haberlo
construido en 1814, un inglés de este apellido. El otro situado más al naciente, quedó formado por casualidad, en
el cimiento de una destila que fue de
Travieso. En el barrio de las Marcas está una
aseada pescadería. (J. Álvarez Rixo, 1982:56)
1846.
Aunque las ostras indicadas en el
epígrafe no son producto conocido de las
riberas del Arrecife (Lanzarote), como sus moradores se han regalado con ellas
y arrojaban sus conchas allí, lo cual en las edades venideras se tendrá
por indicio de que se producían en este paraje, será oportuno dar noticia de
este raro marisco. Críase a 4 leguas al O. del Arrecife en J anublo, que fue puerto, y el volcán de los años 1730 a 35 le rodeó de tal
modo que le dejó en figura de lago, o sea charco como hoy le llaman. En él se
zambullen algunos buzos campestres, que
buscan y sacan de su fondo dichas ostras, las cuales llevan a vender a los pueblos, por lo regular en vísperas de
festividades. Su precio el año 1810, era dos reales plata o un tostón
cada media almud colmo. Después ha ido subiendo de valor, y minorándose su
número en tal forma, que a la época presente de 1846, hemos sabido quedan muy pocas o ningunas. Esto no nos parece extraño,
porque a proporción que ha aumentado
la población han crecido los consumidores, y como no se tomó providencia
para prohibir su extracción del charco por
algunas temporadas, se ha casi perdido una de las curiosidades naturales de la
isla, pues no le hay en ningún otro punto de ella, ni de las demás Canarias. Es
marisco sano y delicadísimo, en tanto grado, que quien una vez lo coma siempre
la solicita como pueda, y he aquí otra de las razones porque se ha ido
acabando. El tamaño de dichas ostras denominadas en el país cagetas, es
de una a dos pulgadas de diámetro, pero las tan grandes no eran muchas. Su
color blanco por dentro, pardo claro por
fuera, y su labor semicircular estriada. Cuando había abundancia se llenaban
de ellas botijas de rico escabeche que se enviaban de regalo a Canaria, y
Tenerife. Pero vivas, a pesar de la precaución de llevarlas en un saco dentro
del mar colgando del barco, no era fácil llegasen buenas. Sin embargo,
en enero de 1822, se logró, y comí algunas
en este Puerto de la Orotava
(Tenerife), por lo fresco de la
estación y prontitud del viaje del barquito que las tomó en Janubio mismo.
También en
las riberas del Arrecife se produce o bien arroja el mar, el alga
marina que allí llaman cebas, y en Europa con el nombre escocés de Kelp,
el cual calcinado suple por barrilla. En Lanzarote ya lo saben, y lo usan para adulterar la verdadera, con pérdida de la
reputación, y del comercio. (J. Álvarez
Rixo, 1982:91-92)
1846. La
profunda depresión de 1832 a
1846 provocaron en la isla Erbania (Fuerteventura) un tremendo embate en el que
se pondría definitivo fin a un fugas periodo bonancible, durante el cual se
crearon condiciones idóneas para la vida en la nueva capital de la Isla, Puerto de Cabras,
nominado por Millares Cantero, puerto de la barrilla, juntamente al de la isla
próxima, Arrecife. Estos años depresivos económicamente, producen la cruel
realidad de intenso dramatismo, y al respecto en el artículo aparecido en las I
Jornadas, Puerto del Rosario, 1987,
Manuel de Paz Sánchez nos dice: "Más allá de las cifras, el
historiador tiene que aprehender el sufrimiento que provocan la miseria y el
hambre, más difícil si no imposible de cuantificar". La despoblación,
consecuencia de esta emigración a la fuerza, continúa en provecho de ciertos
sectores dominantes. Millares Torres, Agustín, Libro V, ya citado, nos dice:
"veamos como - un tal Cristóbal - y Pedro Manrique de Lara, capitalizaron
en su provecho la calamitosa etapa, plagas de langosta en 1844-45, que afectó a
todas las Islas, crisis provincial, fiebre amarilla en 1847, con cierre de
puertos, amen de otras desgracias, convirtiéndose, en su virtud, en
terratenientes, incrementados sus haberes por herencias. En el año 1840, el más
calamitoso de todos, aumenta el número de compras, muy superiores al año 1835.
