Guayre Adarguma*
Amado nieto Altakay:
En cuanto a tu consulta sobre el tema de las serpientes en sus aspectos
simbólicos y espirituales pienso que es una cuestión que habitualmente no es
bien conocida en la denominada cultura occidental, y mucho menos en la que se
desarrolla en nuestro entorno geográfico por razones obvias.
Como te dije anteriormente, es posible que alguna
especie de estos ofidios hayan arribado a nuestro archipiélago, especialmente a
las islas más orientales en balsas de vegetación hace ocho o diez mil años
cuando el Sahara era una inmensa sabana y sus ríos desembocaban en la costa del
continente a poca distancia de nuestras islas.
También es posible que hayan arribado con el equipaje
de algunos de los varios contingentes de población llegados a las islas desde
hace más de tres mil años (extremo éste no muy aceptado por la “ciencia”
oficial y oficialista.) Su extinción en nuestras islas, al igual que la de
algunos roedores y lagartos gigantes cuya existencia están debidamente
documentadas, es posible que se deba algún cambio climático brusco, erupciones
volcánicas etc., o lo que es más probable, que debido a las hambrunas que
cíclicamente azotan a nuestra Matria, estas especies fueran perseguidas,
cazadas y consumidas hasta su total extinción.
(Marín de Cubas no habla de las apariciones de las
Tibisenas en figuras de pavos y otros animales domésticos supuestamente
desconocidos para los antiguos canarios)
En todo caso, hasta la fecha la paleontología no ha
registrado hallazgos de fósiles de serpientes en el archipiélago.
Concretándonos un poco más en tu consulta veamos: Con la pérdida de la
confianza en los sistemas religiosos denominados mayoritarios el ser humano ha
quedado suspendido de forma momentánea en un abismo, huerto de los mitos que
daban significado a la existencia. Rodeado por un mundo mecánico, que les es
cómodo pero a la vez hostil, ha emprendido un camino de búsqueda: se ha
convertido en un buscador.
Este nuevo marco espiritual que anhela es el de un
mundo renovado y sin dogmas, que rescata lo más autentico de las antiguas
religiones y a la vez abrirse a la inocencia de la existencia, aspirando a una
cosmovisión en la que pueda danzar con el resto de la creación.
Estos aspectos de la espiritualidad que se nos ha
hecho olvidar por las imposiciones dogmáticas de determinadas religiones, se
niegan a desaparecer de nuestro intelecto y se han acomodado en nuestros genes,
de ahí que muchos seres humanos al vernos obligados a asumir unos
planteamientos espirituales, morales y religiosos impuestos la más de las veces
por la fuerza y no mediante la aceptación libre por el razonamiento y la comprensión
de los dogmas predicados, hace que nos sintamos espiritualmente huérfanos, o
como hijos adoptados, lo cual en nuestro fuero interno nos induce a buscar
incansablemente a nuestra madre “biológica” como único medio de sentirnos
plenamente realizados como seres humanos, consiguiendo así la estabilidad
emocional, psicológica y espiritual que nos permita estar en armonía con
nuestros próximos y con el universo.
Desde que el hombre tomó conciencia de su capacidad
de raciocino-querido nieto-, ha sentido una inevitable fascinación por las
serpientes convirtiéndolas en objeto de veneración o demonificándolas, en todo
caso nunca ha le ha sido indiferente. Al observar la
vida de este singular reptil y ver como adquiere nueva vida en la primavera-
como el resto de la naturaleza-, cambiando completamente su piel todos los
años, se asoció a la serpiente las ideas de sabiduría, rejuvenecimiento,
fertilidad, salud y prosperidad.
Si te parece bien vamos a
dar un somero repaso en torno a algunas culturas que de una manera u otra han
prestado especial interés hacía estos ofidios.
Como sabes, la serpiente es uno de los animales
preferidos por su simbolismo, apareciendo en todas las religiones y
civilizaciones, ya sea en forma benigna o maligna, dependiendo la concepción
que de la misma tenga la religión predominante en cada pueblo y en cada época
histórica. En casi todas su simbolismo tiene que ver con la regeneración, la
vida y la muerte, hecho que se asocia como te he dicho con la muda permanente
de su piel, como cambiando el "envase" pero no la esencia.
