Los investigadores han
confirmado la toxicidad de los cultivos Bt para los insectos beneficiosos y
muestran cómo los experimentos realizados para refutar estos resultados se
diseñaron para no encontrar este efecto, dice la Dra. Eva Sirinathsinghji.
Un nuevo estudio confirma que el
Cry1Ab Bacillus thuringiensis (Bt), una toxina presente en los cultivos
modificados genéticamente (OGM) mata a las larvas de la
mariquita de dos puntos ( Adalia bipunctata L.), una especie
que los partidarios de los transgénicos afirman no resulta afectada por la
toxina [1] ( Para acceder a las referencias es preciso estar registrado en el
sitio web de ISiS)
El estudio plantea serios
interrogantes sobre la integridad de los trabajos anteriores publicados por los
defensores de los transgénicos, cuyos protocolos experimentales se ha
demostrado carecen del rigor científico necesario para detectar los signos de
toxicidad, incluso en los insectos objetivo que el plaguicida está diseñado
para matar.
Las toxinas Bt están presentes
en muchos de los cultivos transgénicos, tales el algodón y el maíz Mon 810 de
Monsanto, maíz que actualmente está aprobado para su cultivo en Europa, a pesar
de que ha sido prohibido en países como Hungría, Francia, Austria,
Alemania, Grecia y Luxemburgo (N. del T.: y Polonia) debido a las
preocupaciones sobre la salud y el medio ambiente.
Estos cultivos
lamentablemente están autorizados y se cultivan en España.
Muchos estudios han encontrado efectos sobre la salud
y el medio [véase [2] Bt Crops Failures and Hazards, SiS 53,
[3] More
Illnesses Linked to Bt Crops, SiS 30).
Los anteriores estudios
sobre la toxicidad de los cultivos Bt fueron denigrados por los defensores de
los transgénicos
Los defensores de los
transgénicos afirman que ciertas toxinas Bt son eficaces contra un número
limitado de insectos, Cry1 Ab mataría sólo a los lepidópteros ( mariposas y
polillas), que producen plagas tales como el barrenador del maíz común europeo.
Sin embargo, un estudio de revisión por pares publicado por Angela Hilbeck y
sus colegas del Instituto Federal Suizo de Tecnología en 2009, demostró gran
mortalidad entre las mariquitas expuestas a la toxina que se encontraba en los
huevos de la polilla de la que se alimenta (4), habiéndose encontrado
anteriormente también efectos similares en las crisopas verdes (5-7)…
En respuesta a la publicación
original, hubo un esfuerzo coordinado y dirigido a desacreditar sus hallazgos
con la publicación de un trabajo en la revista Transgenic Research,
en el que se incluían dos críticas muy exacerbadas (8, 9) y un estudio dirigido
por Jörg Romeis de Agroscope, Suiza, que no pudieron detectar esa toxicidad
(10). Llegaron a la conclusión de que los resultados del equipo de Hilbeck
dieron falsos positivos y adolecía de un mal diseño experimental. La crítica
fue tan lejos que se sugería que el trabajo era pseudo-ciencia. Agroscope, una organización federal suiza
de investigación gubernamental, vincula al gigante agrotecnológico Syngenta,
que junto con Monsanto, producen cultivos transgénicos con Cry1Ab. Estos
ataques hostiles han surgido a raíz de la prohibición del maíz MON 810 en
Alemania en base a los resultados obtenidos por el equipo de Hilbeck, a parte de
otras 30 publicaciones de otros científicos que demuestran los efectos dañinos
de los pesticidas.
Abordar las
discrepancias entre los anteriores estudios
El nuevo trabajo del equipo de
Hilbeck pretendía resolver las discrepancias entre sus propias conclusiones y
las de sus críticos. En primer lugar llevaron a cabo una prueba de concepto, un
experimento en el que se puso a prueba el protocolo original y el protocolo de
Agroscope sobre las especies objetivo: el barrenador europeo.
En el estudio original del
equipo de Hilbeck, las larvas de coccinélidos (mariquita de dos puntos) fueron
expuestas de forma continua durante 10 días a una versión purificada de Cry1Ab
y otra que carecía de la toxina. Fueron expuestas mediante un recubrimiento de
su alimento, huevos de la polilla. El protocolo Agroscope sólo expuso a las
larvas durante 24 horas por medio de unas gotitas de azúcar con o sin la
toxina. Como las larvas son carnívoras y no pueden sobrevivir a un dieta a base
de azúcar, fueron trasladadas a unas placas de Petri con nuevos de pollilla no
tratados, lo que les dio un plazo para recuperarse de la exposición a la
toxina. Esta exposición / recuperación se repitió 4 veces en total.
