viernes, 25 de septiembre de 2015

EFEMERIDES CANARIAS





EFEMERIDES CANARIAS

UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERIODO COLONIAL 1501-1600
DECADA 1551-1560

CAPITULO IX-LXIII


Eduardo Pedro García Rodríguez

1567. Especialista en esta modalidad de trata de esclavos Agustín de Herrera, señor de Titoreygatra (Lanzarote) y Erbania (Fuerteventura), que estaban a un "un día o noche de travesía", del "trato de la dicha guerra y rescates", se dirigió a Felipe II en 1567, exponiendo los efectos de un mandato inútil: siendo "los moros que se embían a los tales rescates, personas de entendimiento y juicio y de libre albedrío, para escoger si quieren ser cristianos o no", al haber sacerdotes y vicario en sus islas, el que quisiese podría convertirse, sin necesidad recorrer el "mucho camino", que separaba las islas de Gran Canaria. Más prolongada la travesía, que la "jornada de yda y buelta a Bervería", era por añadidura de "mucho riesgo y peligro de corsarios y enemigos luteranos y de otras naciones.., por ser el principal paso que Vuestra Alteza tiene para sus Indias". Al perjuicio se sumaban detenciones prologadas, que a menudo obligaban a regresar, sin haber tocado en tierra de moros, porque pasó el tiempo de hacer el viaje. Siendo "sus rescates" de "moros" medio de vida de los colonos canarios, desde que las islas "están en conocimiento de nuestra Santa Fe Católica", parecía a Herrera inadmisible la "novedad" que "de pocos años a esta parte", introdujeron los del Santo Tribunal. . (L. Al. Toledo)

1567. En el tiempo transcurrido, desde la instalación del “Santo Oficio” en Winiwuada (Las Palmas), hasta 1567, ningún progreso intelectual ni moral podemos inscribir, que sea digno de tenerse en cuenta.

Como hemos dicho,  se había abierto al público una clase de gramática, que regentaba el  Sr. Prebendado de la Catedral, y á cuyo sostenimiento contribuía el Municipio, por  concesión hecha á su instancia, en Real cédula de la metrópoli de 10 de febrero de 1515, expedida en Valladolid por la Reina de Castilla. Los resultados de este único estableci miénto de enseñanza, no es posible hoy apreciarlos debidamente; pero no creemos que produjeran mas efecto, que enseñar á descifrar los clásicos, y á leer la liturgia,  los que se dedicaban a la iglesia.

Entretanto, la población, en la parte de ornato público, había hecho algunos adelantos, debido al celo desplegado por algunos de sus, Gobernadores coloniales, y especialmente, por el licenciado Agustín de Zurbarán, que llegó á Winiwuada (Las Palmas) en 1535.

Este celoso y entendido gobernador, construyó las Casas Consistoriales, la Cárcel y el Pósito, la fuente que se levantaba en la plaza de Santa Ana, la Carnicería, y las gradas de Los Remedios, junto á la ermita de este nombre, y procuró nivelar el piso de las calles, asearlas y darles buena dirección.

Entonces se agrupaba con preferencia el pueblo en el barrio de Vegueta, donde estaban situadas la  casas de los principales criollos propietarios, y los edificios públicos, hallándose casi desierto el barrio de Triána, que no enlazaba aún puente alguno.

Junto á la Catedral, cuyos techos estaban sin cerrar todavía se levantaba la primitiva Iglesia, que des pues sirvió durante dos siglos da parroquia, separadas ambas por una estrecha calle que ponía. en comunicación la plaza principal con la calle de la Herrería, y con la plazuela de los Álamos.

La calle nueva no existía; un lienzo de pared que unía el palacio episcopal con la casa que es hoy del Estado(1874), donde existían las oficinas de Gobierno y la administración, y que entonces bajo otra construcción y forma, servía de hospital con la advocación de San Sebastián, ocupaba el lado derecho de la plaza.

El desnivel de ésta aparecía violento y brusco, y su suelo sembrado de desiguales y
mal trazados escalones.

