(El esqueleto de Alonso Fernández de Lugo)
Eduardo
Pedro García Rodríguez
CAPITULO I
El colonialismo español en el Archipiélago
Canario ha sido, y es, especialista en crear y sostener mitos en torno a
determinados personajes que tuvieron notoriedad en la invasión y sometimiento
de nuestra Matria con el propósito de crear sentimientos de gratitud de los
sometidos hacia los invasores, poniendo
en práctica inteligentemente mecanismos desenraizadores tendentes a confundir a
los sojuzgados inculcando en ellos desde la más tierna infancia sentimientos de
simpatía y agradecimiento hacia sus verdugos, tarea en la que han sido
eficazmente secundados desde los inicios de la invasión y ocupación de nuestra
nación, por ciertos sectores de los notables autóctonos más preocupados en
preservar su status social que su
libertad y la de los suyos,
posteriormente, toda una Pléyade de criollos dependientes –de uno y otro
bando-, dignos herederos ideológicos de sus antecesores han venido colaborando
con el sistema opresor para mantener -en frase del ilustre escritor canario
Víctor Ramírez,- ígnorantada a la sociedad canaria, no dudando para ello en
tergiversar, falsear e incluso prostituir la historia colonial.
El sistema de conquista, sea cual sea,
siempre conlleva violencia sobre los conquistados,
el terror es
matizado por distintos tipos de coberturas ideológicas: en los siglos XV y XVI
fueron los de “salvar almas humanas”
”progreso y civilización”, consignas metidas a sangre y fuego en Canarias, en
el resto del continente africano y en América.
Algunas veces los imperios de turno realizan
alianzas transitorias y vergonzantes con parte o partes de los pueblos
conquistados - generalmente las élites dominantes de cada lugar, que tratan de
mantener privilegios aún en el desastre - para establecer cabezas de puente que
luego serán modificadas según las circunstancias (recordar la variante relación
de los “bandos de paces”, aliados con los invasores para asesinar a su propio
pueblo.) O las desnaturalizadas alianzas sostenidas actualmente por la
burguesía criolla canaria garante de la continuidad colonial de nuestra nación
a cambio de determinadas prebendas y migajas económicas que les tolera la
metrópoli como premio a su fidelidad.
El colonialismo “democrático” crea nuevos líderes, nuevas formas de
liderazgo. Se falsea la realidad, y, de esta forma la conducta, la propaganda se hace más
subliminal, eliminando de los programas comunes de primaria y secundaria el
conocimiento básico de la
Historia de Canarias, el sembrado de inquietudes, o la
apertura a comprensiones globales. La educación es controlada y premiando la
sumisión a los intereses coloniales.
A los niños y jóvenes se les induce a creer
que su Historia como pueblo tampoco vale nada, que sus ancestros fueron
esclavizados, torturados, y asesinados, para nada, puesto que los herederos
ideológicos de los causantes no sólo están impunes, sino que dirigen directa, o
solapadamente, la sociedad en la que viven, y hacen gala de su impunidad. Y
esto es necesario también para el colonialismo, por su efecto disuasorio: lo
que pasó, puede volver a pasar…
Son múltiples los ejemplos documentados que
nos brinda la historia de personajes que en su día fueron simples criminales de lesa humanidad, tales como el pirata normando Jean de Bethencourt
y su socio Gadifer de la Salle, los Herrera, o los
desalmados Juan Rejón y Pedro de Vera, el obispo Juan de Frías o el Deán Juan
Bermúdez, la envenenadora señora de orca y cuchillo Beatriz de Bobadilla, Alonso Fernández de
Lugo y un largo etcétera que por razones de espacio dejamos para otra
oportunidad.
Pasando el tiempo los herederos ideológicos
de estos nefastos personajes en un intento
por eliminar el estigma dejado por sus antecesores en el cuerpo social
que representan o en el que se desenvuelven, no dudan como he dicho en falsear
la historia para “maquillar” a los mismos, en el caso de la isla Chinech
(Tenerife) uno de estos personajes fue el siniestro invasor y depredador
gallego-andaluz, mercenario al servicio de los nefastos reyes católicos Alonso
Fernández de Lugo.
La figura de este aventurero traficante de
esclavos y masacrador de pueblos jamás despertó simpatías ni siquiera entre sus
correligionarios invasores y colonos. Por el contrario, fue odiado y temido por
sus contemporáneos debido sus acciones caprichosas, arbitrarias e incluso
criminales. Una vez fallecido el 20 de
mayo de 1525 se desvaneció su memoria, no sólo como consecuencia del desprecio
y odio que le profesaba la sociedad colonial de aquel momento sino que además
porque no quedó descendencia directa en la isla ya que su última mujer Juana de
Messieres y la hija que ésta tuvo con Alonso Fernández de Lugo, Luisa,
retornaron a la metrópoli.