El estudio de la serpiente como animal "religioso” me
hizo llegar a la conclusión de que al estudiar la Historia de las
Religiones era necesario profundizar en el estudio de los pequeños animales que
suelen acompañar a los dioses, en la sospecha de que, aunque el nombre la
divinidad cambie, a través de las culturas, los animales que las acompañan o
cuya forma adoptan, completa o fragmentariamente, pueden darnos la “pista” de
la continuidad o no de las funciones sobrehumanas de las divinidades que esos
animales suelen representar.
En estas notas por razón espacio no pueda darte una
relación exhaustiva de todas las divinidades que conocemos relacionadas con las
serpientes, tanto en el mundo clásico europeo como en el ámbito del Próximo
Oriente y Egipto, África, Asia y América, por ello me limitare a facilitarte
alguna notas en torno a las culturas más significativas.
Parece que este animal lo significa todo, tanto la vida
como la muerte. Y el ouruboros o serpiente que se muerde la cola haciendo un
círculo, como devorándose, acción que implica la renovación incesante del
ser cósmico que se nutre de sí mismo, es el símbolo del Universo o la eternidad
, con un sentido cósmico originario, según Deonna, de Oriente.
Veamos
lo que en relación al caduceo nos dice la investigadora Estelle Nora Harwit
Amrami: “El caduceo es uno de los símbolos más antiguos. Se podría conocer
mejor este símbolo como la estructura del ADN y la sanación usada por la
profesión médica.
Desde
la antigua Mesopotamia, el caduceo presentó dos serpientes entrelazadas (el
sistema nervioso central) alrededor de un bastón (la espina dorsal) con las
alas (el “cisne”) en ambos lados (los dos hemisferios del cerebro, con el
círculo en el centro que representa la glándula pineal, o la Sol central y centro psíquico
interior). También simbolizó la energía del kundalini.
Éste
era originalmente el símbolo para el creador dios Anunnaki-Sirio, EA, o EN.KI
(quién se ha vuelto un Arquetipo), quien era el jefe de los magos, “aquel que
sabe,” e infame por ser la serpiente del Jardín de Edén que creó formas de vida en tubos de probeta hace un
millón de años junto con su media hermana Ninharsag, a sugerencia de su hijo,
Marduk, de crear a los humanos para ser los obreros de los dioses. (El símbolo
también está basado en el globo alado representando el planeta Nibiru, el
símbolo de la familia real Anunnaki.)
Por
suerte, la herencia del caduceo se mantuvo viva. En algunas versiones el bastón
es representado con un disco solar o incluso con una luna creciente. Nisaba,
una de las hijas de Enki, también sostuvo a un bastón similar cubierto con un
“ankh”(cruz egipcia). Para algunos, el bastón simbolizó a Hermes/Mercurio.
Para quien estuviera familiarizado con las tradiciones de la Diosa de los mundos
primitivo, antiguo y oriental, reconocerá equivalente bíblicos, sin lugar a
dudas. Sin embargo, no son pocas las transformaciones que sufrieron estos
relatos, alterándose en muchos casos el significado original. Por ejemplo, en
el episodio de Eva y el árbol, nada se dice respecto a que la serpiente que se
le apareció y le habló era una deidad con derecho propio, que había sido
adorada en Levante algo así como unos siete mil años antes de la composición
del libro del Génesis. En el museo del Louvre hay un jarrón fechado alrededor
del 2025 a.e.a. que se corresponde con una manifestación sumeria tardía de este
consorte de la Diosa
, que llevaba el nombre de Ningizzida, “Señor del árbol de la verdad”. En esta
pieza, se observan también dos dragones alados (leones-pájaros) y dos
serpientes copulando, entrelazadas en una vara a la manera del caduceo del dios
griego del conocimiento y el renacimiento, Hermes.
Como te he dicho
anteriormente, incluso en la Biblia
aparece este juicio: “ Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó sobre el
polo. Y cuando una serpiente atacaba a un hombre, sí éste contemplaba la
serpiente metálica, no moría”.
