UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERIODO COLONIAL 1501-1600
DECADA 1551-1560
CAPITULO IX-LXVI
Eduardo Pedro García Rodríguez
1568. Se constituyó un Tribunal independiente cuyo primer
inquisidor fue el español Diego Ortiz de
Fúnez, que llegó a Winiwuada (Las Palmas) en 1568 con poderes más amplios que
sus predecesores y con instrucciones para organizar el Tribunal al estilo de
los peninsulares ibericos. Con él comienza el período más activo de la Inquisición canaria, y
también su auténtico asentamiento. Como culminación de esa revitalizada
actividad inquisitorial, celebró autos públicos de fe en 1569, 1574 y 1576. La
mayor parte de los reos eran moriscos renegados y huidos, personas ignorantes
condenadas por frases y comentarios erróneos o irreverentes algunas
sacerdotisas de la ancestral fe canaria y mujeres acusadas de supersticiones.
Ortiz de Fúnez organizó el archivo -el de- nominado secreto del Tribunal.
Nombró familiares y comisarios en todas las islas, así como nuevos funcionarios.
Su labor organizativa la completaron y corrigieron los inquisidores siguientes,
y sobre todo los visitadores, inquisidores de otros tribunales que el Consejo
de la Inquisición
enviaba circunstancialmente a la colonia para una inspección.
1568.
El criollo capitán general de La Palma, Juan de Monteverde,
se encontraba enfermo y achacoso, hasta el punto de ser desposeído de la
alcaidía vitalicia de las fortalezas de Santa Cruz por Cédula real; lo que hace
muy probable el pensar que no viviría ya en el momento del cambio de
gobernadores.
1568. Melchor del Álamo,
colono portugués. Se vino a colonizar a estas tierras tinerfeñas en la primera
mitad del siglo XVI y aquí casó con Catalina Barroso. Tuvo su hacienda en la
zona alta de San Juan de la
Rambla, llamada entonces Icod de los Trigos. Testó en 1568,
siendo enterrado en la iglesia de San Juan, al igual que luego lo fue su mujer;
en ella instituyeron un aniversario perpetuo. Sus descendientes enlazaron con
distintas familias de San Juan y de otros lugares, teniendo muchos de ellos
gran preponderancia en la vida de este lugar. Cabe destacar entre sus
descendientes al ilustre historiador, nacido en el Realejo, don José de Viera y
Clavijo.
1568, Siendo inquisidor en la colonia de Canarias Ortiz de Funes, se
pidió de nuevo por la Suprema
de Sevilla de
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