De los hijos habidos de su primer matrimonio con Catalina Xuárez Gallinato el que le
sobrevivió Pedro de Lugo, murió en América en la invasión y conquista de Santa
Marta, de su segunda mujer y alma gemela Beatriz de Bobadilla no tuvo
descendencia. De posibles hijos fruto de sus violaciones a niñas y mujeres
guanches no tenemos noticias documentadas.
“Es frecuente leer en algunos de los textos que tratan en torno a temas
relacionados con la invasión y conquista del Archipiélago Canario por parte de
las hordas de mercenarios portugueses, normandos y castellanos, la descripción
de dicha invasiones como una obra inspirada en los más altos sentimientos de
caridad y altruismo.
Especialmente cuando estos textos emanan o
son sustentados por organismos coloniales como las Universidades, Cabildos,
Ayuntamientos y Gobierno supuestamente canarios.
Generalmente estos textos pretenden inculcar
en el lector la imagen de unos “nobles caballeros” revestidos de rutilantes
armaduras portando las consabidas cruz en una mano y la espada en la otra, lo
cual no es más que la repetición del mismo símbolo, pues ambas tienen la misma
forma y han perseguido el mismo fin.
Estos textos ciertamente edulcorados, emanan
un sutil perfume embriagador que imperceptiblemente va conduciendo al lector a
un estado anímico mediante el cual asume de manera inconsciente que el hecho
colonial supuso el aporte desinteresado de unos supuestos civilizadores por
unos seres tocados por un halo divino, “héroes soñadores” cuya entrega y
sacrificio hizo posible que nuestro pueblo -según ellos- anclado en la “edad de
piedra” diera el salto a la “civilizada” Europa.” (García Rodríguez E.2008)
La bibliografía oficial y oficialista
especialmente desde hace tres décadas viene empeñada en presentarnos a este
tétrico personaje como un dechado de virtudes cristianas, excelente estadista,
de notable entendimiento, moralmente bueno etc., y cuando se pretende
justificar sus atrocidades simplemente se nos dice que, “fue un hombre de su
tiempo” o “los signos de los tiempos” así de simple y estos apologistas del
colonialismo piensan que han creado cátedra, en todo caso, por esa regla
deberíamos justificar los horrores de la Inquisición, el holocausto judío. Y más
modernamente las invasiones de Vietnam, de Irak etc. Etc.
La falsificación de la
historia pretende hoy lavar los crímenes cometidos por los invasores europeos
con el argumento que si bien hubo “excesos”, la conquista logró la
modernización del país. Pero como apunta Ibn Jaldún a propósito de las diversas
formas de la falsificación histórica: “los charlatanes tienen en las artes del
conocimiento un campo extenso: las praderas de la ignorancia están siempre
dispuestas.” No sólo el camino hacia la realidad está plagado de obstáculos
puestos por la falsificación sino que el mismo camino es indiscernible. No
existe opinión crítica, puesto que no existe espacio público ni medios donde se
pueda formar y manifestarse, y en esas condiciones, todo da igual. Los voceros
del colonialismo pueden afirmar, decir o escribir lo que quieran, y volver a
hacerlo cuando gusten, por ejemplo, a la hora de los aniversarios.
Como los hechos se
vuelven rápidamente obsoletos ante la avalancha de informaciones, la
falsificación que sirve al poder los pone al día, reinventándolos si es
preciso, de acuerdo con el método totalitario.
La táctica de resistencia, el rechazo de las
mentiras históricas por parte de los invadidos, cualquiera esta sea, es
considerada inmediatamente como sedición, subversión, o terrorismo por parte de
los invasores, destruyendo a aquellos que consideren ser peligrosos por su
capacidad de liderazgo en la
Resistencia o, que simplemente, pudieran explicarles a sus
conmatriotas la realidad de lo sucedido.
La aspiración a unificarlo todo
desde un punto de vista colonial, a someter todo movimiento social a una
voluntad central, es el
fundamento de todo poder, y es indiferente que se trate de la persona de un
monarca absoluto, de la unidad nacional de una representación popular elegida
constitucionalmente o de las pretensiones centralistas de un partido que ha
inscrito en sus banderas la conquista del poder (p.e. el Partido Popular o
Partido Socialista Obrero Español.) El
principio de la reglamentación de toda actividad social según determinada
norma, inaccesible a cualquier modificación, es la condición previa inevitable
de toda voluntad de poder. De ahí nace el impulso hacia los símbolos exteriores
que ponen ante los ojos la unidad palpable de la expresión del poder, en cuya
grandeza mística puede echar raíces la muda reverencia del súbdito.