Según Hernán Toro: “La
reinterpretación de Mitos previos para hacerlos casar con textos y conceptos
más recientes es la herencia de una costumbre Judía muy arraigada a lo largo de
los siglos. Esta forma de violentar el contexto de los mitos y relatos
previos es patente en la evolución del concepto de la serpiente del Génesis.
Cuando se leen sin preconcepciones todos los relatos se llega rápidamente a la
conclusión de que tal texto es sólo un mito de creación con animales que
hablan... idea común en todas las religiones tribales del mundo.
Analicemos los siguientes
textos:
1Empero la serpiente era
astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la
cual dijo á la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del
huerto?
2 Y la mujer respondió á la
serpiente: Del fruto de los árboles del huerto comemos;
3 Mas del fruto del árbol
que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis,
porque no muráis.
4 Entonces la serpiente
dijo á la mujer: No moriréis;
5 Mas sabe Dios que el día
que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses
sabiendo el bien y el mal.
Al poner en la misma
categoría la inteligencia de la serpiente y la de los demás animales, se pone
en evidencia que el autor del texto se refería a una serpiente y no a un
demonio.
A pesar de esto, cuando el pueblo judío fue atacado
por “serpientes ardientes” en el desierto, debido a su actitud rebelde,
como hemos visto Moisés (por mandato de Yahvé) mandó erigir una
serpiente de bronce y todo aquél que mirara esta figura no moría, demostrando
con ello fe en el arreglo de dios.
Esta figura con el paso del tiempo se convirtió en
objeto de veneración, por lo que fue destruida por el rey Ezequías.
En la antigua China, la serpiente era el símbolo de
la tierra y de su constante renovación (con frecuencia era representada en
bronce en el primer milenio antes de la era occidental actual); cuando los
adoradores de la serpiente fueron vencidos por los indoeuropeos, ésta perdió su
jerarquía y fue relacionada con el mal y lo negativo.
En la antigua religión escandinava, aparece como Nidhogg,
la serpiente maligna que hostiga a Yggdrasill, el árbol del mundo; mientras
tanto, en los pueblos primitivos africanos se la considera una deidad.
Para los antiguos egipcios (con los cuales tenemos
ciertas connotaciones culturales) las serpientes podían ser tanto divinidades
protectoras como maléficas.
Entre las protectoras se encontraban Renenutet
y Uadyet. La primera era una divinidad con cabeza de serpiente a la que
se vinculaba con la fertilidad y por consecuencia a las cosechas; la segunda,
representada como una cobra, encarnaba el calor de la Sol, y coronaba la tiara de
algunos faraones.
En su faz negativa se encontraba Apofis, la
horrible serpiente del más allá.
Como bien sabes la reina Cleopatra tenía en su
tocado un áspid y según cuentan las tradiciones occidentales, ella se suicidó
utilizando la picadura de uno de estos animales como arma, lo que da idea
de su veneración, ya que una reina sólo puede ser muerta por un dios.
Los símbolos mesoamericanos del poder y del saber
eran el águila, el jaguar y la serpiente (triada). En la civilización azteca, Quetzalcóatl
(soberano legendario de México y considerado como el padre de los toltecas)
era habitualmente identificado como la Serpiente Emplumada.
Originalmente era un dios de la fertilidad de la
tierra, luego se lo vinculó con la estrella matutina y vespertina y
posteriormente se lo transformó en el símbolo de la muerte y resurrección y en
patrono de los sacerdotes.
En la religión minoica, la serpiente estaba presente
por medio de una sacerdotisa-serpiente, o diosa-serpiente, cuyo culto estaba
asociado a la fertilidad y al ciclo lunar y solar.
Para los griegos era el acompañante sagrado de
algunos dioses: Hermes (Mercurio, en la mitología romana), mensajero de
los dioses y dios del comercio (entre otros) llevaba un caduceo
de oro, o varita mágica, con dos serpientes enrolladas.
A su vez, Asclepio (Esculapio), dios de la
medicina llevaba una enrollada en su vara.