Quiere esto decir que los que vendían, fueron en mayor número los pequeños
campesinos que entregaban sus escasos bienes, modestas herencias, pequeños
lotes de tierra, aljibes, casas, etc., a más bajo precio del efectivo, tanto
para poder subsistir como para poder emigrar a las islas centrales, La Palma, o Tenerife en
especial, o hacia América a Cuba, principalmente. Las familias acomodadas
también cedían estas propiedades, Berriel, Ocampo, Rugama, Del Castillo,
obligados para hacer frente a las adversas circunstancias. Sólo en los meses de
junio y julio de dicho año, se contabilizan la llegada de 303 pasajeros
procedentes de Erbania (Fuerteventura) al Puerto de Añazu n Chinet (Santa Cruz
de Tenerife), que huían del hambre y de la sed.
1846. Teniendo
conocimiento La Junata
de Comercio que en las obras del puerto de Argel se estaba ensayando una
técnica nueva, que consistía en formar escollera con prismas artificiales que
se podían fabricar en el mismo lugar de las obras. La Junta de comercio envió a
Pedro Maffiotte para que estudiara en
Argel y en varios puertos de Francia este nuevo procedimiento. Al volver,
Maffiotte puso en práctica el mismo sistema: el primer prisma artificial fue
arrojado al mar el 10 de febrero de 1847.
1846
Abril 15.
Juan Álvarez y Juan Padrón
pescadores lanzaroteños descubrieron, Boletín Oficial N.° 31 de julio 8 de 1846, un bergantín, (Defensa de
Moes, p. 31), anegado en las inmediaciones de la isla Graciosa a cuyo
puerto la condujeron dando parte al subdelegado de Marina del Arrecife. Hallóse ser perteneciente a Londres, según su
letrero de popa, y su nombre Hope (Esperanza)
cargado de pacas de duelas dobles, y tablones
de pino, cuyos efectos designan proceder del Báltico o puertos
inmediatos. Este suceso ha dado lugar a un ruidoso expediente, pasando el
comandante de Marina en persona a Lanzarote con su asesor, que depuso del
empleo al subdelegado capitán de Puerto Dn.
Tomás de Moes, pero este ganó el proceso cumplidamente. (J. Álvarez Rixo, 1982:154-155)
1846 Abril 11. Los vecinos de La Aldea de San Nicolas, Tamaránt (Gran Canaria)
reciben otro duro golpe por parte de la oligarquía española y criolla. El pleito
de las aguas de Tejeda no había acabado aún pues los vecinos de aquel pueblo no
habían dejado de quebrar el curso de estas aguas, lo que era más ostensible en
los ciclos de sequía. Pero, nuevamente, a pesar de varios amotinamientos de los
regantes de Tejeda, las resoluciones judiciales habidas en la primera mitad del
siglo XIX, fueron claras en favor de la vinculación de estas aguas con las
tierras de la gran hacienda de La
Aldea y confirmadas cuando el Juzgado de Primera Instancia de
Guía dio la última y definitiva sentencia a favor de la Casa Nava-Grimón,
el 11 de abril de 1846. Estos derechos fueron inscritos en el nuevo Registro de
la Propiedad
de Guía en 1871 por la citada Casa, con especificación de todos los caudales de
la cuenca, vinculados indivisiblemente con la tierra de la ahora denominada Hacienda
La Aldea de San
Nicolás, y convertidos en propiedad plena a partir de la ley de aguas de
1879.
1846 Mayo 15.
Nació en Tazacorte Isidro Guadalupe Hernández, hijo de Gregorio Guadalupe
Cabrera, natural de Titoreygatra (Lanzarote), y de Patricia Hernández Camacho,
que lo era de la citada localidad hawarita (palmera). A pesar de haberse
doctorado en Medicina y Cirugía, se dedicó primordialmente a la enseñanza.
Notable gramático y publicista, emigró a Cuba y de allí paso a París donde fue
profesor de castellano y sus obras se declararon "texto oficial" por
especial disposición del Gobierno de la República Francesa.
Murió en aquel país en 1907.