Eso lo ha reconocido muy bien De
Maestre (Chambéry, 1753-Turín, 1821) cuando dijo: “Sin Papa no hay soberanía;
sin soberanía no hay unidad; sin unidad no hay autoridad; sin autoridad no hay
creencia.”
Retomemos la figura de Alonso Fernández de
Lugo, al que los primeros documentos se refiere simplemente como Alonso de
Lugo, añadiendo posteriormente el apellido Fernández (de Fernando) quizás como
reconocimiento a su valedor en la corte castellana el rey Fernando de Aragón.
Para seguir las arbitrariedades que este personaje cometió contra los naturales
de Chinech y con sus correligionarios colonos, vamos a seguir al investigador
español residente en Tenerife Eduardo Azanar Vallejo, quien en un excelente
trabajo aunque no exento de ciertos toques de “maquillaje”, extracta una serie
de documentos relativos a la colonización del Archipiélago Canario, (1476-1525)
especialmente de la denominada “conquista realenga” es decir, de la invasión y
ocupación de las islas Tamarant (Gran Canaria) Benahuare (La Palma) y Chinech (Tenerife),
existentes en el Registro General del Sello, del Archivo de Simancas, España.
Algunos de estos documentos han sido reproducidos y publicados en su totalidad
por Agustín Millares, Dominik J. Wölfel y Antonio Rumeu de Armas.
Algunas de las actividades esclavistas de
Alonso Fernández de Lugo
Es imposible negar el trato y las crueldades
a las que fueron sometidos los guanches, muchos de ellos, principalmente
hombres vendidos como esclavos en los mercados de Valencia, Barcelona y
Sevilla, donde su última aspiración de libertad no era otra que la muerte.
En aplicación de las capitulaciones reales,
ello suponía que el invasor conquistador pasaba a ser el dueño absoluto, tanto
de las personas y ganados capturados, lo que le permitía disponer libremente de
los humanos y de las bestias.
Su agresiva actuación desmesurada codicia le
hace acreedor de enormes gastos, a los que tiene que hacer frente vendiendo el
ingenio de Agaete, venta que realizó en 28 de febrero de 1496; la misma ha sido
confirmada por los Reyes Católicos. A su vez realiza la venta de guanches en
calidad de esclavos, método que ya habían practicado en la isla Tamarant (Gran
Canaria) y Benahuare (La Palma)
y práctica habitual entre los invasores conquistadores.
En el sometimiento de los guanches Fernández
de Lugo no tiene escrúpulos, y no repara
a la hora de esclavizar la condición de los distintos bandos, es decir, aliados
o sometidos, ello le da igual, nefasto posicionamiento que da lugar a infinidad
de reclamaciones e incluso la corona que participaba de este comercio
reservándose el quinto se ve en la obligación de intervenir, mandando a Sánchez
de Valenzuela, que era gobernador de Gran Canaria, con la orden de liberar a
todos los isleños de paces sometidos por el Lugo a la más dura esclavitud.
Aún hoy en pleno siglo XXI y a pesar de la
abundante documentación que atestigua las practicas esclavista desarrolladas
por los castellanos durante la invasión de las islas, y especialmente por el
jefe de los esclavista Alonso de Lugo, existen mentes obtusas que se empeñan en
negar dicha práctica, para ellos vamos a reproducir algunos testimonios
documentados, ha pesar de que somos
consientes de que ningún españolista
viejo aprende historia:
Denuncias
formuladas en la corte castellana-aragonesa por causa de la criminal conducta
del gobernador colonial Alonso Fernández de Lugo, según documentos del Registro
del Sello publicados por el profesor Rumeu de Armas.
“El trato dispensado por Alonso de Lugo a
los indígenas merece la repulsa general. Esta desatentada conducta tenía a la
fuerza que provocar una corriente de opinión favorable a los mismos, cuyo eco
se dejó sentir inmediatamente en la corte, promoviendo las consiguientes
medidas correctoras.