Ambos caduceos representan en la actualidad en las
culturas occidentales el símbolo del comercio y de la medicina respectivamente.
Atenea (Minerva), Diosa de la sabiduría y de
la guerra, llevaba serpientes en su égida y en su escudo, la cabeza de Medusa
(seguramente para “paralizar” a sus enemigos).
En el lado negativo, Hécate, Diosa de la
oscuridad y sus terrores, a menudo es representada con serpientes entrelazadas
alrededor de su cuello.
En la mitología griega también se menciona a Pitón,
la gran serpiente que quedó en la tierra después del Diluvio, que vivía en una
gruta cerca de Delfos custodiando el oráculo.
En la actualidad son muchos los pueblos del mundo que
utilizan rasgos o símbolos de serpientes para sus danzas tribales. Hay
sociedades indígenas, en el Norte de América, que realizan ritos como la danza
de la serpiente donde, luego de un ayuno, se preparan altares y se capturan
alrededor de 50 serpientes.
Posteriormente cada uno de los participantes se
coloca una serpiente en la boca y procede a bailar. Al día siguiente, cada uno
de los animales es devuelto a la naturaleza como mensajeros de que los
integrantes de esa tribu viven en armonía con ella.
Otra representación simbólica muy conocida es la de
la serpiente mordiéndose su propia cola (uroboros).
Significa la vida indestructible, la eternidad y el
eterno recomenzar de todas las cosas.
Lo cíclico, el fin de un ciclo para el comienzo de
otro. En la antigüedad simbolizaba a los iniciados en los misterios.
La serpiente es símbolo del mundo subterráneo: es veneno y medicina, signo sexual (más vinculado
al falo masculino) y sabiduría vital (más relacionada con la figura femenina).
Suele estar presente en los cultos de la fertilidad y
en el conocimiento profundo y completo (mental, sexual, pro creativo). Por eso
es normal que aparezca en muchas religiones antiguas, vinculando cielo y
tierra, sobre todo como “serpiente alada”: lo más hondo, lo más alto, tan cerca
de dios, como los serafines de Isaías o
el fascinante Qutzalcoatl de los mexicas y mayas como te he comentado
anteriormente.
Querido nieto Altakay, hasta aquí el somero repaso en
torno a la serpiente en algunas culturas, las líneas que siguen se limitan a
profundizar un poco más en los mismos temas, lo que te anticipo por si se te
hace demasiado extenso el contenido de estos apuntes, puedes posponer su
lectura para más adelante o simplemente consultar algunos de sus apartados si
en algún momento merece tu interés.
Es cuando menos curioso que los detentadores de la
religión judeo-católica afirmen que los libros sagrados (La Biblia) es la palabra de
dios, y por tanto hay que aceptarla al pie de la letra, pero al mismo tiempo
cuentan con una pléyades de teólogos e “interpretadores” de las para ellos
sagradas escrituras, capaces de reinterpretar los textos supuestamente sagrados
y supuestamente inspirados por dios, para hacerlos coincidir con los postulados
que en cada época histórica convenga divulgar al clero judeo-católico, tratando
de hacernos creer que lo que dichos textos afirman tácita y claramente que es blanco, realmente debemos creer
que es negro.
Los hebreos como he
dicho adoraron a las serpientes hasta los días del rey Ezequías, en las
excavaciones realizadas en Canaán, Gezer y otros lugares de las antiguas
civilizaciones se han encontrado serpientes de bronce y de piedra.
Según algunos autores, la
costumbre de venerar la serpiente data de 3000 antes de la era actual, cuando
la estrella Alpha Draconis de la Constelación Draco
era la Estrella Polar,
que se consideraba muy importante para determinar el sino del hombre.
Todos estos relatos tienen
el mismo esquema de los mitos en los cuales los animales hablan. Nota que aquí
no se hace referencia a una naturaleza sobrenatural o espiritual (demoníaca) de
la serpiente. Es claro que al compararse la inteligencia de la serpiente con la
de los demás animales, se estaría incurriendo en una absurda subvaloración si
ésta fuera satanás. (Sería evidente que satanás es más inteligente que
cualquier animal).