1846 Julio 26.
Circulaban ya en la colonia las
noticias del alzamiento general de metrópoli, y Las Palmas, dominada siempre
por el deseo de constituirse en junta independiente de la de Tenerife, creyó
llegada la ocasión de pronunciarse por segunda vez y ser por algunos meses
árbitra y dueña de sus destinos. Reunióse al efecto su ayuntamiento, presidido
por el alcalde don José de Quintana y Llarena, y se dio cuenta de una
exposición firmada por don Domingo José Navarro, don Antonio López Botas, don
Rafael Massieu, don Francisco Díaz Zumbado y don José Doreste, en la que
manifestaban en nombre de la población su vehemente anhelo de adherirse al
pronunciamiento de la
Península contra la odiosa tiranía del regente, pidiéndole al
mismo tiempo que, asociándose a las personas más influyentes e ilustradas de la
isla, nombrase una Junta Superior Gubernativa, que administrase los intereses
públicos, con independencia de las autoridades constituidas en la colonia,
hasta que se instalase en Madrid el gobierno definitivo de la metrópoli.
Aprobada con júbilo la proposición, se convocó para las cuatro de la tarde de
aquel día una asamblea general en la iglesia de San Agustín, en la que se
procuró estuviesen representadas todas las clases de la sociedad, y se nombró
una comisión que designara las personas que habían de componer aquella Junta.
La elección recayó en las
siguientes: don José de Quintana Llarena, el conde de la Vega Grande, don
Antonio Roig, don Manuel Lugo, don Antonio Jacinto Falcón, don Sebastián Díaz,
don Domingo José Navarro, don Rafael Rancel y don Antonio López Botas. Nombróse
de presidente al alcalde don José de Quintana y de secretario a don Juan E.
Doreste. Seguidamente quedó instalada la Junta y se puso en conocimiento de las
autoridades de la ciudad. Acordóse reforzar la guarnición con doscientos
cuarenta hombres y enviar dos comisionados a Madrid, que lo serían el abogado
don Rafael Rancel y el propietario don Manuel Verdugo.
Dos días después, el 28, hizo el
vigía señal de un buque que venía de Santa Cruz, reconocido al punto por el
bergantín de guerra, guardacostas de estación en aquellas aguas a disposición
del comandante general. La adhesión bien conocida de este jefe al partido
progresista, su carácter enérgico y batallador y la ignorancia en que estaban
todos de los últimos sucesos de la metrópoli, alarmó a la Junta y a la población,
temiendo que viniesen tropas a sofocar el movimiento y procesar a los
pronunciados. La milicia urbana se reunió entonces en su cuartel, la Junta se constituyó en
sesión permanente, convocóse a todos los que pudieran llevar armas y se
dispusieron a una desesperada resistencia. Entretanto, el gobernador militar de
la isla, que lo era entonces el coronel don Tomás Fajardo, temiendo los
conflictos que podían surgir de Órdenes contradictorias, salió con la
guarnición de la ciudad y se aisló en el castillo de San Francisco, esperando
el curso de los acontecimientos. Súpose enseguida que el guardacostas sólo
conducía al segundo cabo don Fausto del Hoyo, que venía de orden del general a
conferenciar con la Junta
e inmediatamente la tranquilidad renació en Las Palmas.
La verdad era que Carbó prevenía
a Fajardo la disolución de la
Junta y que éste enviaba secretamente un mensajero al buque
para saber con certeza las órdenes de su jefe. Para precaver ulteriores
peligros, el pueblo se apoderó de todas las fortalezas de la ciudad y se puso
una especie de sitio al castillo de San Francisco, privándole de agua y
víveres.
Aquella misma noche bajó a tierra
don Fausto del Hoyo y, llevado a presencia de la Junta, manifestó que sus
deberes militares no le permitían permanecer por más tiempo en aquel sitio y se
retiró. Volvió, pues, a bordo y aquella misma noche regresó en su buque a Santa
Cruz.
Como aún se temía que Carbó
intentase alguna sorpresa sobre Las Palmas, continuaron las precauciones, aunque
Fajardo había ya reconocido a la
Junta y vuelto con la guarnición a su cuartel. En defensa de
la capital bajó desde Guía el batallón de milicianos y una columna de
granaderos, que fraternizaron con la guarnición y fueron muy obsequiados por
todos los individuos de la
Junta.
Mientras pasaba esto en Canaria,
la ciudad de La Laguna,
impulsada por los mismos motivos que la de Las Palmas y a pesar de que en Santa
Cruz el general estaba dispuesto a sofocar todo movimiento de insurrección, se
aventuró a levantar el grito y el 30 de julio nombró su Junta patriótica, que
secundase el levantamiento de Madrid y los planes
del ministerio López. Entonces,
viendo la capital que sus prerrogativas se hallaban en peligro, apoyada en
secreto por el mismo don Fausto del Hoyo, lanzó la población a las calles y
dando vivas a la
Constitución y a la reina constituyó su Junta con aplauso de
todos y consentimiento de la guarnición.