Las víctimas “legales” del conquistador
fueron los guanches de los bandos de guerra, reducidos masivamente a esclavitud
y desterrados a la metrópoli para su venta en los mercados públicos. Varios
miles de indígenas nativos de Tegueste, Tacoronte, Taoro, Icod y Daute tuvieron
esta triste suerte. Las víctimas arbitrarias fueron múltiples guanches de los
bandos de paces, capturados como represalia por supuesta deslealtad o
infidencia. Esta medida afectó en mayor escala a los indígenas de Anaga, Abona
y Adeje, y en número mucho más reducido a los de Güímar.
Resulta admirable contemplar el esfuerzo
titánico que desplegaron los aborígenes para recuperar la libertad,
integrándose al amado terruño y no menos encomiable las ayudas y valimientos
que encontraron -oficiales y privados- para el logro de tan nobles propósitos.
Una vez finalizada la conquista, los
atentados contra la libertad de los guanches de las paces fueron reiterados.
Véanse como ejemplo las denuncias que formula contra su censurable actuación
Francisco de Albornoz, “para guardar su ánima y conciencia” de los
remordimientos que le embargaban: “Se le acuerda al tiempo que se ganó la isla,
él fue conquistador, y después de ganada, el gobernador hizo llamar y traer
ante sí algunos clérigos, estando en el reino de Taoro, hasta cien almas de
guanches de esta isla, los cuales eran del reino de Tegueste, y estaban subidos
en un risco de la sierra diciendo que querían ser cristianos. Venidos ante el
gobernador y los clérigos, los bautizaron y tornaron cristianos, y, después de
bautizados, los hicieron embarcar forzosamente y los llevaron a vender, y
algunos de ellos vendieron en la
isla. Esto parece al testigo contra razón, porque decían que
querían ser cristianos y vivir en su tierra, y no les fue hecha justicia.”
Como los guanches de Tegueste, refugiados en
el reino de Taoro, pero pertenecían a los bandos de guerra, jurídicamente
podían ser reducidos a esclavitud, de acuerdo con las prácticas de la época,
que no reconocían al bautismo en general virtudes liberatorias si era recibido
en estado de servidumbre. Lo que se censura es el procedimiento: la trampa y el engaño
utilizados para la captura, máxime invocando una finalidad espiritual.
En cambio, lo que no tiene perdón fue la
fechoría cometida con los guanches de Abona, Adeje y Anaga, por la triple
circunstancia de pertenecer a los bandos de las paces, la ocultación perpetrada
al obispo de Rubicón-Canaria de las perversas intenciones de captura a traición,
y, lo que es aún más grave, la artera y sacrílega maniobra de utilizar un
siniestro sicario disfrazado de prelado para sucios fines de lucro a costa de
indefensos seres humanos
En 1497 había estado en Tenerife, en visita
pastoral -como acabamos de referir-, el obispo de Rubicón-Canaria don Diego de
Muros, circunstancia que aprovechó para impartir personalmente el bautismo a
infinito número de guanches. Pues bien, véase ahora lo que nos revelan dos
testigos de cargo.
El primero, Alonso de las Hijas, confiesa
que… “los canarios de Abona e Adexe... heran de paces, e avían servido a Sus
Altezas al tiempo de la, conquista... contra los otros canarios que heran en
deservicio de Sus Alteza; e el obispo
asimismo los mandó veenir diziendo que se viniesen a tornar Cristianos, y ellos
vinieron a la Iglesia
seguramente, en que senan mas de
doscientas ánimas, y el obispo los tornó christianos; y a la ora después
de ser christianos, el dicho adelantado [Alonso de Lugo] los mandó encerrar en
una casa, donde los cautivó e los vendió, los quales davan vozes e reclamaban
diziendo que heran christianos servidores de Sus Altezas, que cómo hera aquello
que los vendían, e los llevaron a Valencia e a Barcelona e a otras partes...”
Más repugnante es la declaración de
Francisco de Albornoz. Este destacado mílite atestigua: “Después no se ha
guardado justicia; especialmente otra vez, al dicho tiempo, el adelantado
[Alonso de Lugo] hizo traer ante sí a los guanches del reino de Anaga, unas
doscientas ánimas entre hombres y mujeres, los cuales eran de paces, y en la
conquista ayudaron a conquistar a los otros en favor de Sus Altezas. No se
acuerda si los tornaron cristianos o no, pero vio cómo los cautivaron y
enviaron a vender. Y asimismo en dicho tiempo, el adelantado hizo parecer ante
sí hasta doscientos guanches del reino de Adeje y de las paces, que asimismo
ayudaron a conquistar los otros. En esta manera y con tal engaño que- como
estaban escarmentados de lo pasado, pusieron en un corral, cercado de piedra,
un hombre (que se dice Sepúlveda) y cubriéronlo de ropa y dijeron que el
adelantado les llamaba para que viniesen a tornar cristianos, que estaba allí
el obispo, y al momento que los tuvieron dentro en el corral, los cautivaron y
los repartieron y embarcaron por cautivos.