El mito en su forma inicial
tenía como finalidad explicar el pavor instintivo que generan los ofidios en
los humanos y su curiosa forma de andar... ¿Qué mejor explicación para esto que
una desobediencia de la serpiente al hacer caer en desgracia a la humanidad?
Según el mito
judéo-cristiano, la humanidad aborrecería a las serpientes porque una de éstas le
hizo perder su estado “natural” al hombre; de otro lado, la serpiente se
arrastra por el suelo como “castigo de dios” por haber hecho desobedecer a
Adán.
En resumen, esta fábula del libro del Génesis es un mito de origen escueto y primitivo como el de cualquier cultura aborigen de cualquier parte del mundo.
¿Y qué tiene que ver
“Satanás” en todo este asunto? Un mito tan primitivo no podía resistir el paso
de los tiempos sin una “remodelación”; observa el instante histórico en que se
identifica a esta serpiente con “Satanás”:
Una pista para la “interpretación cristiana” surge en:
2 Corintios 11
3 Mas temo que como la serpiente engaño á Eva con su astucia, sean corrompidos así vuestros sentidos en alguna manera, de la simplicidad que es en Cristo.
La identificación final llega ¡en Apocalipsis!
Apocalipsis 12
9 Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña á todo el mundo; fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
¡Solo cientos de años después de la redacción final del mito de Génesis 3, el redactor del Apocalipsis de Juan, decide identificar a Satán con la pobre serpiente de Génesis!
Es decir, para que el mito
subsistiera, no podía quedarse explicando de forma tan torpe, algo tan simple
como la aversión humana ante las serpientes y la forma de locomoción de éstas.
Para salvarlo, había que “interpretarlo a la luz del Espíritu”; se hizo
la identificación del pobre reptil (animal) con Satán (espíritu); de la Mujer (término para designar
a las mujeres) con “María” (la madre de
Jesús - o con la iglesia católica, dependiendo de la secta cristiana); del hijo
de la Mujer
(término para representar a toda la humanidad) con Jesús... y así
tal mito tribal pudo subsistir en épocas más modernas.
No obstante, es claro que el sentido y el contexto mismo del relato de Génesis impide de forma contundente cualquier intento de identificar a la serpiente con “el diablo”.
Es sólo otro ejemplo de cómo
los mitos religiosos Evolucionan con el tiempo.”
India.
Naga Pachami. Es un día
elegido para venerar el naga (serpientes sagradas) y orar para la protección de
la inundación y otros temas compras
relacionados del agua. Este día se honora Nagas, los dioses de
serpiente, que en Nepal se asocia con la lluvia. La fiesta honora una victoria
antigua de un rey, que era también un maestro de Tantra, sobre nagas, que había
ocultado a la lluvia. El rey forzó su sumisión echando encantos mágicos sobre
ellos.
El culto de Nagas en este
día, asegura que no habrá sequía. Los nepaleses compran las pinturas de Naga
del tenderete de la calle el día antes y por la mañana de Naga Panchami pegan
éstas encima de sus puertas. Entonces ellos realizan un puja (culto) pequeño y salen
con alimento que ofrece en el patio y los arrozales para las serpientes.
Considero un dato de cierto
interés lingüístico destacar que en los primeros documentos europeos (Datas)
relativos al menceyato de Anaga, Chinech (Tenerife) se recoge este topónimo
como: NAGA, la “a” le fue añadida bastante más tarde.
La serpiente Arco Iris.
Para indicar ahora algunos
de los aspectos del simbolismo de la Serpiente Arco Iris podríamos decir que es uno de
los más importantes en toda la geografía continental de los aborígenes de
Australia. Dicho simbolismo está conectado muy directamente con aquello a lo
que nos referíamos sobre a los puntos de vista más profundos del Uluru, por lo
cual intentaremos demostrar mediante este ejemplo, que los mitos relacionados,
en tanto que entendidos dentro de algún culteranismo, pierden gran parte
de su verdadero sentido en cuanto se haga abstracción de los datos
tradicionales o del simbolismo que les precede.