Esta Junta publicó un manifiesto
(1º de agosto), dando cuenta a la provincia de su instalación y prometiendo no
hostilizar a ningún pueblo de los anteriormente pronunciados, pues sólo
anhelaba la unión de todos los elementos liberales.
Amaestrados ya por la
experiencia, como en otras ocasiones hemos repetido, los canarios no se
durmieron en esta ocasión y embarcaron a sus dos comisionados, Rancel y
Verdugo, a fin de continuar el litigio pendiente con Santa Cruz aprovechando el
cambio político que ya se dejaba sentir.
La llegada del correo dio a
conocer la fuga de Espartero y el triunfo completo de sus enemigos, quedando,
mientras el gobierno se reorganizaba, una Junta en cada provincia con el
carácter de auxiliar. Solicitando ambas poblaciones este privilegio,
continuaron funcionando en sus respectivos distritos esperando una orden
superior que las disolviera. Esta orden se hizo esperar hasta el 2 de octubre,
en que el buque correo trajo a su bordo al nuevo general don Fermín Salcedo,
acompañado del jefe político don Trino González Quijano y del diputado por Las
Palmas don Rafael Rancel.
Había éste obtenido, como
irrisoria prenda de supremacía, que pasara su Junta a Santa Cruz y allí formase
parte de la diputación provincial, aunque sus individuos sacrificasen sus
intereses y abandonasen sus respectivas ocupaciones.
No fue, sin embargo, infructuoso
el período de soberanía de la
Junta. El convento de Santa Clara de Las Palmas se convirtió
en una deliciosa alameda y se señaló sitio para un teatro de que carecía la
población. Los caminos y montes públicos fueron también objeto de viva
solicitud, si bien no hubo tiempo para realizar las mejoras acordadas. Fueron
separados de sus destinos el secretario del municipio y el regente de la Audiencia, habiendo sido
éste embarcado para la metrópoli. Un Boletín Oficial fue el representante de
esta pequeña división territorial.
Con la llegada de las autoridades
de que ya hemos hablado y la traslación de la Junta a Santa Cruz (18 de octubre de 1843),
volvió la colonia a funcionar regularmente, sin que los odios ni las
rivalidades locales hubiesen cesado un solo instante.
También en Santa Cruz la Junta se apoderó del
convento de San Francisco, donde desde entonces, por su céntrica posición, se
establecieron en sus salones y claustros todos los servicios públicos.
Su muelle fue asimismo objeto de
especial predilección. Una subvención anual de 200.000 reales dio un nuevo y
poderoso impulso a sus obras, facilitando de este modo las operaciones de carga
y descarga y atrayendo allí el comercio colonial y extranjero.
Todavía no había querido
comprender Las Palmas que su verdadera supremacía estaba en su puerto, y
continuaba gastando inútilmente sumas considerables en sostener en Madrid
comisionados y agentes. Mientras la bandera negra ondeara en su muelle, no
había porvenir para aran Canaria. (A. Millares, t. 5, 1997)
1846 Julio 27.
Inventario del Castillo de La Torre del Águila, en
Titoreygatra (Lanzarote)
“Inventario general de todas las
partes que constituyen la citada Torre con expresión de las habitaciones,
puertas, ventanas, herrages que hay en ella, cuya descripción particular y
estado en que por el Cuerpo de Ingenieros se entrega a la Plaza en el día de la fecha
es como sigue:
Entrada principal.- Esta se
verifica por una escalera de sillería ordinaria con 9 gradas; al fin de esta
escalera hay un puente levadizo de madera de tea que tiene 2 varas y 3/4 de
largo por I 1/2 varas de ancho y se halla en muy mal estado, y además le faltan
los argollones donde deben prender las cadenas para levantarlo; este puente dá
paso á la puerta principal que es de madera de tea de 2 varas l0 pulgadas de
alto por I vara 5
pulgadas de ancho con clavos de fachadura y trama de
madera por la parte interior y dos
argollas por la exterior, y se
halla en buen estado.
Pasillo.- A esta puerta principal
sigue un pasadizo de 2 varas y 1/2 de largo por 1 vara 8 pulgadas de ancho, su
piso es de losas y el techo de cantería labrada. A la izquierda de este
pasadizo hay una puerta de madera de tea con cerrojo y don argollones en buen
estado.