Hoy
sabemos, por las denuncias que luego se formularon, que el número de los
cautivos de los reinos de las paces pasaron de mil, de 1os cuales permanecían
en Tenerife, en 1498, unos trescientos. Otro importante grupo de guanches
horros los tenía ocultos, en sus posesiones de Sanlúcar de Barrameda, don Juan
Alfonso de Guzmán, duque de Medina Sidonia; era parte del precio de la
colaboración prestada en la conquista de la isla.
Las quejas contra la censurable conducta del
conquistador se dejan sentir en la corte en las postrimerías de 1497. Portavoz
de los oprimidos será el mensajero Rodrigo de Betanzos, quien aboga con tesón
en defensa de los guanches de las paces, víctimas de inicuas vejaciones.” (A.
Rumeu de Armas, 1975: 403-481)
El tercer Duque de Medinasidonia
colaboró con Alonso de Lugo en la
invasión de Chinech (Tenerife) a cambio de esclavos y tierras usurpadas a los
guanches.
Según Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, Duquesa de
Medinasidonia: “Juan de Guzmán, 3º Duque de Medina Sidonia: Nació en 1463, en Villarrasa.
Estuvo con el padre en las conquistas de Málaga y Granada, heredando la casa en
1492. Heredó 96 esclavos
"moros" en Niebla, blancos y negros. Cuando murió navegaba barco
fletado a su cuenta, con 32 esclavos de rescate, que se devolvían
al Cabo de Aguer, de donde los trajeron. Parece haber reunido 205
esclavos, de los que 29 eran mujeres y 12 canarios. Los más procedían de
Málaga, cuya población fue repartida tras la conquista.
Y
era esclavo canario, el que hacía los "almaizares" o velos de algodón
para las almadrabas. Terminada la conquista de Canaria, por Pedro de Vera,
en 1488, Lugo reinició la de Palma, en 1492. Fácil la conquista, las
cosas se complicaron en Tenerife. Derrotado, necesitó gente y vituallas, que el
Guzmán embarcó, entre 1494 y 1496.
1494. Febrero 12. Valladolid (f.85).
Incitativa al asistente de Sevilla don
Juan de Silva, conde de Cifuentes, para que dé cumplimiento de justicia a Juanoto Berardi y Francisco de Riberol, estantes en dicha ciudad, que dicen haberse concertado con Alonso de Lugo, vecino de Gran Canaria, para la conquista de La Palma, por lo que debían ir a tercios en los 700.000 maravedís que recibirían por los gastos de la conquista, a pesar de lo cual cuando Alonso de Lugo concertó la conquista de Tenerife renunció dicha cantidad en la Corona y se quedó, además, con 150 esclavos de un bando de paz que les habían sido concedidos por los reyes, porque a pesar de que estaban en seguro se descubrió que intenta so pretexto de enviarlos a Castilla para presentarlos al rey, los veintidós muchachos que recibió como rehenes de los palmeros convertidos, que ayudaron en la conquista de La Palma, culpándole, además, de haber enviado a sus escuderos Espinosa y Benavides para cautivar a otros cien vecinos, y de no permitirle salir de la isla para ir a quejarse al Rey, mientras continuaba agraviando a sus parientes, robaba sus ganados y ahorcaba a dos cabezas de bando. Don Alvaro Johannes. Antonius. Gundisalvus licenciatus. Filipus. Solanos. (E. Aznar Vallejo, 1981:80)
Juan de Silva, conde de Cifuentes, para que dé cumplimiento de justicia a Juanoto Berardi y Francisco de Riberol, estantes en dicha ciudad, que dicen haberse concertado con Alonso de Lugo, vecino de Gran Canaria, para la conquista de La Palma, por lo que debían ir a tercios en los 700.000 maravedís que recibirían por los gastos de la conquista, a pesar de lo cual cuando Alonso de Lugo concertó la conquista de Tenerife renunció dicha cantidad en la Corona y se quedó, además, con 150 esclavos de un bando de paz que les habían sido concedidos por los reyes, porque a pesar de que estaban en seguro se descubrió que intenta so pretexto de enviarlos a Castilla para presentarlos al rey, los veintidós muchachos que recibió como rehenes de los palmeros convertidos, que ayudaron en la conquista de La Palma, culpándole, además, de haber enviado a sus escuderos Espinosa y Benavides para cautivar a otros cien vecinos, y de no permitirle salir de la isla para ir a quejarse al Rey, mientras continuaba agraviando a sus parientes, robaba sus ganados y ahorcaba a dos cabezas de bando. Don Alvaro Johannes. Antonius. Gundisalvus licenciatus. Filipus. Solanos. (E. Aznar Vallejo, 1981:80)