Efectivamente, aquí puede
observarse que las variantes de un mismo tema obedecen más a una superposición
de sentidos (que siguen manteniendo una unidad esencial) antes que al producto
de “diferencias tribales” como suele decirse, ya que no hay oposición alguna
entre las diversas imágenes, nombres y atributos que en sí misma conlleva la
gran Serpiente y que, por otro lado, los completa. Así, por ejemplo, que la
familia pitjantatjara narre respecto de Wanambi (la más poderosa serpiente arco
iris que reside en Uluru) ser de naturaleza “inactiva” puesto que durante el
tiempo de los sueños no participó en las formaciones “del paisaje” y tampoco se
transformó en ninguna forma visible al final de dicho ciclo primigenio
(manteniendo siempre su forma original) no contradice esencialmente lo que, por
otro lado, narran los aranda o los gunwinggu quienes denominan a la Serpiente como kabul y
ngalyod respectivamente, y afirmando en cambio su naturaleza “activa”. Estos
son algunos ejemplos de una correcta operación de analogía inversa, ya que la Serpiente Arco Iris
posee doble naturaleza y sus incontables nombres y atributos, como decíamos,
corresponden de acuerdo al punto de vista con que se encare al principio que
representa, ya sea en su principal aspecto ingénito, ya en aquellas variantes
secundarias que toman su aspecto genitor.
Otra de las cuestiones
relacionadas que se tiende a desvirtuar casi completamente, se refiere a la
condición operativa de las narraciones orales y cantadas. Resulta muy común el
hecho de clasificar a estas bajo el rótulo de “mitología” en aquel sentido del
cultismo o de la interpretación literaria. No habría inconvenientes en caso de
que a tal nomenclatura se la restaure dentro de los fueros del simbolismo
tradicional, pero, lamentablemente, no es el caso de la mayoría de los
interpretadores quienes (salvo honrosas excepciones) ya han adoptado las
diversas variaciones escolariegas o aquellas teorías elaboradas bajo una suerte
de sofisticación semántica del término.
Hispania.
La Península Ibérica está colocada en una posición intermedia, de puente,
podríamos decir, entre las tendencias
religiosas que se podrían denominar “nórdico-solar”
indoeuropea uránica y “la mediterráneo- ctónico –
subterránea”.
La serpiente era, según
Jean Markale, animal sagrado entre los celtas. Simboliza ante todo el
conocimiento oculto y puede representar el guardián de los Tesoros ocultos en la Tierra, es decir, los
grandes secretos del mundo. Parece por tanto evidente la ascendencia céltica
del cuélebre asturiano.
En relación a la Península Ibérica,
sabemos en primer lugar de la existencia de la teoría de un culto ofiolátrico
en la protohistoria peninsular y hallamos a la serpiente en los
supuestos cultos celtas del Noroeste (Galicia y región del Miño), cultos
conocidos sobre todo hace ya bastantes años por los estudios de Bouza Brey
y López Cuevillas, que apoyaban una coincidencia entre las creencias del pueblo celta
“invasor”de Galicia y el invadido; es decir, que el culto a la serpiente
en Hispania debió ser anterior a la
posible llegada de los sefes
celtas y, tal vez, autóctono.
Es interesante
también el trabajo de Bouza-Brey, sobre Os saefes, os cempsos e
a ofiolatría en Galicia, donde hace un repaso sobre todos los
vestigios de lo que él considera un antiguo culto a las serpientes en la Galicia prerromana y
de las leyendas que hoy en día existen sobre ellas.
Querido Altakay, la
historiografía en torno a los mitos de las serpientes ciertamente extensa ya
que están presentes en todas las culturas y en todos los tiempos, espero que
estas breves notas sastifagan tu curiosidad, de no ser así házmelo saber y con
mucho gusto continuaremos ahondando en el tema.
*Guayre Adarguma Anez’ Ran
n Yghasen
Fuentes consultadas:
Las máscaras de dios Mitología Occidental
Joseph Campbel.
La
Serpiente y su culto en el Mediterráneo
Ana Vázquez Hoys
Noviembre de 20009
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