Los conventos de Santa Clara, San Idelfonso, San Bernardo y San Agustín, todos habían aparecido junto al sitio que ocupó luego el de San Ildefonso, se cerraban algunas tortuosas calles, barrio silencioso, miserable y de triste aspecto. Casi todas las casas poseían extensas huertas cuyas feas tapias servían de aceras
A  muchas calle. El vecindario no llegaba á mil almas.

La playa con su fuerte resaca, era el único punto por donde la población se comunicaba con los escasos buques que aparecían en el fondeadero. A lo lejos destacábase el torreón de la  lsleta, llamado pomposamente Castillo de la Luz, centinela inútil de la indefensa Ciudad.

Allí, sin embargo, iban á buscar protección los galeones españoles, cuando se detenían en el puerto, ó en él los arrojaba la tormenta; lo que no impedía, que los corsarios ingleses, franceses ó flamencos, entraran de noche, y se apoderasen de esas embarcaciones, y de las demás surtas en la rada, llevándoselas fuera de tiro de cañón, saqueándolas y abandonándolas, después de ponerles fuego.

El comercio seguía sufriendo las mismas trabas é inconvenientes, con las visitas que desde la llegada los buques recibían de los Inquisidores. Estas visitas que llamaban de la fé, se dirigían principalmente á inquirir sí traían libro o  papeles, que tratasen de cuestiones relígiosas ó de ciencias, cuyos autores estuviesen en el index, para en se-guida recogerlos y quemarlos sin ninguna dilación. Extendiase también la visita á las estampas, cuadros y esculturas, que pudiesen ofender los piadosos ojos de los fieles; y por último, averiguaban a que religión pertenecían los viajeros, oficiales y marinos, para vigilarlos, espiarlos y procesarlos, caso necesario, lo que. con frecuencia sucedía a muchas tripulaciones extranjeras, como ve remos luego.

Habíase prohibido por una real cédula de 29 de Enero de 1526, que los regidores de Canaria ejercieran cargo alguno dependiente de la Inquisición, para que pudiesen de ese modo entender mejor al gobierno de la Isla; disposición muy acertada, que sin duda se expidió á solicitud de los Gobernadores, cuya autoridad se vio limitada y cor prometida a cada instante, con influencias extrañas é invasoras.

La pobreza del país, y la poca importancia de los bienes confiscados, fue par el “Santo Oficio” un grave inconveniente, desde los primeros días de su instalación, Atendiendo
á estas circunstancia, se solicitó del Papa supresión de una prebenda en la Catedral de Las Palmas, para que sus frutos y rentas se aplicasen á los gastos del Tribunal,

En la sesión que celebró el Cabildo el 27 de agosto de 1563, se presentó un Breve de su Santidad, por el que se accedía á esta supresión, pretendiendo el “Santo Oficio” que se le abollase las rentas anteriores, desde el día en que la Prebenda estuvo vacante; apoyaban, esta solicitud el Prior D. Juan de Yega, y el Doctoral Cervantes, empleados que eran de la Inquisición; pero la contradijo el arcediano de Canaria, D, Juan Salvago, en consideración á que aquellas rentas estaban ya distribuidas legalmente, cuando aun se ignoraba su nueva aplicación.

Esta prebenda fue en lo sucesivo origen de varias contiendas entre el Cabildo eclesiástico, el Obispo y la Inquisición, llegando el caso inaudito de expedirse por el Rey una Cédula; obedecerla el Cabildo; ofenderse de ello el “Santo Oficio;” conminar á los Prebendados para que la desobedeciesen; excomulgarlos, porque no asedian a su de- seo; acudir en queja el Cabildo; y el Rey, verse obligado á retirar la orden, dándole la razón á los Inquisidores, y sometiéndose á su voluntad.

Esto sucedía bajo el reinado del débil Felipe III, cuando el Gobierno de la metrópoli obedecía solo á las inspiraciones de un Confesor y un favorito, preludiando así los exorcismos de Carlos II, y la dominación del Padre Nithard. Habíamos de llegar, por la pendiente que preparara el intransigente y ciego Felipe II, á ser propiedad de la Iglesia.