1495 Febrero 28. Madrid (f. 49). Orden al
bachiller Fajardo, gobernador
de Gran Canaria, para que informe al Consejo sobre la demanda presentada por la canaria Francisca de La Palma, vecina de la isla de igual nombre, que por mandato de Francisco Maldonado, pesquisidor de Gran Canaria, asentó paces con dos bandos de La Palma, que se sometieron y colaboraron en la conquista de dicha isla con Alonso de Lugo, quien acabada ésta vendió sus rehenes y obtuvo, alegando una ficticia sublevación, merced real para esclavizarlos, apoderándose además de sus ganados y prendiendo a la dicha Francisca de La Palma, para evitar que fuera a quejarse al rey. Don Alvaro. Alcocer. Chanciller. Malpartida. Oropesa. Mármol. (E. Aznar Vallejo, 1981:82)
de Gran Canaria, para que informe al Consejo sobre la demanda presentada por la canaria Francisca de La Palma, vecina de la isla de igual nombre, que por mandato de Francisco Maldonado, pesquisidor de Gran Canaria, asentó paces con dos bandos de La Palma, que se sometieron y colaboraron en la conquista de dicha isla con Alonso de Lugo, quien acabada ésta vendió sus rehenes y obtuvo, alegando una ficticia sublevación, merced real para esclavizarlos, apoderándose además de sus ganados y prendiendo a la dicha Francisca de La Palma, para evitar que fuera a quejarse al rey. Don Alvaro. Alcocer. Chanciller. Malpartida. Oropesa. Mármol. (E. Aznar Vallejo, 1981:82)
1495 Marzo 4. Madrid (f. 37). Carta a las justicias del Reino y a todos
los
recaudadores de rentas, par que a petición de Alonso de Lugo, capitán de la conquista de Tenerife, y Nicolás Angelat, Guillermo Blanco, Francisco Palomar y Mateo Viña, armadores de dicha armada, no lleven alcabalas sobre la primera venta de los cautivos y ganados enviados por los caballeros y peones que están en dicha conquista, como se hace en las cabalgadas en tierra de moros, ya que dicha conquista se hace por mandato real y los cautivos son infieles sobre los que se paga el quinto. (E. Aznar Vallejo, 1981:82)
recaudadores de rentas, par que a petición de Alonso de Lugo, capitán de la conquista de Tenerife, y Nicolás Angelat, Guillermo Blanco, Francisco Palomar y Mateo Viña, armadores de dicha armada, no lleven alcabalas sobre la primera venta de los cautivos y ganados enviados por los caballeros y peones que están en dicha conquista, como se hace en las cabalgadas en tierra de moros, ya que dicha conquista se hace por mandato real y los cautivos son infieles sobre los que se paga el quinto. (E. Aznar Vallejo, 1981:82)
1496 Julio 23. Soria. Incitativa a las
justicias del Reino, especialmente las del Puerto de Santa María, para que den
cumplimiento de justicia a Francisco Gorvalán, vecino de Sevilla, que reclama el importe
de los seis esclavos que le correspondieron en la conquista de Tenerife junto al
gobernador Alonso Lugo. Dichos esclavos le fueron embargados a instancias de los
mercaderes Guillermo de Blanco y Nicolao Angelato, que argumentaban
pertenecerles por tener parte en dicha conquista, ante lo que Francisco de
Gorvalán pidió que fueran vendidos por las justicias del Puerto de Santa María
y puesto su importe en depósito, lo que hicieron con cinco de ellos, ya el otro
fue tomado por Guillermo del Blanco. Obispo de Astorga. Alcocer. Illescas.
Oropesa. (E. Aznar Vallejo, 1981:84)
1496 Diciembre 23. Burgos. Incitativa al
comendador Pedro Cervantes, juez ejecutor de la Hermandad de Sevilla,
para que determine en la petición de Alonso de Lugo,
encargado que fue de la conquista de Tenerife, que reclama los esclavos
que le fueron tomados durante dicha conquista, que le pertenecen por ser de
buena guerra, y los maravedís entregados para dicha conquista a ciertas personas,
que no han dado cuenta de ellos. Se concede poder a dicho comendador para
nombrar jueces delegados, pero ni él ni sus auxiliares podrán llamar a nadie
fuera de su jurisdicción más allá de ocho leguas de su casa. (E.