Escalera.- En seguida a esta
puerta hay una escalera de sillería labrada, compuesta de ocho gradas.
Cuarto.- A la izquierda y al fin
de esta escalera hay un marco de luz abierto en la muralla que tiene 3/4 vara y
4 pulgadas
de largo por 3/4 de vara de alto: frente á este marco de luz está un pasadizo
que comunica á un cuarto de 8 y I/2 varas de largo por 4 y 3/4 de ancho, su
piso empedrado y el techo de tablas de tea fundada sobre I6 palos de pino
blanco, que están en buen estado; en el centro de la pared del Sur de este
cuarto hay un marco de luz con su puerta de madera de tea con cerrojo y dos
argollas, tiene 3/4
y media de largo por tres cuartas
de alto y se halla en buen estado. Al pié de este marco están dos gradas de
cantería.
Calabozo.- A la entrada de este
Cuarto y a la derecha se encuentra una puerta de 2 varas de largo por 3/4 de
ancho de madera de tea, tiene cerrojo y dos argollas, todo en buen estado y dá
entrada á un cuarto calabozo que tiene 3 varas 5 pulgadas de largo, por
2 varas 7 pulgadas
de ancho, su techo es de bóveda y piso empedrado.
Almacén de Pólvora.- En la misma
linea hay otro cuarto que sirve de almacén de pólvora, enteramente igual al
anterior; este cuarto tiene dos hojas de puerta, la primera que está por la
parte exterior tiene cerrojo y dos argollas, y la otra que se halla por la parte
interior no tiene cerrojo ni cerradura; ambas puertas se hallan en un solo
marco de madera de tea y se hallan de buen uso.
Dormitorio de Tropa.- Enfrente de
la puerta principal que dá entrada á la Torre, hay un cuarto largo que sirve de
dormitorio á la tropa, tiene 9 varas y I/2 de largo por 9 varas de ancho, su
piso es la mitad de losas y la otra mitad de tablas de tea que se halla a medio
uso y su techo es de bóveda.
Enfrente de la entrada hay un
marco de luz embutido en lo grueso de la
muralla que tiene 5/4 y I/2 de
largo y 1 vara de alto.
Cuarto.- A la entrada de este
cuarto y á la derecha hay otro cuarto pequeño que tiene 3 varas de largo por 2
I/2 varas de ancho, su techo es de bóveda y piso de losas, la puerta es de
madera de tea con llave y cerradura "desconchada".
Cuarto.- A la izquierda se
encuentra otro cuarto enteramente igual al descrito, la puerta es de madera de
tea con llave y cerradura en buen estado.
En el cuarto grande que sirve de
dormitorio á la tropa hay cuatro piezas de madera dos de tea y dos de pino
blanco que sirve para colgar la ropa; de las dos últimas una está casi inútil y
las demás se hallan en buen estado.
Explanada.- En el pasadizo
principal y á la derecha, hay una escalera de sillería labrada compuesta de 18
escalones de dos tramos que conduce á la explanada, cuyo piso es de losas; el
parapeto que circunda esta Torre tiene una vara de alto menos 2 pulgadas.
Común.- En el ángulo del Este se
halla el común de tropa embutido en el grueso de la muralla. Algibes.- En este
mismo ángulo y en el opuesto, hay en cada uno un algibe de figura redonda capaz
de diez pipas cada uno.
Campanario.- En el ángulo Norte
hay un campanario pequeño, sin campana.
Molinete.- A la izquierda de este
campanario, se encuentra una escalera compuesta de seis gradas que conduce al
paraje donde se halla el molinete y dos cadenas de hierro para levantar el
puente, y están en buen uso.
Bandera.- Al pié de esta escalera
está un cepo de hierro donde se coloca
el asta de la bandera, pero no
tiene palo. Algibe.- Enfrente de la fachada principal y á distancia de cien
varas, hay un algibe de figura redonda capaz de cincuenta pipas: tiene seis
vigas de tea de siete varas y cuarta cada una y está cubierto de piedras.
Las paredes asi interiores como
exteriores de esta Torre, se hallan en buen estado y solo necesitan albeo,
particularmente la parte interior.
Lanzarote a 27 de Julio de 1846
El Celador de Fortificaciones
Basilio Cabrera.
(En: José María Pinto y de la Rosa. 1996).
Imagen: Plaza de la Junta
Suprema de Canarias, La Laguna.
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