1926 mayo 20.
Nace en El Escobonal
Este artículo está dedicado a un
entrañable escobonalero, querido y recordado por su intensa labor sanitaria,
don Alberto Miguel Delgado Hernández, “Miguelito el Practicante”. Tras obtener
el título de Bachiller, tomó el hábito en el Colegio de los Hermanos de las
Escuelas Cristianas de Griñón (Madrid), pero lo tuvo que abandonar por
problemas de salud. Luego obtuvo los títulos de maestro (aunque no llegó a
ejercer) y practicante, diplomándose en Partos, especialidad por la que fue
reconocido en toda la comarca. Abrió una consulta particular en su casa de El
Escobonal y posteriormente logró la plaza de practicante titular de Asistencia
Pública Domiciliaria creada para dicho pueblo, que poco después se le concedió
en propiedad por oposición. En su pueblo natal asumió también un claro
compromiso religioso, como tesorero de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Caridad, presidente de
Cáritas y delegado de la “Junta Parroquial Pro Nuevo Seminario”. Finalmente se
estableció en Güímar, al pasar a
ocupar la plaza
de practicante titular
del distrito Norte,
con destino en el
Ambulatorio Médico de la
Seguridad Social de la cabecera municipal. No obstante,
nuestro biografiado continuó ocupando por acumulación la plaza de practicante
del distrito de Agache y, una vez que ésta fue suprimida, aunque vivía en
Güímar continuó subiendo un par de horas diarias al pueblo que le vio nacer,
donde mantuvo la consulta particular hasta su prematura muerte. En
reconocimiento a su labor, el Ayuntamiento le concedió la Medalla de Plata de Güímar
y su nombre a una avenida de El Tablado.
Nacimiento en el seno
de una familia destacada
Nuestro biografiado nació en El
Escobonal el 20 de mayo de 1926, siendo hijo de don
Pedro Alberto Delgado García y
doña María Mercedes Hernández Leandro. Tres días después fue bautizado en la
iglesia de San José por el cura encargado don Celso González Tejera, párroco de
San Joaquín de Fasnia; se le puso por nombre “Alberto Miguel” y actuó como
padrino don Juan Frías Mujica y su esposa doña Sabina Cáceres, de dicha
vecindad. La correspondiente partida
fue anotada en
el libro parroquial
de Fasnia, por
residir allí el sacerdote que por entonces atendía el
templo de El Escobonal, que aún no era parroquia.
Creció en el seno de una familia
muy conocida y destacada de dicha localidad. Sus padres regentaban una fonda en
el centro de El Escobonal, la única que ha tenido este pueblo, en el que dio
nombre a todo su entorno, y que llegó a gozar de notable prestigio insular. En
ella nació nuestro biografiado, que fue el tercero de cuatro hermanos, siendo
los restantes: don Mario (1923-1995), concejal delegado de El Escobonal y
comerciante; doña Esther (1924), maestra; y sor Luz María Delgado Hernández (1934), la “Madre
María Javier”, religiosa misionera de Nazaret, maestra y
Lcda. en Psicología.
(Octavio Rodríguez Delgado. Cronista Oficial de Güímar)
[blog.octaviordelgado.es]
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