Por lo tanto, el objetivo del
nuevo estudio era dilucidar si las diferencias en estos protocolos pueden haber
influido en los resultados obtenidos por los equipos de Hilbeck y por
Agroscope. Al poner a prueba la especie objetivo de la que la toxina está
diseñada para matar, cualquier debilidad en el protocolo se haría evidente.
El equipo de Hilbeck repitió los
protocolos básicos mediante la exposición de las larvas de 4 días de edad al
maíz Bt, así como al maíz no modificado genéticamente rociado con las toxinas
de forma continua durante 7 días, o durante 24 horas seguidas con el maíz no
transgénico ni tratado durante 6 días. Encontraron altos niveles de mortalidad
después de la exposición continua ( algo por debajo del 100% en ambos tipos de
exposición). La tasa de mortalidad se redujo a la mitad cuando los animales
fueron expuestos sólo durante 24 horas a las plantas rociadas con Bt. Las
exposición al maíz Bt durante sólo 24 horas no hizo que las tasas de mortalidad
se elevasen por encima de los grupos de control no expuestos.
Un protocolo experimental que no
puede detectar la toxicidad de un plaguicida en una especie objetivo es
claramente no conveniente para probar su daño potencial en otras especies no
objetivo.
Además de un tiempo de
exposición insuficiente, otros fallos en los experimentos de Agroscope fueron
observados por el equipo de Hilbeck. Las gotas de toxina Bt añadidas al azúcar
se secan durante la noche, dejando un nivel indeterminado de exposición. Sólo
se puso a prueba una dosis, en lugar de tres dosis distintas en el estudio
original del equipo de Hilbeck (4). No hubo una descripción clara del número de
animales utilizados o el número de veces que los experimentos se repitieron, ya
que en los estudios de laboratorio es una medida estándar el realizar 3
repeticiones.
Nuevo análisis de los
efectos de la toxina Bt en las larvas de mariquita con un nuevo protocolo
combinado
Para contrarrestar las críticas
dirigidas a su anterior estudio, el equipo de Hilbeck adoptó un protocolo
combinado que constaba de 7 días de exposición continua a una solución de
azúcar con o sin la toxina Bt colocada en bolas de algodón para evitar que se
secase. Después de 24 horas, en lugar de permitir el período de recuperación,
las bolas de algodón fueron sustituidas por algodón fresco con o sin soluciones
de toxina Bt. Otros huevos de la polilla de la harina bañados con la toxina se
les dio como alimento para proporcionarlas una dieta adecuada y asegurar la
continua exposición a la toxina.
Después de sólo 6 días de
exposición, la media de la tasa de mortalidad fue del 40% en comparación con
alrededor del 25% en las larvas no expuestas. La mayor diferencia en la
mortalidad entre los animales tratados y no tratados se alcanzó a los 4 días,
donde se observó un aumento del 20% de mortalidad sobre los animales no
tratados, tras lo cual se produjo un acercamiento entre ambas cifras.
El nuevo trabajo no sólo
corrobora los resultados anteriores del equipo (4), sino que también muestra el
fracaso de Agroscope para detectar la toxicidad en los insectos no objetivo
(10).
Es importante distinguir la
diferencia entre la toxina natural bacteriana y la versión modificada presente
en las plantas transgénicas. Ninguno de los estudios originales de Hilbeck o
Agroscope utiliza las versiones expresadas en los cultivos transgénicos, que
son significativamente modificadas. Las modificaciones se realizan para
aumentar el rendimiento de la toxina, incluyendo el cambio de promotor y
elementos intensificadores para aumentar la producción de la proteína; cambios
en la secuencia para aumentar la solubilidad de la toxina, así la alteración de
las porciones finales del gen para asegurar la terminación de la expresión
génica.
En realidad, es difícil para los
investigadores obtener los transgenes utilizados por la Industria, ya que hay
leyes estrictas de patentes y resistencia a dar permiso para llevar a cabo
investigaciones independientes sobre sus productos. Los estudios anteriores han
demostrado que la toxina modificada es más tóxica que la producida de forma
natural, afectando a las crisopas verdes, que sufren retraso en su desarrollo y
una reducción de su supervivencia ( (véase [11] GM
Food & Feed Not Fit for “Man or Beast”, ISIS Report). El nuevo
estudio del equipo de Hilbeck se llevó a cabo con la toxina Cry1Ab de otro
laboratorio independiente, que no es la misma que la producida en el maíz Bt,
que en trabajos anteriores ya se ha resaltado su diferencia en la toxicidad. No
queda claro cuál es la versión más tóxica, o si hay alguna que no lo sea. ( La
expresión variable de los transgenes de los diferentes cultivos Bt en
diferentes condiciones ambientales complica aún más las cosas ( (véase
[12] Scientists Confirm Failures of Bt-Crops, SiS 28)).