Aznar Vallejo, 1981:87)
1497 Junio 24. Valladolid (f. 314).
Incitativa al conde de Cifuentes, don Juan de Silva,
alférez mayor, miembro del Consejo y asistente de Sevilla, para que determine
en el litigio sobre los bienes del difunto Juanoto Berardi, mercader
florentino, entre los que se cuentan 233.333 maravedís y cincuenta esclavos que
Alonso de Lugo, gobernador de Tenerife y La Palma, le adeudaba de la compañía
para la conquista de La Palma,
ciertos muebles y esclavos que dejó en su casa de Sevilla y
84.000 maravedís que le debía Guillen Celi, todo lo cual quedó en
poder del obispo de Badajoz. Esta comisión es consecuencia de la petición
presentada por Bartolomé de Marchiori, mercader florentino estante en Lisboa,
a quien Juanoto Berardi debía un cuento de maravedís, para que Alonso de Lugo
tuviese embargados dichos bienes hasta que se determinase cuál de los acreedores
tenía mejores derechos, ya que el concierto establecido entre dicho gobernador
y el mercader Jerónimo Rufalde, que tenía poder de Juanoto Berardi, para
cobrar ciertas cantidades de maravedís, por lo que Jerónimo Rufalde se daba por
pagado y Alonso de Lugo se obligaba a pagar por él a Bernaldino de Orduña,
lesionaba sus intereses. Johannes. Andreas. Antonius. Gundisalvus licenciatus.
Johannes licenciatus. Ramírez. (E. Aznar Vallejo, 1981:88)
1597 Marzo 29. Alcalá de Henares. Orden al
obispo de Canaria y al gobernador de Gran Canaria, para que informen
sobre la demanda presentada por Rodrigo de Betanzos, en nombre de los
bandos de Adeje, Abona, y Güímar, acusando a Alonso de
Lugo, gobernador de Tenerife, de haber vendido a gran número de
canarios de éstos bandos, a pesar de las paces que asentaron con Pedro de
Vera, de su condición de cristianos y de la ayuda que le prestaron en la conquista
de Tenerife. Episcopus astoricensis. Juanes. Felipus. Franciscus
licencia-tus. Juanes licenciatus. Castillo. (E. Aznar
Vallejo, 1981:91)
1498 Marzo 29. Alcalá de Henares, (f. 24).
Orden a Lope Sánchez de Valenzuela, gobernador de Gran Canaria, para
que tenga en secuestro a los canarios de los bandos de Adeje, Abona y Güímar
que están en poder de Alonso de Lugo, gobernador de Tenerife, hasta
que Sus Altezas decidan sobre ellos. Se da a petición de Rodrigo
de Betanzos, quien informó que dichos bandos guardaronlas paces asentadas con
el gobernador Pedro de Vera y se unieron a Alonso de Lugo cuando fue a
conquistar Tenerife, haciendo lo que les mandaba, acogiendo a sus
gentes, defendiéndolos y dándoles sus mantenimientos, convirtiéndose además a
la fe católica, a pesar de todo lo cual éste cautivó a 1.000 almas, como si fueran de otros bandos,
vendiendo una parte y queriendo hacer lo mismo con 300 que aún quedan en su poder. Episcopus astoricensis. Juanes.
Felipus. Franciscus licenciatus. Juanes licenciatus. Castillo. (E.
Aznar Vallejo, 1981:92)
1498 Marzo 29. Alcalá de Henares, (f. 25).
Orden al licenciado de Maluenda, juez de términos de Sevilla, para
que informe al consejo sobre los canarios de los bandos de Adeje, Abona y
Güímar, precisando si realmente son cristianos, dónde, cómo y
por quién fueron bautizados, si eran de paces, si guardaron éstas y con quién las
asentaron. Se da a petición de Rodrigo de Batanzos, quien informó que dichos bandos guardaron las paces asentadas con el
gobernador Pedro de Vera y se unieron
a Alonso de Lugo, gobernador de Tenerife, cuando fue a conquistar dicha isla, haciendo lo que se les mandaba,
acogiendo a sus gentes,
defendiéndolos y dándoles sus mantenimientos, convirtiéndose además a la fe católica, a pesar de todo lo cual éste
cautivó a 1.000 almas, como si fueran de otros bandos, vendiendo una
parte y queriendo hacer lo mismo con 300 que aún le quedan en su poder. Episcopus
astoricencis. Juanes. Felipus. Franciscus
licenciatus. Juanes licenciatus. Castillo, escribano de cámara.