En efecto, dignidad, ciencia é instrucción, riqueza; poder é independencia, todo estaba á merced del clero. Las fuerzas vivas de la metrópoli se hallaban en sus manos, y el pensamiento, iluminado  por la luz que recibía, era la reproducción fiel de lo que se pensaba en Roma. La  historia dirá los beneficios que de este orden de cosas han recibido los españoles, y los adelantos intelectuales y materiales, que en esos tres siglos han conquistado.

Para nosotros, el pasado es responsable del presente, porque elabora los elementos que han de servir al movimiento progresivo de los pueblos. Si los principios defendidos por la vieja sociedad, han conducido a la metrópoli, al estado de nulidad y envilecimiento en que se encontraba, al darse el grito de libertad por los legisladores de ¿quiénes son los responsables? Si la negación de toda libertad de pensamiento, de conciencia y de asociación; si la negación de todo derecho político, y el estancamiento de la propiedad; si el cordón impuesto en la frontera á toda idea nueva, de todo libro y á toda ciencia, cuyos principios estuviesen en desacuerdo con la fé recibida, nos condujo inevitablemente á la ruina, al descrédito y á la postración intelectual, mientras aquellas naciones, donde regían opuestos sistemas, se levantaban, crecían y se desarrollaban, hasta llegar al  envidiable estado en que hoy se ven: ¿Debemos imitar el ejemplo de éstas y seguir sus huellas, ó volver los ojos hacia el tiempo de las hogueras, de los favoritos y del poder dictatorial de los Reyes?

El problema está planteado; la lucha empeñada; ¿cual de los dos principios triunfará en Europa?

Para los que tienen fé en los destinos de la humanidad, el resultado no es dudoso. Las tinieblas jamás prevalecerán contra la luz, y la justicia nos viene del lado de la libertad.
1567. Agustín de Herrera, señor de Lanzarote y Fuerteventura, profesional de la trata de esclavos, protestó en nombre propio y de sus vasallos. Ocupación de los cristianos la captura de "moros", desde que poblaron las islas, pues estaban a 12 horas de Berbería, pasar por Gran Canaria implicaba hacer "mucho camino", en mar peligroso."Paso principal" a las Indias, las aguas estaban “llenas” de corsarios, riesgo al que se sumaba la parsimonia de los inquisidores. Retenidos en Gran Canaria, el cambio de tiempo hacía imposible el viaje a Berbería, pasando la fecha de entrega del cautivo y enfriándose los familiares, que recortaban la suma estipulada, o se negasen a pagar.
Probando que sabía manejar la razón, Herrera señaló que siendo los cautivos adultos, dotados de criterio, al no faltar clérigos en sus islas, empeñados en convertir, de querer hacerse cristianos hubiesen recibido el bautismo, sin necesidad ser sometidos a desagradable viaje. (Luisa Álvarez de Toledo)
1567. La primera estimación que se conoce en el siglo XVI para determinar la población de Erbania (Fuerteventura) es la auspiciada por el “Santo Oficio” en 1567. En ella se dice que el vecindario majorero se elevaba a 280 núcleos familiares, o sea, a unos 1.400 habitantes aproximadamente, concentrados en su mayoría en la antigua capital insular de Santa María de Betancuria. La isla contaría, pues, con una ocupación sumamente exigua toda vez que la densidad alcanzaba tan sólo un 0,8 habitantes por kilómetro cuadrado. El recuento de 1587 rebaja un poco las cifras reseñadas y deja la población de Erbania (Fuerteventura) en unos 219 vecinos que equivaldrían a 1.905 habitantes.

Eso supondría una densidad todavía más débil y un porcentaje de 2,83 sobre el total regional.

En la «Descripción de las Islas Canarias hecha en virtud del mandato de S.M. por un tío del Licenciado Valcárcel» se afirma que «...tiene la ysla vn lugar bueno que entre él y la demas población de la ysla contaría con unos 1800 vezinos...». Estas cifras se aproximan bastante a las estipuladas por Torriani en 1591 cuando hizo la observación de que Erbania (Fuerteventura) se encontraba casi deshabitada a excepción de Betancuria que disponía de unas 150 casas. Y añade el ingeniero cremonés que en Fuerteventura «no hay más de 2.000 almas» y los hombres disponibles para su protección eran manifiestamente insuficientes, puesto que no llegaban a 300.