En la actualidad, ningún organismo regulador exige que se haya probado el
transgén modificado, lo que significa que sus efectos no han adecuadamente
evaluados, en ninguna de sus diferentes versiones.
Ataques a los
investigadores por unos resultados inconvenientes
El ataque a los científicos que publican datos
que muestran la escasa seguridad de los productos
biotecnológicos reciben una gran presión por parte de los defensores de los
transgénicos, la Industria
e incluso los propios organismos reguladores. El trabajo es analizado de una
forma pocas veces vista en otras áreas del conocimiento que no estén impulsadas
por los fines de lucro. Como dijo Hilbreck en un artículo, hay ataques
deliberados contra estos estudios, y ya se conocen muchos casos parecidos con
otros productos comerciales, como el bisfenol A, el amianto y el tabaco (13).
Al equipo nunca se le dio una oportunidad de responder a las críticas.
El el caso de la toxicidad de
los cultivos Bt, no es la primera vez que los investigadores se han enfrentado
a este escrutinio: las publicaciones sobre la letalidad para la crisopa (5-7)
tuvo una respuesta similar hacia los investigadores que dirigieron el estudio
de la mariquita.
Para concluir
Los estudios sobre los efectos
tóxicos de las toxinas Bt están empezando a arrojar luz sobre los efectos más
amplios de las toxinas Bt en los insectos que no son objetivo. Este
conocimiento es fundamental para el éxito agrícola con insectos como las
mariquitas que juegan un papel importante en su función biológica, debido a que
son depredadores de algunas plagas de los cultivos, tales como áfidos y la
mosca blanca. En la actualidad, los efectos sobre los insectos que no son
objetivo de la toxina no se entienden, ya que se han probado el 91% de las
toxinas Bt en al menos 10 especies, la mayoría de las cuales se supone son
especies diana (14). Estudios independientes, sin embargo, también han
relacionado la exposición a los cultivos Bt con crecimiento anormal de los
caracoles (15) y tricópteros ( (véase [16] Bt Crops Threaten Aquatic Ecosystems, SiS
36 y reducción de la movilidad en las pulgas de agua (17). Los efectos fuera de
los insectos diana deben ser investigados a fondo antes de su liberación al
medio, Con los cultivos Bt ya ampliamente comercializados, sólo queda la opción
de retirarlos del mercado hasta que haya pruebas irrefutables de su completa
seguridad.
Fuente: http://www.i-sis.org.uk/Bt_Toxicity_Confirmed_Flawed_Study_Exposed.php (se
debe estar registrado para acceder a las referencias.)
Vía: Noticias de Abajo
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- JOAQUÍN
27/08/2012 at 16:41 #
Hola una
pregunta, este tipo de cultivos no tiene nada que ver con usar el Bacillus
Turigensis para controlar plagas de orugas en cultivos ecológicos?
Este producto
lo venden como ecológico, es cierto??
- manzana
28/08/2012 at 2:02 #
Si y no, el BT
o Bacillus Turigensis es una bacteria normal que se encuentra en el suelo,
algunos insectos y plantas, y actúa como insecticida natural, los transgéncos
expresan un gen de esta bacteria que produce la toxina Cry1Ac, el problema es
que la generan todo el tiempo y en cantidades que no son "naturales"
por así decirlo.
Ademas es una
cepa muy particular la mas tóxica ya que algunas BT ni siquiera son tóxicas
para las orugas, de formas de obtención naturales el BT se considera apto para
la agricultura ecológica, aunque no es recomendable, los insectos generan
fácilmente resistencia al mismo, y con el uso en transgéncios y en la
agricultura lo único que se logra es aumentar el peligro de que unos insectos
molestos se transformen en plagas devastadoras, ya ha pasado; los granjeros
chinos han descubierto que después de cultivar algodón Bt durante siete años,
las poblaciones de otros insectos que no sean las larvas de polilla, como los
míridos, se han convertido en un problema importante.
Problemas
similares han aparecido en la
India con la cochinilla harinosa y la lista sigue, son varios
los transgénicos BT pero el mas difundido es el maíz, en este caso se usa para
evitar el taladro del maíz, un disparate ya que si tomamos en cuenta que el
mismo solo afecta un porcentaje pequeño algo así como el 8% por hectárea como
máximo y que en verdad se puede comer o procesar el maíz afectado igualmente,
no lo veo muy necesario, en otros casos existen otros métodos como trampas,
plantas cebo y mas solo es cuestión de probar y encontrar el que se adecue para
nuestra plantación.