(E. Aznar Vallejo, 1981:92)
1498 Diciembre 11.
Ocaña. Orden a Lope Sánchez de Valenzuela, gobernador de Gran
Canaria, para que apremie a Alonso de Lugo a declarar cuántos canarios, aparte
de los ochenta ya puestos bajo secuestro por Lope Sánchez de Valenzuela,
fueron tomados en Tenerife durante tiempo de paces, para que también sean puestos bajo secuestro,
debiendo informar al Consejo acerca de los dueños
de los que no sean de paces, para que éste determine en justicia. Johane. Franciscus licenciatus. Martinus. Zapata.
Mármol. Herrera. (E. Aznar Vallejo, 1981:93)
1500 Diciembre 4. Granada. Orden a Juan de
Salcedo, para que averigüe, a petición del procurador de pobres, el paradero de
don Enrique, canario, rey que fue de
Icod, vendido por Patiño, contino de la casa real, sin tener derecho a
ello, ya que el dicho don Enrique es cristiano y libre; y para que lo traiga a
la corte en un plazo de diez dias, durante los cuales cobrara 200 maravedís
diarios a cargo del dicho Patiño. Episcopus
ovetensis. Filipus. Johannes licenciatus. Martinus.
Tello. Muxica. Mármol. Pérez.
1514 Agosto 16. Valladolid. Incitativa al
gobernador o juez de residencia de Gran Canaria, para que entienda en la petición presentada
por Leonor, canaria, que se queja, en nombre
propio y en el de los canarios libres de Gran Canaria, Tenerife y La Palma, de don Alonso
Hernández de Lugo, adelantado de las
islas de Canaria, que lleva por fuerza a dichos canarios a las armadas que hace en provecho propio y los echa de la tierra
porque ayudan a sus parientes cautivos.
Para la realización de esta misión se le concede poder cumplido y un salario de 150 maravedís, durante 40 días, y se le
ordena llevar consigo un escribano
público, que recibirá 40 maravedís al día, aparte de sus derechos ordinarios. Archiepiscopus. Carvajal. Palanca.
Aguirre. Cabrero. Salmerón. (E.
Aznar Vallejo, 1980:213)
1514 Agosto 18. Valladolid. Orden a Rodrigo
de Guadiana, escribano y receptor de la cárcel real, para que vaya a
Gran Canaria, Tenerife, La Palma
y otras islas de Canaria, a fin de recibir los testigos que el adelantado
don Alonso Fernández de Lugo desea presentar en el pleito que sigue con
guanches y canarios, sobre la libertad de éstos. El citado pleito pende
actualmente ante los alcaldes de casa y corte, jueces de comisión, que
han recibido las pesquisas hechas por diversos jueces y el proceso que
se seguía en dichas islas ante el doctor Lebrón. Para el cumplimiento de su misión se
le concede poder cumplido y 200 maravedís
“de buena moneda” al día, aparte de los derechos que le corresponden por las escrituras, que ha de pagar el citado
adelantado, salvo que la parte de los canarios presente testigos, en cuyo caso
irán a medias. Licenciado de Herrera. Cornejo. González de Avila. Villafañe. . (E. Aznar Vallejo,
1980:213)
1514 Diciembre 10.
Valladolid. Notificación a Rodrigo Guadiana, escribano y receptor
de la cárcel real, de haberse prorrogado, hasta después de que finalice
la probanza del obispo de Canaria, el plazo para la presentación de testigos en
el pleito que ante los alcaldes de casa y corte siguen los canarios y el adelantado
don Alonso Fernández de Lugo, sobre la libertad de los primeros. Estamedida
se toma a petición de Pascual Arenas, procurador de los guanches canaríos de
Gran Canaria y otras islas, quien adujo para ello que el citado escribanc no
podía ocuparse simultáneamente de ambas probanzas. Licenciado de Herréra.
Cornejo. González de Avila. Trillanes. . (E. Aznar Vallejo, 1980:216)
1501 Septiembre 13.
Granada. Orden a Lope Sánchez de Valenzuela, gobernador de las
islas de Gran Canaria, para que devuelva a Nicolao Angelate, vecino
de la “ciudad de Mal”, tres esclavas que recibió de Alonso de Lugo, gobernador
de Tenerife, como parte de una cabalgada y que Lope Sánchez de Valenzuela
le quitó argumentado que eran libres. (E. Aznar
Vallejo, 1981).