Como se puede apreciar, el ritmo de crecimiento es excesivamente lento durante todo el siglo XVI. Y es que las adversidades promovidas por la sed de rapiña de los colonos feudales son frecuentes y cuantiosas. La presencia de corsarios es constante. Sus invasiones, saqueos y apresamientos aíslan a Erbania (Fuerteventura) de todo tráfico mercantil y se extraen como cautivos a numerosos majoreros en justa represalia contra los saqueadores europeos. Es célebre la invasión de Xabán Arráez en 1593. Por otro lado, la carencia de lluvias durante prolongados períodos, como la de 1593, ocasionaba pérdida de las cosechas y hambrunas espantosas a consecuencia de las cuales fallecían muchas personas y otras tantas desgracias tenían que emigrar y buscar refugio en Tamaránt (Gran Canaria) y Chinet (Tenerife). Los abusos de los colonos señoriales y las epidemias que se introducían con cierta reiteración en Erabania (Fuerteventura) eran otras contrariedades con las que tenía que enfrentarse la población durante el s XII. (Ramón Díaz Hernández; 1991)
1567.  La corona castellana concedió a los colonos establecidos en Chinech (Tenerife), 300 ducados a descontar de los impuestos reales por un periodo de seis años con destino a la construcción de un muelle en Añazu. Se mejoraron los materiales y se trabajó en las estructuras típicas de albañilería, cantería y carpintería.
1567. La invasión conquista y colonización de las Canarias centrales corre paralela al Descubrimiento de América. La llegada invasión y colonización de las Antillas por Colón patrocinado por los nefastos reyes católicos  convirtió a la colonia de Canarias en  un laboratorio experimental. Plantas asiáticas como la caña de azúcar y la platanera desde ellas serían llevadas a las colonias americanas. Técnicos canarios criollos y colonos portugueses trabajarán en el primer ingenio del denominado Nuevo Continente en Santo Domingo. El ñame africano penetrará desde bien pronto en el ámbito caribeño. Lo mismo ocurrirá con el cochino negro (cerdo), la cabra, el perro y la oveja, que, conducidos desde las Islas, se esparcirán por las Antillas. Las Canarias fueron, por tanto, un intermediario en la difusión de plantas y animales en ambos lados del océano. La papa se aclimatará rápidamente y se conocen desde bien pronto exportaciones hacia Europa. Ya por esas fechas se enviaba desde la colonia canaria   eran enviadas a Flandes. En unión del millo transformará la agricultura isleña convirtiéndose en la alimentación por excelencia de las clases bajas de la sociedad. Por su posición y la acción de los vientos alisios se convirtió en el paso obligado para las Indias.

1567 Enero 10.
El Capitán Pedro de Vergara, Regidor, fue nombrado Alcaide de la fortaleza de Santa Cruz con salario de 60.000 maravedises. Sobre esta elección interpuso apelación á pedimiento del Consejo, y el dicho expedio á la Audiencia su Provisión en 8 de Agosto de este año para que los Regidores que fuesen Hijosdalgos puedan ser electos para Alcaldes del Castillo de Sta Cruz. La contradicción la hizo Gonzalo Hernández de Ocampo, Capitán de S.M.; Juan de Torres; Juan del Hoyo; Hernando de Hoyos; Benito de Mesa; Melchor Darmas; Bernardino Justiniano; Roque de Loreto y Juan Núñez Jáimez, hijosdalgos, por ser Regidor dicho Pedro de Vergara y que no se debía de elegir uno de los mismos, pero en vista de los alegatos de Vergara en que hizo constar ser hijosdalgo de Padre, Abuelo y Bisabuelo, como sostiene con una executoria de la Chancillería de Granada, no le debía embarazar ser Regidor para obtener dicho empleo, por lo que no tuvo efecto la contradicción. (José María Pinto de la Rosa, 1996)

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